Enrique Ortega Burgos

Los metales preciosos. Parte I

Los grandes desconocidos

No sólo decimos que son los grandes desconocidos de la gente, excepto el oro y la plata, porque incluso con estos dos que son los que sí se conocen, no se sabe realmente por qué valen lo que valen ni sus usos industriales.

En joyería, los metales preciosos suelen ser el oro (Au), la plata (Ag), el platino (Pt), el rodio (Rh) y el paladio (Pd).

 

En algunos casos también se suelen incluir al rutenio (Ru), al osmio (Os) y al iridio (Ir).

Es precisamente por esta poca tendencia a reaccionar por lo que se usan, desde muy antiguo, en joyería.

Plata, platino, paladio y rodio: los otros metales preciosos de inversión

El oro está considerado como el metal precioso por excelencia, objeto de deseo por los amantes del lujo y por los inversores que buscan un activo que sirve de refugio y mantiene su valor en cualquier momento y lugar.

Sin embargo, existen otras opciones entre los metales preciosos de inversión que, en determinadas circunstancias, pueden resultar igualmente interesantes y al alcance de más bolsillos. Sepamos algo más sobre la plata, el platino, el paladio y el rodio.

El oro está considerado como el metal precioso por excelencia, objeto de deseo por los amantes del lujo y por los inversores que buscan un activo que sirve de refugi0

 

En el mundo de los metales preciosos de inversión, el oro no es el único que reluce. Plata, platino, paladio y rodio también se han hecho un hueco entre los inversores que quieren diversificar su cartera y alejarse de los activos más arriesgados.

Los otros metales de inversión no disponen de un mercado con un tamaño comparable al del oro, aunque cuentan con algunas ventajas respecto a éste, ya sea porque su precio es más asequible para los inversores más modestos (caso de la plata) o porque se trata de metales aún más escasos que el oro (como el platino, el paladio y el rodio).

Todos ellos, además, tienen numerosas aplicaciones industriales, por lo que suelen tener una fuerte demanda y un suministro limitado, lo que provoca frecuentes subidas de precios en situaciones de déficit de suministro (cuando éste no es capaz de abastecer la demanda).

 

Plata

La plata es, junto con el oro, el metal precioso más conocido, apreciado y utilizado.

Se la conoce con el nombre peyorativo de “oro de los pobres”, ya que su valor es considerablemente menor al del metal dorado.

La plata es, junto con el oro, el metal precioso más conocido, apreciado y utilizado.

 

Pero, lejos de constituir una desventaja, su precio permite que inversores con menores posibilidades económicas se beneficien de la inversión en metales preciosos.

En la actualidad, el precio de la plata ronda los 15 dólares la onza, aunque muchos analistas consideran que se trata de un precio demasiado bajo si se compara con el del oro.

Para comparar a ambos se utiliza una magnitud denominada ratio oro/plata, que refleja el número de onzas de plata que se necesitan para adquirir una de oro.

En estos momentos, esta ratio se encuentra en 85, es decir, que una onza de oro vale lo mismo que 85 de plata.

Según muchos analistas, se trata de una cantidad históricamente alta, que tenderá a reducirse, lo que significa que la plata va a subir progresivamente de precio.

Existen muchas razones para invertir en plata.

 

Al igual que el oro, la plata está considerada como un depósito de valor y, por ello, está a salvo de depreciaciones como las que sufren otros instrumentos de inversión en papel o digitales.

Otra característica que comparte con el oro es que tampoco tiene riesgo de impago, ni de contraparte.

Por otro lado, su menor precio en comparación con el oro se convierte en una gran ventaja en casos de necesidad: será difícil que alguien acepte una onza de oro como pago de una pequeña cantidad, ya que el cambio sería muy elevado.

En cambio, una moneda de plata de una onza puede valor alrededor de 20 euros, lo que la convierte en un medio de pago ideal para situaciones de crisis monetaria.

Del mismo modo, esto supone una ventaja para el inversor, ya que puede gestionar mejor su patrimonio, realizando pequeñas ventas parciales en función de la evolución del precio del metal.

El menor tamaño del mercado de la plata, en comparación con el del oro, permite que el precio se recupere más pronto en las situaciones bajistas del mercado y suba más que aquél en situaciones alcistas.

Sus múltiples utilidades en el campo de la industria (placas solares, electrónica, electricidad, industria médica…) hacen que su demanda esté en crecimiento continuo lo que, unido a un suministro limitado, puede provocar una situación de déficit en el mercado que provocará una subida del precio.

