La increíble vida Ingvar Kamprad
Nació en el sur de Suecia en 1926 y se crio en la granja paterna llamada Elmtaryd, cerca del pequeño pueblo de Agunnaryd, en la provincia sueca de Smaland.
Småland es una provincia histórica o comarca (landskap) del sureste de Suecia. Su superficie es de 29 400 km² y su población se estima en 708 896 personas en 2004.
Limita con otras poblaciones como Blekinge, Escania, Halland, Väster götland, Östergötland y con el Mar Báltico.
También es conocida por ser la provincia donde se creó IKEA, que nació como un pequeño almacén.
Sus tierras son muy poco fértiles y por ello sus habitantes tienen que hacer duros esfuerzos para cultivar la tierra.
Su ancestro histórico del parentesco de su abuelo.
Su abuelo, un pariente lejano de Paul von Beneckendorff und von Hindenburg (1847- 1934) que fue un militar, estadista y político alemán que dirigió en gran parte la política de Alemania durante la segunda mitad de la Primera Guerra Mundial y finalmente llegó a ejercer el cargo de presidente de Alemania desde 1925 hasta su muerte en 1934.
Además su abuelo era hijo de un terrateniente de Turingia, Alemania, que había emigrado a Suecia en 1896.
La historia centra como paso iniciático a la creación de lo que sería la empresa IKEA en 1943, con un préstamo (en realidad era un regalo que su padre le dio en metálico por haberse destacado en el colegio con buenas notas).
¿Qué hizo entonces como primer paso para crear la empresa?
Registró el nombre IKEA que tenía un claro sentido personalista, porque las las dos primeras letras (I y K) correspondían a las iniciales de su nombre y apellido, pero las dos últimas (E y A), por los nombres de la granja (Elmtaryd) y el pueblo (Agunnaryd) donde había crecido.
Un buen negociador a edad temprana
Se dio cuenta de que podía comprar cerillas muy baratas al por mayor y venderlas al por menor a un precio económico, obteniendo un margen de beneficios.
Poco a poco fue ampliando su pequeño negocio, vendiendo además pescado, objetos decorativos para árboles de Navidad, semillas, carteras y, posteriormente, lápices y bolígrafos.
Un inicio modesto que le llevó a la venta de muebles
Cinco años después empezó a vender muebles y consiguió vender su primer sillón.
Pero su capacidad comercial, pero muy especialmente sus dotes de emprendedor y empresario, hicieron que en 1951, diera un paso, que si bien no se podía evaluar con precisión, especialmente por la que era la competencia de ese momento, cuando se mira con los ojos del business actual, era revolucionario: la creación del primer catálogo de muebles.
IKEA pasa del catálogo a la exposición de muebles
En 1953 organizó la primera exposición de productos IKEA.
Era evidente que tanta perspicacia empresarial le haría granjearse una serie de enemigos. Estos eran los que veían en éxito de sus iniciativas un serio y feroz competidor en su sector de actividad.
De ahí que los empresarios que estaban en la cadena de comercialización y venta, que ya llevaban una trayectoria y veían cómo maneja Ingvar Kamprad su negocio.
Qué precios eran los que les hacían reaccionar a la competencia, lo que hoy día se llama competencia desleal, porque incluso vendía muy por debajo, casi en el valor de coste con tal de introducirse en el mercado.
Todas estas acciones les llevaron a presionar a los fabricantes para que dejaran de suministrar productos a IKEA, la cual llegó a ser excluida de las ferias nacionales más importantes del sector.
Este clima de hostilidad contribuyó a que Ingvar Kamprad tomara una serie de decisiones que marcaron el futuro de lo que hoy es el grupo IKEA:
– Diseñar y fabricar sus propios muebles.
– Salir al extranjero, para comprar materias primas, que las adquiría principalmente en países asiáticos.
– Inaugurar nuevos puntos de venta fuera de Suecia.
