02 Dic Francia se anticipa con el fenómeno de los “pequeños influencers” abrazando una nueva regulación.
Parece que el derecho empieza a coger ritmo y a situarse al compás de la revolución tecnológica. Gracias a ello, ya podemos ser testigos de las primeras consecuencias legales que surgen a raíz de la instauración de este fenómeno en nuestra sociedad.
En este artículo hablamos de la proposición de ley nº 2519 que Francia acaba de introducir el pasado 6 de Octubre de 2020 y a la que dan forma Bruno Studer junto a Gilles Le Gendre y otros miembros de Le Groupe La République en marche. Adoptada por el Parlamento tras una primera lectura favorable por parte de la Asamblea Nacional francesa y sometida a votación en el Senado, resultó ser todo un éxito obteniéndose la unanimidad aunque con algunas adiciones realizadas por los senadores y conservadas por el Parlamento. Esta proposición de ley, a la que titulan como “encuadre de la explotación comercial de la imagen de los niños menores de 16 años” trata de velar por la salud y seguridad de los menores de 16 años a la que añaden la coletilla “sobre las plataformas en línea”, fruto de la mencionada transformación digital.
FRANCIA, PIONERA EN LA REGULACIÓN DE ESTA CONTROVERSIA
Francia se ha decidido a regular esta cuestión que desde hace ya algún tiempo viene siendo popular dentro de todo tipo de debates éticos que tienen cabida en los medios de comunicación, mesas familiares y reuniones empresariales. No es de extrañar, ya que cuando hablamos de menores esto hace que el tema adquiera unas serie de connotaciones más delicadas.
Sin embargo, es quizás por casos como el de la joven influencer francesa de 14 años Paola Locatelli, la cual a su temprana edad cuenta con más de 469k seguidores en youtube y más de 865K en Instagram, por lo que Francia haya podido decidirse a dar el paso. El Parlamento francés ha adoptado este 6 de Octubre de 2020 la ley que encuadra la práctica de los petit influencers. La ley aborda las consecuencias que tiene para los menores esta sobre exposición en los medios de comunicación y en su desarrollo psicológico, pero sobretodo, más allá del impacto que puede tener el hecho de ser una celebridad en el desarrollo de los menores, aborda las consecuencias que tiene el ciberacoso, un fénomeno muy común en las plataformas como Youtube o Instragram y que preocupa cada vez más.
Si nos sorprende que influencers adultos como la española María Pombo, admitan públicamente que se han visto necesitados de ayuda externa para aprender a gestionar sus emociones ante el al acoso al que se ven sometidos día tras día fruto de esta constante sobre exposición en redes, es imposible que no se planteen debates sobre como puede afectar esto a los pequeños influencers. ¿Que consecuencias puede tener el ciberacoso para una niña de 14 años que está en plena adolescencia, desarrollando su carácter y personalidad? ¿Como tiene que ser para esta niña vivir con esta presión social y sobre exposición constante?
Es por ello que el Parlamento francés, de la mano de Bruno Studer y Gilles Le Gendre, han tratado de proporcionar una solución legal al problema. En el Preámbulo de la ley, se hace mención a YouTube como una de las plataformas más famosas y utilizadas por los menores que forman parte de este nuevo nicho de mercado, pero abarca otras como Instagram, Snapchat o TikTok.
Esta nueva legislación además de acarrear consecuencias y notorios cambios respecto a los horarios y remuneraciones de los menores de 16 años amplía la legislación vigente pasando a incluir tanto a los niños que pertenecen a la industria del entretenimiento como a los niños que son youtuberos, deportistas electrónicos (que participan en competiciones de videojuegos) o personas influyentes. En definitiva, todos aquellos que por un motivo u otro tienen un gran peso en las redes y por tanto generan ingresos, igualándolos de esta forma a lo que hasta ahora conocíamos como jóvenes artistas pertenecientes al mundo del cine o de la música.
VACÍO LEGAL EN LA MAYORÍA DE LOS PAÍSES
Si nos preguntamos qué decía hasta ahora la ley acerca de esto, la verdad es que tanto a nivel europeo como nacional, muy poco. ¿A que se debe? A que podemos considerar relativamente reciente esta asociación de las redes sociales como un medio primigenio de obtención de oportunidades laborales para los menores de 16 años. Sin embargo, países como Francia hace años que se ha percatado de la carencia existente y como bien afirma el Secretario de Estado francés de Infancia y Familia, Adrien Taquet, para Le Monde, “desde 2017, el gobierno francés lleva intentando regular mejor el espacio digital para que los menores estén mejor protegidos.”
Por otro lado, veíamos que, en 2019, l’OPEN, Observatoire de la Parentalité et de l’Education Numérique, remitía el asunto de los pequeños influencers al Consejo Nacional de Protección de la infancia para resaltar que hay ciertos núcleos familiares en los que se puede apreciar que los hijos se ven forzados por los padres a trabajar de una manera ilícita y sin disimulo para estos canales de Internet con el fin de convertirlos en pequeños influencers.
