GIVENCHY DESDE 1995

GIVENCHY

GIVENCHY DESDE 1995


EL LEGADO DE GIVENCHY Y LA EVOLUCIÓN DE SU MARCA Y MAISON DESDE SU RETIRADA EN 1995

 

En esta entrada, haremos un recorrido por el legado de la marca Givenchy a partir de que el fundador que lleva su mismo nombre se retirara en 1995, cuando decidió jubilarse y afirmó que “había dejado de hacer vestidos pero no descubrimientos y que la vida era como un libro había que saber cuando pasar la página”. Esto sucedió luego de cuarenta años de exitosa carrera en el jet set de la moda internacional.

 

SI QUIERES SABER MÁS SOBRE HUBERT DE GIVENCHY:

BIOGRAFÍA PARTE 1

BIOGRAFÍA PARTE 2

 

Givenchy 1995: antecedentes y consecuentes

 

Nacido en 1927, Hubert James Taffin de Givenchy fundó su casa homónima en 1952. Ese mismo año, presentó una colección que dejaría una huella indeleble en la historia de la moda: sus “separados” – blusas elegantes y faldas ligeras que mezclan líneas arquitectónicas y sencillez – tuvo un enorme éxito a la luz de las miradas más restringidas del día. Nacía el “enfant terrible de la Alta Costura”. Líneas sobrias, caderas esbeltas, siluetas esbeltas y cuellos de cisne conquistaron a actrices de todo el mundo. En 1955, Hubert de Givenchy presentó su primer vestido camisero; la evolución hacia las formas de las linternas se volvería icónica.

Audrey Hepburn, como musa del diseñador, lo acompañó en la invención de un estilo que redefiniría los estándares de elegancia. En 1969, el lanzamiento de la línea “Givenchy Gentleman” se convirtió en un referente en la moda masculina. Después de una carrera de más de 40 años y de formar parte del grupo LVMH en 1988, Hubert de Givenchy se retiró en 1995.

 

Le sucedieron algunos de los grandes talentos creativos de la moda, en orden cronológico: John Galliano, Alexander McQueen, Julien MacDonald, Riccardo Tisci y, más recientemente, Clare Waight Keller, quienes diseñaron el vestido que usó Meghan Markle para casarse con el príncipe Harry, duque de Sussex, en mayo de 2018. Apenas dos meses antes, Monsieur Hubert de Givenchy falleció pacíficamente en París. 91 años

En junio de 2020, Givenchy abrió un nuevo capítulo en su historia con el nombramiento de Matthew M. Williams como director creativo de las colecciones de mujer y hombre. Diseñador autodidacta, el Sr. Williams aporta a la Maison un compromiso con la artesanía y la atención al detalle, así como una comprensión intuitiva de la confección, la tecnología y la integridad en la moda. Su habilidad para traducir las tendencias culturales en alta costura, junto con su visión de la actitud atemporal y el encanto inclusivo de la Maison, lo convierten en el administrador ideal para hacer avanzar el legado de Givenchy de una manera moderna y poderosa.

Un poco de historia de Givenchy a partir de 1995.

 

Cuando Givenchy se retiró en 1995, el enfant terrible británico John Galliano le sucedió. Embelesando a las primeras filas con su moda teatral (velos cubriendo las caras, chaquetas de bolero y guirnaldas de flores) sus flores estaban impresas en trajes pegados a la piel con sombreros de copa inclinados a juego. Galliano se fue a Dior al año siguiente para ser reemplazado por otro británico, Alexander McQueen. McQueen, que había fundado su propia firma epónima en 1992, creó un espectáculo similar, si bien más oscuro, para Givenchy.

Sus desfiles eran crudos y te transportaban: pasarelas de cristal tintado y patinadores sobre hielo danzando al ritmo de aullidos de lobos, y vestimentas fetichistas de corte exquisito sobre los pechos cubiertos de látex de una modelo adornada con mariposas, por poner un ejemplo.

El siguiente showman en escena fue el galés Julien Macdonald en 2001, quien trajo las plumas y lentejuelas a la firma. No consiguió encajar y aunque realizó vestidos negros de cóctel para su última colección en 2004, el cuento de hadas de tres años acabó para él.

 

 

El italiano Riccardo Tisci llegó en 2005 y redujo la fantástica ostentación típica de sus predecesores. Para la colección primavera/verano 2006 sacó a la pasarela una colección a modo de aperitivo plagada de camisas blancas transparentes y blusas con cuello de lazo. Después cambió la marcha. Kim Kardashian y la modelo trans Lea T se convirtieron en sus musas y sus vestidos se hicieron o bien increíblemente adornados o bien apenas existentes. Madonna lo eligió como diseñador para la Gala Met en 2016, pero se marchó al año siguiente poniendo punto final a un impresionante período de 12 años consistente en estampados de leopardo, toneladas de encaje, modelos con piercings de tipo septum y máscaras de lentejuelas fucsias.

En mayo del 2017, la diseñadora inglesa Clare Waight Keller vino desde Chloé, convirtiéndose en la primera directora artística de la casa. Se hizo con la línea de ropa femenina y masculina y mostró su primera colección de couture después de 8 años de parón de la firma en enero del 2018. Y en mayo ya había creado otra pieza que pasaría a la historia: el vestido de novia de Meghan Markle para su boda con el príncipe Harry. El sello real de aprobación.

