Lagerfeld era un hombre multitarea y polifacético hasta su último día: fue director creativo de Chanel durante más de tres décadas, devolviéndole a la maison la relevancia y manteniendo todo su esplendor hasta el día de su muerte. Por otra parte, también estuvo 54 años en la cabeza de la casa Fendi, la cual bajo su tutela pasó de ser una marca italiana familiar dedicada a las pieles a una marca internacional muy bien posicionada dentro de la industria. Y todo ello sin olvidar que fundó su marca homónima, Karl Lagerfeld, en dónde también llevaba las riendas. A sus 85 años seguía desarrollando diez colecciones anuales para Chanel, dos para Fendi, dos para Karl Lagerfeld (a pesar de que en el año 2005 vendió su marca a Tommy Hilfiger) a parte de seguir ilustrando por placer, vistiendo películas o espectáculos, haciendo sesiones fotográficas para revistas o para su editorial 7L o incluso diseñando muebles.
Él inventó un nuevo tipo de diseñador; otros intentaron seguir su camino al emular su capacidad de diseñar para múltiples marcas de forma simultanea pero pocos lo consiguieron. Karl hizo que pareciera fácil. A pesar de ello, en la casa Chanel fue donde siempre brilló más ya que llegó a transformar una etiqueta francesa polvorienta en una potencia de lujo global multimillonaria. No dudó en refrescar y reeditar los best sellers de la marca como el 2.55, los slingback, las perlas o las camelias, y los insertó en la cultura popular de todo el mundo. Gracias a su labor, Chanel fue creciendo e influyendo en la industria de la moda hasta alcanzar el éxito y la repercusión que tiene la firma a día de hoy.
Siempre estuvo rodeado de mujeres bellas, de sus musas, las cuales le ayudaron a encapsular el espíritu de la época en cada momento de su trayectoria. Lagerfeld fue pionero en este enfoque desde principios de la década de los ochenta con el icono de estilo parisino Inès de la Fressange. Cuando Lagerfeld reclutó a Inès como musa, inmediatamente se convirtió en algo más que en una modelo, se convirtió en la primera embajadora de la marca oficial para la casa francesa. La modelo se convirtió en su referente absoluto en la década de los ochenta y después de un periodo en el que estuvieron distanciados, en 2010 la francesa volvió a la casa como si el tiempo entre ellos no los hubiera distanciado. Desde sus primeros días con de la Fressange, Karl ha seguido haciendo equipo con las mujeres más poderosas e influyentes del mundo de la moda y del cine. Actrices, modelos, consultoras de moda, iconos. Algunas de estas mujeres son Linda Evangelista, Claudia Schiffer, Julianne Moore, Carine Roitfeld, Vanessa Paradis y su hija Lily Rose-Depp, Kate Moss, Cara Delevingne o Kaia Gerber, entre una larga lista.
Otra de sus musas ha sido Carolina de Mónaco, la aristócrata siempre viste de Chanel y el diseñador siempre se encargaba de la dirección artística del Baile de la Rosa, el evento social más importante del Principado de Mónaco que tiene como finalidad recaudar fondos para la Fundación Princesa Grace Kelly. Carolina, que en los últimos años acostumbraba a acudir al glamouroso evento acompañada por Karl, llegó este año del brazo de su hermano, el príncipe Alberto, vestida como no podía ser de otra forma, de Chanel, en homenaje a su fallecido amigo.
Gafas de sol oscuras, pelo recogido en una coleta, traje oscuro, camisa blanca y guantes de cuero: su imagen era su seña de identidad, además la convirtió en una marca registrada. En el año 2005, aproximadamente, el diseñador cambió su aspecto al perder 42 kilos, ¿la razón? Según reconoce el mismo Karl “lo hice para poder vestir los trajes de Hedi Slimane”. Incluso publicó un libro llamado The 3D Diet en donde contaba su experiencia. Por todo esto y más, vamos a repasar toda su trayectoria y sus mayores hitos.
Karl nació en el año 1933 según su parte de nacimiento – a pesar de que él lo negó ya que siempre retrasó su nacimiento al año 1938 – en el seno de una familia de clase media-alta en Hamburgo (Alemania). Su madre, Elisabeth Bahlmann era una violinista hija de un político alemán y su padre, Otto Lagerfeld, era un reconocido empresario que obtuvo fortuna al introducir la leche evaporada en Alemania. Al terminar la primaria decidió trasladarse a Francia en dónde continuó formándose en el Lycée Montaigne en París, pero abandonó el colegio en varias ocasiones.
Tras establecerse en París comenzó a moverse en la escena de la moda parisina diseñando sus propias creaciones. En 1954 participó en el concurso International Wool Secretariat (Secretariado Internacional de la Lana) en donde ganó el primer puesto en la categoría de abrigos con un diseño de un abrigo cilíndrico con cinturón. En ese mismo concurso también participaba otro grande de la moda, Yves Saint Laurent, el cual también ganó un primer premio pero en la categoría de vestidos. Gracias a dicho concurso (en aquel momento Karl tenía 17 años) fue contratado como asistente junior en Pierre Balmain ya que el Sr. Balmain era uno de los miembros del jurado; ahí es dónde pudo formarse en la alta costura de la mano de otro genio de la moda. Como dato interesante, a raíz del citado concurso, Yves Saint Laurent fue contratado por la casa Christian Dior, hecho que aumentó la rivalidad entre ambos diseñadores. Se dice que Karl creó su propia firma en 1984 para no ser menos que Saint Laurent, para no ser “ese que solo diseña para otros” ya que Yves creó su propia firma en el año 1961.
Karl permaneció en Balmain sólo tres años ya que se cansó de ser un asistente – “no nací para ser asistente” decía en algunas entrevistas- así que se buscó otro trabajo. Al poco tiempo, en 1957, fue contratado en la casa clásica de alta costura Jean Patou; posteriormente comenzó a trabajar con la firma Tiziani aunque su período en dicha casa fue muy breve ya que según él “la firma no tenía el glamour al que estaba acostumbrado”. El fundador de Tiziani, Evan Richards, guardó algunos de los diseños de Lagerfeld y sus libretas de bocetos y en 2014 fueron subastados por la firma; uno de los bocetos más destacados era el que diseñó para Elisabeth Taylor.