En esta entrada analizaremos la trayectoria empresarial de Enrique Loewe Lynch, un altísimo representante de lo que significa su apellido y familia en el mercado del lujo tanto español como internacional. Su labor al frente de la compañía Loewe como desde la Fundación Loewe.
Enrique Loewe Lynch representa a la cuarta generación de la familia Loewe
Enrique Loewe Lynch nace en Madrid en 1941 y es el representante de la cuarta generación de la familia Loewe que, desde su fundación, estuvo al frente de la Casa LOEWE.
Se gradúa en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y amplía sus estudios universitarios con una sólida formación humanística.
En 1965 entra a trabajar en LOEWE con su padre, Enrique Loewe Knappe, desarrollando sucesivamente su actividad profesional como Director de Producto, Director General y Presidente de la Compañía.
Durante estos años, Enrique Loewe colabora en la importante expansión nacional e internacional que experimentó LOEWE.
También favorece la creación del prêt-à-porter propio femenino y la apertura de la línea de hombre.
Además promueve la búsqueda de señas de identidad inequívocamente españolas, reflejadas, entre otros artículos, en las corbatas y los pañuelos.
Se atreve con la perfumería
Introduce a LOEWE en la perfumería de lujo, llegando a alcanzar una posición líder en este sector.
En estos años ya, LOEWE se distingue como marca española de reconocido prestigio a nivel mundial.
En 1996 la Casa celebra su 150 aniversario y pasa a formar parte del Grupo LVMH.
Enrique Loewe es designado Presidente de Honor de LOEWE y representa a la empresa en actividades de relaciones públicas al máximo nivel tanto en el ámbito nacional como internacional.
Enrique Loewe centra su actividad en la Fundación LOEWE, creada en 1988 gracias a su impulso y vocación para institucionalizar el apoyo que LOEWE venía ofreciendo a la cultura ya desde la década de 1950.
Ostenta su Presidencia hasta 2013, año en que se jubila y pasa a ser Presidente de Honor de la Fundación, cuya dirección asume entonces su hija Sheila Loewe.
Poesía, danza y música
La poesía, la danza, la música, el diseño y la fotografía son los campos en los que la Fundación desarrolla sus iniciativas, con un carácter preferentemente educativo, de salvaguarda del patrimonio o de estímulo a la creatividad.
Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes
Reconocida «por su carácter altruista, sus propuestas arriesgadas y la rigurosa realización de proyectos de calidad», en septiembre de 2003, S.M. El Rey Don Juan Carlos entrega a la Fundación LOEWE, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, máximo galardón nacional que distingue la trayectoria de personas y entidades relacionadas con el teatro, la música, la literatura, el arte, la moda y la tauromaquia.
Es Presidente de Honor del Círculo Fortuny desde su creación en 2011.
Asociado de Honor de los Creadores de Moda de España
Tras ser Presidente de Honor y Portavoz durante los primeros años de su creación, actualmente es Asociado de Honor de la Asociación de Creadores de Moda de España, junto a la Fundación Balenciaga, Hubert de Givenchy, Philippe Venet, Olivier Strelli, Oscar de la Renta, Carolina Herrera, Manolo Blahnik, Mario Boselli y Elio Berhanyer.
Asimismo, es Miembro del Consejo Asesor del Museo del Traje de Madrid, del Comité Científico del Istituto Europeo di Design, del Consejo Asesor del ISEM (Fashion Management School) y Patrono de Honor de la Fundación Tecnomoda.
En el ámbito del diseño
Desarrolla una intensa actividad de representación y formación en el ámbito del diseño, en la defensa del valor de la artesanía y del lujo, a través de la participación en conferencias y cursos en universidades, escuelas de diseño e instituciones: Círculo Fortuny, IESE, Instituto de Empresa, Asociación de Creadores de Moda de España, ISEM, Istituto Europeo di Design, Museo del Traje, Universidad Politécnica de Madrid (Centro Superior de Diseño de Moda), Universidad de Navarra, de Granada, etc.
