TE PRESENTAMOS LA HISTORIA DE VIVENDI Y ACTIVISION.
En esta entrada analizaremos Vivendi y Activision, por lo que es necesario analizar la historia de ambas empresas, ya que la compañía Activision Blizzard es el resultado de la fusión entre Activision y Blizzard, como consecuencia del acuerdo que se hizo público el 2 de diciembre de 2007 por un montante total de 18.800 millones de dólares.
LA FUSIÓN DE VIVENDI Y ACTIVISION Y UN LÍDER DEL SECTOR DE LOS VIDEOJUEGOS.
Y Blizzard Entertainment es propiedad de Vivendi Games (anteriormente propiedad de Universal Studios bajo el nombre de Vivendi Universal Studios), dando origen a la nueva empresa Activision Blizzard. Y Activision pasó de comprar a Blizzard por 7 millones de dólares, acabó pagando 19.000 millones años después. El grupo de medios y telecomunicaciones francés Vivendi había llegado a un acuerdo para fusionar su unidad de videojuegos con Activision, siendo el total de la operación en ese momento de 9.850 millones de dólares.
Era una operación estratégica que daba a Vivendi una participación del 52 por ciento en un nuevo gigante de la industria que llamaron Activision Blizzard, siendo los ingresos anuales estimados de la nueva compañía de unos 3.800 millones de dólares, lo cual le permitía ser un rival muy competitivo de Electronic Arts, el mayor editor independiente de juegos del mundo.
Activision, quien estaba gozando el éxito de juegos como «Guitar Hero,» «Call of Duty» y «Tony Hawk,» carecía de una oferta en el área de juegos online, que estaba dominado por «World of Warcraft» de Blizzard Entertainment de Vivendi. El acuerdo valoraba a Activision en 27,50 dólares por acción, o una prima del 24 por ciento con respecto a su precio de cierre del viernes anterior a la operación. De esta manera, Vivendi contribuía con su empresa Vivendi Games, que estaba valorada en 8.120 millones de dólares, haciendo una disposición de 1.730 millones de dólares en efectivo por un 52 por ciento de participación en Activision Blizzard.
Activision Blizzard desde ese momento iba a operar como una compañía con cotización pública. Las noticias causaron cierta sorpresa ante el crecimiento que experimentan las ventas y ganancias de Activision. «Esta compañía no parecía como que se estuviera posicionándose para una venta,» indicaba Mike Hickey, analista de Janco Partners. «Tuvieron un año fenomenal y todos quieren irse en el mejor momento, por lo tanto, tal vez es lo que ellos están haciendo,» agregó.
Cuando Vivendi anunciaba la compra del editor estadounidense de videojuegos Activision, una transacción de 18.900 millones de dólares, la dirección de la compañía tenía claro que aceleraría el crecimiento del grupo francés de medios de comunicación y telecomunicaciones en el mercado de los juegos.
La operación pudo materializarse gracias a que hubo un acercamiento entre la filial de juegos Vivendi Games y el grupo estadounidense Activision, y cuando ya se sabía que la nueva entidad se llamaría Activision Blizzard y que su volumen de operaciones rondaría los 4.000 millones de dólares, Vivendi dio un comunicado en el que destacaban que la nueva empresa «Activision Blizzard será la empresa de videojuegos ‘pure play’ más rentable del mundo».
Vivendi Games ya era el líder del sector de juegos interactivos en internet, con el célebre ‘World of Warcraft’. Por su lado, Activision, con sede en Santa Mónica (California, Estados Unidos) era el líder de los videojuegos (Call of duty, Tony Hawk, Guitar Hero).
«Al acercar las actividades de Vivendi Games y de Activision, creamos un líder mundial en un sector que conoce una muy fuerte expansión», comentó Jean Bernard Lévy, presidente del directorio de Vivendi, citado en el comunicado.
Por su parte, Robert Kotick, el CEO de Activision, afirmaba al respecto que “al reunir a los líderes de juegos para todos los públicos y de juegos en línea con abono, Activision Blizzard será el único editor en ocupar posiciones de primer plano en los sectores de la diversión interactiva». Pero esta decisión estratégica iba encaminada también a reforzar la posición de la nueva compañía en los mercados asiáticos con fuerte crecimiento, sobre todo en China y Corea, al tiempo que iban a conservar una posición de liderazgo en Norteamérica y Europa.
Vivendi y Activision estimaban que la operación total tenía que finalizar en el primer semestre de 2008. En los ambientes económicos y financieros, tanto europeos como americanos, se llegó a considerar como la noticia del año. Pero además, la cuestión era que no se había producido ni el más mínimo rumor de la operación. Y en este tipo de operaciones, mantener el secreto es una pieza clave de este tipo de estrategias.
