Enrique Ortega Burgos

Majorica entra en concurso de acreedores.

 

 

Un nuevo concurso de acreedores en el sector de la moda

 

Una nueva firma emblemática de la industria de la moda se ha visto abocada a solicitar concurso de acreedores. Se trata de la reconocida empresa de perlas Majorica, todo un icono también de la isla de Mallorca.

La crisis económica provocada por la pandemia del Covid-19 y las medidas adoptadas para su contención, ha obligado a la famosa empresa de joyería, con más de un siglo de historia y especializada en la fabricación y comercialización de perlas artificiales, a solicitar el pasado 2 de noviembre el concurso de acreedores, ante los Juzgados de lo Mercantil de Palma de Mallorca.

La mercantil mallorquina cuenta con alrededor de 280 trabajadores, con numerosos puntos de venta a lo largo del territorio español y con presencia en más de setenta países.

 

MAJORICA, más de un siglo de historia: los orígenes

 

El nacimiento de Majorica data de 1890, cuando el empresario e ingeniero alemán Eduard Hugo Heusch inventa el primer proceso de creación de perlas orgánicas realizado por el hombre en el mundo y, desde entonces, la ha sido un referente mundial en la elaboración de Perlas de Mallorca.

 

Eduard Hugo buscaba acercar el mercado de las perlas a un público mayor, reproduciendo las perlas naturales a un menor coste, y para ello necesitaba una serie de particularidades que hicieran posible el proceso de creación, que eran la proximidad al mar, contar con maestros artesanos, sopladores de opalina y, por último, mujeres que enfilaran los collares, por lo que todo ello le llevó a instalarse en Mallorca.

 

Lo primero que tuvo lugar, como cabe esperar, fueron los trámites para la creación de la compañía y, de este modo, desde 1895 Eduard Heusch tenía en París la primera patente del mundo para la creación de perlas artificiales, donde fundó Société de Perles des Indes, para posteriormente dar el salto a España.

 

Unos años después, concretamente en 1897, funda junto a su hermano Karl una sociedad en Barcelona, llamada “Sociedad Hugo Heusch & Co”, que contaría con dos fábricas, una en Palma y otra en Manacor.

 

Fábrica de la “Sociedad Hugo Heusch & Co”

 

La expansión

 

Tal fue el éxito de la marca que, en 1910, tiene lugar la apertura de una oficina en Nueva York, concretamente en la Quinta Avenida y, poco después, acontece la Primera Guerra Mundial, lo que provocó que los Heusch abandonaran Francia para instalarse en Barcelona, participando en 1915 en la fundación de la sociedad anónima “Industria Española de Perlas de Imitación” (IEPISA), consagrada a la comercialización de perlas artificiales y controlada ésta por Eduard Heusch, lo que da lugar a que dos años después se produjera la fusión con la compañía del mismo.

 

Fábrica de Manacor

Más tarde, en 1920, debido a la demanda del mercado mundial de perla “maciza”, es decir, con núcleo, que dejó a la perla hueca para adornos en bordados, se inauguran los nuevos tallares en Manacor, donde en 1923 se perfecciona el proceso de creación de las perlas con núcleo a través de la utilización de máquinas o tornos para mantener tenso el hilo de cobre mientras la operadora fundía la bola de vidrio.

 

Asimismo, en 1952, tas muchos años de investigación, el químico húngaro Géza Zsolt Mulacs, contratado por Eduardo Heusch Pommereau, halla una nueva fórmula: “la esencia de la perla”, consiguiendo crear perlas con aspecto idéntico a la perla natural, reproduciendo la iridiscencia, belleza, resistencia y perfección de las mismas.

 

Este descubrimiento eleva a la marca Majorica a la cabeza en el mundo de la moda, al tiempo que sitúa a Mallorca en el mapa.

 

Nueva fórmula de Majorica

 

El éxito lleva a la marca a enseñar su fábrica en los años 60 del siglo XX, pues producía 218.000 unidades diarias, las cuales eran vendidas en los cinco continentes. En los años 70 del mismo siglo la firma sigue creciendo, lo que llevó a la mecanización de algunas operaciones y la implantación de la división de I+D, consiguiendo reducir los años que una ostra tardaba en alumbrar una perla, a dos escasas semanas.

 

Entre tanto, la sociedad conocida como “Industrias Española de Perlas de Imitación S. A.” (IEPISA), pasó a ser la sociedad anónima denominada Majorica, como es conocida a día de hoy.

