03 May MAJORICA: LA EMPRESA Y LAS PERLAS. 1890-ACTUALIDAD.
CONOCE MAJORICA: LA EMPRESA Y LAS PERLAS DE MALLORCA.
Seguimos hablando de las maravillosas perlas; pero, en esta oportunidad, vamos a hablar de lo que es Majorica, ¿te suena familiar? Pues, en cualquiera de los casos, sabemos que solo basta echar un ojo hacia atrás y ver la importancia de estas gemas en la joyería y la historia que han logrado tener dentro de la realeza. Así que todo esto llevó a que la creatividad del hombre lograra conseguir la forma de darle acceso a muchas más personas a estas bellas obras que solo era capaz de darnos la naturaleza. Como una muestra de esto, podemos hablar de esta famosa empresa creada en España.
¿QUÉ ES MAJORICA?.
Majorica, es una empresa registrada en Mallorca, España, por Eduard Heusch, a finales del siglo XIX. Esta empresa fabrica perlas de imitación, pero lo que las hace particulares es que las perlas de Majorica tienen un parecido más cercano a las perlas naturales que cualquier otro tipo de perla de imitación.
MAJORICA. ¿CÓMO FUERON SUS INICIOS?. CONOCE LA HISTORIA DE MAJORICA.
Se conoce que desde 1895 Eduard Heusch tenía en París la primera patente del mundo para la fabricación de perlas artificiales, pues soñaba con conseguir la fórmula ideal que le permitiera fabricar perlas idénticas a las reales. Allí se fundó, antes de dar el salto definitivo a España, la Société de Perles des Indes. Con el tiempo, después de fundar una nueva sociedad en Barcelona junto a su hermano Karl, inició el siglo siguiente con dos fábricas en Mallorca, una estaría ubicada en Palma y la otra sería en Manacor.
Una información habla de esta como una fábrica de perlas con 50 trabajadoras, ubicada en la Calle Missió número 53 en Palma. Un motor de gas que se instaló en las aún provisionales instalaciones de la fábrica en 1903, y maquinaria procedente de Francia que fue importada en 1906 para la ampliación del procedimiento de soplado manual y también para la fabricación de bolas de mayor tamaño.
En el año 1907 fue finalizado el trabajo sobre la fábrica, ocupando una cuarterada de terreno y así la fábrica de la Casa Hugo Heusch & Co., pasaría a la historia como «Sa Fàbrica», permaneciendo durante 100 años en el mismo solar.
En temas socioeconómicos, cabe destacar que el establecimiento de la fábrica Heusch, sería una de las causas de un cambio importante en la economía de Manacor, lo cual ayudaría a que en 1912 lograra conseguir la distinción de ciudad. Se sabe que gracias a que en un principio se trataba de un pueblo agrícola y con escasos recursos, la mayoría de los empleados de la fábrica de perlas fueron mujeres, se dice que algunas hasta iban a trabajar descalzadas. Y, en un lugar donde los ingresos femeninos eran prácticamente inexistentes, trabajar para la industria de perlas de Heusch se convirtió en una forma complementaria de sustento familiar.
Aproximadamente para el año 1915 ya existía en «Sa Fàbrica» tres talleres trabajando. Algunos años más tarde el número de trabajadores llego a 300, siendo todavía la mayoría mujeres. Durante el primer tercio del siglo XX la ocupación femenina en Mallorca aumentó debido al bajo coste salarial que implicaba la contratación.
Por otra parte, el elevado precio de las perlas naturales y de las cultivadas (que también se debía a su lento crecimiento), hacía que sólo los más adinerados tuvieran acceso. Japón había despuntado con la fabricación, pero con un proceso primitivo y unos resultados pobres y de baja calidad. Por lo tanto, para Heusch quedaba mucho por hacer, así que los sopladores de vidrio mallorquines se unieron a los especialistas franceses que se instalaron en Manacor desde principios del siglo XX.
Esta fue la época de la «perla hueca», aquella que se obtenía a base de soplado (soufflé) de vidrio. Tiempos en que las perlas se despachaban a Barcelona y Paris para ser rellenadas de cera blanca y así aumentar su peso y ser colorada con diversas sustancias químicas. Una gran parte de la producción de perlas se exportaba a las Indias.
Con la llegada de la primera guerra mundial en 1914, la actividad perlera que se desarrollaba en Paris se vio obligada a trasladarse a Barcelona, España. En 1915 la fábrica de perlas se constituyó en «Sociedad Anónima» y en 1917 adopto el nombre de «Industrias Española de Perlas de Imitación S. A. (IEPISA) hasta los años de 1950. También en ese mismo año (1915) se abrió una sucursal de la Sociedad en la Quinta Avenida de Nueva York, en los Estados Unidos.
