Enrique Ortega Burgos

Diana Vreeland. Parte II

Valorizó como nadie la dirección editorial

 

 

 

Se le adjudica haber cambiado la historia de las revistas de moda y a partir de ella se reconoce la importancia de la dirección editorial, un puesto que hoy se ha poblado de otros nombres propios sinónimos de influencia y poder.

Ella inventó las revistas de moda tal como las conocemos hoy.

Lo que opina Richard Avedon

“Diana vivió de la imaginación gobernada por la disciplina y creó una nueva profesión. Vreeland inventó el puesto de editor de moda. Antes de ella, eran unas señoras de sociedad que le decían a otras señoras de sociedad como llevar un sombrero”.

Supo interpretar el cambio de la época

Vreeland estuvo en el lugar indicado en el momento indicado.

Supo interpretar su tiempo y reflejar en las páginas de Vogue los cambios de una sociedad que empezaba a cuestionarlo todo.

Identificó a los nuevos protagonistas.

Diana Vreeland, New York 1974

 

The beautiful people

Diana adoraba a los jóvenes, abrazó su idiosincrasia, aprobaba su estilo, y acuñó el término Youthquake para describir el nuevo movimiento, así como a las personas que lo crearon y sus seguidores.

De hecho, era conocida por sus metáforas y la creación de etiquetas descriptivas, y el uso que Vogue le dio a la frase “the beautiful people”, se convirtió en la clave del chic, del estilo de vida elegante de los 60´s.”

La misma Diana Vreeland  se refiere así al término youthquake:
“Fue una pequeña revolución, y no de las sangrientas gracias a Dios. La juventud salió al encuentro de la vida, en lugar de esperar a que la vida la alcanzara, lo que establece la diferencia entre la década del 60 y las otras décadas en las que viví.”

 

La celebración de lo singular

Diana Vreeland sostenía que la imperfección es el aspecto más interesante de la belleza.

Anjélica Huston quien empezó su carrera como modelo con ella, cuenta como le indicaba a los fotógrafos que “exaltara los defectos” de las modelos.

Una nariz grande o unos dientes separados sumaban puntos en su canon estético.

Diana Vreeland convirtió a las modelos en estrellas y a las estrellas en modelos

Anjelica Huston, Twiggy, Lauren Hutton, Marisa Berenson, Verushka, Penelope Tree, fueron algunas de las elegidas para interpretar su idea de belleza imperfecta.

Mick Jagger, Cher, Barbara Straisand , Mia Farrow, Ali McGraw, Los Beatles, Cathrerine Deneuve, y Audry Hepburn fueron algunas de sus ‘celebrities -modelos’.

También creó las grandes producciones de moda.

“The Great Fur Caravan” en Japón con Verushka , fotografiada por Richard Avedon y con estilismo de Polly Mellen es una de las más impactantes e innovadoras de aquellos años.

Manhattan, 1979

 

Buscaba siempre los mejores y más novedosos

No dudó en incorporar en sus ediciones a Truman Capote como colaborador en sus días de A Sangre Fría o entrevistas a artistas como Jackson Pollock, sin cuestionarse acerca de si eran adecuadas para una revista de moda.

Se rodeó de los mejores y celebró el trabajo de fotógrafos de la dimensión de Cecil BaetonRichard AvedonIrving Penn o David Bailey.

 

“La moda es parte de la vida diaria y cambia todo el tiempo, con cada acontecimiento. Uno puede ver el advenimiento de una revolución en la ropa. Se puede ver y sentir todo lo que está pasando en la ropa”.

Vreeland en The Dick Cavett Show (Mayo 1978)

 

Diana Vreeland llega al MET

Sus aportes no terminan con su paso por Vogue.

En 1972 comenzó como consultora en el Costume Institute del Metropolitan Museum of Art de Nueva York.

Con su mirada vincula el arte con la moda y a los museos con la moda.

Organiza exposiciones espectaculares de gran éxito y convocatoria como El Mundo de Balenciaga (1973), Diseño de Hollywood (1974), La gloria del traje Ruso (1976), Vanity Fair (1977). Yves Saint Laurent (1983).
La muestra anual de la moda en el MET se sigue realizando hasta hoy con la curaduría de un ex asistente de Diana, Harold Koda

“Se convirtió en el arquetipo y estereotipo de una editora de moda”, escribe el diseñador Marc Jacob en el prólogo de Allure, uno de los libros escritos por Diana Vreeland.

