PIEDRAS PRECIOSAS. PARTE 2.

Nuestra Redacción

hace 2 años

Sin duda las piedras preciosas son elementos de la naturaleza que nos han fascinado desde el principio de los tiempos debido a sus hermosos colores e impactante brillo. Por ello, han sido asociadas con la magia y se han usado en ceremonias y rituales, y se le han atribuido beneficios para nuestra salud tanto física como espiritual.

Desde los primeros años de la humanidad, las personas han usado las piedras preciosas como ornamento, pero también para la protección, y es que la belleza de estos elementos parecen fuera de este mundo. Pero como la ciencia ha avanzado ya se ha demostrado cómo se forman estos elementos y por qué tienen estos colores. Así que conozcamos las piedras preciosas.

¿QUÉ SON LAS PIEDRAS PRECIOSAS?

Primeramente hay que indicar que las piedras preciosas son gemas. Pero ¿qué son las gemas? Pues bien, son minerales que al ser cortados y pulidos pueden ser usados como joyas u ornamentos. Pero en la actualidad no solo los minerales son considerados como gemas, ya que elementos orgánicos como el ámbar y la perla son considerados como gemas. También es preciso indicar que las piedras semipreciosas son gemas, por cuanto ellas pueden ser cortadas y pulidas para ser usadas como joyas o adornos.

LAS DIFERENCIAS ENTRE LAS PIEDRAS PRECIOSAS Y LAS PIEDRAS SEMIPRECIOSAS

Sin embargo, en la actualidad para distinguir una piedra preciosa de una semipreciosa se toma en cuenta la rareza y la calidad de la piedra. De hecho, anteriormente piedras como amatistas y las perlas eran consideradas piedras preciosas, pero debido a la cantidad de yacimientos y lugares de cultivos sus yacimientos o cultivos, la producción de estas piedras no son raras. Pero muchas amatistas y perlas son de una belleza espectacular y alcanzan precios iguales de altos que las piedras preciosas.

¿CUÁLES SON LAS PIEDRAS PRECIOSAS?

Aunque como mencionamos, la división entre piedras preciosas y las semipreciosas se basa más que todo en la rareza y la calidad que tiene la gema, por un tema de costumbre y tradición en el medio de la joyería, solo cuatro piedras son consideradas como preciosas: diamante, rubí, zafiro y esmeralda son las reconocidas como piedras preciosas.

Ellas son las piedras preciosas debido a la rareza, brillo y dureza que poseen, además deben ser bellas y provenir de la naturaleza, así que las piedras o elementos sintéticos jamás podrán ser consideradas de esa manera. Así que comencemos a conocer a cada una de estas cuatro piedras.

EL DIAMANTE

El diamante, esta piedra está considerada como la reina de las piedras en el mundo de la joyería, siendo la más codiciada muchas veces la más costosa. Esta piedra está compuesta de carbono cristalizado, el cual se forma cuando el carbono está expuesto a altas temperaturas y a una alta presión al interior de la tierra.

Generalmente, los diamantes son de color blanco debido a que los elementos que pueden darle coloración no entran fácilmente en esta piedra debido a su gran densidad. Sin embargo, como todo tiene su excepción, algunos diamantes pueden tener algún tipo de coloración debido a anomalías en la estructura cristalina de la piedra, por lo que surgen los diamantes de color.

Los diamantes de color son sumamente raros. En este sentido, puede llegar a encontrarse diamantes amarillos, rosas, azules, rojos, gris, azul y hasta negro. El diamante amarillo o fancy yellow, como también es conocido, es uno de los más codiciados den el mundo de la joyería y llega a alcanzar un alto precio. El color de los diamantes debe ser muy sutil, si se llega a ver un diamante con un color muy intenso, significa que ha sido pintado.

La denominación diamante proviene de la palabra griega adamas que significa invencible, esto como alusión a su dureza, ya que es la piedra (y el elemento natural) más dura que existe y también de la palabra griega diaphanous que significa transparente. La dureza del diamante depende de su pureza y calidad. En este sentido, un diamante de excelente calidad no puede ser rayado otro material excepto por otro diamante.

Se dice que los diamantes comenzaron a ser explotados hace unos 3000 años en India, siendo nombrado en textos antiguos de esa cultura y se convirtió en un objeto de culto en esa cultura. Para los indios, los diamantes se originaban cuando los relámpagos caían sobre las rocas.

Por su parte, los filósofos griegos creían que los espíritus celestes vivían en los diamantes, mientras que para los romanos los diamantes eran las lagrimas de los dioses o estrellas que cayeron en la tierra.

Durante la Edad Media y el Renacimiento, al diamante se le comenzaron a atribuir efectos esotéricos y espirituales, tales como fuera y la verdad, además de espantar las pesadillas y los malos espíritus. En esta época los monarcas europeos comienzan a usar diademas y tiaras de diamantes como símbolos de poder, inclusive el rey Luis IX de Francia, en 1270, decreta que el uso de los diamantes está reservado única y exclusivamente al soberano, para el siglo XV los diamantes se hicieron accesibles para aquellos que no eran reyes.

En la Edad Moderna y gracias a los descubrimientos, son hallados nuevos yacimientos de diamantes en Brasil y en Canadá, creando una nueva fiebre por los diamantes.

Al diamante se le atribuye propiedades tales como liberar el flujo de energía negativa, por lo que ayuda a fomentar la confianza en uno mismo y la autoestima. También se le atribuye tener propiedades purificantes que actúan sobre los órganos tales como riñones e intestinos, por lo que ayuda a eliminar los desperdicios de nuestro cuerpo.

También se dice que estimula las glándulas endocrinas, por lo que equilibrio el metabolismo. En la parte más espiritual, al diamante se le reconoce como símbolo del amor, especialmente del matrimonio, por ello, es que los anillos de compromiso generalmente constan de un gran diamante. En este sentido se simboliza la pureza del amor y la dureza y la solidez del compromiso del matrimonio.

Se dice que el diamante funciona como un detector de mentiras, ya que se dice que el diamante se oscurece cuando está en contacto con una persona mentirosa, mientras se dice que ilumina aun más en contacto con una persona inocente.

Además, se ha asociado al diamante con la realeza, el poder y la riqueza, debido a que ha sido usado por reyes, reinas, emperadores y príncipes. Los principales yacimientos de diamantes se encuentran en Rusia, Bostwana, Congo, Australia y Canadá.

Actualmente, además de ser usado como joyas, en la actualidad, también se usa con fines industriales para cortar y pulir elementos a nivel industrial. Pero no podemos negar que en la joyería es donde más ha brillado, convirtiéndose en la más deseada de las piedras preciosas, brillando en famosas como Marilyn Monroe Elizabeth Taylor, Beyonce Knowles o Jennifer Lopez.

Sin embargo, para muchos estas joyas de diamantes, más que un objeto ornamental, es una inversión que puede ser un gran refugio en épocas de crisis.