CONOCE ELIZABETH ARDEN: LA EMPRESA NORTEAMERICANA DE COSMÉTICA. PARTE 2.
En esta entrada, continuaremos relatando la historia de la empresa Elizabeth Arden, que es una de esas firmas legendarias que desprenden algo más que cosmética y perfumes cuando es nombrada. Su vida empresarial comienza con la idea de sus salones de belleza, con esas puertas rojas que todas queremos atravesar, o porque su estilismo representa a la mujer que desprende elegancia.
Elizabeth Arden creó un imperio basado en una idea original de negocio, revolucionando de esa forma la industria de su sector. El cual le permitió conocer las nuevas costumbres de las mujeres parisinas en aquellos años especialmente intensos de la capital francesa. De ese conocimiento, Elizabeth Arden extrajo nuevas ideas que la condujeron a producir una serie de productos tan variados como los coloretes, los polvos de color, las máscaras de pestañas o las sombras de ojo. Sus innovaciones, a partir de ahí, serían constantes.
LA ESCALADA EMPRESARIAL DE ELIZABETH ARDEN
La lista de innovaciones de esta empresaria es asombrosa. Ella inventó ideas que parece que siempre han estado ahí: introdujo el maquillaje para ojos en Estados Unidos, las tallas de viaje, las pruebas de maquillaje en tiendas; fue la primera que nombró un producto de belleza con su nombre y la que promovió la formación sistemática del personal de venta. Todo esto sigue vigente. Esta canadiense afincada en Nueva York abrió en 1910 en Manhattan un salón llamado Red Door; antes de esa fecha no existían los centros de belleza urbanos, lugares de cuidado y relax donde pasar unas horas en una ciudad.
La historia de esta firma nace en 1910, cuando en la Quinta Avenida inaugura el primer Red Door Salon, con un préstamo de 6.000 dólares. Era muy discreto: sólo tenía tres salas de tratamiento y un laboratorio y contaba con un equipo formado únicamente por la propia Elizabeth y tres ayudantes. una manera efectista de llamar la atención. Detrás de esa puerta, había un salón de belleza de tres habitaciones donde Miss Arden creó un entorno de completo lujo, al tiempo que ofrecía tratamientos de belleza que cumplían lo que prometían.
Elizabeth Arden estaba convencida de que la belleza no debería ser sólo maquillaje, sino una cooperación perfecta entre la ciencia y la naturaleza. De
hecho, contrató a un químico para que desarrollase un producto con la textura de la nata batida.
Al igual que con los salones, fue pionera al crear un nuevo método para el cuidado de la piel, desbancando a la idea de aquella época de que la misma crema servía para todo y para todos. De esta forma nace una nueva fórmula en el tratamiento moderno, los cuatro pasos básicos, limpiar, tonificar, hidratar y nutrir con diferentes fórmulas para distintos cutis. Limpiadoras y tónicos tuvieron tal éxito que consiguió devolver su préstamo en menos de seis meses.
Viajó a Paris en 1914, y viendo a las francesas acudir maquilladas a eventos como la ópera, el teatro, con las uñas pintadas, decidió que el color formaría parte de su gama, coloretes, sombras, maquillaje, siendo lo más chic de Nueva York ir maquillada. De hecho, en la lucha por el voto femenino, Arden ya había trabajado dos años antes en los labiales rojos, regalándose a las como símbolo de la independencia.
VIAJES DE FORMACIÓN Y EXPANSIÓN DE NEGOCIO DE ELIZABETH ARDEN INC.
En 1912 la empresaria viajó a Francia para aprender nuevas fórmulas de belleza. Durante sus viajes de negocios descubre masajes faciales que ya eran habituales en París. Cuando regresa a Nueva York, lleva consigo una nueva colección de coloretes y polvos de sol de su creación.
Con espíritu innovador y estrategias de marketing, en sus salones de belleza, enseñaba a las mujeres cómo debían aplicar el maquillaje. Se trataba de embellecer combinando correctamente los colores para ojos, labios y rostro.
Elizabeth se convirtió en la responsable de establecer un estilo adecuado, apropiado e incluso necesario para conseguir la imagen de una dama. Hasta entonces, el maquillaje se había asociado a las clases más bajas de la sociedad norteamericana.
Como en aquel entonces París era el centro de la moda, se desplazó a la capital donde se introdujo en todos los medios y salones de belleza y, cuando creyó haber conocido suficientemente el mundo de la estética, regresó a Estados Unidos y aunque no tuvo el éxito que esperaba, prosiguió con su proyecto y patentó una gama de sus productos que bautizó con el nombre de “Venetian” que tuvo más éxito y al mismo tiempo creó una escuela para enseñar a maquillarse.
Su gran impulso se produjo en las Fiestas de Nueva york en las que consiguió que sus clientes incrementaran sus productos, por lo que tuvo que pedir un préstamo al banquero Tommy Lewis, que terminó siendo su esposo casándose en 1915. Posteriormente tuvo una agitada vida y su carácter le hicieron ganar enemigos de todo tipo, pero su proyecto seguía produciendo grandes beneficios a nivel mundial.