 

Platino

El platino es menos habitual que el oro y la plata como metal precioso de inversión.

Hasta hace unos años, tenía un enorme prestigio en el terreno de la joyería (que las nuevas modas, especialmente en Japón, están recuperando ahora) y contaba con el valor añadido de ser el metal precioso más valioso, por encima del propio oro.

Se encuentra entre los elementos naturales más raros, apenas se extrae en forma pura y fue descubierto miles de años después que el oro, en 1735.

 

Sus propiedades físicas lo hacen ser una materia prima industrial muy apreciada, como catalizador, en componentes electrónicos o en la industria médica, además de para la fabricación de joyas.

En los últimos años, su enorme escasez (apenas se extraen unas 190 toneladas anuales de este metal, frente a más de 25.000 de la plata y 3.500 del oro) ha incrementado el interés de los inversores por el platino, ya que es un metal que ha experimentado interesantes revalorizaciones y cuyo mercado suele estar en situación de déficit (mayor demanda que suministro) debido a sus aplicaciones industriales.

Los lingotes de platino son un elemento de inversión que demandan especialmente los inversores japoneses, mientras que las principales casas de la moneda mundiales están emitiendo cada vez más monedas de inversión (bullion) en platino: Britannia, American Eagle, Maple Leaf…

Además, el hecho de que su producción se concentre en Sudáfrica (como productor primario), Rusia y Estados Unidos (como subproducto del níquel o el paladio), hace que su mercado sea mucho más restringido que el de los otros metales preciosos.

Gráfica Precio del Platino desde 1976 | Fuente: platinuminvestment.com

 

Su precio suele estar determinado por el estado de la demanda por parte del sector del automóvil, que consume alrededor del 35% de la producción anual, principalmente para la fabricación de catalizadores para los motores diésel y para ciertos tipos de vehículos eléctricos.

Precisamente por eso, el escándalo conocido como dieselgate (la manipulación de las mediciones de emisiones contaminantes en los vehículos diésel de Volkswagen) en 2015 hizo caer en picado las ventas de estos automóviles, lo que redujo la demanda de platino e hizo crecer la de paladio.

En cualquier caso, el platino es un metal muy interesante en términos de inversión, por su escasez y su precio.

En la actualidad, éste ronda los 890 dólares la onza, lejos de sus máximos históricos.

Precisamente por esto, puede ser un buen momento para comenzar a invertir, ya que lo normal es que su precio comience a subir.

Según el Consejo Mundial de Inversines en Platino, la rentabilidad de este metal es comparable con la de otros activos a largo plazo: entre los años 1991 y 1996, su revalorización fue del 1%, igual que el oro; entre 1996 y 2001 aumentó un 5%, superando a los activos inmobiliarios, las commodities, el oro y el petróleo; entre 2001 y 2006 su precio creció un 19%, volviendo a superar al oro o las commodities; entre 2006 y 2011 creció un 4%; y entre 2011 y 2016, aunque cayó un 8%, lo hizo en menor medida que las commodities o el petróleo.

Aunque su mercado es más reducido, el platino tiene gran liquidez, debido a lo reducido de su suministro y a su demanda creciente.

Por otro lado, la inversión en platino cuenta con algunas desventajas, como el hecho de que, al igual que la plata y a diferencia del oro, su compra esté gravada con el IVA.

Además, al ser un metal más difícil de manejar que el oro (su punto de fusión es mucho más elevado), las primas que cobran refinerías y casas de la moneda son más altas, ya que les cuesta más fabricar los lingotes o acuñar las monedas.

 

Paladio

El paladio ha pasado de ser un perfecto desconocido a ser la estrella de los metales preciosos, gracias a su enorme revalorización en los dos últimos años, que culminó al pasado 21 de marzo alcanzando su máximo histórico, los 1.615 dólares la onza.

Por el camino, en septiembre de 2017, registró otro hito histórico, superando el precio del platino por primera vez en los últimos 16 años.

El paladio ha pasado de ser un perfecto desconocido a ser la estrella de los metales preciosos

 

Aunque en los últimos meses esta subida ha perdido fuerza, el paladio sigue cotizando por encima del oro, a unos 1.380 dólares la onza, y muy por encima del platino.

