Enrique Ortega Burgos

Rachael Webster Contra LuLaRoe Inc. – Casos 2017

LuLaRoe  ha pasado de ser un negocio de mil millones de dólares a un imán para demandas multimillonarias.

La firma LuLaRoe está en crisis. A pesar de las ventas que aumentaron un 600 por ciento en 2016 y que en 2017 alcanzan los mil millones de dólares, con una red de más de ochenta mil distribuidores en Estados Unidos, se ha convertido en objeto de multitud de reclamaciones y demandas.

La mayor parte de las demandas se centran en acusaciones de venta de productos defectuosos, prácticas comerciales fraudulentas y basarse en un modelo de ventas piramidal.

LulaRoe fue fundada en 2012 por DeAnne Stidham y está basada en una red de vendedores no asalariados, que figuran como consultores de la compañía y cuya única ganancia son las comisiones por sus ventas. Para ser consultor, los vendedores deben adquirir una cantidad de prendas con un valor entre cinco mil y nueve mil dólares, aunque se recomienda mantener un inventario de unos veinte mil dólares para poder hacer frente a los pedidos.

Existen diversas quejas de los consultores. Entre ellas está que la compañía incumple su política de recompra que incluía el compromiso de volver a adquirir el cien por cien del inventario no vendido si un consultor deseara abandonar la compañía, con la única condición de que el estado del mismo sea aceptable.

LulaRoe ha dejado de recomprar el 100% del inventario no vendido por sus consultores y está devolviendo únicamente el noventa por ciento con la excusa de que muchas prendas devueltas no estaban en condiciones óptimas.

Existen quejas también de vendedores que no desean abandonar, sino devolver productos defectuosos de fábrica, que LuLaRoe rechaza aduciendo que han sido usadas. Por esta razón algunos vendedores de LuLaRoe se han visto “atrapados” con mercancía no vendible ni reembolsable por valor de miles de dólares.

Además existe una queja extendida por el cobro indebido de impuestos.

Los consultores que abandonan LuLaRoe afirman que la compañía es poco más que un «esquema piramidal” de ventas y que no puede ser considerado como un negocio real.

En este ambiente, en abril de 2017, LuLaRoe se encontró con la segunda demanda colectiva en menos de dos meses.

La primera la presentó en febrero Rachael Webster en un tribunal federal de Pensilvania alegando que LuLaRoe aplicaba indebidamente un recargo a las compras como si fuera un impuesto sobre las ventas, realmente inexistente.

La segunda demanda, presentada en abril de 2017 en un tribunal federal de San Francisco por las demandantes Julie Dean y Suzanne Jones, denuncia que LuLaRoe realiza prácticas comerciales desleales, ilegales y fraudulentas al anunciar y vender leggings defectuosos, lo que ha provocado que miles de clientes se hayan quejado en medios sociales como Facebook. Las demandantes acusan a LuLaRoe de vender productos defectuosos de manera inmoral.

Los representantes de LuLaRoe han negado categóricamente todas estas acusaciones e incluso parecen estar preparándose para presentar sus propias demandas.

Como una de las primeras actuaciones ha tomado medidas contra la bloguera Christina Hinks, que había informado sobre algunos temas internos de LulaRoe en su blog MommyGyver.

En la demanda, presentada en Illinois, exige que Hinks revele la fuente de lo que ella considera información confidencial y difamatoria sobre su empresa. LuLaRoe afirma en su petición que está trabajando para “proteger y salvaguardar su marca y a las decenas de miles de minoristas de moda independientes que confían en la buena voluntad y la reputación de LLR».

La demandada ha respondido en su blog que mucha de la información se había compartido públicamente por grupos de consultores y clientes descontentos. Afirma en consecuencia sentirse hostigada por LuLaRoe, que es consciente de que dicha información procede de esos foros y que, en lugar de usar el dinero para reembolsarlo a los clientes insatisfechos lo emplea en iniciar un moción estratégica contra la participación pública, conocida como ‘SLAPP’ por sus siglas en inglés (Strategic lawsuit against public participation), moción cuya intención es la intimidación y silenciamiento de críticas protegidas por la libertad de expresión, ante el elevado costo de una defensa legal, para que abandonen su oposición o crítica, para silenciarla a ella, la demandada, y a cientos de personas que critican el comportamiento de LuLaRoe.

