11 Mar Tendencias: Botas Blancas
Las botas blancas
A día de hoy es innegable que las botas blancas han sido un elemento de controversia a lo largo de los años, su auge durante la década de los sesenta ha provocado que se vieran como un elemento de disfraz o algo pasado de moda, hasta su reentrada en el mundo de la moda. no solo hemos visto este calzado a las it girls más atrevidas, sino también en pasarelas y hasta en tiendas low cost.
Historia de las botas
La historia del origen de la bota describe a su vez el proceso de civilización del hombre, ya que el objetivo principal de este tipo de calzado era ofrecer protección, pero con el paso de los años va adquiriendo un significado también estético y social. Existen pinturas rupestres en España que datan de 15.000 a.C, donde se encuentran los primeros registros de un tipo de calzado, que hoy día asociaríamos con las botas, elaborado con fines de protección. Este tipo de zapato ha sido registrado en culturas accidentes, como la mesopotámica, donde eran portados tanto por hombres como mujeres, y tenían un fin utilitario y ostentoso. Antiguamente las diferencias entre clases sociales eran más evidentes y se demostraban a través de los atuendos o las pertenencias físicas.
Durante la Edad Media aparecen las primeras botas de caña alta hasta por encima de la rodilla, solían confeccionarse en cuero y estaban decoradas con piedras preciosas a modo de criterio estético y social.
Con el transcurro de las civilizaciones, la bota se volvió un elemento exclusivamente masculino, reservando a la mujer otro tipo de calzado más delicado con el que apenas podían abandonar el hogar, remarcando así el control y la dependencia femenina de la cultura occidental. El uso de las botas por parte de la mujer se limitaba a las actividades de montar a caballo, siendo una actividad restringida a las mujeres más pudientes, ya que se trata de un pasatiempo de ocio.
Durante el siglo XVIII la indumentaria masculina comienza a presentar cambios, las calzas que cortaban bajo la rodilla se sustituyen por pantalones ajustados, siguiendo un patrón similar al del pantalón actual, medias largas y botas de piel altas hasta la rodilla.
Un calzado de origen militar
Durante los inicios de este siglo XIX la bota era considerada como un elemento militar y masculino, el apogeo de esta moda viene derivado del uniforme influenciado por el Imperio Napoleónico.
Las botas clásicas comienzan a decorarse con borlas, picados y espuelas, con el fin de mostrar empoderamiento y suntuosidad
Esta bota de influencia militar deriva en la conocida bota de Húsar masculina, este nombre proviene del uniforme de los húsares de principio de siglo XIX, una unidad de caballería ligera de origen húngaro, presente en España durante la Guerra de la Independencia. Este modelo está caracterizado por presentar una caña alta hasta poco más del comienzo de la rodilla, más baja por la parte trasera y con una decoración frontal de dos picos redondeados que generalmente eran adornados con borlas; esta bota era también conjuntada con pantalones ajustados por dentro.
Siglo XIX
Con la llegada de la segunda mitad del siglo XIX y los grandes avances industriales, la mujer comienza a adquirir una nueva actitud de poder, es durante esta época cuando aparecen las primeras botas femeninas. Se trata de modelos mucho más delicados y estilizados que los masculinos, normalmente abotonados a un lado o atados son lazos y cintas, presentan caña baja, tacón medio y solían ir ornamentadas y decoradas. Originalmente estas botas estaban confeccionadas en cuero, admitiendo otros materiales como la seda o el tafetán para eventos más festivos. La reina Victoria, una gran influencia en el mundo de la indumentaria femenina inglesa de la época, popularizó la bota de estilo Balmoral, confeccionadas en cabritilla, un símbolo del pueblo escocés.
comienza a divulgarse gracias a la aparición de la producción en serie, consecuencia de la revolución industrial. Durante la ultima década del siglo XIX, las botas específicamente diseñadas para fiestas o paseos, comienzan a caer en desuso, volviendo a convertirse en un elemento de trabajo, mantienen esta estética y percepción de instrumento laboral hasta bien entrado el siglo XX, donde en la década de los años cincuenta vuelven a irrumpir de manera sutil en el mundo del diseño y de la moda.
Apogeo de los sesenta
Durante el siglo XX las botas tuvieron su mayor auge en la década de los sesenta, época de juventud, liberación y reconocida por la explosión de colores y nuevos patrones en el mundo de la moda. Aparece la minifalda y los hot pants, introducidos por Mary Quant en 1964, y las botas, a medida que se acortan las prendas inferiores, comienzan a alargarse, llegando hasta por encima de las rodillas. Con este nuevo estilo, Mary Quant propone acentuar la pierna de la mujer. La bota se convirtió en uno de los emblemas de la década, apareciendo como un nuevo elemento de moda totalmente renovado, se diseñan diferentes alturas de caña y de tacón, se introducen nuevos sistemas de cierre como las cremalleras, se abandona el clásico cuero, limitándolo a productos de alta gama, para dar cabida a nuevos materiales más baratos y novedosos, como el plástico o el vinilo, y se emplean nuevos colores y diseños psicodélicos. Uno de los diseños más característicos es la popularmente conocida bota gogó, caracterizadas por una caña alta, punta redondeada o cuadrada y un tacón bloque medio-bajo, estas podían encontrarse en colores brillantes, siendo el más frecuente el color blanco o crudo.
