22 Nov LOS MEJORES DISEÑADORES DE MODA JAPONESES 1
CONOCE ALGUNOS DE LOS MEJORES DISEÑADORES DE MODA JAPONESES. PARTE 1.
En esta entrada, usted conocerá la fascinante historia de dos grandes diseñadores de moda japoneses; quienes incursionaron en el mundo de la moda occidental, arraigando su esencia milenaria con una estética trasgresora que traspasó las fronteras de Paris y Milán y caló notablemente en el mundo urbano. Se trata de los artífices orientales Yohji Yumamota, en una línea más oscura y romántica e Issey Miyake con su moda práctica y lúdica, quienes con sus creaciones, con una filosofía genuina del concepto de moda revolucionaron a occidente y al mundo entero.
YOHI YAMAMOTO
Nacido en Tokio el 3 de octubre de 1943, forma parte de los diseñadores asiáticos que revolucionaron la moda parisina en los años 80, como Kenzo o Comme des Garçons de Rei Kawakubo. Tras graduarse en derecho en la Universidad de Keio en 1966, decidió ayudar a su madre viuda con su taller de costura. Así, se introdujo en la moda; un mundo que le apasionó tanto que terminó por inscribirse en la prestigiosa escuela de diseño Bunka y, más tarde, creó su propia firma.
Luego de nueve largos años de preparación, trabajo y viajes a París, Yamamoto debutó en el Bell Commons de Tokio en 1977, obteniendo muy buenas críticas que lo llevaron a su presentación en París con la línea principal tan sólo cuatro años después, en 1981.
En 1981 desfiló por primera vez en París con una gran acogida por parte de la crítica pero poco entusiasmo por parte de los compradores: sus siluetas superpuestas y cortes difíciles resultaban más artísticos que comerciales. Tres años más tarde, en 1984, creó su línea masculina.
Tres años más tarde llegó la línea Pour Homme, la cual contiene algunos de sus elementos más artísticos y experimentales.
Con varios premios recibidos por su trabajo, decidió lanzar su primera colección en el año 1976, y en el año 1981 triunfaba en París en la Semana de la Moda con su marca Yohji Yamamoto. Fue en ese mismo año y lugar donde conocería y mantendría una relación amorosa con Rei Kawakubo, diseñadora de moda japonesa que lanzaba su marca “Comme des Garçons”.
Tras su debut en la ciudad parisina, abrió distintas tiendas en Estados Unidos y lanzó una colección de moda masculina, “Yohji Yamamoto Homme”.
Sin embargo, la marca Yohji Yamamoto no se libró de la crisis y llegó a alcanzar una deuda de más de 60 millones de dólares. A lo largo del tiempo su carrera ha experimentado cambios y ha realizado distintas colaboraciones como la creación de una colección cápsula con ropa sportwear para Adidas y el diseño del vestuario para algunas películas del director japonés Takeshi Kitano.
Yohji Yamamoto ha sido conocido por su estética avant-garde, por romper las reglas en el mundo de la moda con sus diseños extravagantes, sin proporción y mezclando una gran variedad de texturas.
Yamamoto es conocido por el espíritu vanguardista de su ropa. Sus exclusivas siluetas de gran tamaño en negro a menudo presentan cortinas en diferentes texturas. Su ropa ha sido calificada de teatral, oscura, reflexiva, minimalista, futurista y hasta filosófica. Indudablemente,uno de los diseñadores que ha definido la moda masculina contemporánea.
El mensaje del diseñador es claro, tal y como él dijo: “Visto de negro porque es lo que siento y llevo por dentro”. Esto explica la razón por la que este color prevalece en sus colecciones. Se le llamó “maestro del color negro”, ya que, a pesar de siempre utilizar el mismo color, Yamamoto logra maravillarnos con su simplicidad. Pureza, líneas libres y fluidas en cada uno de sus diseños conceptuales, inspirados en la tradición japonesa y empleando el deconstructivismo de manera pulcra.
Por eso sus colecciones nunca resultarán amenazantes, a excepción de para quienes no respetan a la mujer. Y por eso su hombre, más allá de la androginia, jamás ha temido la fragilidad. «Esas nociones de masculinidad y feminidad sólo sirven para que el mundo resulte más fácil de categorizar y controlar», expone. «La tarea que me he impuesto es la de diseñar prendas que no respondan a semejante autoridad».
Hoy que es tan habitual encontrarse tipos desfilando con atuendos femeninos/feminizados, conviene recordar aquella vez que Yamamoto escenificó una colección masculina enteramente con mujeres. La asexualidad, la deconstrucción, la tradición asumida como vanguardia, el chandalismo (Y-3, su entente con Adidas, data de 2002), cualquier cosa en la que se piense en realidad él ya la hizo antes.
A los 75 años, nada queda por demostrar, si no es pasar cual apisonadora por encima de los Yeezy y los Off-White de nuestros días. Y, acaso, seguir incordiando: «Con mi trabajo, con las prendas que creo, lo que en verdad hago es afirmar que estoy aquí. Así que, en última instancia, supongo que sí molesto. Quiero ver cicatrices, fracaso, desorden y distorsión para poder reconocerme en los demás. La perfección es una especie de orden; como la armonía total, responde a la voluntad de alguien. Un ser humano libre no desea eso. La perfección es una cosa muy fea». Ahora ya saben por qué los templos japoneses siempre se quedan sin acabar.
