La impresión 3D y su aplicación industrial
Es de todos sabido que la impresión 3D ha venido para quedarse, y ha supuesto un cambio de reglas y escenario para los sistemas tradicionales de fabricación; sobre todo, estamos viviendo en los últimos años un gran impulso de este modo de fabricar, por la grandísima evolución del hardware y los avances del software.
No en vano, gracias a esta tecnología, podemos fabricar todo tipo de productos (desde aquellos casi invisibles por su tamaño hasta los más gigantes que podamos pensar (una casa, por ejemplo).
También hemos podido ir constatando cómo la fabricación aditiva ha empezado a utilizarse en numerosas industrias, llegando a imponerse en alguna de ellas. En particular, las industrias del automóvil (por el largo tiempo durante el que necesitan disponer de piezas de recambio), aeronáutica (por el ahorro que supone adquirir una máquina respecto al precio del molde), o transporte ferroviario (por la reducción en los tiempos de producción y, con ello, en los costes), han sabido aprovechar muy bien el desarrollo y enormes posibilidades de la impresión 3D.
Sin embargo, son menos conocidas las aplicaciones que el sector de la moda ha ido realizando respecto de esta tecnología, lo que no significa que no existan; más bien al contrario, encontramos ya muchos ejemplos de utilización de la impresión 3D para generar productos textiles, calzado o complementos destinados tanto a un consumo masivo como a ser mostrado en pasarela o algún evento concreto.
Uso de la impresión 3D en la industria de la moda.
Como ya se ha anticipado, la utilización de la tecnología 3D en la industria de la moda ha crecido desde los años 90, y sobre todo en los últimos años.
Su uso, tradicionalmente más ligado a la generación de prototipos o piezas únicas, ha ido ampliándose con el transcurso del tiempo y los avances en el software y en los hardware, para aplicarse actualmente tanto en el proceso creativo como en la producción masiva, además del uso antes descrito.
La impresión 3D facilita muchas opciones y genera importantes posibilidades para la industria de la moda, habiéndose convertido en casi imprescindible para algunos aspectos concretos durante los últimos diez años. Y es que, si bien es cierto que siempre fue útil a las empresas para desarrollar experimentos y productos altamente creativos e innovadores, la gran facilidad de compra de los equipos de un tiempo a esta parte, junto con las posibilidades de personalización que esta tecnología facilita, han permitido a las marcas de la industria de la moda ofrecer a sus consumidores productos con una gran carga innovadora y creativa, en masa y a un precio mucho más asequible que tiempo atrás.
En particular, la posibilidad que otorga la impresión 3D de fabricar sin moldes, es vital para favorecer esa personalización del producto final, y así llegar mejor y a más consumidores; sin embargo, la todavía limitada gama de materiales que pueden utilizarse no facilita hoy el uso de estas creaciones mucho más allá de las pasarelas o desfiles de presentación de colecciones. Este hecho, junto al tiempo necesario para producir y ensamblar algunas creaciones, son desventajas menores que seguro serán superadas en un periodo muy corto de tiempo.
¿Qué puede crear una impresora 3D para el sector de la moda?
Las oportunidades son, ciertamente, muchas, teniendo en cuenta que la fabricación con impresoras 3D permite una libertad total en cuanto a las formas a crear, sin necesidad de contar con moldes para ello. Por otro lado, este tipo de fabricación facilita la producción de piezas muy complejas que con otras técnicas sería muy difícil (en ocasiones incluso imposible) de realizar.
Los principales tipos de piezas que pueden ser creados con una impresora 3D en el mundo de la moda actualmente, son los siguientes:
- Piezas completas.
Estas fueron de las primeras piezas en verse fabricar por una impresora 3D, buscando conseguir lo que nunca se había podido crear de forma completa; la generación de piezas complejas y con formas geométricas muy difíciles de generar, sin costuras ni puntos de unión. Un ejemplo muy conocido lo encontramos en la propuesta presentada por la diseñadora holandesa Iris van Herpen durante el desfile de moda «Crystallization» en el año 2011, producidas en colaboración con el arquitecto londinense Daniel Widrig.
- Adornos para piezas completas.
La fabricación aditiva es también una buena opción cuando se trata de crear adornos para otras piezas textiles. Podemos generar desde artículos pequeños de materiales diversos (cuero, plástico, diferentes materias textiles), hasta complementos como botones, anillos, tachuelas u otros detalles que acompañen a la pieza principal.
