24 Feb Reciclaje textil “ReHubs”
Nuevos centros de reciclaje textil “ReHubs” – Por una moda reutilizable
Iniciamos este artículo indicando los problemas que repercuten en la industria de la moda, de la que poco se discute. No sólo la fase de producción y de la correcta y óptima utilización de materiales adquiere importancia, sino también respecto a la ulterior fase donde se cierra el círculo productivo, y donde nos encontramos con los residuos o desechos de estos materiales textiles que generan un gran impacto negativo en el medioambiente. El problema radica aquí en dar una solución al respecto. La iniciativa de una industria cada día más sostenible, también se configura en esta última parte del ciclo. La importancia de poder reciclar los desechos y poder volverlos a circular, es lo que configura la sostenibilidad misma. Evitando así un uso desmedido de los recursos limitados, y reutilizar los mismos materiales más de una vez, permitiendo establecer una mayor continuidad de las materias primas textiles, alargando así su vida útil.
Partiendo de esta premisa, nos encontramos con la preocupación que invade -actualmente- el tema en cuestión. Ya hemos visto cómo las empresas se encuentran incorporando cada vez diferentes mecanismos a fin de apaciguar las consecuencias de una industria basada en el fast fashion, limitándose y adentrándose al slow fashion, que conlleva una economía circular de reutilización, la cual comprende un reciclaje de materia prima y por ende la sostenibilidad en la actividad.
Ahora bien, conforme lo mencionado, la Unión Europea, mediante EURATEX (the European Apparel and Textile Confederation), la patronal textil europea que representa los intereses textiles y de la indumentaria europea en el margen de las instituciones de la UE, se encuentra desarrollando la creación de los ReHubs o European Textile Recycling Hubs, es decir, centros donde se llevará a cabo el reciclaje textil, utilizando fondos estructurales de la UE. Esta iniciativa consiste en la confección de cinco centros ubicados, en principio, en España, Bélgica, Italia, Finlandia y Alemania, dando lugar a las infraestructuras que podrán estar iniciando la tarea en 2023.
Respecto al funcionamiento, se establece que los diferentes centros trabajarán de forma coordinada unos con otros, operando a través de las fronteras y gestionando diferentes residuos textiles, recogiendo, procesando y reciclandolos. Esto concluye EURATEX, permitirá reducir el coste de inversión en tecnologías de reciclaje. En este sentido, las empresas podrían reorganizarse para poder afrontar este nuevo desafío desde su perspectiva, dando lugar al consumidor y concientizando su actitud en reciclar sus prendas que ya no utilizan, tal vez incorporando un rol de intermediario a fin de maximizar el reciclaje textil. Se pretende que el material reciclado se procese en nueva materia prima, reduciendo así la dependencia con terceros países con los que se comercializa la misma. Incluso, podemos considerar que dicha iniciativa se encuentra estrechamente relacionada con el Plan Verde de Ursula Von der Leyer, actual presidenta de la Comisión Europea. Recordemos que con el Pacto Verde se pretende dejar de producir gases de efecto invernadero para el 2050, contribuyendo así a una economía completamente sostenible, mediante un plan de acción progresivo, por el que se lleve a cabo un uso eficiente de los recursos, configurando una economía circular y una reducción en la contaminación medioambiental.
Para comprender la relevancia del tema, configuramos de forma numérica la problemática que generan los residuos textiles, presentado por EURATEX. Tal es así que ya en 2019, la Unión Europea produjo aproximadamente 5,8 millones de toneladas de textiles, de los cuales se estima que solo se recolectaron alrededor de 2,8 millones de toneladas, mientras que el resto termina en gran medida en incineradoras o vertederos junto con otros residuos, generando una gran contaminación y perdiendo la posibilidad de reciclar dichos residuos y poder generar materiales destinados a ser reutilizados.
Ahora bien, de los residuos recolectados, se obtiene que 0,42 millones de toneladas se reciclan y 0,98 son exportadas. Del informe se desprende que 1,8 millones son clasificados por la UE, de los cuales 0,23 millones se trituran en fibras que se utilizan en aplicaciones de bajo valor, y su reutilización la encontramos en la automoción, entre otras. Por otro lado, 1 millón se recicla con éxito en un valor más alto, permitiendo la confección de nuevas prendas, y su consecuente reutilización. No obstante, la posibilidad de generar materias primas de alta calidad aún se encuentra en una etapa de investigación y confección temprana, por lo que no se da efectivamente. Por último, 0,18 millones terminan siendo incinerados o en vertederos.
La imperiosa necesidad de aumentar la recogida de los residuos textiles se convierte en un desafío para la UE, lo que configura la posibilidad de establecer un sistema coordinado entre todos los Estados miembros. De ahí la iniciativa ReHubs por parte de EURATEX, a fin de concertar un medio eficaz, capaz de albergar y poner en marcha un sistema de recogida, clasificación y reciclaje, de forma separada de los residuos textiles, la cual deviene imprescindible. Conforme lo comentado, la necesidad real deriva en poder generar nuevo valor a los residuos en el proceso de reciclaje.
Además, se dará así la creación de un nuevo mercado, conformado por materia prima secundaria, generando una nueva cadena de valor en la industria. La posibilidad de implementar esta nueva tecnología supone la posibilidad de lograr los objetivos establecidos por la UE respecto al Pacto Verde y al Plan de Acción para una Economía Circular, ya mencionados.
De todas formas, los cambios estructurales conllevan su tiempo, adaptación y configuración. Lo cierto es que el impulso de la UE repercute de forma positiva hacia esta dirección. Incluso, un proyecto que se lleve a cabo en coordinación delimita las bases armonizadoras en todos los Estados miembros, cooperando a fin de convertir la economía en un sistema circular, que requiera de una participación activa y efectiva por parte de cada uno de los integrantes.
