CONOCE LA HISTORIA DE EL CORTE INGLÉS.
En esta entrada analizaremos la primera parte de la historia de El Corte Inglés, cómo se llamaba antes el Corte Inglés, los primeros dos mil metros cuadrados de los icónicos grandes almacenes, por qué Cuba fue el origen de todo, el gran movimiento de la empresa que llegaría en los años 90, y dos hechos sustanciales en los que tarde, pero finalmente se admite la autoría de la fundación, así como la característica de una empresa en que la toma de decisiones queda solo para el presidente.
¿Cómo se llamaba antes El Corte Inglés?.
Desde NUESTRA REDACCIÓN hemos revisado mucho de lo que se publicado en los últimos años sobre la historia del buque insignia de las empresas españolas y la marca por excelencia: El Corte Inglés. Lo que sorprende es que existe una historia oficial, ésta a su vez con algunas variantes importantes según quién la relate y como suele ocurrir en la historia de familias propietarias de empresas tan importantes, la historia no oficial, la que muestra otras vertientes y especialmente con claridad los desencuentros entre las familias propietarias.
Sin duda es una historia que surge desde la humildad de un negocio y que toma su nombre de una pequeña sastrería fundada en 1890 y situada entre las calles Preciados, Carmen y Rompelanzas, de Madrid. En 1935, Ramón Areces Rodríguez, avalado por su tío César Rodríguez, compra la sastrería, comenzando así su aventura empresarial.
Por tanto la fundación original está a cargo de Ramón Areces y César Rodríguez González, cuando sobrino y tío compraron la tienda en 1935 empezando lo que sería el inicio de una gran empresa, creando un gigante de la venta minorista en España.
El local estaba situado en la calle Preciados número 3, un edificio, para destinar a la venta las plantas bajas, primera y parte de la segunda. En junio de 1940, cuando el negocio contaba con siete empleados, Ramón Areces constituye la sociedad El Corte Inglés, con su tío César Rodríguez como socio y presidente de la compañía.
EL ORIGEN DE EL CORTE INGLLÉS: Los primeros dos mil metros cuadrados.
Es el decenio que va entre los años 1945 y 1946 en los que se realiza la primera reforma en la totalidad del edificio, con lo que la superficie de venta pasa a ocupar un total de 2.000 metros cuadrados distribuidos en cinco plantas. Y este es el canal que se abre hacia la venta por departamentos que es una característica de los grandes almacenes, tal cual los conocemos en la actualidad.
Entre 1953 y 1955 se incorpora el edificio de al lado, el número 5 de la calle Preciados, para seguir modernizando la venta y el nuevo modelo de negocio que Rodríguez aprendió en Cuba, cuando emigró desde Asturias.
Cuba, el origen de El Corte Inglés.
A los seis meses de su estancia en La Habana consigue trabajo como recadero en una tienda de tejidos denominada La Casa Blanca propiedad de uno de los muchos asturianos emigrantes de la época.
Será en la Habana donde recibe un pequeño sueldo al tiempo que manutención y alojamiento junto con el aprendizaje del negocio que realizaba de forma totalmente autodidacta. Y su carrera empezaba a despegar, cuando en 1900el propietario de los Almacenes Caso y Compañía, que se dedicaba al comercio de telas, viendo su disposición le ofrece el puesto de dependiente y un año después le contratan en los Almacenes El Encanto.
Su dedicación al trabajo y especialmente su de los negocios le hacen llegar al puesto de gerente en 1906, una posición que le facilita contratar a otros familiares, como su sobrino Ramón Areces que llega a Cuba desde Asturias en 1920. El aprendizaje para gestionar el negocio, no solo era aprender y conocer el mundo de las telas, sino también, viajar con frecuencia a Nueva York, por lo que todo ese conocimiento aplicado después vendría a España de la mano de estos emprendedores.
Los años sesenta fueron clave para El Corte Inglés, ya que comenzó su expansión por el territorio nacional con la inauguración de los centros de Barcelona, Sevilla, Bilbao, y mientras la sociedad española se modernizaba y reclamaba más departamentos, El Corte Inglés crecía.
