PHILIPPE VENET: BIOGRAFÍA 1931-2021.

Nuestra Redacción

hace 3 años

CONOCE A PHILIPPE VENET, EL SOCIO Y COMPAÑERO SENTIMENTAL DEL DISEÑADOR FRANCÉS HUBERT DE GIVENCHY.

En esta entrada, haremos un recorrido por la vida y obra de uno de los modistos más aclamado del siglo XX. A pesar de que trabajó en un rol secundario tras la figura de su socio y compañero Hubert de Givenchy. El meticuloso sastre Philippe Venet (1931-2021) logró impulsar su propio estilo y fue aclamado sobre todo en los estados Unidos donde sus diseños se lucían en las sofisticadas pasarelas de New York y los Angeles.

En cuanto a su personalidad, «Venet fue un caballero en toda la extensión de la palabra. La discreción, el respeto y la elegancia personal en su imagen fueron las constantes de su vida».

Datos biográficos de Philippe Venet.

El modisto Philippe Venet, hombre, con reputación de ser discreto y desconocido para el gran público, fue uno de los talentos más aclamados de su época. Supo pasar por más de tres décadas bajo la sombra discreta y afectiva de Hubert de Givenchy, su compañero y cómplice en un concepto sublime de la belleza femenina.

Venet había nacido en Lyon en 1931. Se inició muy joven en el taller de Pierre Court, una de las grandes casas de la ciudad que trabajaba en exclusiva con copias autorizadas de Cristóbal Balenciaga, el modisto vasco que en 1951 le pidió esperar un año para entrar como aprendiz en su taller.

Tal como lo hemos afirmado, el modisto inició su formación como sastre en Lyon, de donde era originario, en la Escuela Profesional de Sastres de Lyon; luego se formó con Pierre Court, uno de los sastres más famosos de la ciudad, que disponía de licencia exclusiva para realizar modelos de Balenciaga. Phillippe Venet forjó allí su talento para el corte de ropa, que luego aplicó a sus vestidos y creaciones.

De Pierre Court, adquirió los conocimientos en telas, manufactura y corte, además de aprender los rudimentos de la sastrería, una de las principales características de su trabajo posterior. Pierre Court ostentaba los derechos de la marca Balenciaga y fue la asociación de Venet con esta casa de alta costura parisina lo que lo llevó a la capital de la moda para seguir su carrera de diseño.

Venet y sus inicios en la moda parisina.

El primer trabajo de Venet fue en la casa de Schiaparelli. Elsa Schiaparelli había sido una de las diseñadoras más importantes e influyentes de la década de 1930, cuando sus ingeniosos diseños surrealistas y vanguardistas abrieron nuevos caminos en la moda.

En la década de 1950, sin embargo, la influencia de Schiaparelli estaba menguando y la casa pronto cerraría. Para Venet, el trabajo fue un trampolín en su carrera; fue en Schiaparelli donde conoció al joven Hubert de Givenchy, que también era empleado. Cuando Givenchy abrió su propia casa de alta costura en 1953, empleó a Venet como su maestro sastre.

Impaciente por su desarrollo profesional, Venet prefirió aceptar primero la oferta de Jacques Fath y muy poco después la de Elsa Schiapparelli, donde coincidió con Hubert de Givenchy. Cuando este último abrió su propia casa de moda en 1953, Venet le acompañó como responsable principal del taller y desde 1954 a 1956 de la línea de ‘prêt-à-porter’. Aun así, Venet también creó su propia marca en 1962 y hasta lanzó una línea de ‘prêt-à-porter’ que duró hasta 1972.

Como dice el director de colecciones del Museo Cristóbal Balenciaga, Igor Uría, «la admiración de Venet por el maestro de Getaria se inició durante sus años con Pierre Court y prosiguió a lo largo de su vida, llegando a ser un pilar importante en la consolidación de la fundación y el museo de Getaria». Aunque su nombre siempre estuvo asociado de forma secundaria al de Givenchy, su obra y su personalidad han sido destacables.

«La elegancia profesional en cada una de sus prendas de sastrería marcaba una diferencia. Aunque tuvo una discreta repercusión en los medios, su obra entró en los mejores guardarropas internacionales gracias a sus trajes y abrigos, modelos de una elegancia impecable, de líneas simples y depuradas», apunta Uría.

El giro que Marcó la vida y la obra de Venet

A finales de la década de los 40 su vida dio un gran giro, llegando a París para trabajar en el estudio de Elsa Schiaparelli, pues fue allí donde conoció a Hubert de Givenchy, quien luego se convertiría en su pareja.

Cuando Givenchy decidió abandonar la casa de la diseñadora italiana para lanzar su propia marca, fue Philippe Venet quien lo reemplazó, pero no por mucho tiempo, ya que en 1952 decidió unirse a su pareja en su aventura. Así, acompañó a Hubert de Givenchy durante diez años en Givenchy, antes de fundar su propia casa en 1961 y se convirtió en miembro de la Chambre Syndicale de la Couture al año siguiente.