Vivendi hacía uso así de su fama como estudio más importante para dar nombre a este nuevo gigante, cuyo descomunal valor en bolsa pasaba a ser de unos 19.000 millones de dólares. El reparto de poderes según los analistas de entonces, parecía haberse hecho de manera equitativa, pues mientras que el director de la nueva compañía quedaba en cabeza de Robert Kotick, hasta ese momento el máximo dirigente de Activision, el máximo accionista sería sin embargo el grupo Vivendi, con un 52% del total de las acciones.
Así pues, esta nueva compañía aunaba franquicias tan exitosas como ‘Call of Duty’, ‘Warcraft’, ‘Guitar Hero’, ‘Tony Hawk’ o ‘StarCraft’, aunque para tranquilidad de los alarmados rumores que rápidamente surgieron por la Red, especialmente debido al nombre adoptado tras la fusión, la gente de Blizzard tuvo que salir al paso y asegurar que seguirán manteniendo su independencia, y que sus juegos ya publicados, como ‘World of Warcraft’, o en preparación, no se verían afectados en absoluto.
Desde luego, este gran movimiento era lógico que iba a tener que impactar de forma directa al devenir de la industria durante los siguientes años, aunque como es lógico, en el momento de la operación nadie se atrevía a hacer ningún pronóstico.
Sin duda, grupos tan poderosos como el resultante de la fusión entre Vivendi y Activision han sido los que han contribuido a acelerar aún más el crecimiento de este sector, y muy especialmente la elevada posición que ostentaba a partir de entonces la nueva compañía, le ponía una exigencia muy importante frente a sus clientes que consistía en mantener en el mismo nivel de siempre la calidad de sus productos.
El 54% del capital de Activision Blizzard, con unos 6.000 empleados, pasaba a pertenecer al grupo Vivendi, porcentaje que terminó estabilizándose en un 52% después de la «disolución total». Vivendi Games era la empresa responsable de World of Warcraft, que con 10,7 millones de abonados era «el primer juego en línea masivo multi-jugador», según la compañía.
El gigante que resultaba de la fusión contaría con títulos como Guitar Hero, la franquicia número uno de ocio interactivo y de ocio musical, Call of Duty, una de las mejores sagas de disparos en primera persona, Tony Hawk, la franquicia más importante de skateboard; e importantes franquicias de adaptaciones de películas como Spider-Man, Shrek, Madagascar o Kung-fu Panda.
El presidente de Vivendi, Jean-Bernard Levy, declaraba que la fusión creaba «el número uno mundial de los editores de videojuegos en línea y para consolas» y destacaba que «la adición de las fuerzas» entre las dos empresas «ofrece un enorme potencial de crecimiento». Según Levy, Activision Blizzard, pasaría a cotizar inmediatamente en el índice estadounidense de valores tecnológicos Nasdaq con las siglas ATVI, y afirmaba que «está perfectamente posicionada para beneficiarse del mercado de los videojuegos, un sector en fuerte crecimiento en todos los continentes».
Por su parte, el director general de Activision Blizzard, Robert Kotick, calificaba la fusión como «el comienzo de un nuevo capítulo importante en la historia del entretenimiento interactivo» y aseguraba que la ambición de la firma que iba a liderar era «crear los mejores juegos del mundo». A partir del anuncio de la operación, y siguiendo un ritmo trepidante, no pasaron más que 5 días laborables y Activision Blizzard lanzaba una oferta pública de 146,5 millones de acciones a 27,50 dólares cada título.
La reacción de (EA), que ha diseñado juegos como Fifa o Sims, no se hará esperar, según los analistas, ya que el grupo estadounidense ofreció el pasado mes de febrero 2.000 (unos 1.267 de euros) millones de dólares por su competidor Take-Two, creador del videojuego Grand Theft Auto (GTA), quien rechazó la oferta y la calificó como «escandalosamente baja»
Activision pasó de comprar a Blizzard por 7 millones de dólares, acabó pagando 19.000 millones años después
Como suele ocurrir con las operaciones financieras de bolsa encaminadas a tomar posición controladora en una empresa, finalmente nunca se sabe lo que puede suceder, como es el caso que le sucedió a Bobby Kotic como CEO de Activision, que tuvo en sus manos adquirir a Blizzard por tan «sólo» 7 millones de dólares y que prefirió no hacerlo.