El gran movimiento y expansión de la empresa llegaría en los años 90
El 8 de junio de 1995 El Corte Inglés sería el nuevo dueño de Galerías Preciados. Lo anunció el ministro de Comercio, Javier Gómez-Navarro. Dicen las crónicas de la época que pagó 30.000 millones de pesetas por los activos operativos de la empresa, y se comprometió a recolocar a 5.200 empleados de los 6.900 de los que contaba en plantilla por aquel entonces, situación que estaba estructurada en 6.450 fijos y el resto eventuales.
además, pagó 2.000 millones más por los stocks de mercancías que había en existencia en los 30 centros de Galerías que adquirió. Se cerraba una crisis de 20 años en las extintas Galerías Preciados. Actualmente El Corte Inglés cuenta con 87 grandes centros comerciales en toda España; 38 Hipercor, 59 Bricor, 187 Supercor, 786 agencias de Viajes El Corte Inglés, 514 Sfera, 126 Centros de Seguros, y 25 Centros de Seguros El Corte Inglés.
Cuando El Corte Inglés festeja el 75º aniversario de su constitución como sociedad en manos de la misma dinastía, las abrumadoras menciones en los medios de comunicación, incluidas cabeceras de referencia y algunas publicaciones especializadas y con prestigio en la información económica y empresarial, seguían perseverando en cierta negación de cuáles estaban siendo los movimientos y crisis internas que enfrentaban a las familias.
Esta crisis se había desatado desde la muerte del anterior presidente, Isidoro Álvarez, en 2014, por lo que se empezó a repetir una vez más la tesis espuria de que Ramón Areces fue el fundador, primer propietario y presidente pionero de El Corte Inglés.
Lo que también sorprende cuando se analiza la historia de este coloso del comercio minorista, es que ha habido en los últimos años demasiados analistas, articulistas, informadores y también profesores que seguían propagando la tergiversación según la cual hasta el nombramiento de Dimas Gimeno en septiembre de 2014 El Corte Inglés sólo tuvo dos presidentes en sus 75 años de historia (Ramón Areces e Isidoro Álvarez), y que la compañía nació a partir de la adquisición de una sastrería del mismo nombre en el Madrid de la II República por un emprendedor llamado Ramón Areces.
La compañía, que había propagado durante decenios la versión de dos únicos presidentes (en los años 70 dejó de citarse a César Rodríguez en las comunicaciones y declaraciones de la empresa y sus dirigentes), ha modulado de forma sutil su historia oficial a partir de la difusión del libro Biografía de El Corte Inglés, pero su explicación aún sigue lejos de la verdad.
Ahora ya vuelve a mencionar esporádica y tangencialmente a César Rodríguez en el relato de los hechos, pero lo hace de forma marginal y como un actor periférico, circunstancial, secundario, un mero apoyo del gran protagonista y artífice único, Ramón Areces.
Aunque tarde pero finalmente se admite la autoría de la fundación.
El Corte Inglés aún mantiene que fue Ramón Areces (y no César Rodríguez) quien “compró” la antigua sastrería El Corte Inglés en 1935, aunque ahora introduzca el matiz de que lo hizo con un aval de su tío; sigue atribuyendo a Areces (y no a César) la adquisición en 1939 de la finca en el número 3 de la calle de Preciados a la que se trasladó la tienda tras la Guerra Civil, y continúa otorgando a Areces (y no a César) la autoría de la constitución de la sociedad mercantil El Corte Inglés, aunque ahora sí admita que su tío fue socio y presidente.
Pero todo esto que se atribuye a Areces lo hizo César Rodríguez. Fue César Rodríguez quien compró y pagó la antigua sastrería (la gestión la hizo en su nombre, y como apoderado suyo en Madrid, su primo Pepín Fernández), quien financió con su fortuna la adquisición del edificio de Preciados, 3 y la compra en años sucesivos de otras fincas e inmuebles anexos para acometer las ampliaciones desde los años 40 del primer gran almacén de la cadena
También fue él –porque sólo él podía hacerlo- quien constituyó la sociedad mercantil El Corte Inglés y dio entrada en el capital a su sobrino como socio, del mismo modo que hizo en La Habana con otros negocios y con otros sobrinos, a los que también hizo empleados y partícipes en algunas de sus empresas.
