Chanel Inc. contra What Goes Around Comes Around LLC. - Casos 2018 - Enrique Ortega Burgos
 

Chanel Inc. contra What Goes Around Comes Around LLC. – Casos 2018

Chanel Inc. contra What Goes Around Comes Around LLC. – Casos 2018


Chanel presenta una demanda contra What Goes Around Comes Around ante el Tribunal Federal del distrito sur de Nueva York, el día 14 de marzo de 2018.

Chanel acusa a la empresa de venta de productos vintage de uso ilegítimo de su marca registrada, publicidad engañosa, competencia desleal. La demanda presentada por Chanel se apoya como fundamentos jurídicos para la acusación en la infracción por parte de What Goes Around Comes Around de la Ley de Nueva York sobre prácticas comerciales engañosas o desleales.

La prestigiosa marca de moda denuncia a la compañía What Goes Around Comes Around por considerar que esta empresa, dedicada a la venta de productos vintage, está utilizando la reputación de reconocidas y selectas marcas para impulsar su negocio.

Además, Chanel acusa a la demandada de vender productos falsificados de su firma, así como de engañar a los consumidores haciéndoles creer que existe una vinculación entre Chanel y What Goes Around Comes Around.

DATOS DEL CASO

Tribunal New York Southern District Court

Caso 1:18-cv-02253.

Fecha de la demanda 14 de marzo de 2018

Naturaleza  Trademark Infringement (Lanham Act)

Juez Louis L. Stanton

Demandante CHANEL INC.

Demandada What Comes Around Goes Around LLC.

Acusación Uso ilegítimo de una marca registrada, publicidad engañosa, competencia desleal.

Pretensión Compensación económica por daños y medidas cautelares que aseguren que WGACA cesará en sus prácticas ilegales.

¿QUIÉN ES CHANEL?

Chanel, Inc. es una empresa filial de Chanel SA registrada en EEUU. La casa Chanel, reconocida en el mundo de la moda y de la cosmética, fue fundada por Gabrielle “Coco” Chanel en 1913.

Tras la muerte de su fundadora en 1971, sufrió un estancamiento hasta que el diseñador Karl Lagerfel tomó el control de los diseños y relanzó su popularidad.

Actualmente está controlada por la familia Alain Wertheimer. Es propietaria de diversas filiales en Japón ( Chanel KK) y en Hong Kong, además de otras marcas como Eres, dedicada a la lencería y ropa de baño, y de siete talleres de confección a través de la empresa Parafecction.

Los mayores beneficios de la empresa provienen de los departamentos de moda ‘pret-a-porter’ (listo para ponerse) y de artículos de piel.

La sede principal se encuentra en Neuilly-sur-Seine, en la región de Île-de-France en los alrededores de París. Las ventas se reparten entre Europa (40% de las ventas), Asia/Pacífico (33%) y América (20%). Cuenta con 1.450 empleados.

La compañía declaró unos ingresos de 9.600 millones de dólares en 2017, un 12% más que en 2016 y unos beneficios de 1.700 millones de dólares.

LA POSICIÓN DE CHANEL

Chanel argumenta que la base del negocio de WGACA es un parásito que basa su negocio en la reputación de un puñado de selectas marcas de lujo.

La acusación incluye que la demandada ha estado vendiendo regularmente productos falsificados. Además, Chanel afirma que What Goes Around Comes Around ha buscado engañar a los consumidores para que asuman que la firma mantiene algún tipo de acuerdo con Chanel a la hora de autentificar los productos que comercializa en su web.

El fundamento en el que Chanel se apoya es que la demandada hace un innecesario uso continuo de la marca y de sus productos, publicando imágenes y contenido exclusivos de la misma en su web y en sus redes sociales.

Asimismo, le incrimina de vender objetos con la marca Chanel, tales como cubiertas de cajas de pañuelos de papel, bandejas o espejos, sin autorización.

La demandante atribuye a la empresa reclamada de parapetarse en ser el mayor vendedor mundial de artículos de lujo vintage. Sin embargo, estipula que la acusada vende objetos falsificados o de segunda mano, con menos de veinte años de antigüedad.

La Comisión Federal de Comercio de los EEUU recomienda que los artículos tengan al menos cincuenta años de antigüedad para clasificar un objeto como vintage.

Chanel rechaza cualquier tipo de aprobación del mecanismo de autentificación de What Goes Around Comes Around, del que dice que se fundamenta en valoración puramente interna de la empresa o de autentificaciones aceptadas por terceros anónimos.

*Para una información más concreta se puede ver la demanda interpuesta por Chanel contra What Goes Around Comes Around en el anexo1


ACTUACIÓN JUDICIAL

Como primera medida, el juez Louis L. Stanton del Distrito Sur de Nueva York, en septiembre de 2018, ha decidido sobre la moción de desestimación solicitada por la demandada rechazándola en casi su totalidad.

El tribunal mantiene las acusaciones de falsificación y vulneración de derechos de marca registrada, publicidad engañosa, competencia desleal y falsificación de respaldo y asociación, con el fin de determinar si el uso de la marca registrada Chanel por parte de la demanda genera confusión, engaño o equivoco sobre la fuente de sus artículos.

El juez acepta la acusación de Chanel contra What Goes Around Comes Around, por usar el hashtag #WGACACHANEL. Chanel afirma que la intención de la demandada es que los compradores concluyan que What Goes Around Comes Around está afiliada a Chanel o que es un minorista autorizado.

El juez admite la demanda de Chanel de que el uso intensivo de la marca registrada incurre en publicidad engañosa.  Además, establece que resulta aceptable y legal que se mencionen las marcas, únicamente con intención de identificación del producto, pero deja de serlo cuando potencialmente cause confusión en cuanto a la afiliación o respaldo de Chanel.

Sin embargo, no toda la decisión favorece a Chanel. La acusación de competencia desleal se desestima ante la incapacidad de Chanel de mostrar una mala fe por parte de What Goes Around Comes Around. También falla en contra de la petición de Chanel de hacer personalmente responsables a los fundadores de la empresa de productos vintage, Gerard Maione y Seth Weisser, adicionalmente a la compañía.

La petición de Chanel es el cese de las prácticas que puedan confundir a los consumidores además de una compensación económica por daños.

Este caso es importante dado el tamaño creciente del sector de reventa de artículos de lujo, actualmente valorado en veinticinco mil millones de dólares.

El proceso está pendiente de resolución judicial.

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