Un vacío legal ligado a una cuestión delicada como es la mencionada, puesto que los niños contribuyen a su propio sustento, algo que en Francia y en la mayoría de resto de países del mundo está prohibido, a menos que se haga una excepción, como es este caso, “sobre Internet”; comentaba el instigador de la ley al periódico Le Monde.
Expertos relacionados no solo con el mundo del derecho, si no también con la psicología y la educación, están de acuerdo en que existe una clara necesidad de regular el trabajo de los menores y tratar de evaluar las consecuencias que esto supone para los niños, ya que las familias suelen defender que estas actividades son solamente ocio y entretenimiento para sus hijos.
TRABAJO DISFRAZADO
Se aprecia que desde el momento que empiezan a establecerse remuneraciones por los posts en los que aparecen los menores, aparece también la subordinación y la demanda de un rendimiento laboral, por lo que vemos de facto que las actividades van más allá del marco estricto del ocio y que son mas bien, un trabajo disfrazado. Publicar varios videos semanales en los canales conlleva horas de grabación además de las actividades conexas que puede acarrear la fama que adquieren los pequeños, como participar en promociones, eventos publicitarios de las marcas que patrocinan, firmas de autógrafos o photo shootings. Todo ello hace que no podamos seguir cayendo en el error de pensar que esto es un juego para los menores. Es necesario garantizar que estas actividades se califiquen correctamente para poder aplicar las normas necesarias de protección de los menores que se encuentran en los códigos laborales. Se pedía una regulación que encuadrase entre otras cosas, algo básico como son las horas o las condiciones de trabajo de los pequeños y parece que Francia lo ha conseguido.
¿Cuáles son las medidas en términos laborales que se han adoptado? Lo primero de todo, el establecimiento de franjas horarias que estarán adaptadas a las distintas edades de los menores. Por ejemplo, niños hasta 3 años, podrán trabajar 3 horas que podrán aumentar a 7 horas cuando los niños tengan hasta 16 años siempre respetando una pausa entre jornada y jornada de 30 minutos y cumpliéndose al menos 12 horas de descanso diario. No se considerarán los días festivos dentro del calendario anual de trabajo de los menores ni tampoco se prohíbe que trabajen durante los períodos de vacaciones escolares.
RESPONSABILIZAR A LAS PLATAFORMAS
Por otro lado, esta ley trata de velar por la salud de los pequeños influencers del mismo modo que la ley prevé para los niños del espectáculo. Ninguno de los actores que juegan un papel importante dentro del negocio creado alrededor de los mini influencers queda indiferente tras la entrada en vigor de esta ley.
En el artículo 5, la ley responsabiliza a las plataformas introduciendo el “derecho al olvido”. Un derecho del que ya veníamos hablando al haberse introducido en toda Europa desde la entrada en vigor el 25 de mayo de 2016 de la nueva ley de protección de datos, la cual se viene aplicando de obligado cumplimiento desde 2018. Esto permite a los niños, incluso antes de cumplir la mayoría de edad, solicitar el “servicio de intercambio de video” por lo que automáticamente la plataforma se verá obligada a interrumpir la difusión lo antes posible de la imagen solicitada en la que este es menor de edad en el momento de dicha emisión.
La ley también pasa a exigir a las plataformas, mediante el artículo 4 de la ley, que deben efectuar una buena y eficaz transmisión de la legislación a sus usuarios. Se trata de “promover” un sistema de información en colaboración con las distintas asociaciones francesas de protección de la infancia para que los usuarios conozcan los derechos y riesgos psicológicos que estas actividades pueden acarrear. Sobre todo, se verán obligados, cuando obtengan ingresos directos de contenidos en los que figure un menor, a transmitir la información a la autoridad administrativa, que se encargará de identificar posibles situaciones problemáticas y responder a ellas utilizando los medios jurídicos existentes.
L’ARCOM (L’Autorité de régulation de la communication audiovisuelle et numérique) tendrá también un rol fundamental dentro del marco de la futura reforma del sector audiovisual. Este estará capacitado para formular recomendaciones y realizar evaluaciones periódicas de como de eficaces son las plataformas en relación con las responsabilidades encomendadas. La autoridad administrativa también podrá remitir el asunto al juez el cual podrá obligar a la plataforma a que retire el contenido de los canales que no cumplan con la ley.
En lo respectivo a la difusión de imágenes comerciales ilegales, pasarán también a ser responsables las empresas que participan en la difusión de estas y de las cuales los menores obtienen ingresos. Se trata en definitiva de una colaboración entre los tres grandes actores más importantes (tutores legales, empresas y plataformas) dentro del negocio de los menores en la red.
