Enrique Ortega Burgos

El Black Friday

El Black Friday o “viernes negro”, se celebra siempre el último viernes del mes de noviembre de cada año, esto es, el día después de Acción de Gracias —festividad americana muy popular que se celebra el último jueves de Noviembre—, dónde la mayoría de los comerciantes y tiendas físicas u online ofrecen sus productos con una rebaja o descuento sobre su precio original.

El origen del Black Friday o “viernes negro”, es situado por una gran mayoría de los historiadores en la época de la Gran depresión en Estados Unidos dónde en 1930, tras “La Gran Depresión de 1929”, y a causa de un disminución de las ventas en el comercio minorista, un grupo de empresas — Abraham & Straus, Filene’s, F&R Lazarus & Co, OH y Bloomingdale’s— adoptaron la decisión de unirse en un conglomerado empresarial al que denominaron “Federated Department Stores Inc.”, que a partir de 2007, pasó a denominarse, “Macy’s Inc.”, con el único objetivo de adquirir una mayor fuerza ventas en el mercado y tener la oportunidad de adoptar ciertas políticas comerciales unitarias que incentivaran, de alguna manera, las ventas; es lo que se denomina como “descuento” o “rebaja” del precio.

Precisamente fue el primer presidente de ese conglomerado, Fred Lazarus Jr., el empresario visionario que ideó y apostó por dar un nuevo enfoque a las ventas comerciales para conseguir, de esa forma, dar salida a los excedentes de los productos no vendidos en el final de cada temporada mediante la aplicación, durante un periodo de 2 ó 3 días, de un porcentaje de descuento o rebaja sobre el precio original de los productos excedentes que no habían sido vendidos.

Así las cosas, las rebajas en precio original de los productos, como estímulo de las ventas, coadyuvó a este nuevo conglomerado a alcanzar un aumento de su rentabilidad, ya que al mismo tiempo que se conseguía disminuir el coste de almacenamiento de los excedentes de producto, se hacía caja (dinero) con la venta de los mismos. Esta estrategia comercial se instauró como cultura en el conglomerado, pero sin olvidar que dicha política de descuentos sobre el precio original también implicaba una reducción de los márgenes de venta, sin embargo éste siempre ha sido alto en el sector, de forma que la aplicación de dicha estrategia de ventas no solo beneficiaba al consumidor sino también al vendedor.

En el año 1961, se planteó la idea de cambiar el término Black Friday o Viernes negro a la denominación de “Gran Viernes” o “Big Friday” para que uno de los días del año en que más compras se materializaban no tuviera una connotación negativa, pero dicha propuesta no tuvo éxito y con el tiempo, los comerciantes minoristas aprendieron a adoptar el nombre Black Friday e incluso ampliaron el evento de compras de un día a más días.

Ahora bien, si el origen de las rebajas en Estados Unidos tuvo lugar en la Gran Depresión —año 1929 en adelante—, dónde podría situarse uno de los inicios del Black Friday, a España esta cultura no llegó hasta la década de los años 40, época en la que las rebajas comenzaron a instaurarse en nuestro país fruto de la rivalidad de dos grandes almacenes como eran “Galerías Preciados” y el actual “El Corte Inglés”, de forma que una vez llevada a la práctica, por estos dos gigantes del comercio, esa política comercial de descuentos en los precios originales, tiempo después, la misma fue replicada e integrada por el resto de los comercios minoristas españoles.

A pesar de lo comentado anteriormente, existen otros historiadores que sitúan el nacimiento del término “Black Friday o “viernes negro”, en el año 1975 como consecuencia del tráfico que, en la ciudad de New York, habían provocado las rebajas del último viernes de noviembre de ese año, de ahí el adjetivo de “negro”.