Enrique Loewe, símbolo de estilo y artesanía en la moda
Enrique Loewe: «La artesanía tiene un inexorable valor de futuro»
El bisnieto de Loewe participó el pasado mes de febrero en una mesa redonda llamada ‘Innovación y Diseño, Patrimonio del futuro, artesanía en el siglo XXI’.
Enrique Loewe (80 años), el bisnieto del fundador de la firma de artículos de lujo Loewe, ha resaltado el valor del trabajo artesano, que desaparece ante la falta de relevo generacional, en una mesa redonda virtual celebrada este martes bajo el título ‘Innovación y Diseño, Patrimonio del futuro, artesanía en el siglo XXI’.
«La artesanía tiene un inexorable valor de futuro, que en los últimos años se ha ido decantando hacia la calidad y la excelencia«, ha dicho Enrique Loewe, quien recuerda que está jubilado, pero que representa a la cuarta generación de una familia pionera en el diseño artesano.
«La artesanía tiene una fuerte vinculación con el diseño, es consustancial a él, y hay que concebirla igual que una obra de arte», ha apuntado Loewe, quien ha señalado que si bien es cierto que cada vez hay menos artesanos hay que ir rellenando esas ausencias, que además de generacionales se están produciendo por una situación económica desfavorable.
Formación de nuevos artesanos
«Hay que ir formando artesanos, ofrecerles el caldo de cultivo adecuado para que crezcan», añadía el empresario que confía en que después de la pandemia se pueda volver a poner en valor y dar sentido a la artesanía.
«La sequía solo puede ser transitoria», ha dicho.
La pertenencia al Grupo LVMH
Loewe, que hoy pertenece al conglomerado del lujo francés LVMH, despegó en la postguerra y ha ido creciendo con el tiempo sin dejar a un lado la artesanía.
Pero siempre ha prevalecido la esencia de la marca, que convoca a través de su Fundación el prestigioso Craft Prize, un galardón que creó en 2016 para reconocer la excelencia, el mérito artístico y la innovación en la artesanía moderna.
«El papel de la artesanía en el siglo XXI es muy importante«, ha señalado Enrique Loewe, que ha reseñado la importancia y valor de ese premio.
«Explicar qué es la artesanía y conseguir respeto por los artesanos no es fácil», por lo que el empresario considera que los centros de formación de moda deben ser una guía para las nuevas generaciones.
Enrique Loewe concluía con estas firme exposición en defensa de la artesanía, charla que había sido convocada por el Centro Superior de Diseño de Moda CSDMM-UPM y la colaboración de ‘Madrid Capital de Moda’ del Ayuntamiento de Madrid.
Enrique Loewe Lynch, un lujo con fundamento
Trabajo duro, calidad y amor por el acabado bien hecho son algunos de los muchos valores que fundamentan el concepto de lujo que Enrique Loewe aplicó a Loewe.
Y esto lo aplicado durante toda su vida, especialmente mantener para la compañía esa esencia de su apellido familiar, vinculado al lujo, lo clásico y a la artesanía.
Valores que ha defendido siempre en su etapa como director general a partir de 1980.
Ahora sigue los mismos principios, pero desde de la presidencia de la Fundación Loewe, la cual asume desde el momento en que la creó en 1988.
Un concepto muy particular sobre el lujo
Lejos de la ostentación superficial, él defiende un concepto profundo del lujo, como catalizador que ayuda a desarrollar y a expresar la personalidad de cada uno.
Nada que ver con el estatus, sino con la esencia del ser humano.
Enrique Loewe se ha referido en reiteradas ocasiones a los cambios sociales y económicos que todos, también la industria del lujo, vienen experimentando en los últimos años.
Esto requiere, cuestión que lo hace muy elegantemente Enrique Loewe, una mirada profundamente artesanal, aquilatando cada mínimo detalle.
Pero también con la visión pionera de quienes impulsaron la expansión del retail de lujo en Asia y de un ser humano que intenta comprender las necesidades y los sueños de los demás.