Volviendo al incumplimiento de la política de recompra del inventario de consultores que desean dejar de trabajar con la empresa, cuatro de ellos han presentado una querella acusando a LuLaRoe de haber infringido rescindir su política de recompra del cien por por cien de artículos. Alegan que LuLaRoe promovió las compras de los consultores con promesas de reembolso del cien por cien y pago de los costes de envío. Con el fin de que otros consultores en situación similar puedan sumarse a la demanda han pedido al tribunal que considere su demanda como colectiva.

Un representante de LuLaRoe ha informado que nunca se afirmó que la política de recompra fuera a ser permanente. Y que se decidió en septiembre de 2017 cambiarla ante los que consideraban un abuso por parte de un buen número de minoristas al devolver productos en malas condiciones.

Además de la demanda se ha promovido una petición a través de Change.org recogiendo firmas pidiendo a LuLaRoe que cumpla con sus términos originales de recompra del cien por cien.

DATOS DEL CASO

Tribunal Corte del Distrito Oeste de Pennsylvania

Caso 2:17-cv-00225-DSC

Fecha de la demanda 17 de febrero de 2017

Juez David S. Cercone

Demandante Rachael Webster

Demandada LLR, Inc.

Pretensión Daños y perjuicios, honorarios y costas de abogados, así como devolución de las sumas cobradas ilegalmente.

¿QUIÉN ES RACHAEL WEBSTER?

Racheal Webster es una persona física residente de Pennsylvania, Estados Unidos, víctima de una supuesta estafa por parte de LuLaRoe. Era una de las consultoras de la compañía.

LA POSICIÓN DE LA DEMANDANTE

La compañía comercializa sus prendas de punto utilizando una combinación de ventas directas y marketing multinivel. Los consultores individuales obtienen una parte de las ganancias de la venta de inventario, así como incentivos por contratar a nuevos consultores. 

El marketing en línea permite una gran expansión, pero aparentemente también conduce a la confusión. Según la demanda LuLaRoe exige a sus consultores que procesen las ventas a través de una plataforma de pago en línea, llamada «Audrey».

La demanda alega que el sistema cobra automáticamente el impuesto por las ventas de los clientes según la ubicación del consultor y no la ubicación del cliente.

A Webster se le cobraron 35,16 dólares de impuestos, cuando en Pennsylvania no se cobran impuestos sobre la venta de ropa. Según la demandante, no deberían haberle cobrado dichos impuestos. De acuerdo con la demanda, esos recargos no se pagaron a las autoridades fiscales correspondientes.

Webster demanda en nombre de ella misma y de todos los demás que se encuentren en una posición similar para desafiar la práctica ilegal, injusta, engañosa y fraudulenta de la demandada. 

Pide daños y perjuicios, honorarios y costas de abogados, así como devolución de las sumas cobradas ilegalmente.

*El anexo 2 corresponde a la demanda.

CONOZCAMOS A LULAROE

LuLaRoe es una empresa de marketing MLM o piramidal, cuya estrategia es vender productos a través de personas no asalariadas, las cuales obtienen sus ganancias mediante comisiones de las ventas que realizan, basándose en una estructura piramidal o sistema de comisiones de compensación binaria.

Con sede en Estados Unidos, vende ropa para mujeres. LuLaRoe fue fundada en 2012 por Deanne Brady y su esposo Mark Stidham. Como una empresa de marketing piramidal, LuLaRoe recluta distribuidores independientes -a los que la firma denomina «consultores de moda»-, quienes venden los productos directamente, a menudo a través de las redes sociales.