Venet finalmente abrió su propia casa de alta costura en París en 1962. Su experiencia y respeto por las tradiciones de la alta costura fueron un pilar de su trabajo desde el principio, al igual que sus excelentes habilidades de sastrería.

Su corte siempre ha sido innovador e imaginativo, con una gama de abrigos bellamente cortados y confeccionados en cada colección. Las piezas distintivas de la década de 1960 fueron sus abrigos de cometa; en la década de los setenta estaban los patrones geométricos, las capas extragrandes y las chaquetas de franela y lanas reversibles; sus trajes y abrigos en las décadas de 1980 y 1990 eran divertidos y coquetos, en colores refrescantes. La ropa de noche de Venet se ha inspirado a menudo en la flora y la fauna; el look general de la ropa de noche es generalmente romántico pero sofisticado, elegante pero con un toque de picardía y diseñado para una clientela adinerada.

Philippe Venet fue galardonado con el premio Dé d’Or en enero de 1985. Este premio no solo reconoció su contribución estética a la industria de la moda, sino que aplaudió la atención detallada que prestó a todos los aspectos del negocio, monitoreando de cerca la creación de cada atuendo y asistiendo personalmente. todos los herrajes.

Su concepto entonces era vestir a una elegante mujer de 30 años, y lo logró. Al otro lado del Atlántico, Philippe Venet gozó de gran fama, desfilando en Nueva York o Los Ángeles. Tanto es así que como lo dijimos anteriormente recibió el premio Dedal de Oro en Francia, al mejor diseñador del año.

A mediados y finales de la década de 1990, Venet dividió su tiempo entre Francia y Estados Unidos. Un tercio de sus clientes eran estadounidenses y presentó colecciones anuales tanto en Los Ángeles como en Nueva York. La expansión a finales de siglo incluyó una nueva línea de ropa masculina para complementar sus gamas de ropa femenina.

En los 90 cuando incluso lanzó su colección para hombres, esta iniciativa fue de breve alcance porque en 1994 anunció el cierre de su casa. Hubert de Givenchy acababa de vender su empresa a LVMH y se jubilaba. Philippe Venet quería estar a su lado.

En última instancia, Philippe Venet fue evolucionando en la sombra y de forma muy discreta. En sus últimos años, viudo tras la muerte de Hubert de Givenchy, el modisto rechazó todos los homenajes u honores que la comunidad quiso hacerle, juzgando no estar a la altura.

La Fédération de la Haute Couture et de la Mode, el ente rector de la moda francesa, le rinde homenaje a través de un comunicado, escribiendo que contribuyó «a hacer brillar la Alta Costura parisina en Estados Unidos, donde seguirá siendo durante mucho tiempo uno de los modistos más apreciados».

Philippe Venet y su vida al lado de Hubert Gyvenchy.

Los dos diseñadores pasaban mucho tiempo en el palacio de Le Jonchet, una de las propiedades que heredará Venet y que forma parte de la fortuna de Hubert de Givenchy, valorada en 160 millones de euros.

Compartieron juntos décadas de amor y de pasión por la moda desde que sus vidas se cruzaron allá por los 50 en un taller de costura y nunca más se separaron hasta que la muerte los separó. Ambos envejecieron juntos en una magnífica residencia del siglo XVIII, el palacete Hôtel d’Orrouer, que compartían en la calle Grenelle de París, en la Rive Gauche del Sena, una de las zonas con más caché de la capital francesa.

Los dos dedicaban buena parte de su tiempo a cuidarse el uno al otro y a hacer más llevaderos los achaques de la edad, incluso superaron juntos la difícil prueba de un cáncer que padeció Venet Pero todo de forma independiente, ya que cada uno habitaba en un ala de la casa.

Aprovechaban el buen tiempo para dar largos paseos por el jardín de otra de sus lujosas residencias, el palacio de Le Jonchet en Romilly-sur-Aigre, una pequeña localidad de apenas 500 habitantes a poco más de cien kilómetros de París, donde cada vez pasaban más tiempo.

La genialidad de Givenchy, un icono de la moda parisina, siempre pesó sobre la figura de Venet, aunque este asumió desde el principio su papel de actor secundario: «Él siempre se quedaba detrás en las fotos, sabía que quien interesaba era Hubert, y este siempre se preocupaba por él y le decía que avanzara, que se pusiera con él delante. El amor que se tenían ya lo quisieran muchas parejas» afectada por una noticia en parte esperada. Desde hace quince años Philippe Venet sufría un cáncer para el que solo le dieron seis meses de vida: «Sobrevivió a las previsiones y estaba estupendo».

Fue socio de Hubert de Givenchy durante mucho tiempo. Según James Taffin de Givenchy, sobrino de Givenchy, «Como compañero de toda la vida de Monsieur Hubert de Givenchy, ayudó a convertir la casa en una fuerza internacional en la moda, y sus muchas contribuciones siguen siendo una parte esencial de nuestro ADN».

Venet se ha ido como vivió, discreto, sencillo, sin hacer ruido, pero dejando detrás de sí la admiración de todos los que le conocieron y dejando un legado digno de estudio. Muere en el Hospital Americano de París el 22 de febrero de 2021 a los 91 años.