Enrique Ortega Burgos

NINA RICCI: SUS DISEÑOS. PARTE 1

NINA RICCI DISEÑOS

CONOCE LOS DISEÑOS DE MODA DE LA DISEÑADORA ITALIANA NINA RICCI. PARTE 1.

 

En esta entrada, usted conocerá el estilo afrancesado de los diseños más icónicos de la modista  italiana Nina Ricci. Haremos un repaso por algunos detalles de su vida como diseñadora y resaltaremos su atinado gusto por la alta costura y su exquisito olfato para la perfumería que la llevó a un merecido éxito dentro de la industria de la moda.

Su apuesta romántica y teatral  en sus aclamados diseños; fue acogida con fervor por la alta burguesía parisina y llegó a traspasar fronteras a pesar de tener a grandes competidoras en el mercado como Shiaparelli y Coco Chanel, quienes se referían a Nina despectivamente llamándola “la italiana”.

 

EL ESTILO EN LOS DISEÑOS DE NINA RICCI.

 

Como es conocido por nuestros lectores, la firma Nina Ricci toma el nombre de la  diseñadora italiana Nina Ricci, cuya infancia y adolescencia tuvo como marco las dos ciudades de la moda por excelencia: París y Milán.

Su estilo estuvo impregnado de romanticismo, sensualidad, poesía y emoción que se impuso a pesar de los tiempos sombríos de la época como secuela de los estragos causados por la guerra.

La diseñadora italiana cuando contaba con apenas 22 años ya era la directora creativa de una casa de alta costura. Desde 1908 Nina trabajó como diseñadora para la casa Raffin, en la que permaneció durante 20 años.

En la víspera del año de 1932, cuando contaba con 32 años, la diseñadora creó su propia firma junto a su hijo: mientras que él se dedicaba al aspecto puramente comercial, ella se volcó en exclusiva en el diseño.

Diseños que estuvieron plasmado de un aire fresco y juvenil para dar un toque de alegría a los cuerpos de las féminas que ya estaban deseosas de cambiar el aspecto sombrío propio en tiempos de post guerra.

 

 

Una de sus más atrevidas creaciones o diseños más emblemático fue un vestido creado en 1937 de cuello Halter, cuyo escote iba desde el cuello hasta la cintura. Tras la Segunda Guerra Mundial, las necesidades económicas y el deseo de devolver la alegría a la vida a la Alta costura no se hicieron esperar.

 

 

Un deseo que fue acogido con atinado olfato para los negocios por su hijo Robert Ricci, quien hizo posible la magnánima idea que llevaría a cabo el traslado por Lucien Lelong:  de 172 muñecas que fueron vestidas por 40 diseñadores, al museo entre los que se encontraban Balenciaga y Madame Gres.

Estas creaciones fueron expuestas en el Louvre, aunque el éxito hizo que viajaran por Europa y Estados Unidos. A los 70 años la diseñadora dejó de diseñar para la firma, sin olvidarse de supervisar cada creación que llevara su nombre.

TEJIDO Y AROMA EN LOS DISEÑOS DE NINA RICCI.

 

Como sabemos sus diseños son un emblema de origen italiano del espíritu de alta costura parisina. Un mestizaje que coexiste en tanto la creadora vivió su infancia entre París y Milán, las dos ciudades de la moda por excelencia que dejaron una huella imborrable en sus diseños.

Como ya lo hemos señalado desde muy jóven ya era una consagrada diseñadora de una maison de alta costura, algo que a la mayoría de diseñadores le llegó mucho más tarde. Sus primeros pasos (desde 1908) los dio en la desaparecida firma Raffin, a la que dedicó más de dos décadas de puntadas y patrones. Cuando cerró no sabía qué hacer.

Su sueño se materializó en 1932, cuando decidió lanzar su proyecto personal acompañada de su marido, el joyero Luiggi Ricci ,y su hijo Robert, que le cuidaba las finanzas mientras ella inspirada en sus diseños hecho poesía, no daba puntada sin hilo a sus maniquíes (siempre trabajaba sus vestidos y trajes sobre las modelos) en cada uno de los diseños que se cosían en los 11 pisos de costureras que controlaba a lo largo de una misma calle parisina.

La musa de sus creaciones se debían a «un estilo clásico y refinado, muy representativo del gusto de los años 50 y de la mujer chic», cuenta Margarita Rivière, experta en moda. Tal como lo hemos señalado uno de sus diseños más reconocidos lo lanzó en 1937, un vestido de cuello halter, cuyo escote iba desde el cuello hasta la cintura, algo nunca visto en aquella época.

Mientras en la escena del mundo de la moda aparecían propuestas contemporáneas hipermodernas como el desafiante estilo  de Shaparelli  o el estilo andrógino de Coco Chanel  Nina se aferró a los valores del clasicismo puro que triunfarían después de la Segunda Guerra Mundial con trajes de corte muy femeninos que la hicieron famosa a nivel mundial.

