CONOCE LA HISTORIA Y LA BIOGRAFÍA DE JOHN GALLIANO, UNO DE LOS MEJORES DISEÑADORES DE MODA DEL SIGLO XX.
En esta entrada, continuaremos relatando datos relevantes de la vida y obra de uno de los más talentosos, creativos e innovadores diseñadores de moda como lo es Jhon Galliano, que con su estilo exuberante, atrevido y provocador estremeció los cimientos del imperio de la moda en el siglo XX y sigue con una apuesta sofisticada e irreverente en la actualidad.
Su nombre artístico John Galliano, el de bautizo Juan Carlos Antonio Galliano Guillén, nació en Gibraltar el 28 de noviembre de 1960. Creció en un hogar de clase media y profundamente católico. Sus padres tenían ascendencia española. Hijo de gibraltareño y una mujer española.
En 1966, su familia se trasladó a Londres en busca de nuevas oportunidades y en donde su padre trabajaba como plomero. Galliano, aunque es ciudadano del Reino Unido, aún conserva las imágenes con las que creció en su tierra natal.
Los mercados, los souks, las telas tejidas en telar, los tapetes, los olores, los sabores de las hierbas aromáticas, el color del Mediterráneo son fuente permanente de inspiración en su trabajo.
Aunque su paso por la escuela Wilson en Dulwich, Inglaterra, no fue relevante desde el punto de vista académico, su manera de vestirse era lo que llamaba la atención, pues su madre, siguiendo la tradición española, lo mandaba al colegio siempre inmaculado, con la ropa almidonada y planchada. Solamente a los 16 años, cuando empezó a estudiar Diseño y descubrió el arte y gente semejante a él, se sintió verdaderamente aceptado.
“Siempre tengo objetivos por alcanzar, metas por cumplir, yo siempre me estoy forzando a mí mismo y a mi equipo para conquistar nuevos logros. Uno tiene que hacer de su trabajo un reto permanente y algo emocionante para mantener a la gente inspirada.” Jhon Galliano.
Galliano: su pasión por el arte y la moda.
En contra de lo esperado, su pasión por la moda se despertó más tarde. Su verdadero interés desde los inicios fue el arte en general. Sabía que quería ser artista, pero no había descubierto sobre qué lienzo quería verter toda esa creatividad. Su pasión era dibujar, y su interés por la moda vino a través de la ilustración. Aunque desde pequeño comienza a instruirse, gracias a su madre, en el arte de la moda. Y se dice que fue el aroma a textiles que cada mañana respiraba al pasar por Tanger para ir a la escuela que lo inspiraron a ser diseñador.
Siendo un niño que siempre sobresalió en las materias artísticas (y criado en Londres desde los 6 años), no fue por azar la elección precisamente en la foundation course en Saint Martins -ahora una de las escuelas de moda más prestigiosas del mundo gracias a figuras como él- donde se decantó definitivamente por la moda. Habla de su etapa allí como una de las mejores de su vida. Venía de una escuela exclusiva de chicos y allí encontró una ventana al mundo, donde conoció a gente increíble, con mentes verdaderamente brillantes y creativas.
No era de extrañarse que quisiera ingresar a Central Saint Martins Collage of Art and Design donde se graduó a los 24 con una colección que dejó maravillados a compañeros, maestros y boutiques invitadas a la pasarela, llamada “Les Incroyables”, inspirada en la Revolución Francesa. Tal reconocimiento recolectó en esa ocasión que enseguida compraron sus diseños para venderlos en una reconocida boutique, donde se agotaron en poco tiempo.
De esta forma logra obtener la ayuda económica que le permite participar en Fashion Week London en 1985 y obtener el premio al diseñador del año en 1987.
Sin embargo, como en toda buena racha, las malas noticias debían aparecer. Galliano se queda sin financiamiento en los 90, razón por la que decide trasladarse a Paris y dedicarse al cien por ciento a sus creaciones.
Las cosas mejoran y se convierte en el primer diseñador británico en dirigir una firma de alta costura francesa en 1995: Givenchy es la casa que lo acoge y, aunque sólo un año después se retira de la marca, fue el inicio de su ya escalado éxito.
Un año después (1998) se convierte en el director artístico del área Prêt-á-Porter de nada más ni nada menos que Dior. Sus diseños extravagantes, mezcla de colores y texturas junto a su su estilo multicultural y caótico lo coronan durante 14 años como uno de los mejores diseñadores de la época.
Algunas fuentes y críticos de la moda arguyen que el teatro fue durante mucho tiempo -y lo sigue siendo a día de hoy, aunque de forma menos patente- su verdadera obsesión. Sus shows tenían una narrativa que involucraba a todos los pilares creativos: el set, la localización, la música, el maquillaje, las modelos, su movimiento, y sobre todo, los atuendos que vestían. En resumen, Galliano acaparaba el proceso creativo en todas sus vertientes. Lo que se supone que debe hacer un verdadero director creativo.