Y agregaba: “Nadie ha sido como ella. Ha habido otras personalidades fuertes, pero no otra Diana Vreeland”.

“Anna Wintour es igual de poderosa, si no más poderosa. Pero es diferente. El espíritu de descubrimiento y la celebración de lo singular y lo nuevo es lo que hace a una gran editora. Mrs. Vreeland fue pionera en esa clase de acercamiento”.

 

Diana pasó sus últimos días retirada en el departamento de Park Avenue rodeada de familiares y amigos íntimos. Murió el 2 de agosto de 1989.

El rojo es el gran clarificador: iluminando, aclarando, revelando. Hace hermosos a todos los colores. No puedo imaginarme estar aburrida de él, sería como cansarte de la persona que amas. Yo quería hacer de este apartamento un jardín,  sería un jardín en el infierno.

 

La importancia de haber dirigido Vogue

Sin duda Diana Vreeland ha contribuido decididamente a la historia de la revista más influyente del mundo.

Un auténtico compendio de ilustraciones, fotos y reportajes que han conformado cientos de portadas e interiores de la revista a través de las décadas.

Porque Vogue siempre presentó los  trabajos de algunos de los artistas, ilustradores de portadas y fotógrafos más respetados del siglo XX, desde Edward Steichen, Toni Frissell y Erwin Blumenfeld hasta Irving Penn, Richard Avedon, David Bailey, Helmut Newton, Annie Leibovitz, Mario Testino, Steven Klein, Bruce Webber y Herb Ritts.

En 1909, un neoyorquino emprendedor llamado Condé Nast se hizo cargo de una revista de sociedad en apuros y la transformó en la revista de moda más glamorosa del siglo XX.

Evidentemente Diana Vreeland fue decisiva en el desarrollo y la influencia de este coloso de los medios, desde la exploración de la fotografía de moda moderna y las nuevas imágenes a mediados del siglo XX, y desde 1962 hasta la fecha de retiro de Diana Vreeland, en la que en todo momento se refuerza la condición de líder revista de estilo hoy.

Una historia de la revista que investigada a fondo incorpora relatos en primera persona, entrevistas con editores y fotógrafos, y extractos de historias escritas en la revista por muchas personas del mundo. escritores de renombre, incluidos Truman Capote, Aldous Huxley, Richard Burton, Federico Fellini y Marcello Mastroianni. Si bien ella no pudo hacerlo todo, su impronta es invalorable e incalculable.

Su reemplazo en el Metropolitan

Harold Koda, el nombrado curador a cargo del Instituto de Vestuario del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, cuenta la historia de llevar a Alexander Vreeland, nieto de la difunta gran Diana Vreeland, a almorzar en el comedor de los fideicomisarios del Met.

Koda, quien era curador asociado en ese momento, fue informado sin rodeos que tendría que esperar, incluso con una reserva.

“Alexander Vreeland me dijo que eso nunca le habría pasado a su abuela, porque ella no lo habría permitido”, recuerda Koda sobre la mujer que dirigió el Instituto de 1972 a 1989.

“Y tenía razón. Con la Sra. Vreeland, tenías esta personalidad grandiosa y ambiciosa. Hay gente que todavía la canaliza. No soy uno de ellos. Soy un observador, un académico, muy aburrido «.

 

Lisa Immordino Vreeland: “Diana era feminista sin darse cuenta”

La directora se refirió en una entrevista de 2012 lo que significó llevar la vida de su pariente Diana Vreeland, superestrella de la moda del siglo XX, a la gran pantalla.

Mientras investigaba una película sobre la abuela de su marido, Lisa Immordino Vreeland se encontró con los diarios de la mujer mayor, que se encuentran en la Biblioteca Pública de Nueva York.

El diario personal de Diana Vreeland

Lisa Immordino Vreeland hace referencia a que a Diana Vreeland quería dejar constancia en su relato diario, que “en ciertos períodos, hablaba de la necesidad de sobresalir». Diana escribía a los 12 años “necesito ser original”, por lo que Lisa sabía perfectamente que tenía que hacer algo especial.

La adolescente de mente fuerte creció para cumplir sus ambiciones infantiles.

Diana Vreeland se convirtió en uno de los iconos de estilo más influyentes del siglo XX.

Como editora en jefe de Vogue durante gran parte de la década de 1960, revitalizó el mundo de la moda al celebrar la singularidad en lugar de la belleza genérica.