Años más tarde y para poder adquirirlos debió ceder a la nada desdeñable cifra de 19.000 millones de dólares. Desde luego que es muy difícil prever todos los imponderables del mercado, especialmente en uno que ha sufrido cambios drásticos por la propia innovación tecnológica. Pero en realidad, no había forma de que Kotick supiera a ciencia cierta que aquella compañía estaba llamada a ser un éxito absoluto.
Era el año 1995 y Blizzard se dedicaba a trabajar por encargo realizando ports para juegos en Mac. En poco tiempo lanzaría ‘Lost Vikings 2’, al año siguiente ‘Diablo’ y al otro ‘StarCraft’. La semilla del éxito ya estaba plantada. Kotick consideró que asumir 7 millones de dólares por aquel estudio era una soberana locura y de algún modo se congratuló por no haber cerrado un mal trato como aquel. En 2007 Activision pagó esos 19.000 millones de dólares para hacerse con Vivendi y a la vez con Blizzard.
Nacía un auténtico gigante del entretenimiento que, eso sí, pudo haber nacido mucho antes. Claro que si Activision llega a comprar a Blizzard en 1995 ¿hubiésemos visto títulos como ‘World of Warcraft’?.
ACTIVISION BLIZZARD SE COMPRA A SÍ MISMA Y SE INDEPENDIZA DE VIVENDA.
En 2013 en una operación estratégica, la desarrolladora de Call of Duty y World of Warcraft lograba volver a ser independiente después de casi seis años.Principio del formularioFinal del formulario En un movimiento total y completamente inesperado, Activision Blizzard llegaba a un acuerdo con el conglomerado francés Vivendi Universal para adquirir la mayoría de sus acciones y retomar el camino como un estudio independiente. Puesto en otras palabras, la desarrolladora de Call of Duty y World of Warcraft se compró a sí misma por la exorbitante cantidad de USD $8.17 mil millones.
La cifra en cuestión provenía de un trato que involucraba básicamente a dos partes: la primera estaba integrada por Activision, que con USD $5.30 mil millones adquirió 429 millones de acciones por parte de Vivendi; el resto del dinero, los USD $2.34 mil millones, emanaba de un grupo de inversionistas llamado ASAC II encabezado por Bobby Kotick y Brian Kelly, CEO y miembro de la junta directiva de Blizzard, respectivamente, que pasaban a poseer 172 millones de acciones.
Vivendi, por su parte, no se quedó completamente fuera del esquema, pues seguiría acaparando el 12% de Activision Blizzard con 83 millones de acciones. Así, Kotick y Kelly, en conjunto con el grupo de inversionistas ASAC II, pasaban a tener el 24.9% de la compañía, lo que en resumen los conviertía en los mayores accionistas y los ponía a cargo del estudio de videojuegos.
“Estas transacciones en conjunto representan una tremenda oportunidad para Activision Blizzard y todos sus accionistas, incluyendo a Vivendi”, destacó Kotick en un comunicado.
“Debemos de resurgir más fuertes que nunca como una compañía independiente con el mejor portafolio de franquicias de su clase, enfocada y flexible para impulsar el valor de nuestros accionistas y expandir nuestra posición de liderazgo como una de las compañías de entretenimiento más importantes del mundo”.
Las intenciones de Vivendi por vender a Activision Blizzard se venían gestando desde hace tiempo; especialmente durante 12 meses anteriores a la operación, lapso en el que surgieron varios rumores sobre compradores interesados y restructuraciones internas. La complicada historia finalmente llegaba a su fin y daba la sensación que a partir de ese momento Vivendi podría respirar con más calma.
¿Cómo se reflejarán estos cambios en el futuro del estudio? Como suele suceder habrá que esperar y seguir de cerca los pasos de Activision Blizzard de ahora en adelante.
Cuando el grupo francés de entretenimiento Vivendi completaba la cesión del 85% de sus acciones en el gigante de los videojuegos Activision Blizzard, del que poseía el 61,1%, por un monto en líquido de 8.200 millones de dólares (unos 6.200 millones de euros), el paso dado correspondía a una etapa importante de la revisión estratégica llevada a cabo por Vivendi desde hacía un año, porque lo que aspiraba Vivendi era contar con más flexibilidad financiera en un momento en el que el grupo estudiaba un proyecto de escisión para generar una significativa creación de valor para sus accionistas.
El grupo Vivendi, no obstante, conservaba en torno al 12% del capital de Activision Blizzard, entonces la mayoría de las acciones (429 millones de títulos) los recompraba Activision Blizzard mientras que una parte de 172 millones de títulos se cedían a un consorcio de inversores llamado ASAC LP y pilotado por el director general de Activision Blizzard, Bobby Kotick, y su cofundador, Brian Kelly.
