En muchas ocasiones, los consumidores desconocen los riesgos que conlleva la adquisición de productos falsificados, además del perjuicio económico que supone para el pequeño comercio y la economía del país en general.
En las últimas décadas, la ley ha identificado una tendencia de productos falsificados que está creciendo a un ritmo alarmante.
PERO ¿QUÉ SE ENTIENDE POR FALSIFICACIÓN DE PRODUCTOS?
En palabras de la Confederación de Consumidores y Usuarios: “Una falsificación es la reproducción idéntica o similar de la marca y de los aspectos externos de un producto, sin la autorización de su legítimo titular, que tiene un derecho exclusivo de uso”.
Según el Informe de situación sobre las vulneraciones de los derechos de propiedad intelectual de 2020 publicado por la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), anualmente los Gobiernos de la Unión Europea suelen perder unos 15.000 millones de euros debido a los ingresos por los impuestos directos e indirectos o las cotizaciones sociales que dejan de recibir por la compraventa de productos falsificados.
Si nos referimos al sector industrial, las pérdidas son enormes: un total de 19.000 millones de euros en la UE en el sector de los cosméticos y el cuidado personal, el sector del vino y las bebidas espirituosas, el sector farmacéutico y el sector de los juguetes y los juego. En España, la cifra alcanza los 2.200 millones de euros.
El hecho de que siguen aumentando los graves riesgos para los consumidores derivados de la falsificación y la piratería, también está confirmado a través de informes de la EUIPO.
Estos productos falsificados suelen llevar la marca comercial de una marca legítima y confiable, pero fueron producidos por empresas que no pertenecen y no se fabrican según las especificaciones del fabricante original. No son pocas las ocasiones en los que la producción ilegal y posterior venta de mercancía falsa, financian otras actividades delictivas y se están entregando enormes ganancias a bandas criminales transnacionales y organizaciones terroristas.
Los organismos nacionales e internacionales, la Organización Mundial de Aduanas, Europol, e Interpol, y, advierten periódicamente sobre la aparición de envíos masivos de falsificaciones peligrosas, que amenazan a los consumidores de todo el mundo. A pesar de estas advertencias, los compradores y las empresas todavía se sienten atraídos a comprar estos productos.
El aumento del comercio internacional junto al crecimiento imparable de las ventas online, que se han disparado gracias a los espectaculares avances de las tecnologías digitales, ha conseguido que los falsificadores remitan los productos directamente a los consumidores, eludiendo la detección por parte de las autoridades de productos peligrosos.
¿QUÉ RIESGOS CONLLEVAN LOS PRODUCTOS FALSIFICADOS?
Tradicionalmente, los productos pirateados se limitaban a productos de lujo, relacionados con el mundo de la moda, gafas de sol, relojes, ropa deportiva, zapatos, bolsos, etc.
Pero hoy en día, los delincuentes centran más su atención en falsificaciones de mercancías y productos cada vez más variadas como, por ejemplo, productos de cosmética, medicamentos, móviles, aparatos electrónicos y electrodomésticos, juguetes, repuestos para automóviles, equipos médicos, etc.
No hay producto que no pueda ser falsificado.
Como resultado, la sociedad se está volviendo mucho menos segura.
El mercado negro y el pirateo fomentan las actividades criminales y junto al delito contra la propiedad industrial e intelectual, se pueden producir otros delitos conexos como es, por ejemplo, el blanqueo de dinero.
Al mismo tiempo, estas actividades delictivas vienen acompañados como no puede ser de otra forma, de ausencia de seguridad para los consumidores, explotación laboral, esclavitud, consecuencias medioambientales y la renuncia voluntaria de derechos por parte del consumidor al adquirir un producto fake, Todo ello repercute en el precio final de los artículos auténticos creados por las marcas comerciales legales, causando pérdida de ingresos públicos.
Los productos falsificados pueden tener buena apariencia y verse bien al principio, pero en muchas ocasiones, de repente, pueden causar consecuencias dañinas, a veces fatales para el comprador desprevenido.
Lo que deben tener claro los que adquieren productos falsos e imitaciones es que, aunque pueden ser una tentación para el bolsillo debido a su bajo precio, conllevan un riesgo para la salud; y ya sabemos todos, la salud no tiene precio.
