LuLaRoe ha pasado de ser un negocio de mil millones de dólares a un imán para demandas multimillonarias.
La firma LuLaRoe está en crisis. A pesar de las ventas que aumentaron un 600 por ciento en 2016 y que en 2017 alcanzan los mil millones de dólares, con una red de más de ochenta mil distribuidores en Estados Unidos, se ha convertido en objeto de multitud de reclamaciones y demandas.
La mayor parte de las demandas se centran en acusaciones de venta de productos defectuosos, prácticas comerciales fraudulentas y basarse en un modelo de ventas piramidal.
LulaRoe fue fundada en 2012 por DeAnne Stidham y está basada en una red de vendedores no asalariados, que figuran como consultores de la compañía y cuya única ganancia son las comisiones por sus ventas. Para ser consultor, los vendedores deben adquirir una cantidad de prendas con un valor entre cinco mil y nueve mil dólares, aunque se recomienda mantener un inventario de unos veinte mil dólares para poder hacer frente a los pedidos.
Existen diversas quejas de los consultores. Entre ellas está que la compañía incumple su política de recompra que incluía el compromiso de volver a adquirir el cien por cien del inventario no vendido si un consultor deseara abandonar la compañía, con la única condición de que el estado del mismo sea aceptable.
LulaRoe ha dejado de recomprar el 100% del inventario no vendido por sus consultores y está devolviendo únicamente el noventa por ciento con la excusa de que muchas prendas devueltas no estaban en condiciones óptimas.
Existen quejas también de vendedores que no desean abandonar, sino devolver productos defectuosos de fábrica, que LuLaRoe rechaza aduciendo que han sido usadas. Por esta razón algunos vendedores de LuLaRoe se han visto “atrapados” con mercancía no vendible ni reembolsable por valor de miles de dólares.
Además existe una queja extendida por el cobro indebido de impuestos.
Los consultores que abandonan LuLaRoe afirman que la compañía es poco más que un «esquema piramidal” de ventas y que no puede ser considerado como un negocio real.
En este ambiente, en abril de 2017, LuLaRoe se encontró con la segunda demanda colectiva en menos de dos meses.
La primera la presentó en febrero Rachael Webster en un tribunal federal de Pensilvania alegando que LuLaRoe aplicaba indebidamente un recargo a las compras como si fuera un impuesto sobre las ventas, realmente inexistente.
La segunda demanda, presentada en abril de 2017 en un tribunal federal de San Francisco por las demandantes Julie Dean y Suzanne Jones, denuncia que LuLaRoe realiza prácticas comerciales desleales, ilegales y fraudulentas al anunciar y vender leggings defectuosos, lo que ha provocado que miles de clientes se hayan quejado en medios sociales como Facebook. Las demandantes acusan a LuLaRoe de vender productos defectuosos de manera inmoral.
Los representantes de LuLaRoe han negado categóricamente todas estas acusaciones e incluso parecen estar preparándose para presentar sus propias demandas.
Como una de las primeras actuaciones ha tomado medidas contra la bloguera Christina Hinks, que había informado sobre algunos temas internos de LulaRoe en su blog MommyGyver.
En la demanda, presentada en Illinois, exige que Hinks revele la fuente de lo que ella considera información confidencial y difamatoria sobre su empresa. LuLaRoe afirma en su petición que está trabajando para “proteger y salvaguardar su marca y a las decenas de miles de minoristas de moda independientes que confían en la buena voluntad y la reputación de LLR».
La demandada ha respondido en su blog que mucha de la información se había compartido públicamente por grupos de consultores y clientes descontentos. Afirma en consecuencia sentirse hostigada por LuLaRoe, que es consciente de que dicha información procede de esos foros y que, en lugar de usar el dinero para reembolsarlo a los clientes insatisfechos lo emplea en iniciar un moción estratégica contra la participación pública, conocida como ‘SLAPP’ por sus siglas en inglés (Strategic lawsuit against public participation), moción cuya intención es la intimidación y silenciamiento de críticas protegidas por la libertad de expresión, ante el elevado costo de una defensa legal, para que abandonen su oposición o crítica, para silenciarla a ella, la demandada, y a cientos de personas que critican el comportamiento de LuLaRoe.
Volviendo al incumplimiento de la política de recompra del inventario de consultores que desean dejar de trabajar con la empresa, cuatro de ellos han presentado una querella acusando a LuLaRoe de haber infringido rescindir su política de recompra del cien por por cien de artículos. Alegan que LuLaRoe promovió las compras de los consultores con promesas de reembolso del cien por cien y pago de los costes de envío. Con el fin de que otros consultores en situación similar puedan sumarse a la demanda han pedido al tribunal que considere su demanda como colectiva.
Un representante de LuLaRoe ha informado que nunca se afirmó que la política de recompra fuera a ser permanente. Y que se decidió en septiembre de 2017 cambiarla ante los que consideraban un abuso por parte de un buen número de minoristas al devolver productos en malas condiciones.
Además de la demanda se ha promovido una petición a través de Change.org recogiendo firmas pidiendo a LuLaRoe que cumpla con sus términos originales de recompra del cien por cien.
DATOS DEL CASO
Tribunal Corte del Distrito Oeste de Pennsylvania
Caso 2:17-cv-00225-DSC
Fecha de la demanda 17 de febrero de 2017
Juez David S. Cercone
Demandante Rachael Webster
Demandada LLR, Inc.
Pretensión Daños y perjuicios, honorarios y costas de abogados, así como devolución de las sumas cobradas ilegalmente.
ACTUACIÓN JUDICIAL
El Tribunal ordenó a los demandantes demostrar por qué este caso no debe ser desestimado por falta de jurisdicción; sin embargo, estos no llevaron a cabo dicha orden por lo que finalmente el tribunal ha desestimado la acción por falta de jurisdicción.
*En el anexo 4 se puede descargar la orden de desestimación de la acción por falta de jurisdicción.
Este artículo se ha realizado por la redacción del equipo de EOB, si quieres contactar con nosotros mándanos un mail a info@enriqueortegaburgos.com
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