Incluso, hemos visto como la iniciativa de la reutilización de las prendas toman cada vez mayor relevancia en el ámbito de la moda, lo que deriva en la implementación de diferentes técnicas para poder generar una concientización al consumidor, de la mano de una nueva visión empresarial. Todo esto va conformando este nuevo escenario sostenible. En este sentido, podemos hacer referencia como la marca H&M en coordinación con HKRITA han implementado un proceso para poder generar nuevas fibras a base de prendas antiguas o desgastadas, a través de la maquinaria denominada Looop, donde una vez realizado el proceso de reciclado, genera una nueva prenda, dando así una segunda oportunidad y alargando el uso de la misma materia prima. También podemos hacer mención al mecanismo desarrollado por Worn Again utilizando la tecnología para poder separar y recuperar el poliéster y algodón, aunque con un bajo valor. De todas formas, se están llevando a cabo diversas investigaciones respecto a la posibilidad de reciclar y obtener fibras de alta calidad para volver a usarse.
Conforme lo establecido, resulta preciso recordar que en el ámbito de la moda, los antecedentes coyunturales dieron lugar al cambio de paradigma, al movimiento y transformación -aún de forma paulatina- de una industria fast fashion a una slow fashion. En este sentido, con el inicio en 2015 con la firma del Acuerdo de París respecto al cambio climático, comienzan a establecerse medidas tendientes a reducir la emisión de gases de efecto invernadero, propiciando un nuevo escenario global y una transformación industrial. Incluso, específicamente y estrechamente relacionado, no debemos perder de vista la Carta de la Industria de la Moda para la Acción Climática de la ONU de 2018, donde se establecen unos compromisos no vinculantes para el sector, a fin de configurar un cambio de la industria con respecto a la utilización de los recursos, evitando un uso abusivo de los mismos, con el fin de obtener una industria más responsable que permita una concientización al respecto e influya en una modificación casi sustancial en su forma de producir. La implementación de la reutilización de las prendas, o incluso la confección con materia prima reciclada se configura parte de la misma.
Todos estos mecanismos van configurando un camino que deriva en la necesidad de la delimitación de uso de los recursos y sostenibilidad en la industria. La adecuación inmediata de los mecanismos y diferentes medios para poder llevar a cabo el reciclaje textil, se configura, en gran medida por la próxima aplicación y riguroso cumplimiento respecto de la recogida selectiva de material textil usado, para pasar a ser reciclado.
Tal es así que conforme la Directiva (UE) 2018/851 del Parlamento Europeo y del Consejo de 30 de mayo de 2018, por la que se modifica la Directiva 2008/98/CE sobre los residuos, modifica el artículo 11, estableciendo que se deberá llevar a cabo una recogida separada de los textiles, indicando como fecha máxima de su aplicación, a más tardar para el 1 de enero de 2025, lo que significa que para dicha fecha los Estados miembros deberán disponer de la tecnología o mecanismo suficiente para poder dar cumplimiento a dicho apartado.
Esta obligatoriedad de la legislación europea conlleva la implementación de un plan efectivo a fin de dar cumplimiento a lo requerido. Esto a su vez se traduce en un mayor esfuerzo sobre el control y manejo de los residuos textiles, con el fin de llevar a cabo una transformación de la industria. Hemos visto cómo las meras recomendaciones -en estos temas- no se constituyen con gran fuerza. Es importante generar un impacto positivo, reducir la contaminación y el camino más idóneo se configura de esta forma, confeccionando bases jurídicas a fin de repercutir en todos los casos, sin excusa, a un modelo sostenible. Se abren las puertas a un sistema circular sobre la base del reciclaje y reutilización.
De esta explicación se deduce el gran y grave impacto que genera el no disponer
-actualmente- de la tecnología suficiente para poder re-organizar y estructurar de forma adecuada los residuos o desechos textiles. Vista la necesidad de una regulación específica, se da comienzo a una nueva era verde. Tal es así que la regulación aplicable, la cual a más tardar deberá ser puesta en marcha y darse cumplimiento en 2025, está poniendo de relieve estas prácticas. Si bien es cierto que la legislación pueda devenir ineficaz ante -podríamos suponer- la falta de la llegada de la tecnología adecuada, de todas formas configura el esfuerzo que conlleva la imperiosa necesidad de adecuar el proceso en el que se desechan millones de toneladas de prendas que pueden ser salvadas por una correcta recogida y posteriormente reciclaje, estableciendo una intervención en la misma para salvaguardar los intereses protegidos. La creación de los centros de reciclaje textil dará comienzo a una etapa sostenible, pero habrá que preguntarse si será suficiente o aún tendremos millones de toneladas perdidas en el intento.
BIBLIOGRAFÍA:
https://www.modaes.es/equipamiento/espana-paso-de-gigante-en-sostenibilidad-se-hace-co n-un-hub-de-la-ue-de-reciclaje-textil.html
https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/european-green-deal_es https://pinkermoda.com/euratex-apoya-creacion-de-re-hubs/
https://www.humana-spain.org/uploads/archivos/publicaciones/boletin/humana-news-abril-2 018.pdf
https://euratex.eu/news/rehubs/
https://euratex.eu/wp-content/uploads/Recycling-Hubs-FIN-LQ.pdf https://www.boe.es/doue/2018/150/L00109-00140.pdf https://gabrielfariasiribarren.com/moda-circular-es-reciclaje-de-textiles/
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