A continuación, voy a hablar brevemente sobre los productos más falsificados y sobre los riesgos que conlleva cada uno para nuestra salud:
Gafas de sol:
A todos nos hace ilusión llevar versiones de «diseñador«. Pero pagar por ello no agrada tanto. Así, la venta de falsificaciones de gafas de sol se ha incrementado exponencialmente en el mercado online según lo confirma un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y la Oficina Europea de PI (OCDE y EUIPO). Entre los efectos negativos que pueden provocar, las réplicas de gafas de sol de mala calidad es posible que no brinden ninguna protección contra los rayos ultravioleta, lo que deja al usuario en riesgo de sufrir graves daños oculares.
Perfumes y fragancias:
uno de los productos favoritos de los falsificadores. En muchas ocasiones contienen niveles nocivos de metanol, produciendo irritación en la piel, daño a los ojos y al sistema nervioso. Sobra decir que no son testados dermatológicamente en base a los estándares de la marca original.
Juguetes:
Aunque suene raro, este es uno de los sectores que está en auge y está creciendo más que nunca. A menudo los juguetes falsificados están hechos de materiales de mala calidad o calidad inferior, pintura y materiales que contendrán toxinas y plomo. Así, al no someterse a controles rigurosos, en muchas ocasiones pueden producir graves daños a los niños al venir con bordes afilados, piezas defectuosas y sueltas que pueden tragarse fácilmente. Los juguetes electrónicos que tienen circuitos y pilas o cargadores tampoco pueden ser muy de fiar.
Alcohol:
Éste es otro producto extremadamente dañino para la salud. Se falsifican todo tipo de bebidas alcohólicas y estas pueden contener sustitutos de uso común del etanol, productos que se usan en anticongelantes o limpieza quitaesmalte, metanol e isopropanol. Las toxinas que puede contener pueden causar intoxicaciones, cegueras, coma e incluso la muerte.
Productos farmacéuticos y medicamentos:
En España, la venta de medicamentos está muy regulada y hay unos requisitos básicos que deben cumplir para poder venderse legalmente.
Los medicamentos falsificados pueden provocar indigestiones, sobredosis accidental o no contener el ingrediente activo del medicamento original. Las consecuencias de ingerir un medicamento no recentado pueden ser catastróficas.
Productos electrónicos:
No podemos olvidar este sector, uno de los más demandado por los consumidores. Cualquier aparato electrónico no producido y verificado por la marca original, puede producir calor extremo, auto inflamabilidad y explosión. En el caso de cargadores de móviles falsos se pueden causar electrocuciones.
Cigarrillos:
Anualmente se producen cientos de millones de cigarrillos falsificados en todo el mundo. a menudo estos contienen productos dañinos para la salud y no están sujetos a ninguna reglamentación. Podemos recordar entre ellos, niveles excesivos de nicotina o alquitrán, pesticidas, arsénico y en ocasiones veneno para las ratas toda vez que no incluyen la composición para asegurar que un cigarrillo encendido se autoextinguirá si no se fuma activamente.
Hay una lucha constante promovida por las autoridades y fuerzas del orden, marcas, expertos en marcas, propietarios de marcas, comerciantes y minoristas para encontrar formas para librar contra la guerra contra el mercado mundial de falsificaciones que ha encontrado su nicho de mercado online.
Actualmente, no solo resulta fácil que el producto llegue a casa del consumidor evadiendo el pago de impuestos aduaneros y la detección por parte de las autoridades, sino que no existen garantías de que llegue, de que se reciba lo esperado o incluso de que los datos personales y de facturación no caigan en manos indeseadas.
Las operaciones para combatir la fabricación y distribución de productos falsificados ayudan a garantizar la seguridad pública y la seguridad nacional al evitar que los productos peligrosos y dañinos entren en el mercado y promover la integridad de los sistemas comerciales legítimos.
La conclusión es que los productos falsificados han matado a miles de personas en todo el mundo, incluso una sola muerte es demasiado.
Mientras los falsificadores pretenden engañar a los consumidores haciéndoles creer que están comprando productos seguros, reconocidos y de alta calidad, se produce un efecto posterior que consiste en vulnerar el nombre y valor de una marca conocida, que puede verse afectada tanto a nivel de imagen como a nivel económico.
Comprar productos falsificados puede tener consecuencias dañinas para la salud y en ocasiones, fatales para el comprador no informado.
Lo que pretenden las marcas es concienciar a la sociedad respeto a los efectos negativos – perjuicios y riesgo que comporta la piratería y la compra de productos falsificados, a través de campañas que potencien la compra de productos de marcas originales, generando al mismo tiempo empleo, y fomentando la salud y seguridad que ofrecen las marcas a los ciudadanos.
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Este artículo se ha realizado por la redacción del equipo de EOB, si quieres contactar con nosotros mándanos un mail a info@enriqueortegaburgos.com