El paladio es otro metal del grupo del platino, con múltiples aplicaciones industriales, que desde hace poco ha empezado a asomar la cabeza como metal precioso de inversión.

Su producción anual es, al igual que en el caso del platino, muy limitada, con algo más de 200 toneladas anuales.

La mayor parte de esta producción va a parar a la industria automovilística, que utiliza el paladio para la fabricación de catalizadores para los motores de gasolina.

 

Precisamente el aumento de cuota de mercado de los vehículos con esta motorización, en detrimento de los diésel, y el hecho de que este tipo de automóviles sean los más demandados en mercados claves como China o Estados Unidos, ha hecho crecer la demanda de paladio, situando al mercado en una situación casi permanente de déficit.

Muchos inversores que apostaron en su momento por el paladio ya han comenzado a recoger los beneficios de su inversión, vendiendo cuando el metal se encontraba en máximos.

Al igual que en el caso del platino, la inversión en paladio cuenta con ventajas: su suministro es muy limitado, su demanda es cada vez mayor y, por tanto, su liquidez es inmediata.

Por contrario, el paladio también está gravado con IVA, lo que constituye una desventaja a la hora de deshacer la inversión, ya que la revalorización tiene que haber superado el porcentaje del impuesto para ser rentable.

 

Rodio

El rodio es el gran desconocido de entre los metales preciosos. Su precio es el más alto de todos ellos: actualmente ronda los 2.500 dólares la onza, duplicando el precio del oro.

Este metal protagonizó una impresionante subida de precio en los años 2006 y 2007, pasando de 500 dólares la onza a su máximo histórico, más de 10.000 dólares la onza.

Hasta hace poco, era considerado un metal precioso de uso estrictamente industrial, debido a sus propiedades anticorrosión, similares a las del platino y el paladio.

Alrededor del 80% de la producción anual de rodio se utiliza en la fabricación de catalizadores por parte de la industria del automóvil.

Su enorme revalorización durante 2018 (su precio se incrementó alrededor de un 25%), llevó a algunas refinerías europeas a comenzar a comercializar lingotes de rodio de inversión en diversos formatos, entre 1/10 de onza y 5 onzas, asequibles para distintos tipos de inversores.

 

Su elevado precio responde a lo reducido de su producción anual, que apenas alcanza un millón de onzas (31,1 toneladas) anuales.

Al igual que en los casos de platino y paladio, su demanda industrial es muy elevada, lo que constituye una garantía de liquidez, ya que el mercado también se encuentra en situación de déficit de suministro.

¿Qué se entiende por metales preciosos?

A efectos de la normativa aplicable en esta materia, se consideran metales preciosos el platino, el oro y la plata, así como las aleaciones de estos metales entre si o con otros metales, de tal modo que el contenido del metal precioso alcance una cierta proporción legalmente establecida.

Teniendo en cuenta la Ley 17/1985, de 1 de julio, que regula la fabricación, tráfico y comercialización de objetos elaborados con metales preciosos y el Real Decreto 197/1988, de 22 de febrero, que aprueba el Reglamento de la Ley 17/1985, no se consideran metales preciosos los pertenecientes al grupo del platino, tales como el iridio, osmio, paladio, rodio y rutenio, aunque sean utilizados en aleaciones o recubrimientos de objetos de metales preciosos.

El iridio será considerado como equivalente al platino hasta una proporción máxima de 5 milésimas en la aleación de platino que con ello alcance la proporción legalmente establecida.

Son objetos de metales preciosos:

 

Los materiales utilizados solo como materia prima en la fabricación de objetos  de metales preciosos, tales como lingotes, chapas, hojas, láminas, varillas, hilos, bandas, tubos y granalla, solo podrán ser elaborados por industriales de metales preciosos y por quienes tengan la condición de fabricantes de objetos de metales preciosos.

Estos materiales, al no estar destinados al consumo directo, se suministrarán, con las garantías habituales en el comercio, solo a quienes tengan la condición de fabricantes de objetos de metales preciosos.

Se consideran productos manufacturados de metales preciosos, los destinados a su posterior acabado o a su acoplamiento como componente de otro objeto de metal precioso.

Estos productos al no estar destinados al consumo directo, solo podrán ser se suministrados a quienes tengan la condición de fabricantes de objetos de metales preciosos.