En 1986 dejó la dirección de la compañía y la delegó en sus hijos, asumiendo el puesto de asesor.
En 1994, cuando se publicaron las cartas personales del activista facista Per Engdahl tras su muerte, se descubrió que Ingvar Kamprad se había hecho miembro del grupo pro-nazi de Engdahl.
En realidad no se sabe cuándo se dio de baja del grupo, pero fue amigo de Engdahl hasta principios de los años 1950.
Pero Kamprad nunca ha ocultado esta realidad e incluso se ha referido a estos detalles de su pasado como “su mayor error” y posteriormente escribió cartas a todos los empleados judíos de IKEA pidiendo disculpas.
También terminó reconociendo su alcoholismo, o sea, que no ocultó las facetas más negras de su vida.
En 2011 murió su segunda esposa, Margaretha Stennert, a quien había conocido durante un viaje en Capri (Italia) y con quien se casó en 1963.6
Tras vivir en Lausana en Suiza, fue en junio de 2013 que anunció que se mudaría a una finca en Älmhult, en el sur de Suecia, muy cerca de su localidad de nacimiento donde había montado su primera tienda en 1953, una década después de fundar la compañía cuando tenía 17 años.
La mudanza se produciría probablemente durante el otoño de 2013, y Kamprad pagaría impuestos en Suecia.
En 2013 anunció su decisión de abandonar el consejo de administración, que dejó en manos de uno de sus hijos, Mathias Kampard.
El empresario tenía cuatro hijos y llevaba una vida relativamente austera, llegando incluso a utilizar el transporte público a pesar de ser uno de los hombres más adinerados del mundo.
Murió a los 91 años. La compañía explicó en un comunicado de prensa: “Ingvar Kamprad, fundador de IKEA e Ikano y uno de los grandes empresarios del siglo XX, ha fallecido el 27 de enero en su hogar de Småland (Suecia) en calma y rodeado por sus seres queridos. Su muerte se ha producido a los 91 años de edad y a causa de una corta enfermedad”.
Kamprad se casó en dos ocasiones. De su primer matrimonio con Kerstin Wadling, tuvo una hija adoptada: Annika Kihlbom.
Se divorció en 1960 y en 1963 se casó con Margaretha Stennert, con quien tuvo tres hijos: Peter, Jonas y Mathias.
Cómo Kamprad se convierte en el Rey de IKEA
La pregunta que uno puede formularse es cómo hizo Ingvar Kamprad para, habiendo comenzado con sus dos manos vacías llegar a convertirse en una de las personas más ricas del mundo.
La respuesta obvia “como propietario fundador de la cadena de tiendas de muebles IKEA” no es suficiente, porque hay muchas más anécdotas que lo describen ya desde muy joven con una visión privilegiada de los negocios, y por supuesto, del suyo que convertiría en un coloso multinacional.
En fecha enla que nació Ingvar Feodor Kamprad – el 30 de marzo de 1926- en una pequeña granja llamada Elmtaryd cerca del pueblo de Agunnaryd, en la provincia sueca de Småland, incluso para la mayoría de suecos actuales, la fecha y los nombres, en una región rural famosa, resuenan en tiempos más duros, cuando Suecia era agraria y pobre.
Hablan de trabajo duro, frugalidad e igualitarismo arraigado en la pobreza compartida, valores que eventualmente entrarían en el espíritu de IKEA.
Principios humildes
Desde que Kamprad inciara su trayectoria comercial a los seis años vendiendo fósforos hasta que le diera la forma al concepto de paquete plano de IKEA, pasando por usar camiones de leche para entregar sus productos, jamás olvidó esos orígenes tan modestos y nunca le gustó dilapidar ni el dinero, menos aún los recursos de la empresa que había creado, que fue la receta del poder económico y financiero que siempre se le ha supuesto a IKEA a largo de su historia.
