CONOCE LA BIOGRAFÍA DE HUBERT DE GIVENCHY. PARTE 3.
En esta entrada, continuaremos abordando la vida y obra de uno de los diseñadores más emblemáticos del siglo XX, quien con su apuesta sencilla pero elegante revolucionó el vestuario de las damas más connotadas de la sociedad y enalteció el modo de vestir de muchas celebridades como de hecho lo constituyó su musa y embajadora de sus diseños la famosa actriz de Hollywood Audrey Hepburn y la primera dama de los Estados Unidos Jaqueline Kennedy, entre otras como la princesa de Mónaco.
SI QUIERES SABER MÁS SOBRE HUBERT DE GIVENCHY.
BIOGRAFÍA PARTE 1
BIOGRAFÍA PARTE 2
BIOGRAFÍA PARTE 3.
HUBERT DE GIVENCHY Y PHILIPPE VENET.
Monsieur Hubert de Givenchy: Biografia
Hubert James Marcer Taffin de Givenchy nació el 21 de febrero de 1927, según fuentes especializadas en moda, nace «en Beauvais, un pequeño pueblo francés en el seno de una familia aristócrata. Gracias a este noble linaje bebió desde muy joven el amor hacia la elegancia (sobre todo de su madre, ya que su padre murió cuando tenía dos años) que plasmó desde su primer desfile de moda en 1952 hasta su retirada de la casa de moda que llevaba su nombre en 1995. Este era el elemento más característico: «Los clientes iban elegantemente vestido incluso cuando iban a lugares perdidos».
El amor por la moda de Givenchy bebe de dos fuentes. La primera de ellas se debe a la tradición textil de su familia, ya que su abuelo, conservador de las fábricas de Beauvais y Gobelins, recogía telas y disfraces que embaucaban a un joven Givenchy.
Pero esos paños no eran suficiente para decantar al francés al mundo de la moda (su familia quería que trabajara como abogado). No fue hasta que conoció la obra del español Cristóbal Balenciaga cuando decidió cuál sería su destino. Con la intención de conocer a su ídolo, Hubert huyó a París con el objetivo de mostrarle al español sus dibujos.
Aunque no consiguió encontrarse con el diseñador, con solo 17 años decidió instalarse en la capital francesa donde comenzó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes a la vez que trabajaba en distintas casas de moda. En este tiempo continuó observando de cerca el trabajo de Balenciaga, quien era su «religión. Como soy un creyente, para mi está Balenciaga y el Señor» bromeaba el modista.
Givenchy sucesor de Balenciaga.
Fruto de la influencia de Balenciaga las primeras colecciones de Givenchy se caracterizaron por la sencillez, donde «una línea es una gran costura». Sus modelos estaban desprovistos de toda floritura, escotes exagerados o encajes innecesarios, consiguiendo proporcionar fluidez a la silueta femenina.
Todo estos elementos quedaron claros en su primer desfile en 1952, donde consiguió innovar al agregar comodidad a la moda. Fue un desfile en blanco y negro en el que su talento ya fue detectado por referentes en ese momento como Hélène Lazareff, directora de Elle, o Carmen Snow, la ley máxima de Harper’s Bazaar. «Esos vestido te recuerdan a esa primera, mejor copa de champán», declaró en ese momento un admirador del modista.
Este éxito se repitió en las décadas posteriores, en las que vistió a algunas de las mujeres más bellas y elegantes del mundo. En este tiempo consiguió dar a las mujeres una mayor libertad de elección.
Poco después de alcanzar la fama en la década de los 50, el diseñador se aventuró con la ropa masculina y se mudó a Nueva York. Todos estos cambios junto a una línea estilística donde la elegancia se mantenía prenda tras prenda terminaron de consolidar su éxito.
Celebridades que hicieron historia en Givenchy
Al comienzo de su carrera trabaja con los más grandes de la época en varias maisons hasta que finalmente crea la suya propia, la Casa de Modas Givenchy. Tal es su éxito que se convierte en el diseñador de referencia de mitad del siglo XX: todas querían vestir sus creaciones con ese aire francés tan sofisticado y femenino. Actrices, cantantes, princesas… Su clientela era enorme y muy leal, pero solo una mujer es la que roba el corazón de Hubert convirtiéndose en su principal embajadora. Cómo no, hablamos de Audrey Hepburn, la actriz que siempre será recordada por «Desayuno con diamantes«.
1953 es el año en el que el diseñador y la actriz se conocen. Audrey necesitaba encontrar los vestidos con los que vestiría en su nueva película «Sabrina» y por este motivo acude a Hubert de Givenchy (el diseñador que salía en todas las portadas de revistas) para que la vistiera con ese glamour francés que tanto gustaba en las altas esferas. Así que acude a su estudio y cuando entra, con su pelo corto y un look muy afrancesado con pantalones capri y bailarinas, Hubert se queda muy sorprendido y algo reacio. Y es que, cuando le comentaron que la señorita Hepburn iba a visitarle, él esperaba a Katherine (por aquel entonces, Audrey no era conocida en Europa).