En España es gracias a la reforma llevada a cabo en el año 2012, las cual implicó la liberalización del periodo en que podían aplicarse las rebajas de precios, cuando se dio comienzo a la cultura del Black Friday, importando directamente este fenómeno a nuestro país desde Estados Unidos y acogiendo su celebración cada año, al igual que en aquel país, en el último viernes de noviembre. No obstante, el Black Friday es un fenómeno de rebajas en los precios que no solo se ha puesto de moda en España, sino que también ha sido replicado en otros países por la mayoría de los comercios, en uso de su actividad de promoción de ventas.

Tal y como ya hemos comentado, con carácter previo al año 2012, el Black Friday no había conseguido implantarse en España debido a la regulación que existía hasta entonces en la Ley 7/1996, de 15 de enero, de ordenación del comercio minorista (en adelante, LOCM), pues la misma solamente distinguía y permitía dos periodos de rebajas durante el año en España, el primero de ellos coincidiendo con el principio del año —de enero a marzo— y el segundo, a comienzos de verano —julio a septiembre—, con una duración mínima de una (1) semana y máxima de dos (2) meses.

Sin embargo, a través de esa reforma de la LOCM que introdujo el legislador a través del Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, se produce en nuestro país la liberalización de las actividades de promoción de ventas, permitiendo que, en la actualidad, los comercios dispongan de una mayor flexibilidad temporal —cualquier época del año— para aplicar las rebajas o descuentos comerciales sobre los precios originales de los productos en venta y, precisamente, gracias a esa liberalización España comenzó a importar actividades comerciales de promoción de ventas de otros países como el fenómeno “Black Friday” o “viernes negro”.

 A día de hoy, la celebración del Black Friday por parte de los pequeños comercios y las grandes superficies se materializa tanto en las tiendas físicas, como en las tiendas online, siendo apreciable por las estadísticas que la venta a través del comercio electrónico es muy superior a la venta en tienda física.

Y a pesar de lo expuesto hasta ahora, es interesante hacer ciertas reflexiones, ya que  es cierto que esa liberalización de la actividad de promoción de ventas está favoreciendo indudablemente al consumidor —obtiene los productos con precio rebajado, en cualquier época del año—, no lo es menos que dicha liberalización esté desvirtuando la actividad comercial de las rebajas y del Black Friday, en particular.

La reflexión anterior obedece a que, en cierto modo, la liberalización del periodo de rebajas está perjudicando al pequeño comercio que no tiene a su alcance los márgenes de los que disponen las grandes superficies, ya que éstas, a día de hoy, no respetan siquiera la cultura de aplicar las rebajas tan solo el día del Black Friday —permitiendo que tanto los pequeños comercios como las grandes superficies puedan competir en igualdad de armas—, sino que aquellas vienen aplicando un período de Black Friday, que se llega a adelantar incluso una semana antes del día fijado.

Como consecuencia de lo anterior, el pequeño comercio —que no puede permitirse un periodo de rebajas tan extenso, pues no ostenta los mismos márgenes de los que disfrutan y disponen las grandes superficies—, resulta claramente perjudicado en esta nueva situación de liberalización de las actividades de promoción de ventas, debido a la falta de moderación en su aplicación a lo largo del año.

En definitiva, la liberalización de la actividad comercial en España, así como la importación del fenómeno del Black Friday ha supuesto un éxito de las ventas para el pequeño, mediano y gran comerciante, al mismo tiempo que traslada un beneficio para los consumidores, al permitir que esto accedan a productos con un precio rebajado respecto al original, así se desprende de una encuesta publicada por Deloitte, la cual se puede consultar al pinchar aquí. En un extracto de la misma se puede leer que “el 70% de las personas que planean comprar durante la temporada de vacaciones lo harán el Viernes Negro este año (encuesta del año 2018)”.

Se trata, en definitiva, de estrategia comercial de actividad de promoción de ventas claramente asentada y exitosa del siglo XXI. Además, existe un dato significativo que confirma el éxito de estos dos fenómenos importados de Estados Unidos y es que los dos días del año en que más compras se realizan por parte de los consumidores son en el Black Friday y en el Cyber Monday.

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