08 Jun LOS CASOS JUDICIALES DE SUPREME.
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En anteriores entradas, hemos tenido la oportunidad de analizar algunos casos judiciales que han rodeado a Supreme. En esta ocasión, te contamos uno de los que más repercusión tuvo (junto con los de International Brand Firm) y el primer contacto que hubo entre Louis Vuitton y Supreme
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Detrás del éxito de la marca Supreme
El caso Supreme: legal fakes en Italia, España y China
EL CONTEXTO DE LA MAYORÍA DE CASOS JUDICIALES DE SUPREME
La mayoría de los pleitos en los que se ha visto envuelta la marca de Nueva York han sido relativos al uso ilícito de la marca Supreme alrededor del mundo.
Como ya tuvimos ocasión de comentar cuando hablábamos de las marcas de Supreme, la estrategia de registro de la marca, por parte de la compañía de Jebbia, quizá no fue la más acertada.
Su marca no fue registrada en EE.UU. hasta 2011, en Europa, hasta 2020 y en China, tampoco hasta 2020.
Sin embargo, ta mpoco se debe a un fallo estratégico por parte de la compañía sino a las características de la propia marca.
El término Supreme, es demasiado genérico a la luz de la mayoría de legislaciones sobre marcas, lo que impide su registro. Este es el motivo al que ha tenido que hacer frente, en no pocas ocasiones, hasta conseguir su registro, probablemente, gracias al secondary meaning.
Este secondary meaning implica que un signo que, en principio, no era susceptible de ser una marca (como ocurría con Supreme), pasa a ser tan reconocido en el mercado, que sí adquiere carácter distintivo suficiente.
Ahora bien, en el ínterin entre que la marca comenzó a ganar éxito y su registro en mercados como Europa y China, no han faltado las empresas que han tratado de aprovechar esa falta de registro para realizar sacar provecho.
Es el caso de la empresa International Brand Firm que registró en Italia la marca Supreme Italia y, posteriormente, Supreme Spain en nuestro país. Pero, lejos de quedarse ahí, siguió la misma estrategia en China. Es lo que se conoce como legal fake.
Ya hemos tratado los casos de legal fakes en entradas anteriores. En esta ocasión, vamos a analizar dos casos diferentes.
SUPREME VS MARRIED TO THE MOB.
DATOS DEL CASO
Demanda interpuesta ante la Corte de Distrito para el Distrito Sur de Nueva York (2013)
PROCEDIMIENTO
Desconocido
PARTE ACTORA
Chapter 4 Corp. d/b/a Supreme — (Supreme)
PARTE DEMANDADA
Leah. C. McSweeney; LCM Promotions — (Married to the mob)
MATERIA
Moda – Infracción de marcas
CONTEXTO DEL CASO
1994 – James Jebbia lanza al mercado su línea de ropa bajo la marca no registrada Supreme.
2004 – Leah C. McSweeney lanza su marca de ropa bajo la marca Married To The Mob. En su primera colección, se lanzaron prendas con un estampado en el que se leía “Supreme Bitch” (con un estilo idéntico al de la marca Supreme).
2011 – Supreme consigue el registro de su marca en EE.UU.
2012 – Una nueva colección de Married to the Mob recupera el eslogan “Supreme Bitch”, la cual tiene una gran repercusión por ser vestida por estrellas como Rihanna. En esta ocasión, el eslogan se traslada a una gran variedad de productos, más allá de la ropa.
2013 – Tras varios años de convivencia sin problemas con la marca de Jebbia, McSweeney solicita, en enero, el registro de la marca “Supreme Bitch” en la USPTO. Parece ser que llegaron a un acuerdo para abandonar el registro porque en marzo, volvió a presentarse una solicitud de registro.
– Es entonces cuando Supreme demanda a McSweeney.
DESARROLLO DEL CASO
La demanda planteaba una acción por infracción de marca, competencia desleal por falsa designación del origen, dilución de marca e infracción de common law, entre otras.
En ella, la propietaria de Supreme solicitaba una indemnización de $ 10 millones.
En unas declaraciones, McSweeney defendía que “a diferencia de otras que empresas que, descaradamente, utilizan logos de otras marcas, Married to the Mob siempre ha tenido su propia identidad y estética”.
Ya en sede judicial, su contestación a la demanda consistió en negar todas las acusaciones, alegando que su marca “Supreme bitch” era una parodia, lo que la defendía de la posible infracción y dilución de marca.
Married to the Mob Supreme Bitch Bundle. Imagen de: https://mttmnyc.com/products/supreme-bitch-bundle
Este argumento se sustentaba, según parece, en el hecho de que este eslogan nacía como respuesta a la cultura masculina y, frecuentemente, misógina, de la marca Supreme.
A esto, la marca de Jebbia argumentó que, lejos de ser un movimiento de respuesta a cuestiones de misoginia, la marca Married To the Mob había contribuido, en no pocas veces, a la objetivación de la mujer, con eslóganes que hacían un flaco favor a la argumentación de McSweeney.