La toma de decisiones solo para el presidente
La sociedad El Corte Inglés no nació ni podía nacer en ningún caso por iniciativa del gerente de la tienda (el empleado Ramón Areces) sino del dueño del negocio (Cesar Rodríguez), que era, en tanto que único propietario hasta ese momento, quien podía tomar la decisión.
Desde que en agosto de 1940 el fundador de El Corte Inglés, César Rodríguez, restableció su hegemonía en el capital tras los dos meses en que figuró al 50% con su sobrino, ya nunca renunció a la mayoría accionarial. Hasta su muerte en Madrid en 1966, César Rodríguez fue y ejerció como presidente, como mayor propietario de la compañía y como financiador capitalista de la expansión del grupo. Y nadie nunca en la casa se atrevió a contrariar su voluntad.
César Rodríguez fue presidente y además dueño (bien absoluto o mayoritario) de El Corte Inglés durante 30 años (26 de ellos, una vez convertido el negocio en sociedad mercantil). Ramón Areces lo fue durante 23 años. E Isidoro Álvarez, durante 25.
De modo que, aún hoy, el fundador del grupo y primer presidente del consejo de administración, César Rodríguez, sigue siendo no sólo la persona que más años desempeñó la presidencia del consejo y la máxima responsabilidad en una empresa tan presidencialista como siempre lo fue (al menos, hasta 2014) El Corte Inglés, sino que sigue siendo –todavía hoy- el accionista que durante más años fue titular de la participación mayoritaria y de control del grupo, y quien durante un periodo más dilatado ejerció el poder absoluto.
Los grandes hitos llevan nombre de César Rodríguez.
Por consiguiente, es falso –tal y como se ha narrado demasiadas veces- que El Corte Inglés haya sido la obra de un hombre providencial, Ramón Areces, quien, ejemplificando un modélico caso del más prototípico ideal anglosajón de “hombre hecho a sí mismo” en versión española, levantó “desde la nada” un imperio colosal.
Ni lo hizo él solo ni lo hizo desde la nada. Lo hizo a partir de la gran inversión capitalista que puso en marcha en 1935 el acaudalado César Rodríguez, y que éste prosiguió en los decenios posteriores e intensificó a partir de 1960. Todos los grandes hitos de El Corte Inglés coincidieron de forma determinante con acontecimientos capitales en la vida de César Rodríguez y no con las vicisitudes de Ramón Areces.
El Corte Inglés creció, se amplió y se transformó de sastrería en bazar y de bazar en gran almacén, al compás de los impulsos capitalistas y de los cuantiosos desembolsos que fue haciendo César Rodríguez. Primero, entre 1935 y 1960, en la única tienda de que disponía la compañía y en su fábrica textil. Durante ese periodo El Corte Inglés se engrandeció y desplegó su modelo de tienda multidepartamental, aunque siempre como segundo actor, muy lejos del liderazgo de su oponente Galerías Preciados.
La gran eclosión de El Corte Inglés, su ímpetu arrollador y su expansión meteórica, se produjo no casualmente a partir de 1960, justo cuando César Rodríguez, tras estallar la revolución castrista en Cuba, estableció su residencia definitiva en España. César, que había estado sacando recursos de la isla hacia varios países en los años precedentes (intuyó de forma temprana, según su testimonio, que el castrismo evolucionaría hacia un régimen comunista), focalizó a partir de entonces su apuesta inversora en El Corte Inglés.
Y esto fue lo que permitió a la empresa desplegar de forma súbita a partir de 1960 una expansión sin precedentes, con implantaciones grandiosas (para los parámetros de la época) en los mejores emplazamientos urbanos de las mayores ciudades del país (Barcelona, Valencia, otros dos centros en Madrid, Sevilla, Bilbao y otras urbes), y además sin incurrir en endeudamientos, según hizo gala la empresa, que convirtió este atributo en uno de los rasgos específicos de su estilo corporativo y su planteamiento estratégico.
Pepín Fernández, primo de César Rodríguez y fundador de Galerías Preciados (los grandes almacenes líderes en España desde la posguerra), quedó consternado por aquel inesperado despertar de su oponente y, pese a que su cadena ya se había expandido por España durante los años 40 y 50 apoyándose en el crédito bancario y en otros recursos, fue incapaz de sostener el ritmo de inversiones y el tamaño de tiendas que le impuso El Corte Inglés a partir de los primeros años 60.
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RAMON ARECES
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