Audrey Hepburn, con su estilo parisino y esos grandes ojos de ciervo, logró encarnar a la perfección el estilismo de Givenchy. Fue la mujer que mejor vistió, con una fidelidad ejemplar, las prendas del diseñador. La actriz logró ser embajadora, musa y buena amiga del modista.
Entre los trajes memorables que lució la estrella de Hollywood se encuentra el vestido en organza negro y con flores bordadas que lució en la película de Sabrina, o el clásico traje negro que vistió en Desayuno con diamantes y que ha pasado a la historia.
Durante 40 años la actriz y el diseñador mantuvieron una gran amistad que traspasó las pantallas y los desfiles de moda. «Audrey entró en mi vida de una manera adorable», decía Givenchy. Recordaba que la primera vez que la conoció le pareció una «persona muy delgada con ojos hermosos, pelo corto, cejas gruesas, pantalones muy pequeños, zapatos de bailarina y una pequeña camiseta».
Pero la actriz también sentía admiración por Givenchy, a quien calificaba como un diseñador «creador de personalidad». Audrey aseguró en una ocasión que antes de conocer a Givenchy vestía ropa casera.
El ascenso y el ocaso del aristócrata Givenchy.
Givenchy mostró su primer desfile en 1952 a la edad de 25 años, causando el asombro por la frescura de su propuesta ante los invitados. Givenchy seguía una línea muy parecida a Chanel: nueva y elegante. Y también se apropiaba del negro de una manera espectacular.
Su gran creatividad le trajo grandes oportunidades. Jaqueline Kennedy, primera dama de EUA en ese entonces, utilizaría uno de sus vestidos durante una visita a Versailles; Carolina de Mónaco también vestiría de su atelier, Bettina Graziani, un gran nombre en los inicios de la historia del modelaje, se convertiría no sólo en una de sus embajadoras, sino también en su publicista, logrando grandes tratos con las influencias que tenía en Estados Unidos. Y, finalmente, como lo hemos reiterado su musa principal, Audrey Hepburn. El vestido negro que observamos en la famosa película ‘Breakfast at Tiffany’s’ es, en efecto, Givenchy.
Givenchy se convirtió en el mejor ejemplo de la expresión: «Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida». El diseñador descubrió desde muy pronto que la moda no era un simple oficio, era su pasión: «Estoy feliz porque hice el trabajo que soñaba cuando era niño».
A lo largo de los 43 años que estuvo al frente de la marca nunca paró. El modisto se encontraba en el taller desde las 7 de la mañana trabajando sin descanso. Aún así, y tras un cosechar un gran éxito en pasarelas de todo el mundo, al aristócrata le gustaba describirse como un «aprendiz eterno» buscando siempre nuevas inspiraciones e ideas.
Sin embargo, en 1988 la marca Givenchy se vendió al grupo de lujo LVMH. Durante siete años el diseñador consiguió mantenerse como jefe de diseño creativo hasta que en 1995 decidió retirarse. En ese momento, y tras una exposición de sus mejores obras, le dijo a sus amigos: «He dejado de hacer vestidos, pero no de hacer descubrimientos. La vida es como un libro; uno tiene que saber cuándo pasar la página «.
Aunque el diseñador ya no se encuentra entre nosotros, ha dejado tras de sí grandes logros, como las prendas que se convirtieron en verdaderas obras de arte.
En 1995, Hubert de Givenchy se retiró del diseño de la moda presentando su última colección que tuvo gran aceptación y un éxito rotundo. La toma del control de Givenchy por parte de LVHM supuso la llegada a la firma de un nuevo diseñador: John Galliano. Éste diseñó durante una corta temporada para Givenchy.
Tras él llegaron diseñadores como Alexander McQueen, Juliern Macdonald y Riccardo Tisci, que, sucesivamente, se han encargado de diseñar los productos de la marca. Riccardo Tisci, tras doce años al frente de la dirección artística de Givenchy, se retiró dejándole el paso a la primera mujer a cargo de la dirección creativa de la marca de lujo cuyo puesto fue ocupado por Clare Waight Keller, directora creativa que fraguó un sólido prestigio diseñando las creaciones de la marca Chloé.
En la actualidad el reto está a cargo de Williams Mattews, quien lidera una apuesta futurista e irreverente que ha alcanzado un alto nivel en el mercado superando record de ventas a pesar de los embates sufridos por la emergencia sanitaria mundial.
El mítico diseñador de modas Hubert de Givenchy muere el 10 de marzo del 2018, mientras dormía a la edad de 91 años en su castillo cerca de Paris.
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