Por último, Bruno Studer declaraba en la entrevista concedida a Le Monde antes de la revisión de la ley, que quedaba por abordar la cuestión de la exposición de los menores a la violencia y pornografía. Sin embargo, “esta propuesta permite en la práctica garantizar el interés superior del niño, proteger su intimidad e integridad y recordar que el trabajo infantil está prohibido a menos que se haga una excepción. »
LA REMUNERACIÓN, OTRO ASPECTO CONTROVERSIAL
En 2019, YouTube anunciaba públicamente que el creador que ha obtenido mayores ganancias en su plataforma fue Ryan Kaji. A su corta edad, este niño de ocho años ganó más de 26 millones de dólares en 2019. Este es uno de los ejemplos que muestran las fortunas que se pueden llegar a conseguir gracias a Internet. Pero no es este el único caso, Bruno Studer comentaba también en su entrevista las varias docenas de casos en los que los ingresos pueden ascender a 150.000 euros al mes, lo que permiten a muchos padres detener toda actividad profesional y centrarse en la carrera de influencers de sus hijos.
Sin embargo, existe una dificultad intrínseca a la hora cuantificar la amplitud de este fenómeno puesto que la difusión de las imágenes o videos es cada vez mayor, alcanzando cada vez con más facilidad los millones de visitas diarias, algo que contribuye a una mayor dificultad a la hora de dar solución a este vacío legal. Queda de manifiesto pues que otro de los componentes esenciales de esta regulación se agita alrededor de la remuneración de los pequeños influencers.
Algunos os preguntaréis, ¿de donde viene toda esa remuneración? Pues empezando por que YouTube paga 0,018 dólares por cada visita y a esto se le suma lo que pagan las marcas por la publicidad de sus productos. Voilà el resultado. Estas cifras varían mucho en función de diversos factores como los seguidores, la fidelidad de estos o el alcance de las publicaciones.
Hasta el momento los padres eran los que normalmente recibían las remuneraciones provenientes del trabajo de los pequeños. Esto se va a ver sustituido y de aquí en adelante, bajo el artículo 1 de esta ley, en los casos en los que se demuestre que existe una relación laboral, el texto prevé que los tutores legales tendrán que depositar el 90% de los ingresos de sus hijos en la Caisse des dépôts et consignations. El objetivo de esta medida es que el dinero que generan los niños con su contenido se conserve hasta su mayoría de edad.
Además, se requerirá de una autorización o aprobación por parte de la Prefectura para autorizar el trabajo del menor de 16 años en el contexto de la producción de contenido a estas plataformas. De esta forma se evaluará si el menor es apto o no para trabajar, se verificará si es compatible el trabajo con sus actividades escolares y también con su estado de salud. Del mismo modo se asegurarán de que se cumplen unas adecuadas condiciones de trabajo (remuneración, tiempo, ámbito de trabajo, así como la supervisión proporcionada por el empleador, en este caso, los representantes legales, que en la mayoría de los casos son los padres).
Por otra parte, vemos que la propuesta adoptada va más allá al regular las “zonas grises” que existen en Internet. Estas son las que la relación laboral no está claramente establecida como puede ser el caso de los “vlogs” (una contracción de “video” y “blog”). Los vlogs en realidad no formarían parte de la categoría de relación laboral tradicional. El artículo 3 de esta ley estipula que las actividades de producción de video en línea con menores de edad se verán afectadas cuando se supere una cantidad de tiempo, volumen de contenido o “cuando la distribución de este contenido genere ingresos directos o indirectos para la persona responsable de su producción o distribución”. Por tanto, apreciamos que el texto prevé una declaración de los ingresos basada en un doble umbral: el tiempo que pasan los niños en el video y los ingresos obtenidos.
Por último y para acabar con esta primera aproximación de la nueva regulación, es importante tener en cuenta que el no cumplimiento de los requisitos demandados por la ley, bajo el artículo 6, está sancionado con hasta cinco años de cárcel y una multa de hasta 75.000 euros. No olvidemos que se trata de personas, y como mencionábamos al principio, un tema aún más delicado cuando estos son menores.
Bibliografía
PROPOSITION DE LOI Nº 2519 “visant à encadrer l’exploitation commerciale de l’image d’enfants de moins de seize ans sur les plateformes en ligne”, Assemblée Nationale. From http://www.assemblee-nationale.fr/dyn/15/textes/l15b2519_proposition-loi
https://gulfnews.com/world/europe/kid-influencers-regulated-under-new-french-law-1.1602047652546
https://www.lemonde.fr/pixels/article/2020/02/12/l-assemblee-nationale-vote-une-loi-pour-encadrer-le-travail-des-enfants-youtubeurs-et-influenceurs_6029360_4408996.html
https://www.ouest-france.fr/education/proposition-de-loi-pour-mieux-proteger-les-enfants-influenceurs-sur-youtube-et-instagram-6638571
Este artículo se ha realizado por la redacción del equipo de EOB, si quieres contactar con nosotros mándanos un mail a info@enriqueortegaburgos.com