En esta entrada conoceremos la historia de uno de los diamantes más famosos, raros del mundo y caros de la historia, el diamante Wittelsbach-Graff, cuya historia se remonta al siglo XVII pasando por varias familias reales europeas. Al salir de las manos de la realeza europea tuvo paradero desconocido, hasta que fue adquirida por Lawrence Graff, quien lo sometió a una polémica modificación que le dio mayor esplendor a su tono azul, pero que fue bastante criticada.
En los actuales momentos se dice que es propiedad de la familia real de Catar. La tonalidad azul de este diamante es rara y es eso lo que la ha dado su fama colocándola al nivel del famoso diamante Hope. Comencemos:
EL DIAMANTE WITTELSBACH EN LAS FAMILIAS REALES EUROPEAS.
La historia del diamante Wittelsbach es una de las más antiguas que consta de una piedra preciosa. Es preciso indicar que este diamante proviene de la India, específicamente en las mina de Kollur, ubicada en Andhra Pradesh. Durante el siglo XVII las minas de la India eran las únicas fuentes de diamantes a nivel mundial. Se dice que fue el viajero y comerciante francés Jean-Baptiste Tavernier quien lo llevó a Europa.
Ahora bien, se dice (pero no está comprobado) que el primer propietario de este diamante fue el rey Felipe IV de España, quien lo habría adquirido para su hija, la infanta Margarita Teresa (futura emperatriz germánica por matrimonio), en 1664. Sin embargo, no existen pruebas que lo corroboren.
La primera prueba documentada del diamante data del año 1673 en Viena cuando fue mencionado como parte de los bienes de la emperatriz Margarita Teresa. En el año 1722, el diamante salió de Austria con destino a Baviera con motivo al enlace de la entonces archiduquesa María Amalia con el príncipe Carlos Alberto de Baviera, perteneciente a la dinastía Wittelsbach que reinó en Baviera hasta el año 1918, de ahí que el nombre con el cual ha sido conocido el diamante. También se hizo conocido como Der Blaue Wittelsbacher.
Durante su estadía con la familia reinante de Baviera, el diamante fue engarzado a la rama germana de la Orden del Toisón de Oro. Posteriormente, fue montada en la corona del reino de Baviera. El diamante Wittelsbach fue visto en público por última vez en el año 1921 durante los funerales del rey Luis III de Baviera.
LOS MISTERIOS DEL DIAMANTE WITTELSBACH.
En el año 1931 la ya exfamilia real de Baviera puso a la venta varias de sus joyas, entre ellas, el diamante Wittelsbach por medio de una subasta organizada por la casa Christie’s en Londres. Sin embargo, el precio ofrecido fue muy bajo y no consiguió ser vendido. Después de esta subasta se desconoce el paradero del diamante Wittelsbach. Se dice que permaneció en manos de un gobierno seguro. Pero no existe certeza de su destino después de la subasta frustrada.
Pero el diamante Wittelsbach reapareció públicamente en todo su esplendor en la Exhibición Mundial de Bruselas celebrada en 1958. Sin embargo, después de ello, el diamante desapareció nuevamente de la esfera pública, de nuevo el misterio en relación al paradero del diamante Wittelsbach.
Cuatro años más tarde, 1962, el diamante Wittelsbach reapareció de forma fortuita gracias al joyero belga Joseph Komkommer, a quien le fue encomendada la labor de cortar un misterioso diamante. Sin embargo, el joyero al estudiar el diamante se dio cuenta de que se trataba del legendario Wittelsbach, decidió comprarlo, ya que consideró que cortarlo implicaría que perdiera su valor y las cualidades que lo han hecho famoso. Por lo que, asociado con otros joyeros belgas y estadounidenses, fue adquirido el diamante por la cantidad de 180.000 dólares.
Dos años después, Komkommer puso a la venta el diamante a un coleccionista privado, desapareciendo nuevamente del ojo público.
EL DIAMANTE PASA A SER WITTELSBACH-GRAFF.
Después de su venta en los años 60, el diamante Wittelsbach permaneció en paradero desconocido otra vez. Pero el 10 de diciembre de 2008, el Wittelsbach reapareció gracias a una subasta organizada por la casa Christie’s en Londres.