Este caso tuvo especial relevancia dentro de la industria porque consiguió que Barbara Kruger, la artista en cuyo trabajo se había inspirado Jebbia para crear el logo de Supreme, hablase por primera vez de este hecho.
La artista se refirió a las partes y todo lo que rodeaba al caso como “un grupo de bufones cutres”. “Yo hago mi trabajo sobre este tipo de farsas. Estoy esperando a que todos ellos me demanden por infracción de derechos de autor”, añadió.
DESENLACE DEL CASO
Finalmente, en junio de 2013, Chapter 4 Corp presentó un documento por el que renunciaba a continuar con la acción judicial, aduciendo que se había llegado a un acuerdo extrajudicial entre las dos partes.
Si bien no trascendieron los términos del mismo (y ninguna de las partes realizó grandes declaraciones al respecto), parece ser que se permitía a Married to the Mob seguir utilizando el eslogan “Supreme bitch” en sus colecciones, si bien debía abandonar el formato de caja roja y letras blancas en cursiva tan característico de la “Supreme box”.
LOUIS VUITTON (CASI) DEMANDA A SUPREME.
CONTEXTO DEL CASO
Ya te avanzamos que no se trata de un caso judicial como tal (no llegó a serlo). Sin embargo, en la época en la que sucedió, todo el mundo llegó a pensar que el gigante francés del lujo había llevado a los tribunales a la marca de Jebbia.
En el año 2000 (tan solo algunos años después de su fundación), Supreme lanzó al mercado una serie de tablas de skate, camisetas, etc. estampadas con el clásico monograma de Louis Vuitton.
Dos semanas después, la compañía francesa remitió Supreme una carta de cease & desist (carta de cese). Con un notable enfado por el movimiento de la marca de Nueva York, LV solicitó que los productos fueran quemados para evitar su posterior recirculación.
Días después, en la web de Supreme podía leerse que los lotes habían sido retirados, tras dos semanas, debido a una “demanda”.
DESARROLLO DEL CASO.
A pesar de las palabras de Supreme en su sitio web, lo cierto es que no había recibido ninguna demanda.
Las cease & desist letters (cartas de cese y desistimiento), son un instrumento previo, utilizado en asuntos de marcas, derechos de autor, etc., que buscan resolver el problema de manera amistosa, evitando así la vía judicial.
Como hemos, realmente el caso no tuvo mucho más recorrido, pues Supreme retiró los lotes para evitar mayores problemas.
Por aquel entonces era todavía una pequeña tienda de skate en Nueva York y no tenía el músculo que tiene actualmente para acudir a profesionales de las leyes y asesorarse.
Normalmente, las acusaciones de este tipo en la industria de la moda suelen escudarse en el fair use o la parodia (véase el caso anterior). Se trata de un argumento que permitría utilizar las marcas u otras obras protegidas por derechos de autor, cuando se es consciente de que dicho uso puede plantear problemas.
Por la reacción de Supreme en este caso, todo parece apuntar que su intención no era hacer creer a los consumidores que existía una colaboración con Louis Vuitton para fabricar tablas de skate, pero el resultado jabría sido ese, casi con toda seguridad.
DESENLACE DEL CASO.
Resulta curioso, sin embargo, lo que ocurrió años después entre Supreme y Louis Vuitton.
Si bien aquel asunto no fue más allá, en 2017, se anunció una colaboración entre estas dos marcas.
En aquel año Supreme ya se había erigido como una marca de culto, con una gran relevancia en el mundo de la moda y el streetwear.
Louis Vuitton, que no había sido ajena a este hecho, en un movimiento que pretendía acercarse al público de Supreme, propuso, años después de su “amenaza”, una colaboración que llegaría a ser muy lucrativa para ambas compañías.
En aquella colección pudieron verse diferentes elementos, desde marroquinería, hasta fundas de móvil, pasando por el famoso baúl de Louis Vuitton x Supreme, pieza icónica donde las haya, que llegó a alcanzar los $ 1250.000 en reventa.
Fue entonces cuando, esta vez sí, se puso a la venta una tabla de skate con el monograma de Louis Vuitton, completamente legit, junto con el estuche correspondiente. El precio que uno de los 10 ejemplares que se pusieron a la venta alcanzó en Sotheby’s (la conocida casa de subastas) ascendió a $ 88.200.
Y es que no en vano las colaboraciones en el mundo de la moda están consiguiendo cosas que parecían imposibles hace tan solo unas décadas, como, por ejemplo, que una marca centenaria de ropa de lujo colabore con una de las marcas de streetwar más reconocibles a nivel mundial (si no la que más)
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Este artículo se ha realizado por la redacción del equipo de EOB, si quieres contactar con nosotros mándanos un mail a info@enriqueortegaburgos.com