Como lo hemos esbozado su primer trabajo notable fue en Givenchy, pero su andadura allí duró solo un año, después lo sucedió otro de los más rebeldes de la industria, McQueen. Entonces, allá por 1996, el conglomerado LVMH lo trasladó a la casa Christian Dior para convertirlo en su diseñador y director creativo. Tirando de archivo, se recordará el show de Otoño/Invierno de 1997: el set, las modelos, sus movimientos y cómo no, la aparición estelar del diseñador, que es sello propio y de lo más esperado en sus desfiles. Medio mundo quedó fascinado con esa nueva era que comenzaba en la casa francesa.
El estilo de John Galliano.
Se podría decir, que una de sus mayores contribuciones a la moda es, según el especialista, la creación de un universo propio en la que desde la concepción hasta la fabricación del vestido, muestra un altísimo dominio de ideas y de calidad, y un auténtico amor por la silueta femenina.
Cuando en 1984, a los 21 años, presentó su colección ‘Los increíbles’, inspirada en la Revolución Francesa, como tesis de grado de Central Saint Martin, la escuela de diseño y arte más importante del mundo. Las prendas que mostró eran una reacción al entrenamiento que recibió en su universidad y, como él dijo en su momento, “a la moda italiana”. A ese estilo andrógino de las pasarelas de Milán, al estilo minimalista de Armani y de otros de los diseñadores que le parecía “muy aburrido”. Para él, los colores, las telas, lo femenino y lo masculino se debería mezclar sin reglas fijas por seguir.
Ya en ese momento, Londres marcaba la diferencia en su primera Semana de la Moda, atreviéndose a desafiar los códigos tradicionales acerca de lo femenino y lo masculino. Galliano fue una de las estrellas de esas pasarelas que marcaron una época en la historia de la moda. Ese mismo año, lanzó al mercado su propia marca y fue elegido como el mejor diseñador británico de los años 1987, 1994 y 1997.
Por razones financieras, aceptó el cargo de Director Creativo de Givenchy en París, en julio del 1995, cargo que le ofrecieron una hora después de que Hubert de Givenchy presentara su última colección de Alta Costura a los 34 años, cuando era considerado un diseñador irreverente. Un voto de confianza de Bernard Arnault, el presidente del grupo LVMH, dueño de la marca que pensaba que él era el hombre capaz de redefinir uno de los nombres más reverenciados de la moda.
Era el primer inglés en estar a la cabeza de una de las emblemáticas Casas de Alta Costura en Francia, luego lo precedería Alexander McQueen. Dos personajes, Anna Wintour, la directora de Vogue, y Andre Leon Talley, en ese momento editor de Vanity Fair, contribuyeron a que él aceptara la dirección. De un día para otro, el taller de Givenchy cambió la música por el rock y de Audrey Hepburn se pasó a Amanda Harlech, la sofisticada y bohemia esposa de un barón inglés que se convirtió en su musa oficial.
Un día se atrevió a llevar de copas, hasta el amanecer, a todo su equipo, a uno de los clubs nocturnos cerca de la Torre Eiffel, para darles una idea de su mundo. Pero, como él mismo dijo para tranquilizarlos: ”Yo no vine a cortar el árbol, vine a podarlo”. Con su talento, disciplina y devoción le devolvió la gloria a la Casa y con ello las utilidades.
John Galliano: Un declive superado.
Sin embargo, su declive vino en 2011, cuando fue grabado por una pareja arremetiendo contra la cultura judía, exclamando maldiciones y afirmando ‘Amo a Hitler’. Tras sus declaraciones y con el video publicado pocos días después del incidente, el grupo de casas de moda de lujo, LVMH, lo destituye de su cargo. Su propia firma, también lo despide como diseñador creativo.
La critica de la moda y diversas biografías han hecho un paralelismo entre el Ascenso y la caída de John Galliano y Alexander McQueen, dos hombres marcados por el éxito y la desgracia.
McQueen se suicidó en 2010, mientras que las drogas y el alcohol llevaron a Galliano a la desgracia. Con ellos se acabó la idea del «couturier star» y ambos pasaron a ser percibidos como juguetes rotos de la despiadada industria de la moda.
«Galliano tuvo una fuerza mediática excepcional.
Hoy resulta representativo del final de un ciclo: el apogeo absoluto y la destrucción. Su caída en desgracia fue un ‘shock’ para el mundo de la moda«, dice el responsable de archivos de alta costura y creación contemporánea del Museo de la Moda de París, Autora de la doble biografía Dioses y reyes: Ascenso y caída de John Galliano y Alexander McQueen, publicado en español por Superflua, Thomas enhebra en su libro la carrera de dos hombres marcados por el éxito y la desgracia.
Galliano, posterior al problema, decide rehabilitarse y reencontrarse consigo mismo. Él asegura en una entrevista en 2013 que la llamada de Kate Moss donde le pedía que diseñara su vestido de novia le levantó el ánimo y lo tomó como su terapia creativa.
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