A continuación, Vogue realiza un tour por los distintos diseñadores que han forjado la historia de una firma plagada de estrellas.

 

El sueño de Givenchy.

 

 

Una década antes de que Audrey Hepburn protagonizara enfundada en un Givenchy, la mítica escena de ‘Desayuno con diamantes’, el joven aristócrata Hubert de Givenchy hacía realidad su sueño de crear su propia firma de moda. Aquí, unos años después de su primera colección, en su estudio de París.

Hubert de Givenchy tuvo la genial idea de aplicar elementos de la Alta Costura a sus colecciones de prêt-à-porter, sus piezas combinables se convirtieron en un auténtico hito y la prensa especializada mostró su entusiasmo ante la llegada de un nuevo y refinado concepto.

Sus conjuntos de faldas y blusas, refinadamente diseñadas, con apliques de lentejuelas y formas vanguardistas conquistaron desde sus primeros desfiles al público y a la prensa especializada. Aquí, un conjunto de blusa y falda con flores bordadas y guantes blancos.

 

 

Hubert de Givenchy estuvo al frente de la firma más de cuarenta años. En todo ese tiempo, el diseñador consolidó un estilo único y unos valores de alta moda que herederían sus sucesores, haciendo más grande la leyenda de Givenchy.

Givenchy, en sus más de cuarenta años de carrera, se supo adaptar a los cambios de tendencia manteniéndose siempre fiel a su espíritu. En la imagen, dos diseños de la colección de primavera-verano de 1984 con hombreras marcadas y medias de rejilla, de total actualidad en los 80 pero sin perder de vista la elegancia de la marca francesa.

 

Los sucesores de Hubert de Givenchy desde 1995

 

 

Cuando Givenchy se retiró en 1995, el enfant terrible británico John Galliano le sucedió. Embelesando a las primeras filas con su moda teatral

Kate Moss desfila para la marca francesa en 1997, año en el que Alexander McQueen ya había tomado el relevo a John Galliano, quien un año después de entrar en Givenchy, la dejó por la dirección creativa de Dior. Con Alexander McQueen, se inauguró un estilo algo más oscuro que el de sus predecesores pero igual de vanguardista.

El primer desfile de Alexander McQueen para Givenchy marcó las lineas de diseño que veríamos durante los años que el diseñador británico estuvo al frente de la casa: grandes dosis de teatralidad y referencias a la naturaleza combinadas con aspectos futuristas y de vanguardia

Alexander McQueen ya experimentó en Givenchy con las espectaculares puestas en escena que después caracterizarían los desfiles de su propia marca. Con el director creativo británico los desfiles de Givenchy adquirieron una teatralidad sin competencia. La belleza, a través de los peinados y el maquillaje de sus desfiles, también fue ganando protagonismo en la puesta en escena de Alexander McQueen para Givenchy. Aquí, una espectacular Esther Cañadas en el desfile de la marca, en 1998

Alexander McQueen en su etapa de Givenchy, supo conjugar la herencia clásica de la casa, con trajes de costura impecable y bien definida, con sus referencias procedentes de infinidad de épocas, estilos y lugares. Alexander McQueen fue evolucionando dentro de la casa Givenchy, al frente de la que estuvo más de 10 años, y en su última etapa sus colecciones eran un viaje al futuro con lo mejor del pasado: prendas de corte clásico con otras elaboradas a base de circuitos y materiales vanguardistas.

El siguiente showman en escena fue el galés Julien Macdonald en 2001, quien trajo las plumas y lentejuelas a la firma y volvió a las líneas más convencionales de la marca, dejando claro que la era de McQueen, con toda su fantasía, había quedado atrás. Con Julien Madonald Givenchy se volvió más convencional, un efecto derivado de suceder al imaginativo y excesivo McQueen. Madonald presentó diseños sobrios, con materiales clásicos como las plumas y la pedrería para retomar los diseños de Givenchy más tradicionales.

El italiano Riccardo Tisci llegó en 2005 y redujo la fantástica ostentación típica de sus predecesores. Para la colección primavera/verano 2006 sacó a la pasarela una colección a modo de aperitivo plagada de camisas blancas transparentes y blusas con cuello de lazo. En manos de Riccardo Tisci el clasicismo de Givenchy adquirió tintes neo-punks con modelos desfilando con piercings y diseños de formas geométricas. También experimentó con tejidos como el cuero que moldeó como quiso.

Riccardo Tisci tuvo la habilidad de conjugar la herencia de una casa sofisticada como Givenchy, con elementos más rockeros como las prendas de cuero o los maquillajes de estilo gótico. Un mix que posicionó de nuevo a la marca en la vanguardia de la moda.

Tras 12 años con Riccardo Tisci al frente de la casa, en mayo del 2017, la diseñadora inglesa Clare Waight Keller vino desde Chloé, convirtiéndose en la primera directora artística de la casa.

Después de décadas futuristas y otras más oscuras, Givenchy retoma su faceta más femenina y sofisticada de la mano de la británica Waight Keller, con diseños pensados para iluminar a las mujeres que los lleven sin demasiados artificios. Clare Waight Keller no solo pasará a la historia por ser la primera mujer al frente de la casa, sino por protagonizar la histórica vuelta de Givenchy a la Alta Costura después de ocho años de ausencia. Una vuelta muy esperada cuyos diseños no decepcionaron.

 

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