En 1917, ofreció los primeros productos de tamaño de viaje. Y en 1918 fue la primera en el mundo de la cosmética en impartir formación y en utilizar un equipo de demostradoras y vendedoras. Del mismo modo en 1925: El negocio de Elizabeth Arden hace $2 millones de ventas domésticas al año. Inaugura Salones Elizabeth Arden en Filadelfia, Detroit y San Francisco. Fue en 1930 cuando lanzó su mítica Eight Hour Cream. La combinación de vaselina, un beta-hidroxiácido calmante y vitamina E consiguió que el bálsamo de color albaricoque fuese extremadamente efectivo.
En 1934 creó su famoso concepto de spa, en Mount Vernon, donde la alta sociedad de Estados Unidos acudía por semanas a tratarse en cuerpo y alma casi. En 1935, Miss Arden expandió su imperio de belleza con el lanzamiento de un nuevo perfume, Blue Grass,
Fue la firma que antes entendió la importancia de la publicidad, siendo los primeros en anunciarse en los cines. Cuando llegó la Segunda Guerra Mundial llevaba años guardando materias primas como previsión, por lo que su negocio no se resintió.
En esta época, también, Elizabeth Arden introdujo el concepto del spa en el mundo del cuidado femenino. El ejercicio, la dieta y el masaje se convirtieron así en elementos fundamentales para toda aquella mujer que deseara mostrar una apariencia física estupenda.
Maine Chance fue el nombre del balneario abierto por Elizabeth Arden para demostrar, a todos los exclusivos clientes del mismo, los resultados de la aplicación de los planes integrales de belleza.
Mediada esa década fue cuando Elizabeth Arden comercializó el primer perfume de la casa, el Blue Grass. Hay quien sostiene que esta fragancia fue creada por los laboratorios franceses Fragonard y que la hermana de Arden compró la fórmula para su hermana. Sea cual sea el origen de su fórmula lo cierto es que el nombre de este perfume (Blue Grass) es idea de la propia Elizabeth Arden. Con él rendía homenaje a las praderas de Kentucky en las que pastaban sus caballos.
El pasto de aquellas praderas recibía el nombre de Blue Grass (“hierba azul”) y ése fue el nombre (junto a la imagen de un caballo) que Elizabeth Arden escogió para aquel primer perfume de la casa. A este perfume le acompañarían, décadas después y cuando ya la fundadora de la casa hubiese muerto (lo hizo en 1966), nombres como Red Door, Green Tea o uno de sus perfumes más famosos, el 5th Avenue Elizabeth Arden.
CAMBIO DE DUEÑOS DE ELIZABETH ARDEN INC.
French Fragrances, Inc. (FFI), conocida empresa dedicada a la fabricación y comercialización de perfumes de prestigio, compró a Elizabeth Arden en 2001. Se prudujo en 2005 el lanzamiento de PREVAGE® Anti-aging Treatment, el primer producto cosmocéutico que produce cambios fisiológicos en la apariencia de la piel.
En junio de 2016, la empresa estadounidense de cosméticos Revlon anunció su intención de comprar Elizabeth Arden Inc. por 870 millones de dólares estadounidenses (611 millones de libras esterlinas). Cuando se concluyó el acuerdo, se esperaba que la compañía tuviera ventas brutas anuales de US $ 3 mil millones.
El 7 de septiembre de 2016, Revlon completó la adquisición de Elizabeth Arden. En el momento de la fusión, se esperaba que E. Scott Beattie se uniera a la junta directiva de Revlon, Inc. como vicepresidente no ejecutivo y se desempeñara como asesor principal de Fabián García, presidente y director ejecutivo de Revlon.
El 3 de noviembre de 2016, la junta directiva de Revlon nombró a E. Scott Beattie, ex presidente, presidente y director ejecutivo de Elizabeth Arden, para que se desempeñe como miembro de la junta directiva de Revlon en calidad de vicepresidente no ejecutivo.
CREADORA DE UN IMPERIO COSMÉTICO DE RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL.
En 1929 la empresaria canadiense ya poseía alrededor de 150 salones de lujo en los Estados Unidos y Europa.
Por aquel entonces, sus más de 1000 productos de creación propia ya podían encontrarse en el mercado de lujo de más de 22 países. Propietaria única de su marca, Elizabeth se había convertido en una de las mujeres más ricas de la época.
Un año después, inauguró el spa residencial Maine Chance en Roma Maine, el primer spa de belleza en los Estados Unidos. Un nuevo concepto llegaba a manos de la revolucionaria emprendedora. Aquella no fue la única novedad que implantó. Si años atrás ya había descubierto los beneficios estéticos de aplicar maquillaje sobre los ojos, se le atribuye también la idea del “cambio de imagen”. En 1962 el gobierno francés le concedió a la innovadora empresaria la Legión de Honor, como reconocimiento a su gran labor y contribución a la industria de los cosméticos.
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