Yamamoto también ha trabajado en una perfumería sofisticada e ingeniosa, inspirada en el corazón de la cultura japonesa.
ISSEY MIYAKE.
El diseñador más reverenciado del Japón actual, supo aplicar el posmodernismo recién nacido en las artes plásticas a la industria textil, y puso en marcha una deconstrucción de los parámetros con los que se trabajaba en Occidente.
Nacido en Hiroshima en 1938, era un niño cuando cayó la bomba atómica sobre su ciudad natal en 1945. Bajo el nombre de Issey, traducido al español como «una vida» y Miyake «tres casas», hace honor a su nombre con un estilo de vida único, preso de una creatividad indomable.
El japonés se graduó de la Tama Art University en 1964 con un diploma en Diseño Gráfico. Más tarde, se mudó a París para estudiar en el École de la Chambre Syndicale de la Couture Parisienne. Fue aprendiz de grandes diseñadores como Hubert de Givenchy, Guy Laroche y después de Geoffrey Beene en Nueva York.
Miyake, se dio cuenta que no quería seguir la ruta del diseño elitista parisino y en 1970 regresó a Japón y fundó su propio estudio. Es en Tokyo donde creó prendas experimentales bajo la filosofía de que sus creaciones eran el 80% y el 20% restante lo completaría el usuario, quien era quien tenía la última palabra en como utilizar la prenda.
Sus diseños rompieron con las siluetas convencionales, siendo el enfoque principal la relación entre el cuerpo humano y los textiles. Sus piezas no seguían las líneas tradicionales del patronaje. Éste concepto fundamental, atravesó las barreras de las prácticas tradicionales del Occidente.
Al igual que sus compatriotas Rei Kawakubo, Yohji Yamamoto y Kenzo Takeda, las proporciones exageradas y las piezas unisex lo llevaron a la fama. Juntos marcaron para siempre la época del avant-garde japonés. Presentó su primera colección en 1971 en la ciudad de Nueva York, con jerseys pintados a mano hechos con técnicas japonesas para hacer tatuajes.
Gracias a Issey Miyake la moda y el arte se dieron la mano por primera vez en el año 82 cuando una de sus esculturales creaciones apareció en la portada de la revista de arte «Artforum».
Poco después, Miyake sentó las bases de las exposiciones de moda con unas presentaciones permanentes de sus colecciones cuyos ecos resuenan hoy en la Fundación de Azzedine Alaïa, Yves Saint Laurent o, en Madrid, la Colección López-Trabado.
La única mujer de los grandes diseñadores japoneses, Kawakubo, creadora de la firma Comme des Garçons, fue -y es- la más disruptiva.
Los trajes de jorobas deformando completamente la silueta femenina, su maestría del harapo y del volumen desequilibraron la simetría convencional en Occidente. Sus ideas y contraposiciones son una fértil fábrica de prendas inéditas.
En su estudio tokiota, Miyake usó todo lo aprendido en París y Nueva York para crear su propio sentido del diseño textil, centrándose en el aspecto tecnológico de éste con la ayuda de Makiko Minagawa, un ingeniero-artista que explora las posibilidades de las telas.
Con la naturaleza como referencia, buscó de manera incansable una moda “habitable” y que recogiera el movimiento, combinando técnicas ancestrales y nuevas tecnologías, y experimentando con los materiales.
Cabe destacar que, pese a ser uno de los miles de japoneses directamente afectados por las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos (es oriundo de Hiroshima),Miyake nunca temió ni experimentó ningún rechazo hacia la tecnología, sino todo lo contrario.
Issey Miyake dedica toda su carrera a buscar en la tecnología del tejido la base para sus prendas. Combina sin ningún pudor lo tradicional y lo nuevo desde las técnicas de hilado, teñido y confección japonesas a las fibras sintéticas y planchas industriales en búsqueda tanto de tejidos livianos que se adapten como de estructuras volumétricas independientes.
La obra de Miyake es una constante reflexión sobre las relaciones de la tela, la prenda y el cuerpo, en la que incluye la tecnología y la individualidad. Su relación con la estética zen, la posmodernidad y lo popular le ha llevado al reconocimiento, recibiendo galardones como el Premio Kyoto de Arte y Tecnología en 2006 y en 2005 el Praemium Imperiale de Escultura.
Y no sólo en Japón se le ha rendido honores, sus diseños han recorrido gran parte de los museos de arte contemporáneo del mundo: Australia, Estados Unidos, Alemania, Austria, Francia…han comisariado exposiciones sobre Miyake y su trabajo.
Se retiró de la moda en 1997 y centró su labor en investigar. Su marca sigue estando activa y sus perfumes. con L’eau D’Issey Miyake a la cabeza, gozan de una enorme popularidad en todo el mundo. Miyake murió en agosto de 2022 a los 84 años de edad.
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