Se exceptúan del ámbito de la normativa en materia de objetos elaborados con metales preciosos:

El precio de la plata explosionará por necesidades industriales de los futuros teléfonos 5G

Más que el oro, la plata es vulnerable a la escasez de suministro debido a su papel crucial en nuestra sociedad de alta tecnología.

 

Más que el oro, la plata es vulnerable a la escasez de suministro debido a su papel crucial en nuestra sociedad de alta tecnología.

Hay que considerar la tecnología emergente de los teléfonos 5G, siglas utilizadas para referirse a la quinta generación de tecnologías de telefonía móvil.

La velocidad a la que permite navegar esta tecnología en dispositivos móviles es de hasta 1,2 gigabits por segundo.

Estos nuevos teléfonos 5G necesitarán plata como componente fundamental, nada menos que aproximadamente 88 millones de onzas.

Una demanda industrial que hará del metal precioso “pobre”, en un futuro que ya ha llegado, un producto indispensable en el mercado mundial, asegura el analista estadounidense David H. Smith:

Por mucho que se escuche la historia del oro, realmente es la plata la que mantiene la economía en funcionamiento. El petróleo puede ser mucho más importante que la plata, pero eso no niega el hecho de que necesitamos la plata para seguir operando en el mundo actual. El sistema bancario no puede funcionar sin computadoras, ya que hay plata en sus ordenadores. Y no podemos intercambiar información sin la plata como se requiere en todas las comunicaciones telefónicas fijas o inalámbricas”.

Esto que señala Smith tomando como base de sus palabras el informe realizado por David Morgan.

La plata es más crítica de lo que la mayoría de la gente considera porque es omnipresente.

Está en todas partes, en una cantidad muy pequeña.

Todos los días, manipulamos pequeños fragmentos de plata y ni siquiera pensamos en ello, motivo de reflexión.

En algún momento, el acaparamiento de la demanda de los usuarios industriales contribuye a una interrupción abrumadora del suministro.

Los usuarios industriales con una variedad de necesidades de suministro de metales en el futuro ya están «tomando posiciones» en los productores mineros para asegurar estas necesidades.

Hemos visto esto con Tesla (níquel, litio, cobalto), otros fabricantes de automóviles (cobre, zinc) e inevitablemente, en algún momento, creo, con la plata, toma como referencia Smith.

Este tipo de posicionamiento de fondo generalmente se lleva a cabo de manera silenciosa, con una empresa que compra acciones de un productor o proporciona infusiones de efectivo para sus operaciones en curso, o incluso toma una participación de compra en las onzas de una operación de exploración en el suelo”, dice Morgan en su informe.

Sirva como referencia lo que ocurrió con la empresa Ford y el paladio: en 2001, un rumor de que Rusia, productor de la mayor parte del paladio del mundo, podría dejar de producir el metal precioso, hizo que la compañía Ford Motor almacenara agresivamente este metal crítico necesario para fabricar sus convertidores catalíticos.

En ese momento, el paladio cotizaba a 1.100 dólares por onza, un nivel de precio que no debía excederse durante otros 20 años.

Poco después, Rusia comenzó a exportar nuevamente y el precio se derrumbó a 140 dólares la onza, lo que obligó a Ford a cancelar 1.000 millones de dólares en sus existencias.

La demanda monetaria empieza ahora a superar a la de la industria.

David Morgan afirma de nuevo que en algún momento, suficientes personas se despiertan y comprenden que su moneda vale cada vez menos, lo que significa que se alcanzará un punto de inflexión.

Podría lograrse con un 1% adicional del público inversionista / ahorrador, o podría lograrse con otra compra de Berkshire Hathaway o equivalente.

Este año, 2020, se ha comprado más plata como dinero, inversión, paraíso seguro o activos duros que la que se utiliza en la industria, y nos estamos preparando para la ronda final del movimiento más significativo hacia cosas de valor de las que el mundo ha sido testigo alguna vez.

Hay una demanda infinita de “dinero” porque bajo el sistema actual la deuda nunca se puede pagar, ya que es necesario crear los intereses para pagar la deuda.

El dinero representa muchas cosas: energía almacenada, trabajo almacenado, seguridad, planificación futura, financiación para la jubilación, etc.

La mayoría piensa en el «dinero» como una seguridad para su futuro. Cuando suficientes personas vean que no tienen dinero y se den cuenta de que tienen un sustituto que en realidad es un fraude, la carrera hacia el dinero “honesto” real (metales preciosos) abrumará los mercados”, concluye David H. Smith.

 

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