STARBUCKS VS TIM HORTONS. COMPARATIVA DE NEGOCIOS 1

Nuestra Redacción

hace 1 año

STARBUCKS VS TIM HORTONS. COMPARATIVA DE NEGOCIOS. PARTE 1

EL GIGANTE CAFETERO TIM HORTONS RECIBE ESTE NOMBRE EN HOMENAJE A SU FUNDADOR, TIM HORTON, UN JUGADOR PROFESIONAL DE HOCKEY QUE NACIÓ EN 1930. DESDE QUE ESTA EMPRESA TUVO SU AUGE, LOS CONSUMIDORES DE CAFÉ SABÍAN QUE SU MÁXIMO RIVAL SERÍA STARBUCKS.

Tim Hortons vs Starbucks.

Vamos a dar un buen ejemplo para comenzar, Tim Hortons representa para los canadienses lo que para los españoles un bar Pepe cualquiera, donde por poco más de un euro, uno se puede tomar un café en vaso de caña y una tostada: un espacio sin pretensiones, que de alguna manera forma parte de la identidad del pueblo.

Por eso, no es casual que al presentar la llegada de Tim Hortons a la Plaza de Santo Domingo de Madrid en 2017, Gregorio Jiménez, consejero delegado de Restaurant Brands Iberia, la multinacional encargada de la expansión de la cadena de cafeterías en España, remarcase que, pese a lo que pueda parecer, Tim Hortons no desembarca como competencia de Starbucks, sino que pretenden “estar en todas partes”, en lugares como “Carabanchel y Vallecas”.

Para entender más esta referencia, es necesario recordar que estos dos barrios madrileños se suelen utilizar como referencia geográfica de la clase obrera, perfil socioeconómico al que pertenece el consumidor mayoritario de Tim Hortons en Canadá.

“En los pueblos y zonas rurales, los locales de Tim Hortons son como plazas, donde la gente se reúne para chismorrear”, explica Scott Hahl, director creativo y escritor, nacido en Kelowna, una ciudad pequeña en la provincia occidental canadiense de la Colombia Británica.

“Por lo general, Starbucks es para los pudientes, Tim Hortons es más de la clase obrera. Hortons se dirige a ese público aquí, y representa un café modesto en un ambiente limpio y relativamente genérico. Yo, si quiero un café, voy a Hortons. Si quiero escuchar un CD de Paul Simon, voy al Starbucks”, remata Scott.

Tim Hortons para todos.

Tim Hortons tiene desde sus orígenes todos los elementos necesarios para atraer a las clases populares. Fundado en 1964 por el famoso jugador de hockey, deporte canadiense por antonomasia, Miles Gilbert Tim Horton y el expolicía Ron Joyce, Tim Hortons se introduce en el mercado canadiense como un negocio sencillo de café y donuts, con el eslogan “Always Fresh” (“Siempre fresco”).

“Hay algo de comunitario en Tim Hortons que Starbucks simplemente no tiene”, añade Kelly Boudreau, profesora universitaria originaria de Moncton, Nuevo Brunswick, provincia al este del país.

“Tienen los Campamentos de Verano Tim Horton y patrocinan ligas menores de hockey, dos cosas muy arraigadas en la comunidad en la que yo crecí. No conozco a nadie que jugase hockey de pequeño que no fuese un Timbit (nombre de uno de los dulces comercializados por TH y también de su programa deportivo)!”.

Adicionalmente, su sencillez y su enfoque comunitario, el precio es uno de los factores más relevantes en la popularización de Tim Hortons como espacio de reunión para jóvenes y obreros.

“Da igual donde encuentres un Tim Hortons, el precio siempre es el mismo. ¿Dentro del cine, donde los precios siempre se triplican? El mismo precio. ¿En el aeropuerto antes de tu vuelo, donde todo es más caro? El mismo precio. ¿En un partido de hockey, donde una cerveza malísima te cuesta 10 dólares? El mismo precio”, cuenta Marc G., ingeniero originario de Edmonton, Alberta, provincia del interior del país.

La verdad es que el hecho de que cobre fuerza una cadena de cafeterías con enfoque internacional que remarca lo identitario y comunitario, sirve como punto de encuentro para familias, adolescentes y trabajadores puede sonar un poco extraño en el contexto español, donde las franquicias alimentarias no se relacionan necesariamente con esta idea.

No obstante, y como explica Patricia Cormack, de la universidad St. Francis Xavier, en un artículo académico, Tim Hortons “se autoriza y legitima como lugar y fuente de la imagen que Canadá tiene de sí misma, explotando las ambigüedades y contradicciones del proyecto identitario canadiense”.

Básicamente, sus anuncios juegan con todos los tópicos canadienses (el frío, los castores, las canoas, el hockey, amabilidad) y la nostalgia, enfatizando la importancia de su café como cura para la morriña cuando se viaja al extranjero.

Una marca con fondo.

Como un dato curioso, en el año 2006, Tim Hortons instaló una cafetería en Afganistán para servir a las tropas canadienses. La web de Tim Hortons anunciaba el evento con una cita del director del Personal de Defensa: “La apertura de un Tim Hortons para servir a las tropas en Afganistán refuerza una ya magnífica relación entre dos instituciones canadienses”.

Y, como cuenta Cormack, ese mismo año el entonces ministro de Asuntos Exteriores Peter MacKay posó ante la prensa internacional tras una reunión con Condolezza Rice, secretaria de Estado estadounidense, en un Tim Hortons, donde ambos tomaron un café.