En los años 20 aquella perla era la base del negocio y las instalaciones mallorquinas no habían hecho más que crecer. Para esta época, ya se hablaba de 240 máquinas a pleno rendimiento y 50 sopladores. Pero pocos años después, las exigencias cambiaron y, a mediados de la década, la perla maciza, con el mismo peso que la natural, ya la había relevado como referente en todo el mundo. Hacia el año 1931 ya se exportaba a Francia, Alemania o Italia. Estas perlas artificiales eran frágiles y fácilmente quebradas.
Con el tiempo, resultó el estallido de la Guerra Civil trayendo como consecuencia un duro y doble golpe. Por un lado, la fábrica de Barcelona fue confiscada, así que la empresa pasó a comprar las materias primas en el extranjero y el encarecimiento de costes llevó a recortar plantilla. Además, América del Norte había quedado como uno de los únicos mercados para la venta. Por otra parte, en 1937 fallece en Alemania Eduard Heusch. Su hijo, Eduard Carmille Heusch le sucedía como responsable.
Más adelante, resulta un nuevo conflicto. Esta vez, se trataba de la Segunda Guerra Mundial, la cual traería efectos completamente diferentes sobre la futura Majorica. Esto se debió a que la producción de perlas se paralizó en la mayoría de países, y la fábrica de Manacor pasó a ejercer su hegemonía prácticamente en todo el mundo.
El final de la contienda llevó a la caída de ventas al tiempo que Japón crecía como rival. Ciertamente, sus perlas eran de baja calidad, pero su producción masiva y sus precios bajos comenzaron a hacerle sombra en el mercado. Heusch junior decidió seguir los pasos de su padre y continuar con la búsqueda de aquella fórmula ideal, que diera con la perla perfecta que tanto deseaban, lejos de las llamadas Perlas Indra: baratas, de fabricación precaria y cubiertas de una pintura anacarada que no tardaba en amarillear.
Finalmente, para el año 1952, se logró el tan esperado milagro. Un joven químico húngaro, llamado Geza Zsolt, que trabajaba entre Manacor y el laboratorio de la sede ubicada en Barcelona, logró conseguir aquella fórmula tan deseada y fabricar una perla idéntica a la natural en su aspecto y realizada a partir de elementos naturales del mar. Entre ellos, la guanina, que es un extracto procedente de las escamas de peces como el boquerón o la sardina.
Gracias a esto, Heusch hijo logró potenciar el descubrimiento fundando la Organización Europea de Perlas Majorica.
Un siglo después, el sueño empresarial de los Heusch lograba tener forma. El extracto de nácar extraído del Mediterráneo acompañado de un núcleo de cristal opalino, recubierto de finas capas de esencia, sumado a una técnica que hasta la actualidad se mantiene secreta, habían cambiado por completo el aspecto de sus perlas.
PRODUCCIÓN DE LAS PERLAS MAJORICA.
Como ya sabemos, las perlas Majorica no se forman en los moluscos, sino que son hechas por personas.
La obtención del núcleo es la primera fase en la elaboración de esta perla. Se realiza a partir de un núcleo de Opalina de distintas medidas, desde 5mm a 22mm. A partir de este núcleo se obtienen pequeñas bolas de vidrio fundido sobre un hilo de alpaca. Luego, se separan cada una de las perlas y se seleccionan solo las de mejor calidad. A las perlas de mejor calidad se le aplican múltiples capas de Esencia de Oriente, que está compuesta por cristales de Guanina (que se extraen de las escamas de los peces). El número de capas depende de la calidad de la perla, a más capas mejor calidad.
La iridiscencia de estas perlas se produce gracias a un efecto óptico que se consigue a través de las múltiples capas dadas al núcleo de opalina y los diferentes pulidos realizados.
Después del pulido y las múltiples capas de la Esencia de Oriente, la perla es tratada nuevamente, logrando unos niveles incomparables de calidad y resistencia.
¿CÓMO PODEMOS IDENTIFICAR UNA PERLA MAJORICA?.
- Las perlas hechas por Majorica resultan ser perfectamente redondas y coinciden en color y acabado. Son muy parecidas entre sí, mientras a diferencia de las perlas de Majorica, las perlas genuinas poseen imperfecciones únicas, su forma es desigual y sus colores no coinciden.
- Si frotas suavemente las perlas de Majorica con los dientes de arriba podrás sentir que su superficie es lisa. Sin embargo, las verdaderas o cultivadas se sienten arenosas.
- Si puedes conseguir una radiografía, las perlas de Majorica se ven opacas, con un blanco sólido en el negativo, mientras las perlas verdaderas son semitransparentes, por lo que aparecen en un tono gris en el negativo.
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