Es decir, que la empresa compraba parte de sus propias acciones por unos 5.800 millones de dólares y algunos de sus directivos invertirán 2.300 millones de dólares en títulos (unos 4.370 y unos 1.730 millones de euros, respectivamente).
Activision Blizzard nació en julio de 2008 fruto de la fusión de la firma francesa Vivendi Games y la estadounidense Activision para crear la empresa de videojuegos más grande del mundo, con una capitalización que entonces alcanzó los 12.700 millones de euros.
La suma del volumen de negocios de las dos empresas matrices que dieron lugar a Activision Blizzard ascendió unos 2.860 millones de euros en 2007, con lo que el sello destronó a Electronic Arts, firma que hasta entonces era líder en el sector, con una facturación de alrededor de 2.330 millones de euros.
VIVENDI SE DESPRENDE DE SUS ACCCIONES DE ACTIVISION
El grupo francés Vivendi que recientemente también decidió invertir en Ubisoft, ha decidido vender ahora sus participaciones en Activision Blizzard. De esta forma, Vivendi se desprende del 5,7% de acciones que poseía de Activision Blizzard, lo que le ha proporcionado unos ingresos de 1.500 millones de dólares. El gigante de las telecomunicaciones recupera así los 400 millones de dólares que depositó cuando adquirió las acciones, más los 1.100 millones de dólares que recibe por la venta de sus acciones.
La decisión de Vivendi de vender su participación se debe exclusivamente a un tema de aprovechar la oportunidad, puesto que las acciones de Activision Blizzard están disparadas en los últimos meses, dado que el gigante de los videojuegos ha realizado recientes adquisiciones que han disparado su valor entre los inversores, como son los casos de Candy Crush y la Major League Gaming.
Junto a esto, Activision Blizzard está logrando altas cifras de ventas de sus videojuegos, como son las más de 250 millones de copias vendidas en todo el mundo de la franquicia Call of Duty.
EL NACIMIENTO Y LA POTENCIA DEL GRUPO VIVENDI Y SU DIVERSIFICACIÓN DE SU NEGOCIO.
Vivendi SA es un grupo francés con presencia en los mercados de telecomunicaciones y entretenimiento, siendo un actor principal en la industria discográfica, cinematográfica y televisiva a escala mundial a través de sus subsidiarias Universal Music Group y Groupe Canal+.
El conglomerado ha ido creciendo desde su fundación como empresa pública de tratamiento de aguas hasta ser considerado el mayor holding privado europeo del sector de los medios de comunicación e industrias de entretenimiento, en los cuales cuenta con propiedades y participaciones en negocios de música, televisión y cine (incluido en plataformas de streaming), videojuegos, telecomunicaciones y venta de entradas.
En 1998, la Compagnie Générale des Eaux cambia su nombre por el de Vivendi SARL, y vende su división de propiedad inmobiliaria y construcción al año siguiente a lo que se convertiría en Vinci. Vivendi continuó con la compra de acciones y las fusiones con Maroc Telecom, Havas, Cendant Software, Grupo Anaya, y NetHold, gran operador europeo continental de televisión de pago. A partir de 1998, Vivendi lanza canales digitales en Italia, España, Polonia, Escandinavia, Bélgica y los Países Bajos.
En junio de 1999, Vivendi se fusionó con Pathé. Al terminar la fusión, Vivendi mantiene los intereses de Pathé en la British Sky Broadcasting Group PLC y CanalSatellite, una corporación de radiodifusión francesa. Luego vendió todos los bienes restantes a Jérôme Seydoux, propietario del holding Fornier SA, que cambió su nombre por Pathé.
En julio de 2000, la empresa se escinde en Vivendi Universal y Vivendi Environnement. Vivendi Environnement agrupa sus empresas de agua y residuos – que en su momento fueron su negocio principal – así como otros negocios dentro de servicios públicos como el transporte dentro de Vivendi Environnement (OPV en París en julio de 2000, y en Nueva York en octubre de 2001). En 2003, Vivendi Environnement es rebautizado como Veolia Environnement.
Vivendi Universal Entertainment se crea en diciembre de 2000 con la fusión de los negocios en los medios de Vivendi con la red de televisiones de Canal+ y la adquisición de Universal Studios a la compañía canadiense Seagram.
En 2001, como parte de sus últimas operaciones de diversificación, Vivendi Universal adquiere MP3.com y una destacada editorial estadounidense llamada Houghton Mifflin Harcourt.
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