Tim Hortons en las campañas electorales.

Como ya hemos dicho antes, Tim Hortons ha sabido asociar su café con el orgullo obrero y la problemática identidad canadienses de una forma tan profunda e inteligente que, como explica el escritor e historiador canadiense Douglas Hunter en su libro Double Double: How Tim Hortons Became a Canadian Way of Life, One Cup at a Time, ha empezado a ser un requisito para los políticos en campaña aparecer en un Tim Hortons, bebiendo una taza de café, como forma de conectar con el canadiense medio, incluso cuando no se es consumidor de café.

Un ejemplo de este punto se deja ver cuando al exprimer ministro canadiense Stephen Harper, quien en 2009 durante un discurso hizo una pausa para tomar un sorbo de una taza de Tim Hortons, que contenía chocolate caliente, dado que el político no bebe café.

Así como cuando Michael Ignatieff, antiguo líder del Partido Liberal canadiense, fue pillado infraganti con una taza del Starbucks en una mesa del bus que lo llevaba de tour electoral, cientos de comentarios en las redes sociales lo criticaron, llamándolo elitista bebedor de lattes.

Pero en fin… digamos que la pregunta es otra…

¿Cuál sería el mejor café?: Starbucks o Tim Hortons.

Estos dos gigantes de la industria tienen básicamente la misma edad. Tim Horton abrió su primera tienda en 1964 mientras aún jugaba hockey para los Canadian Maples, luego Starbucks abrió una tienda, una pintoresca, en 1971.

Para que podamos lograr una respuesta a la pregunta de quién sirve el mejor café entre los dos, permítanos establecer una base para llegar a su preferencia más deseada. Para formar esa base, tenemos que conocer a cada una de las empresas mejor de lo que sabemos al pie de la letra.

Vámonos a los números…

La cantidad de tiendas que tienen en todo el mundo les permitiría llegar a una mayor parte de la población mundial; un alcance más amplio, una mayor cuota de mercado.

Sin duda, Tim Horton’s tiene más de cinco mil tiendas en todo el mundo, pero alrededor del 90 por ciento se encuentran solo en dos países, Canadá y los Estados Unidos de América. Son muy populares en los dos países, pero su presencia fuera de eso es escasa, por decir lo menos.

Starbucks, por su parte, tiene más de cuatro veces la cantidad de Tim Horton en todo el mundo, más de 23 mil. Definitivamente, es una presencia muy amplia que le permite llegar a más personas en más países; por lo tanto, una participación del mercado mundial mayor que la de Tim Horton.

Consideremos primero la idea de que Tim Horton, el propietario y fundador, no se imaginó a sí mismo cubriendo el mundo con su marca de café, sino solo en Canadá. Tuvo éxito con eso y razón suficiente por la que no son tan agresivos en expansión.

En relación al menú.

Es tan amplio este tema que se puede abordar por separado: mercadería, comida, bebidas y café… comencemos.

Mercancías:

Ambas marcas tienen mercadería que ofrecen para vender al público como forma de patrocinio. Tim Horton’s tiene paquetes al por menor de una variedad de cafés en polvo, tés y chocolates. En este sentido no hay nada más, ni siquiera tazas o frascos.

Starbucks también tiene todas las mezclas de café en polvo y granos enteros en su mercadería, junto con refrescos en polvo sin café. Además, tiene bolsas, botellas de agua, tazas, vasos y vasos fríos de diseños variados.

Comida:

En este punto podríamos decir que Tim Horton’s tiene una variedad muy respetable de alimentos para el desayuno, el almuerzo y los sándwiches, cuñas y salsas, donas y timbits, productos horneados y pasteles; sin embargo, el surtido puede adaptarse a todas las personas de cualquier edad, incluidos los vegetarianos, no los veganos.

Starbucks tiene la ventaja en esta categoría porque pueden acomodar incluso a los veganos en su tienda con sus cajas de proteínas a base de plantas. Incluso tienen frutas, frutas reales y frutas y nueces empaquetadas en su menú, sin mencionar mentas y gomas de mascar para refrescar el aliento.

Bebidas:

Tim Horton’s ha proporcionado a sus clientes batidos y bebidas sin café, tés helados y cafés helados y refrigeradores con gas. Probablemente, tengan ligeras desviaciones en otras tiendas para ajustarse a la demanda y los gustos locales.

Starbucks tiene una gama más amplia en esta categoría: agua, agua con gas, leche; jugos embotellados, envasados o en vaso; batidos, refrescos, leche de coco helada; tés helados en botella o en vidrio; más de cincuenta piezas de cafés fríos; bebidas mezcladas, bebidas calientes y tés calientes.

Café caliente:

Tim Horton’s tiene una cantidad limitada de cafés calientes y cafés calientes solos, no tés o chocolates calientes. Es muy corto en esta categoría que es la columna vertebral de por qué visitamos este tipo de tiendas. Es triste pero es verdad.

Starbucks, por otro lado, tiene más de cincuenta opciones disponibles para el cliente en su línea de cafés calientes. Más que suficiente para satisfacer a un cliente exigente en un día determinado .; americanos, lattes, blancos, espressos y otros. Todo lo que necesitas hacer es elegir.

Aunque las comparaciones sean odiosas, no está demás decir que Tim Hortons y Starbucks abordan públicos diferentes debido a sus clases sociales; sin embargo, su presencia es altamente relevante para definir, incluso, liderazgos y gustos.