Nina Ricci y su hijo Robert estaban convencidos que la moda estaba estrechamente relacionada con las esencias que usaban sus refinados clientes, y a partir de ese momento empezaron  trabajar tanto en los diseños de alta costura como en las esencias. Así fue como en 1946, después de unos años de incertidumbre económica tras los conflictos bélicos, se llevaron  a cabo dos hazañas solo aptas para  trabajadores decididos y con alto sentido de la competencia y de esta manera  surge el lanzamiento de un perfume, L’Air du Temps (1948), que se sigue comercializando hoy en día,

En la actualidad,  tenemos una fragancia moderna que encarna la libertad de una mujer elegante y atrevida, pero sutil. Y es que su aroma se basa en flores preciosas: rosas, gardenias, jazmín y claveles, unidas a especias de melocotón, bergamota, sándalo, musgo de roble, cedro y otras.

< p style=»text-align: justify;»>La genio de la fragancia o del perfume también impulsó en el mercado la esencia Le Sorbet– en la que estamos frente a una fragancia muy seductora. Se trata de una mezcla de aromas vivos en edición limitada, cuya inspiración proviene de Amorino, la casa italiana de los helados. Por tanto, al usar esta esencia proyectarás un coctel de sabores extraordinarios y totalmente naturales.

Bajo este orden de ideas, otros de sus exquisitos diseños se lo debemos a la esencia Luna le Monters – Si partimos de que para la moda y el glamour no hay edad, con esta fragancia las más jóvenes pueden mostrar su divertida y suave personalidad. Sin embargo, también es usada por aquellas mujeres amantes de los aromas frutales, que resultan frescos y agradables para las actividades cotidianas.

Así como también a la fragancia Nina Rouge – Con su atractiva botella que simula una fresca manzana roja ya empezamos a disfrutar de una sensación de alegría y buen gusto. Esta fruta caramelizada es la protagonista de tres facetas aromáticas:

 

Siguiendo la musa de Nina Ricci, no podemos dejar de resaltar la  apuesta personal de Robert, su hijo, que antes mencionamos cuando creó una nueva forma de presentar las colecciones. De la mano de Lucien Lelong, vistieron a 172 muñecas con creaciones de 40 diseñadores, entre ellos, dos muy grandes: Balenciaga  y Madame Gres.

 

De ahí nació una exposición que viajó por Europa y Estados Unidos. A los 70 años la diseñadora dejó de diseñar para la firma y puso la primera línea en manos de Jean-François Crahay (1951) y luego de Gérard Pipart (1963). El 29 de noviembre de 1970 a los 87 años falleció Nina Ricci en París, y 28 años después adquirió la marca el grupo español Puig, también propietario de otras firmas de moda como Carolina Herrera o Dries Van Noten (además de miles de fragancias).

La nueva directiva eligió a dos directores creativos para 2018, el aclamado y premiado dúo Lisi Herrebrugh y Rushemy Botter, que aporta su experiencia en diseños hedonistas y vanguardistas, incluido un enfoque poético y lúdico pero sofisticado y fundamentado de la silueta, que ha lucido muchas veces la reina Leticia

En la actualidad la firma viene con una apuesta chic y jovial para continuar con el legado de su fundadora, con el director más joven de la icónica marca Harris Reed.

Reed, con tan sólo 26 años, explosivo por su talante y su forma de crear audaz, y también por su aspecto físico, con una larga melena pelirroja como su rasgo más destacado.  De estilo sofisticado y teatral en sus creaciones, Reed ha declarado: «Para mí es un honor entrar a formar parte de The House of Nina Ricci, una firma sinónimo de glamour, historia y poder que me dispongo a explorar. Estoy realmente entusiasmado de poder cuestionar lo que tan sólo cuenta que significa la feminidad en la moda y la belleza en una casa tan emblemática».

 

CONCLUSIONES SOBRE NINA RICCI. PARTE 3.

 

A modo de conclusión, podemos afirmar que el nombre de Nina Ricci representa mucho más que una casa de moda, es el significado de renacimiento de la alegría para una sociedad que buscaba comprender la vida pública tras las secuelas de la guerra.

La diseñadora italiana presentó en su época el florecimiento del romanticismo, como alma sensible en sus floreados diseños, donde alcanzó un puesto de honor en el jet set de la moda internacional, con sus clásicos y elegantes vestidos de organza y lazos teatrales que daban un aire fresco, chic y afrancesado a sus exquisitas creaciones en donde coexisten la alta costura y la perfumería.

El amplio y acelerado crecimiento de su empresa se atribuyó a la calidad de sus telas e hilos, así como a la perfección del trabajo de confección realizado en cada una de sus obras. Por cierto, muchas de sus prendas se adaptaban a la silueta de las más reconocidas actrices de la época.

 

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