Esta tendencia de faldas y vestidos mini combinados con botas altas, viene influenciada por la cultura mod, primera subcultura en llevar las botas a la calle y convertirlas en un calzado de diario, desarrollada en Inglaterra durante esta época. Un movimiento caracterizado en las mujeres por llevar el pelo corto, pestañas largas y labios color nude, reconocidos por introducir la bandera de la Union Jack en sus prendas. Uno de los referentes femeninos de esta época y movimiento mod en Inglaterra fue la modelo Twiggy, originalmente llamada Leslie Lawson y reconocida por este mote debido a su constitución pequeña y delgada que recordaba a una remita, twiggy en inglés.
El corte popularmente conocido como gogo boots en América fue uno de los más versátiles de la época, fueron objeto de deseo de mods, la moda space-age e incluso como calzado de uniforme en compañías aéreas y animadoras. Un patrón inspirado por el pop art con colores primarios y materiales brillantes.
En 1964 el diseñador francés Andre Courreges trajo a la luz una colección moderna y futurista a la que tituló Moon Girl. Esta colección presentaba cortes con línea A, una paleta de color monocromática, mini faldas y botas altas blancas. En Europa las gogo boots eran también reconocidas como las botas Courreges en nombre del diseñador que les dio cabida en el sector de la Alta Costura y la moda.
Unos de los personajes más influenciadores de esta década o del movimiento mod, fueron los integrantes del grupo musical de Los Beatles, los cuales colaboraron en la invasión británica en Estados Unidos, donde las jóvenes reclamaban el estilo y las nuevas siluetas de Reino Unido. Las botas gogó blancas se comenzaron a popularizar en todo el mundo, hasta considerarse un estandarte de la cultura femenina joven de la época, algo similar al efecto que tienen hoy en día zapatillas como las All Star o las Vans.
Siguiendo con la difusión de esta moda en Estados Unidos nos encontramos con un claro ejemplo de popularización de esta tendencia, la cantante y actriz Nancy Sinatra, la cual lanzó en 1966 un álbum titulado Boots. Su atuendo se componía principalmente de minifaldas y botas de caña alta, popularizando y divulgando este estilo gracias a los vídeos musicales de canciones como This boots are made for walking o Bang Bang.
Las botas Cuissarde, una extrema versión de las botas gogó, llegaban hasta por encima de las rodillas y se solían confeccionar en piel brillante; este diseño tiene su origen en las botas de montar de los soldados del siglo XVIII. Este tipo de bota se limitaba al uso de editorial, pasarelas o eventos muy puntuales, ya que, debido a su material de plástico y su altura hasta el inicio del muslo, provocaban mucho calor.
Ahora bien, ¿de dónde recibe el nombre de gogó este estilo de bota?, se cree que el término bota gogó procede de las bailarinas gogó que participaban en los programas de televisión de baile de la época, más concretamente en el programa musical Hollywood A Go-Go, asentado en Los Ángeles durante la década de los sixties. Al parecer este corte de bota con tacón medio cuadrado resultaba mucho más cómodo para bailar que cualquier otra bota con punta o plataforma. Existen otras corrientes que afirman que este término proviene de la palabra gogo en francés, que significa abundante, o del término francés la gogue, que expresa diversión y felicidad.
Los setenta
Durante los años setenta comienza el movimiento hippie y con una concienciación de reciclaje y dar una segunda vida a las prendas con el fin de boicotear el capitalismo que tanto rechazaba esta cultura, se pierde la visión positiva del consumismo, esta cultura vuelve a siluetas más relajadas y colores más sobrios, como tonos tierra. Paralelamente se desarrolla la cultura disco o afro, donde la exuberancia es lo primordial: pantalones campana, flecos, satén y mucho polyester brillante; todo esto acompañado del calzado estrella de la época: las botas con plataforma, que eran llevadas tanto por hombres como mujeres en diversos colores, estampados y materiales. Durante los primeros años de la década se sigue empleando la bota de corte gogó y uno de los colores predominantes en este producto seguirá siendo el blanco, estas botas comenzarán a adquirir mayor altura añadiendo plataforma a la suela y presentando un tacón mucho más largo y ancho.