En 2016 LuLaRoe reportó ventas de 1,000 millones de dólares, lo que la habría convertido en una de las firmas más grandes en la industria de marketing piramidal del momento. En 2017 el número de distribuidores independientes que vendían la ropa de la compañía ascendía aproximadamente a 80,000.

La compañía ha recibido críticas y demandas de distribuidores y defensores de los consumidores en varios temas relacionados con su modelo de negocio y con  la calidad y el diseño de sus productos. En octubre de 2017 se presentó en California una demanda colectiva y en enero de 2019 el Fiscal General del Estado de Washington presento una acusación sobre LuLaRoe por ser  un esquema piramidal.

LuLaRoe se incorporó el 1 de mayo de 2013. El nombre de la compañía se derivó de la combinación de los nombres de las tres primeras nietas de Brady: Lucy, Lola y Monroe.

La firma se centró inicialmente en la venta de maxi faldas. En ese año, la compañía creció a 10 empleados, 145 distribuidores y 3 millones de dólares en ventas.

En 2014, LuLaRoe agregó faldas y vestidos a su línea de productos. La firma también comenzó a diseñar sus propios tejidos personalizados. A mediados de 2014, LuLaRoe introdujo una línea de leggings, que se convertiría en el producto más destacado de LuLaRoe. Con 23 empleados y 750 distribuidores, la compañía obtuvo  9.8 millones de dólares en ventas. En julio de 2015 la firma tenía 2,000 distribuidores. En una entrevista de agosto de 2016, el CEO de LuLaRoe, Mark Stidham, afirmó que la empresa estaba próxima a superar los 1.000 millones de dólares  en ventas, y que LuLaRoe tenía 26.000 distribuidores y enviaba aproximadamente 350,000 unidades diarias. Para abril de 2017, LuLaRoe tenía más de 80,000 distribuidores.

A principios de 2017, se presentó una demanda colectiva contra LuLaRoe; los clientes se quejaron de que la empresa calculaba incorrectamente las tasas del impuesto en las ventas interestatales, y en las jurisdicciones que no cobran impuestos sobre la ropa. Estas quejas, se añadían a otras sobre la calidad deficiente hicieron que, en enero de 2017, su calificación como “Better Business Bureau” se redujera a «F».

En octubre de 2017, una demanda colectiva presentada en California acusó a LuLaRoe de ser un esquema piramidal. Los demandantes alegan que la compañía se involucró en «mala conducta, incluidas prácticas comerciales desleales, publicidad engañosa e incumplimiento de contrato». De acuerdo con la demanda de mil millones de dólares, que LuLaRoe argumenta es infundada e inexacta, la compañía supuestamente aconsejó a sus distribuidores «pedir prestado dinero para sacar tarjetas […] de crédito y a algunos incluso se les pidió que vendieran su leche materna» como formas de comprar inventario adicional.

En enero de 2018, la Sociedad Nacional de Síndrome de Down, una organización benéfica que había trabajado anteriormente con LuLaRoe, terminó su relación con la compañía después de que un distribuidor de alto nivel se burlara de las personas con discapacidades mentales durante una sesión de venta directa. La NDSS solicitó que LuLaRoe cortara los vínculos con el distribuidor, pero LuLaRoe se negó, afirmando que el distribuidor se había dsculpado. El video, y la reacción de LuLaRoe, provocaron críticas muchas críticas en las redes.

En diciembre de 2018, en medio de una creciente deuda, despidos y un éxodo de proveedores, LuLaRoe fue demandada por su principal proveedor de ropa, Providence Industries, por casi 49 millones de dólares. La demanda alegó que LuLaRoe era insolvente y no había pagado sus facturas durante siete meses, y acusó a los fundadores Mark y DeAnne Stidham de esconder activos en compañías «ficticias» para financiar su «lujoso estilo de vida» y «obstaculizar, retrasar y estafar a los acreedores»

En enero de 2019, la Oficina del Fiscal General del Estado de Washington presentó una demanda contra LuLaRoe, así como contra el CEO de la empresa Mark Stidham y el presidente DeAnne Stidham, alegando que la empresa de marketing multinivel es un» esquema piramidal «ilegal que había hecho declaraciones engañosas de ingresos y que animaba a sus consultores a enfocarse más en el reclutamiento que en vender ropa a los clientes.