Fue una de las primeras en incluir músicos en sus páginas e hizo la carrera de fotógrafos como David Bailey y Richard Avedon, quienes describieron afectuosamente a Vreeland como su «tía loca».

En este documental lo que hace Lisa es presentar las contribuciones de más de 60 entrevistados, incluidos miembros de la familia Vreeland, así como los diseñadores de moda Oscar de la Renta, Diane von Furstenberg y Calvin Klein.

 

Diasna Vreeland en el New Yorker

 

Lisa Immordino Vreeland está casada con Alexander, el hijo del hijo menor de Diana y vive en Nueva York.

«Quiero decir, yo era directora por primera vez y todo lo que sabía de ella al participar en esto era la caricatura, esta mujer exagerada con maquillaje exagerado. No tenía sentido de proximidad con este personaje. Pero lo que sí tenía era acceso».

La película resultante es un fascinante vistazo a la vida de una mujer poco convencional, así como un breve paseo a través de la historia del siglo XX.

Desde que Diana Vreeland naciera nació en 1903 se rebeló contra su educación privilegiada y pasó la década de 1920 en clubes de jazz de Harlem.

En los años 30, entró en contacto con Hitler y le proporcionó lencería a Wallis Simpson, la mujer que luego haría que Eduardo VIII abdicara.

En los años 60, deslumbró a Hollywood y se hizo amiga de Warren Beatty, Cher, Jack Nicholson y Anjelica Huston.

El feminismo que se describe de ella es algo inconsciente, porque nunca le interesó hablar de ello.

Lisa Immordino Vreeland lo refleja claramente en el documental en el que transmite esa idea de que no había nada consciente de lo que estaba haciendo, porque su vida se centró mucho en su trabajo.

Como consecuencia, Vreeland era una madre menos que perfecta. Sus dos hijos, Tim y Frederick («Frecky»), aparecen en la película, recordándola como una presencia distante, ocasionalmente fría.

Y, sin embargo, muchos de los entrevistados recuerdan a Vreeland como una fuerza ardiente de la naturaleza: una mujer que celebraba la excentricidad e insistía en que la imperfección era la parte más interesante de la belleza.

La culpa es de Diana Vreeland

Lisa Immordino Vreeland cuenta también cuenta con otros dos documentales entre sus trabajos, Peggy Guggenheim: Art addict y Love, Cecil .

A su pasión por el cine culpa, de algún modo, a la propia Diana Vreeland.

La señora Vreeland tenía su propia forma de inspirar a las personas a hacer cosas que nunca pensaron que podrían hacer. De manera póstuma, ella hizo lo mismo conmigo, me trajo esta nueva vida, dirigir películas”.

En cuanto a si habría que hacer modificaciones o ajustes al documental, Lisa Immordino Vreeland cree que mejoraría la calidad del sonido de las entrevistas televisadas a la editora y, sobre todo, quitaría algunas imágenes para que el espectador pudiese pasar más tiempo disfrutándolas y apreciando lo que son, un regalo de Diana al mundo de la moda.

 

Referencias

ANNA WINTOUR: LA EDITORA DE VOGUE

https://enriqueortegaburgos.com/anna-wintour-la-editora-de-vogue/

LAS PORTADAS MÁS CÉLEBRES DE COSMOPOLITAN

https://enriqueortegaburgos.com/las-portadas-mas-celebres-de-cosmopolitan/

COSMOPOLITAN

https://enriqueortegaburgos.com/cosmopolitan/

LAS REVISTAS DE MODA MÁS FAMOSAS DEL MUNDO

https://enriqueortegaburgos.com/las-revistas-de-moda-mas-famosas-del-mundo/

VOGUE EN EL SIGLO XXI

https://enriqueortegaburgos.com/vogue-en-el-siglo-xxi/

LA REVISTA ELLE

https://enriqueortegaburgos.com/la-revista-elle/

LAS PORTADAS MÁS POLÉMICAS DE VOGUE

https://enriqueortegaburgos.com/las-portadas-mas-polemicas-de-vogue/

LAS PORTADAS MÁS CÉLEBRES DE VOGUE

https://enriqueortegaburgos.com/las-portadas-mas-celebres-de-vogue/

EL INICIO DE VOGUE

https://enriqueortegaburgos.com/el-inicio-de-vogue/

 

 

 

 

 

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