Cambio de estilo
En los años ochenta se populariza el uso de las cowboy boots, apartadas del mundo de la moda hasta ahora, y limitadas a su función original, se rediseña este modelo incorporando algunos elementos característicos de la moda de la década, como el efecto arrugado en la piel o tacón en forma de cono invertido.
Paralelamente, en un ámbito más comercial aparece un corte de botín caracterizado por una caña baja hasta el tobillo, punta afilada y, en ocasiones, cordones frontales y tacón corto y fino, este tipo de botín comúnmente llamado como granny boots, lo podemos reconocer por haberlo visto en los outfits de famosas cantantes como Madonna o en el vestuario fílmico de actrices como Molly Grinwald.
Con la llegada de la nueva década de los noventa aparece un estilo más minimalista, compuesto por prendas de colores más planos en una paleta de blancos, negros y colores neutros. Aparece la tendencia grunge, derivada de un subgénero del rock alternativo influido por el punk, el rock clásico y el heavy metal. Este estilo se caracteriza por presentar una estética desenfadada, masculina y muy effortless. Durante esta década las botas blancas no son un fenómeno que se encuentre de manera masiva en las pasarelas o tiendas, el calzado por excelencia son las botas militares y con plataforma, limitando la existencia de botas blancas a las de estilo Dr. Martens. El clásico corte de bota blanca con caña alta y tacón cuadrado entra en total desuso, dejando esa tendencia como algo de los sesenta ya pasado de moda.
Actualidad
Durante la primera década del siglo XXI se populariza el uso de las botas cowboy, en numerosos estilos y colores, sin limitarse al clásico cuero marrón o negro; y la bota de tacón de aguja y punta afilada. En este último caso encontramos modelos en piel blanca. Durante la entrada de los 2000 el color blanco en los zapatos, y en especial en las botas, ha sido objeto de polémica, era poco común encontrar a mujeres llevando este estilo de calzado y solían verse en las celebrities más atrevidas que más tarde serían criticadas por revistas como chabacanas o atrevidas.
Desde el pasado 2017, parece que estas botas blancas han resurgido de sus cenizas y se han convertido en tendencia, vistas primero en la pasarela, después en los looks de las fashionistas y finalmente hasta en las tiendas más low cost. Las pasarelas de otoño/invierno 2017 fueron las primeras en desfilar este tipo de calzado en las más altas casas de moda, desde Valentino hasta Hermés, pasando por Chanel, la marca de moda que tiene como colores icónicos el blanco y negro y que ha lanzado a lo largo de las décadas diferentes modelos de botas con esta característica combinación de calzado blanco con puntera negra. Es en la colección de otoño Ready-To-Wear de 2017 donde vuelve el corte más clásico de los sixties, con caña alta, punta redondeada y tacón cuadrado, pero con una vuelta de hoja, la purpurina
En las pasarelas de primavera de 2017, podemos ver como otros diseñadores, como el caso de Victoria Beckham, apostaron por un modelo plano y una mezcla de texturas, combinando las botas con colores neutros y pasteles, con el fin de seguir llevando este calzado durante el inicio de la época del buen clima.
Mix de Tendencias
A día de hoy en las tiendas tanto de alta gama como de calle encontramos el clásico corte de punta redondeada, tacón cuadrado medio y caña alta que vivimos en los sesenta, pero también aparecen otros nuevos estilos, como botines elásticos o de tacón de aguja; y otras tonalidades, como blanco roto o crudo.
Las botas blancas se han convertido en un must en el armario de toda mujer, al igual que unas botas militares negras, no pueden faltar durante la temporada de otoño/invierno; ¿lo mejor de esta moda? Ahora ya no existe un diseño que predomine sobre los otros, la tendencia en sí es llevar el color blanco en el modelo de bota que más se ajuste a tu personalidad.
A la moda del color blanco se le suma la tendencia de la logomanía, el estilo bota calcetín, el corte militar, chunky o cowboy; convirtiendo esta tendencia en un estilo que se está renovando con cada temporada, pudiendo siempre recurrir al corte clásico inspirado en los sixties.
Aparición en medios
Como la propia revista Vogue aclaraba en diciembre de 2019, “de primeras, puede parecer que esta tendencia es difícil de llevar, pero lo cierto es que no lo es tanto como parece. Los colores en tendencia para esta temporada otoño/invierno facilitan esta combinación de calzado; el gris, el beis, el blanco, el negro… Todas estas tonalidades neutras hacen que utilizar unas botas blancas sea una tarea sencilla.” Como es el caso de la súper modelo Lily Aldridge, que, apuesta por unas botas blancas de tacón, conjuntadas con un total look en gris.
Este artículo se ha realizado por la redacción del equipo de EOB, si quieres contactar con nosotros mándanos un mail a info@enriqueortegaburgos.com