En esta ocasión el diamante consiguió un comprador: el millonario joyero británico Laurence Graff, fundador de Graff Diamonds, quien pagó la cantidad de 23,4 millones de dólares por el Wittelsbach, siendo todo un record ya que las estimaciones lo valuaban en 15 millones de dólares. Pero este récord lo perdería en el año 2010 cuando, precisamente Graff, pagó 46 millones de dólares por un diamante rosado.
Dos años después de hacerse con el diamante Wittelsbach, Graff tomó una polémica decisión: cortar el diamante para remover las impurezas y marcas que ha acumulado a lo largo de los siglos. Además, este corte haría que se intensificara su tonalidad azul. Al verificarse esta transformación del diamante, el Instituto Gemológico de América actualizó el estatus de Wittelsbach de “Fancy deep greyish blue” a “Fancy deep blue”, un estatus más relevante dentro de la clasificación técnica de los diamantes.
Al culminarse la modificación, el diamante fue rebautizado como Wittelsbach-Graff. La modificación generó muchas críticas entre los expertos joyeros debido a que consideran que los cambios que sufrió el diamante fueron drásticos, que apenas se le reconocía como el Diamante Witteslbach. También en Alemania fue muy criticado el corte del diamante ya que consideran que se pierde una parte de la historia de lo que fue el Reino de Baviera.
Entre los más críticos de esta transformación se encuentran Hans Ottomeyer, entonces Director del Museo Histórico del Berlin, quien dijo que después de la modificación el diamante “ya no es de ninguna forma el Wittelsbach”.
Para el joyero Laurence Graff, la adquisición y modificación del diamante ahora conocido como Witteslbach-Graff es uno de los momentos cumbres de su carrera.
EL WITTELSBACH-GRAFF Y EL HOPE.
Después de su modificación y 50 años de no haber sido visto en público, para que el mundo lo viera en su nueva forma, el diamante Wittelsbach-Graff fue puesto en exhibición en el Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian, junto al diamante Hope, otro antiguo diamante de tonalidad azul, que al igual que el Wittelsbach, está ligado a la realeza, aunque en este caso a los reyes de Francia.
La exhibición de ambos diamantes se llevó a cabo del 28 de enero hasta el 1 de septiembre de 2010. Mucha especulación ha habido en relación a que ambos diamantes comparten un origen común, ya que ambos presentan la misma tonalidad azul y provienen de la India, el único proveedor de diamantes durante el siglo XVII. Además, fue el comerciante francés Jean-Baptiste Travernier quien trajo el diamante Hope a Europa.
Durante la exhibición conjunta de los diamantes, un estudio fue realizado por expertos del Smithsonian comparando ambos diamantes usando sofisticados aparatos. La conclusión que, si bien ambos son originarios de la India bajo condiciones geológicas similares, ambos diamantes presentan pequeñas pero significativas diferencias que demuestran que no provienen de la misma piedra.
EL DIAMANTE WITTELSBACH-GRAFF EN LA ACTUALIDAD
Después de la exhibición del diamante en el Smithsonian, en el año 2011, Laurence Graff vendió el diamante. Se dice que el actual propietario del diamante es el padre del actual Emir de Catar, el jeque Hamad Bin Khalifa Al-Thani. Se dice que el precio por la compra del Wittelsbach-Graf fue de 80 millones de dólares, superando ampliamente los 23,4 millones de dólares que Graff pagó previamente. Sin dudas, al final la modificación que Graff hizo del diamante valió la pena considerando el precio que pagó el anterior Emir de Catar.
LAS MEDIDAS DEL WITTELSBACH-GRAFF
Antes de la modificación que sufrió el diamante medía 35,56 quilates, lo que equivale a 7,11 gramos. Después del recorte que le hizo el joyero Graff, el diamante quedó midiendo 31,06 quilates, lo que equivale a 6,12 gramos, perdiendo aproximadamente 4,5 quilates o 0,99 gramos.
Sin dudas, el diamante ahora conocido como Wittelsbach-Graff tiene una historia muy apasionante y peculiar, ya que hay vacíos en los periodos durante los cuales se ha desconocido su paradero. Si en efecto, la familia real de Catar ha adquirido este diamante, prevalente en algún futuro lo pongan en exhibición, por cuanto una de las ambiciones de esta familia es hacer de Catar una referencia cultural, y para ello han abierto una serie de museos que ya se han convertido en referencia en el Medio Oriente.
Solo queda esperar si alguna vez tendremos la oportunidad de disfrutar esta maravilla de la naturaleza.
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