Esta filosofía estaba en el ADN de Kamprad que obviamente transmitió muy correctamente a la cultura corporativa de IKEA y todos sus trabajadores, estuvieran en el nivel que estuvieran.
La revolución del paquete plano
Kamprad también estuvo detrás de la innovación simple pero revolucionaria que es el paquete plano.
Comenzó a vender productos IKEA en forma de paquete plano, desde sus propios almacenes.
Por tanto, el concepto básico de IKEA: muebles de paquete plano simples y asequibles, diseñados, distribuidos y vendidos internamente, estaba completo. Quizás su propia gente de sus equipos de trabajo no alcanzaban a dimensionar el alcance de tal invento. Esta es la genialidad y el sentido de negocio. Su buen olfato.
La humildad no debía ser un impedimento para permitirse muebles elegantes
La idea principal detrás de IKEA era, y es, que cualquiera debería poder permitirse muebles elegantes y modernistas.
Kamprad sintió que no solo estaba reduciendo costes y ganando dinero, sino también sirviendo a la gente.
El negocio de Kamprad creció. Y creció. IKEA se expandió por Suecia, a Noruega y Dinamarca, a través de Alemania a Europa continental y hasta los confines del mundo.
Cuando IKEA abrió en Shanghai, 80.000 personas visitaron la tienda.
Sin pedir dinero a los Bancos
Hoy en día, hay más de 300 tiendas IKEA en el mundo, en 38 países. Durante todo este tiempo, Kamprad nunca ha pedido dinero prestado ni ha emitido acciones.
¿Sabías esto? Desde ya que cuesta creerlo, pero ha sido así.
A tal punto IKEA es sinónimo de estabilidad, que índice de estantería Billy de IKEA fue introducido por la empresa financiera Bloomberg.
Los precios locales de la estantería en diferentes países se convierten a dólares estadounidenses y se comparan para medir el poder adquisitivo de las diferentes monedas.
Según el índice de 2010, la estantería era más barata en Francia a EUR 30 (USD 38,53) y la más cara en Israel a ILS 325 (USD 85,77). El precio promedio en los 37 países encuestados fue de USD 55,54.
Nombres de los productos IKEA
Los nombres de los muebles de IKEA pueden desconcertar a los clientes fuera de los países nórdicos, pero se basan en un sistema elaborado.
Las camas tienen nombres de lugares noruegos, los sofás tienen nombres de ciudades suecas, las mesas de la cocina tienen nombres geográficos finlandeses, las sillas en su mayoría tienen nombres masculinos y las alfombras en su mayoría tienen nombres daneses.
Los vasos y tazas reciben adjetivos como nombres, y así sucesivamente. Los nombres son generalmente los mismos en todo el mundo.
¿Son ciertas las anécdotas?
Abundan las anécdotas sobre Kamprad.
Cuando su padre se quejó de que Ingvar dormía hasta tarde en la mañana, Ingvar consiguió un reloj despertador, lo puso a las seis en punto y tiró del botón de apagado. Según Kamprad, todos deberíamos dividir nuestras vidas «en unidades de 10 minutos y sacrificar la menor cantidad posible de ellas en una actividad sin sentido».
Hasta su muerte en 2018, Kamprad continuó viajando por el mundo para visitar nuevas tiendas IKEA.
Kamprad decía que formaba parte de sus equipos de trabajo
Voló en clase económica, llamó a sus empleados «compañeros de trabajo», animó a todos a vestirse informalmente, se hospedó en hoteles baratos e incluso reemplazó las botellas del minibar de la habitación del hotel por botellas baratas compradas en los supermercados locales. Conducía un Volvo viejo. No concedió entrevistas.
Los críticos de estas historias dicen que parecen tener la intención de reforzar la marca sensata de la empresa y fomentar la conciencia de los costes entre el personal de la empresa.