Durante el seminario dirigido a PYMES artesanas titulado «Artesanía y Lujo», el cual fue organizado por Fundesarte en el Museo del Traje hace ya unos diez años, ya lanzaba la idea de que la industria del lujo se enfrentaba a un cambio social profundo que estaba conmoviendo los mismos cimientos del negocio.
«Los valores fundamentales de la sociedad de los últimos 50 años están oscilando lo que debe producir un alto grado de preocupación especialmente en los últimos 5 o 6 años. Los arcanos que toman las decisiones empresariales deben de estar preocupados».
En el mencionado seminario, Loewe también habló de aburrimiento, de uniformidad, en una industria, como es la del lujo, que debería trabajar más bien sobre la base de la diferenciación: «Hoy observo una gran mismidad, ‘sameness’, un gran abatimiento”.
Romper la mismidad
Enrique Loewe se refería a que las grandes calles de las grandes capitales del mundo ofrecían todas las mismas tiendas y en el mismo orden lo que produce un cierto hastío.
Lo reflejaba muy bien con esta propia experiencia:
“A mí me pasa que salgo de una tienda de la competencia y cuando entro en otra tienda, como soy algo despistado, no me doy muy bien cuenta de en qué tienda estoy, porque encuentro un poco las mismas cosas, la misma creatividad…esa mismidad. Es difícil de explicar…porque un bolso es algo que debe ser especial y diferente a otro».
Un concepto nuevo a la busca de autor
Cuando en plena crisis internacional de 2008-21009 se le preguntó sobre si como consecuencia de la situación económica el mercado del lujo había entrado en una zona de mala prensa,
Enrique Loewe contestó: «Estamos en un momento especial en cuanto a que yo pienso que estamos sufriendo varias crisis al mismo tiempo. Y no podía ser menos que también el lujo tenga su crisis o sus momentos de perplejidad ante todo lo que está pasando”.
Enrique Loewe decía que no se atrevería a decir que el lujo tenía mala prensa.
Porque su razonamiento es correcto, en cuanto a que el lujo, conceptualmente ostentativo, el lujo de apariencia, el lujo que de alguna forma pone por delante el valor y no los valores, o sea, el valor económico y no los valores de una cosa bien hecha.
Y este es un punto diferencial, o sea, de una cosa bien diseñada, de una cosa que tenga algo que ver con los anhelos y las ilusiones de las personas de hoy en día.
Ese lujo que se opone al lujo exagerado, ese lujo que de repente pretende epatar a los demás, ese lujo sí que está de alguna manera gozando de muy mala fama, muy merecida.
Pero la diferencia subyace entonces, según Enrique Loewe, en que hay otro tipo de lujo que se le puede llamar refinamiento, que se puede llamar de muchas maneras, que es un anhelo por las cosas bellas.
Lo que él considera un anhelo por la calidad por el diseño y por la excelencia, si se puede usar esta palabra, que como advierte Enrique Loewe, también está muy manida.
Cree en un lujo que aspire a estar más cerca de la cultura, más cerca de la persona y no ser solamente un objeto epatante.
Ese lujo es el que está, cree Enrique Loewe, emergiendo después de una larga crisis e incertidumbre.
Loewe y las nuevas generaciones
Enrique Loewe se refería por entonces a una nueva generación de «indignados» que no es patrimonio exclusivo de España: «No sabemos muy bien cuál es el arquetipo al que aspiran o que quieren las jóvenes generaciones…, lo que sí sabemos es que están indignados”.
Su marcada tolerancia
Enrique Loewe creía que los mayores no nos creemos su indignación, pero hay tantos motivos para indignarse, que verdaderamente hay que dejarles un margen de tiempo para que centren sus ideas y para que las prioricen y las organicen.
Cree también que la gente está buscando otras cosas.
Las soluciones a las que ha llegado el mundo civilizado y el mundo emergente potente, como China, como pueda ser a lo mejor Brasil, no son suficientemente alentadoras ni son interesantes para la juventud que ve cómo a lo mejor tiene por delante una vida sin trabajo.