Son diferentes las técnicas que pueden utilizarse para modelar y fabricar estas piezas pequeñas pero llenas de creatividad. Polyjet, uso de poliuretano termoplástico o poliamida, Foliage y muchas otras.
- Mallas
Danit Peleg fue el primer diseñador atrevido que utilizó, en 2015, la impresión 3D para fabricar toda su colección, bajo la premisa de “«un uso innovador de la tecnología que alienta la invención y la creación de prototipos».
- Accesorios.
En el campo de los accesorios la fabricación aditiva o impresión 3D encuentra un potentísimo aliado. Bien se utilice para imprimir partes concretas de un producto, o para fabricar este en su totalidad, esta tecnología es la más adecuada, y además la preferida por diseñadores y empresas, para la generación de accesorios de moda, con un impacto especialmente importante en el ámbito de las gafas, la bisutería, o los paraguas
Además de lo anterior, es innegable que el ahorro en tiempo y coste que implica el uso de la impresión 3D para producir accesorios, es también aplicable al campo de las piezas metálicas y los artículos de cuero. En este campo, se torna especialmente importante por la evitabilidad en la generación de residuos, un problema que afecta mucho a la industria de la moda y que de un tiempo a esta parte se ha convertido en parte esencial del debate entorno a la búsqueda de la sostenibilidad y de una moda ecológica y respetuosa con el medio ambiente y el entorno natural.
- Joyería y relojería.
La joyería también ha sido un sector pionero en el uso de la impresión 3D, ya sea para directamente producir las partes más sencillas de las piezas de joyería, como en el campo del prototipado, buscando la generación de moldes para piezas complejas y de elevado nivel técnico.
Muchas más empresas de joyería y relojería de las que pensamos utilizan la impresión 3D para fabricar sus productos; es el caso de Goossens, Pearl, Cartier o Panerai, o de otras como Lorena Rom, Holthinrichs o Synchronos que utilizan la impresión 3D prácticamente para la totalidad de sus productos.
- Calzado
Las marcas de calzado también han querido aprovechar la tendencia de la impresión 3D, y sobre todo vemos cómo el mercado de las zapatillas deportivas utiliza ampliamente la impresión 3D en el diseño de sus productos. Las principales marcas del mercado (Puma, Adidas, Nike o Reebok por nombrar algunas), hacen uso de esta tecnología para poder, sobre todo, personalizar sus productos, una tendencia en auge y que está tornándose ya un requisito básico del consumidor de estos productos.
El futuro ya es presente.
Lo que está claro, a tenor de los ejemplos enumerados en este post y de los miles que podemos encontrar en internet realizando una búsqueda sencilla, es que la impresión 3D o fabricación aditiva ha venido para quedarse y hacernos la vía mucho más fácil.
Como empresas, porque podremos desarrollar y fabricar tanto prototipos como productos finales sin invertir costes tan elevados y atendiendo a la eficiencia y sostenibilidad de materiales y procesos. Como consumidores, porque podremos pedir los productos personalizados casi en su totalidad, obteniendo piezas únicas e irremplazables que sean reflejo de nuestra personalidad y de nuestros gustos.
El sector de la moda es clave en la modelización del comportamiento de los consumidores, y tiene un grandísimo impacto en los gustos, costumbres y hábitos de las sociedades. Poder adaptar sus productos a cada uno de sus consumidores les hará, con un “click”, llegar a un espectro mucho más amplio de potenciales clientes, que tendrán más opciones de elegirlos atendiendo a la posibilidad de personalizar sus productos.
Por otro lado, el gran reto al que se enfrenta la industria es el de normalizar la impresión 3D, desarrollando técnicas que permitan su uso de un modo más masivo, y materiales que puedan ser adaptados a este modo de fabricación para y servir no solo para crear modelos destinados a pasarela, sino otros que puedan ir dirigidos al gran consumo.
Como se ha visto a lo largo de los posts anteriores, la impresión 3D tiene tanto pros, como contras. Sin embargo, como se puede apreciar, los esfuerzos por continuar desarrollando herramientas 3D en el ámbito de la moda, son increíbles. La tecnología 3D tiene un amplio futuro en manos de los diseñadores y entusiastas que confían en los equipos 3D para poder desarrollar sus ideas y proyectos más descabellados.
Veamos cómo evoluciona la tecnología, pues estoy segura de que seremos testigos y copartícipes de una nueva era basada en la sostenibilidad, la personalización y la eficiencia.
Este artículo se ha realizado por la redacción del equipo de EOB, si quieres contactar con nosotros mándanos un mail a info@enriqueortegaburgos.com