En febrero de 2019, en medio de cientos de nuevas quejas por un total de 300 casos, la compañía una vez más recibió una calificación de «F» del Better Business Bureau.

Modelo de negocio

La compañía solo vende la ropa LuLaRoe a través de sus distribuidores, quienes compran inventario de LuLaRoe al por mayor, que luego revenden a los consumidores. Los distribuidores de LuLaRoe deben comprar un inventario inicial de ropa y otros complementos por un valor entre 5000 y 9000 dólares, además se les recomienda mantener un inventario de alrededor de 20,000 dólares.

Los distribuidores pueden ser compensados a través dos fuentes de ingresos potenciales: por ventas directas a clientes, y mediante una comisión sobre las ventas realizadas por  sus distribuidores «de línea descendente» que han reclutado previamente. De acuerdo con la declaración de ingresos de la compañía, en 2015 la comisión anual promedio obtenida de los distribuidores de línea descendente fue 85 dólares.

Los distribuidores de LuLaRoe venden productos de LuLaRoe a través de reuniones, a través de boutiques emergentes u on line, o bien utilizando grupos privados que han creado en Facebook. Durante un evento on line programado, los distribuidores de LuLaRoe emiten videos en directo para presentar su nuevo inventario a los miembros de su grupo de Facebook, y el distribuidor aparece en pantalla para exhibir y describir cada elemento.

Es más probable que los distribuidores de LuLaRoe estén en áreas rurales más pobres que las urbanas. Un ejemplo citado por Quartz señala que LuLaRoe tiene 10 distribuidores en Manhattan (población de 1,6 millones) y 10 distribuidores en Pueblo, Colorado (población de 110,000). Esto es consistente con otros MLM, que se han concentrado en áreas rurales donde han tardado más en recuperarse de la crisis económica de 2008.

LA POSICIÓN DE LULAROE

Un portavoz de LuLaRoe admitió que había habido inconvenientes con los pagos, y declaró que eran conscientes de estos problemas, que habían ocurrido a causa de la velocidad de crecimiento de LuLaRoe.

Sin embargo, la compañía negaba que se hubiese beneficiado del problema. Respalda que los impuestos por las ventas cobrados a los clientes, fueron posteriormente remitidos a la autoridad fiscal, considerándose impuestos de «fondo fiduciario». La mayoría de las compañías mantienen esos fondos separados de sus ingresos y LuLaRoe sostiene que ellos también.

Un representante de la empresa declaró: «tenemos una cuenta independiente y dedicada a todos los pagos de impuestos por las ventas. Esta cuenta está separada de los fondos operativos de la compañía».

La compañía, según afirma, ha invertido fondos y recursos significativos para desarrollar un sistema de punto de venta alternativo que corrija el problema.

La empresa defiende que la complicación se debía a su antiguo proveedor de pagos, que tenía un fallo en el sistema de tecnología que identificó erróneamente la ubicación precisa de ciertas personas. Desde entonces, según un portavoz de la compañía,  se reembolsó de inmediato a cualquiera de sus consultores a los que se les hubiese cargado impuestos de forma incorrecta.

Además, LuLaRoe dice que trabaja de manera proactiva para garantizar que todas las personas afectadas sean reembolsadas.

*El anexo 3 corresponde a la contestación a la demanda.


ACTUACIÓN JUDICIAL

El Tribunal ordenó a los demandantes demostrar por qué este caso no debe ser desestimado por falta de jurisdicción; sin embargo, estos no llevaron a cabo dicha orden por lo que finalmente el tribunal ha desestimado la acción por falta de jurisdicción.

*En el anexo 4 se puede descargar la orden de desestimación de la acción por falta de jurisdicción.

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