 

House of Majorica

 

Declive y resurgir de MAJORICA

 

Las ventas de la compañía entran en declive desde finales de los años 90, y los problemas de liquidez obligan a la empresa a presentar en 2002 suspensión de pagos. La mercantil es adquirida en ese año por la empresa catalana “Inversiones en Perlas de Mallorca SA”.

 

Unos años después, en 2005, entra en el accionariado de la compañía la empresa “Drasan Limited”, propiedad de dos empresarios franceses afincados en Taiwán. La entrada de nuevos accionistas permitió dar liquidez a la compañía, y la apertura de otra fábrica, en este caso, la de Manacor y, en esta línea, en 2015 tiene lugar la celebración del 125 aniversario de Majorica, siendo todo un referente a nivel mundial.

 

Concurso de acreedores e inversor

 

Desde hace más de dos años Majorica viene experimentando una caída de sus ventas, debida al descenso del consumo de las joyas fabricadas con perlas. Sin embargo, ha sido la crisis provocada por el Covid-19 la que ha llevado a la compañía a su actual situación financiera y ha forzado su solicitud de concurso de acreedores.

La firma ha sufrido con fuerza el impacto de la crisis del coronavirus. Se vio obligada a paralizar su producción con la declaración del Estado de Alarma, al tiempo que sus ventas han experimentado una brusca caída, pues están muy vinculadas al turismo, ya que la empresa tiene puntos de venta en aeropuertos y cruceros, sectores muy afectados por la crisis sanitaria.

De este modo, la facturación de la compañía habría pasado de entre los 20 y 25 millones, a unas previsiones de 5 millones de euros en el presente ejercicio, y ello en el mejor de los casos, según declaraciones a los medios de comunicación del Director General de la compañía, Didier Grupposo. Todo ello ha conducido a la firma  a adoptar un ERTE que ha afectado a un 70 % de su plantilla.

Sin embargo, Didier Grupposo ha precisado que el concurso de acreedores de Majorica no debe significar el cese definitivo de la actividad, pues existiría un grupo de inversores, entre los cuales figuran empresarios mallorquines, interesado en comprar la fábrica y darle viabilidad, comprometiéndose a mantener más del 50 por ciento de la plantilla.

En este sentido, en mi anterior entrada en este blog titulada “Teria Yabar: otra empresa de moda en concurso”, ya apuntaba la importancia de los acuerdos preconcursales y concursales en el mantenimiento de la estructura productiva del sector de la moda, ante la crisis coyuntural que vivimos en estos momentos, derivada de la pandemia.

 

Colapso del sistema concursal y medidas de apoyo a las empresas viables

 

Finalmente, quiero referirme a algunas cuestiones que están poniendo de manifiesto voces autorizadas en relación con la situación actual. Así,  el Consejo General de Economistas ha advertido que prevé una avalancha de procesos concursales en 2021, estimando un incremento de un 41% en los concursos de acreedores, lo que representaría más de 10.000 concursos frente a los 3.000 que se producen en un año normal, circunstancia que conduciría al colapso del sistema concursal.

 

En este contexto, la Asociación Profesional de Administradores Concursales (Aspac) ha advertido de que la situación podría condenar al cierre a muchas empresas perfectamente viables.

 

Así mismo, la falta de eficacia de nuestra legislación concursal vigente para facilitar la supervivencia de las empresas con problemas transitorios de solvencia como consecuencia de la pandemia, pero que son viables a medio y largo plazo con el adecuado apoyo institucional, ha sido puesta de manifiesto por el Fondo Monetario Internacional y el gobernador del Banco de España.

 

Los administradores concursales han señalado la necesidad de trasponer la directiva europea sobre reestructuración e insolvencias, que habilita una serie de instrumentos que facilitarían la rapidez y eficacia de los concursos de acreedores e incrementarían las posibilidades de supervivencia de las empresas en problemas.

 

Un argumento contundente en apoyo de la necesidad de estas medidas gubernamentales y legislativas, es el dato de que el 95% de los concursos de acreedores concluyen con el cese definitivo de la actividad empresarial.

 

Recursos:

  • Ortega Burgos, E. (2018). Fashion Law (Derecho de la Moda). Pamplona (Navarra). Editorial Aranzadi.
  • majorica.com

 

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