Señalan que Kamprad pudo haber sido el hombre más rico del mundo, que poseía varias casas lujosas en todo el mundo y que sería ridículo suponer que un hombre de tal riqueza no habría usado nada de ellas para fines privados.
En la parte superior de la lista rica
La elaborada estructura de propiedad de IKEA, con varios fondos fiduciarios extraterritoriales que estaban controlados pero que no eran estrictamente propiedad del propio Kamprad, hacía imposible establecer cuán rico era, pero las estimaciones con frecuencia colocan a Kamprad entre el número 1 y el número 11 en la lista de ricos del mundo. .
IKEA ha esquivado los sentimientos anti-corporativos notablemente bien. Pocas acusaciones de malas prácticas laborales, malas políticas ambientales o servicio al cliente arrogante han empañado la marca.
Citas de IKEA en medios internacionales
The Guardian (2004): “Algunos domingos en Gran Bretaña, según una estimación, casi el doble de personas visitan una sucursal de IKEA que asisten a la iglesia; se ha calculado que el 10 por ciento de los europeos que viven actualmente fueron concebidos en una de las camas de Ikea «.
The Economist (2006): “Pocas tareas son más desesperantes que intentar ensamblar muebles de paquete plano de IKEA. Pero incluso eso es simple en comparación con juntar las cuentas del minorista de muebles para el hogar más grande del mundo”.
The New York Times (2009): “IKEA planea detener la inversión en Rusia. […] El anuncio se produjo después de una declaración poco común del fundador de IKEA, de 83 años, en una entrevista de radio de que IKEA había decidido no resolver los problemas deslizando dinero debajo de la mesa».
¿Espacio para una mayor expansión?
Los tres hijos sucedieron gradualmente a su padre, quien se había desempeñado como asesor principal en IKEA.
¿Hay espacio para la expansión? Seguro. Después de todo, hasta ahora solo una cuarta parte de las naciones del mundo tiene acceso a una tienda IKEA.
De niño emprendedor a fundador de IKEA: la historia de los primeros años de Ingvar Kamprad
Las circunstancias hicieron que un niño inteligente fuera más inteligente
Ingvar Kamprad hizo las cosas de manera diferente desde el principio.
En lugar de vender fósforos por centavos, debería haber estado trabajando duro en la granja familiar de su padre en Elmtaryd.
Fue la depresión. La pobreza estaba muy extendida. La gente hacía cola por comida, por trabajo, por todo. Todos, incluidos los niños, no deberían perder nada, ni siquiera el tiempo.
En la provincia sueca de Småland, donde vivía Ingvar, la tierra pedregosa produjo malas cosechas.
La agricultura no fue suficiente para sobrevivir. La gente tenía que ser innovadora, creativa, fuerte y terca. Las familias eran ahorrativas y muchas se convirtieron en empresarios para llegar a fin de mes, vendiendo productos caseros o conservas.
Esto también fue cierto para su familia. Su madre abrió una casa de huéspedes.
Su padre era dueño de la tienda rural más grande de Älmhult, una ciudad a 20 km de Elmtaryd.
Antes de mudarse a la granja, Ingvar a menudo pasaba días enteros en la tienda, jugando y haciendo recados (cuando quería; su abuelo era más un compañero que un jefe).
Ingvar comprendió las dificultades de su familia y quiso ayudar.
Pero en lugar de hacer las tareas del campo, se centró en ayudar a las finanzas familiares.
Tanto si sus pequeñas contribuciones marcaron la diferencia como si no, su familia hizo lo poco convencional y apoyó a su pequeño empresario de venta de fósforos.
El primer cliente del futuro fundador de IKEA fue la madre de su padre.
Tarjetas de Navidad, revistas y semillas de jardín fueron solo algunos de los artículos vendidos por el joven emprendedor Ingvar.
Este artículo se ha realizado por la redacción del equipo de EOB, si quieres contactar con nosotros mándanos un mail a info@enriqueortegaburgos.com