Aunque esto podría parecer una utopía, Enrique Loewe dice que parece más una realidad.
Porque ve sobre todo que los valores por los que le dicen que tiene que combatir, no le llenan ¿no?.
¿Nuevas potencias asiáticas del lujo?
Refiriéndose en concreto a los casos de Japón, China y algún otro mercado asiático emergente, desde el conocimiento de quien vivió de primera mano el lanzamiento de Loewe en Japón en 1972, Enrique Loewe siempre tuvo una posición clara al respecto:
– Enormes diferencias entre China y Japón.
– Japón, probablemente está más cerca del cansancio, del malestar de Europa.
Enrique Loewe cree que Japón ya hace unos años, que al estar más desengañado, está más a la búsqueda, como lo está la sociedad occidental, de nuevos valores, una nueva reflexión.
Japón un poco exhausto después de una enorme carrera que desde los 70 a los 90 lo ha hecho el líder mundial de cambios, de experiencias, de laboratorios de moda.
Japón, moda y belleza
Además Japón ha entendido la moda en toda su belleza, en toda su pureza, en todo su sentido de cambio.
También un poco en el sentido de búsqueda un poco de un estilo, de unas raíces.
Los japoneses no han hecho modas ultra, absurdas, sino que las han hecho de alguna forma desde su propia visión del mundo, y desde su propia concepción cultural.
En China funciona ahora muchísimo el efecto demostración.
La gente quiere gritar que ha llegado, que es rica, que su esfuerzo ha valido la pena, que es otra y para eso necesitan símbolos muy claros, muy ostentativos y potentes, y muchas veces poco delicados, poco refinados.
O sea, es el cuánto y no el cómo.
Es brillo y no la esencia.
Es el valor de demostrar a los demás que lo ha conseguido y esto nubla un poco las perspectivas.
Enrique Loewe creía que ya hace unos pocos años los chinos estaban llegando a un mercado de diseñadores chinos estupendos.
Europa debe reaccionar
Es interesante lo que decía hace diez años Enrique Loewe sobe Europa:
«Y…o Europa reacciona y se convierte también en un foco emisor de valores culturales y estéticos y de todas las edades en el campo de la moda, con una expresión viva y palpitante, o nos vamos a quedar convertidos en un museo. En museo del mundo y en museo de la moda también».
Dando cauce a jóvenes talentos
Ayudar a que los jóvenes talentos se labren un porvenir profesional.
Este fue uno de los criterios a la hora de contratar diseñadores para la casa Loewe durante los años en los que Enrique Loewe la dirigió y ahora es la norma a la hora de elegir los proyectos que financia la Fundación Loewe.
Nombres de la moda internacional tan conocidos hoy como Giorgio Armani, Karl Lagerfeld o Laura Biagiotti trabajaron en la trastienda de Loewe cuando no tenían tanto nombre.
De Armani queda en la firma el arte del patronaje perfecto y la buena organización actual de los talleres junto con una buena lista de magníficos proveedores que se debe en buena parte al trabajo de base llevado a cabo Laura Biagiotti.
Todos ellos dejaron huella en la casa marroquinera y ahora son la cabeza visible de sus propios emporios internacionales de la moda.
Darle un giro a la Fundación Loewe
Entonces, intentamos darle un giro hacia el mecenazgo, apoyando las carreras profesionales de poetas, de jóvenes diseñadores…
Entrega del XXIII Premio Loewe de Poesía: Enrique Loewe con Joaquín Pérez Azaústre (el ganador) y Victor García de la Concha -a la derecha-. Imagen propiedad y por cortesía de la Fundación Loewe.
Con la poesía, llevan más de 30 años. Con el diseño lo mismo. Trabajando con escuelas de diseño… Pero en este campo siempre ha intentado iniciar a los jóvenes en la cultura de la piel.
Enseñarles que no todo es el vestido, que a veces un complemento resulta incluso más interesante y que puede durar más, aunque no siempre sea así.
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