Enrique Ortega Burgos

LA INDUSTRIA DEL DIAMANTE.

La industria del diamante, su talla y su fabricación.

 

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Talla de las gemas y mercado

 

Si en el anterior artículo estuve hablando sobre el valor del diamante y su impactante belleza, en este me voy a centrar sobe todo en la talla de las gemas y en el mercado presente y futuro de las mismas.

¿Cómo se producen los diamantes?

Los diamantes naturales provienen del carbono que se forma en las entrañas de la Tierra, a más de 140 km de profundidad, que en condiciones de presión y temperaturas extremas, modifican y compactan sus moléculas hasta modificar su estructura química cristalina siendo llevados a la superficie a través de erupciones volcánicas.

 

La producción anual total de diamantes naturales suele rondar los 120 millones de quilates

 

Los diamantes también pueden ser producidos sintéticamente en un proceso de alta presión y alta temperatura que simula aproximadamente las condiciones en el manto de la Tierra. Una alternativa, y técnica completamente diferente, es la deposición química de vapor.

Anualmente se suelen producir unos 3 mil millones de quilates de diamantes sintéticos para uso industrial mientras que en calidad de gema alcanzan solo unos cuantos miles de quilates al año.

Los diamantes de color de fantasía suelen ser sintéticos ya que solo un 0,01% de los diamantes naturales son de color de fantasía. Una de las marcas más famosas en el sector de la bisutería de los diamantes sintéticos es Swarovski.

De Brees se ha unido al mercado de los diamantes sintéticos en 2018 a pesar de que su director financiero, Nimesh Patel, ha jurado y perjurado en el pasado que jamás entrarían en el negocio de las gemas sintéticos. Esta nueva incorporación al mercado de diamantes manufacturados supone una arriesgado punto de inflexión no sólo para De Beers sino para todo el negocio de las piedras preciosas.

 

A pesar de su unión al mercado manufacturado, De Beers no teme afirmar y defender que un diamante sintético nunca va a tener la historia única e inspiradora que transmite un diamante real.

 

La fabricación masiva de diamantes sintéticos, reducirá drásticamente el coste de las joyas cultivadas en laboratorio – alrededor de un tercio del precio de los diamantes naturales –  influyendo a la vez a la compra de los Millennials que prefieren vestir gemas sintéticas, mientras el uso de diamantes naturales quedaría para los momentos más importantes o significativos de la vida, según declaración de Nimesh Patel.

 

LA TALLA DE LOS DIAMANTES

¿Cómo se hace el tallado y pulido de los Diamantes?         

Un diamante en bruto podría pasar a simple vista por un vulgar trozo de vidrio opaco. Para resaltar su belleza y su fulgor, este debe tallarse y pulirse con mucha paciencia, destreza y precisión, siendo este proceso todo un arte porque si no se talla bien, parecerá apagado incluso si tiene un alto grado de claridad y color.

 

Mucha gente piensa que al hablar del corte de un diamante, se hace referencia a su forma (de pera, redondo, cuadrado, ovalada, etc.), no obstante, el significado correcto se refiere a qué tan bien interactúan las facetas del diamante con la luz y cómo se refleja esta.

El proceso de talla es la única de las 4 calidades del diamante que se ve afectada por la mano del hombre y consiste en imprimir a un material gemológico en sólido, una o varias formas que posteriormente pueden ser convertibles en objetos de adorno a la vez que resaltan sus propiedades ópticas. En este proceso se pierde gran parte del diamante y la gema final pesa normalmente menos de la mitad que la piedra en bruto sin cortar.

La talla es un arte y requiere una precisión y mano de obra excelente para moldear una gema, dado que la calidad del corte afecta a la belleza y al brillo del diamante. Una piedra mal cortada es opaca en lugar de brillante, mientras que un diamante bien cortado es luminoso y refleja la luz blanca y de colores de vuelta de los ojos.

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Parte 1

Parte 2

¿ Qué puede afectar a la calidad de la talla del diamante?

El corte de un diamante es la propiedad que más impacta en la belleza de la gema. Los precios de los diamantes dependen de la calidad del corte de la joya y de la precisión con la que ha sido cortada ésta, sin importar el tamaño de la gema o el peso en quilates.

 

La proporcionalidad, la simetría y la profundidad de un diamante, son ideales cuando las facetas talladas (las superficies planas brillantes de un diamante) del mismo, refractan y reflejan la luz hacia el ojo de manera espectacular.

Se considera que un corte perfecto vale más que el color o la claridad del diamante. Dos piedras pueden tener el mismo color, la misma claridad y el mismo precio en quilates, pero la talla es la que determinará cuál es más valioso que otro.

Por ejemplo, Brian Gavin ofrece una colección Signature llamada Hearts & Arrows que incluye algunos de los mejores diamantes tallados del mercado.

DIAMANTES NATURALES VS DIAMANTES SINTÉTICOS

“Los diamantes pueden ser para siempre, pero el mercado de diamantes seguramente no lo es”.  (Forbes, 2019)

Si bien la industria del diamante se ha construido sobre el famoso lema  “los diamantes  son para siempre”, de De Beers, uno de los líderes mundiales en exploración de diamantes, minería y venta minorista, las grandes productoras ya han hecho eco en numerosas ocasiones que sobre el año 2050 se van a agotar los recursos rentables de diamantes.

 

Igual que muchos compradores, no puedo dejar de preguntarme : ¿dónde acudiremos cuando se agoten los recursos naturales para la extracción de diamantes? Y ¿qué solución proponen los expertos?

 

Pues la solución ya lleva años en el mercado. Son los diamantes sintéticos. Cada vez más consumidores, sobre todo los Millennials, ya sea por razones económicas o éticas, preocupados por el daño creado con la extracción, optan por diamantes sintéticos y artificiales en lugar de los naturales.

Lo que no deja lugar a dudas, es que hay un aumento drástico en la demanda de diamantes cultivados en laboratorio y la industria del diamante está cambiando ante nuestros ojos. El mercado está sufriendo una transformación sin precedentes, estando obligado a adaptarse a los nuevos deseos del consumidor.

 

En 2016, se calculaba que los diamantes cultivados representaban aproximadamente un 1% del mercado de diamantes mientras que este año, según el analista de la industria Paul Zimnisky, se estima que representan entre un 2 y 3% del mercado, creciendo a una velocidad vertiginosa y alcanzando en unos 10-15 años, un porcentaje del 7%.

 

Si bien hay muchos que sostienen que las piedras hechas por el hombre no son más que falsificaciones de bajo grado y que nunca serán considerados productos serios, los expertos de la industria no están tan seguros.

 

 A simple vista,  incluso a un experto experimentado y con ojo entrenado le costaría diferenciar entre un diamante manufacturado y uno natural.

 

La única diferencia entre un diamante real y uno cultivado en laboratorio es su origen y el hecho de que uno tardó millones de años en formarse, mientras que el otro salió de un laboratorio tras unos pocos días de cuidadosa supervisión.

Y aunque los dos tipos de diamantes son idénticos a la vista, sus historias de origen no podrían ser más diferentes. E igual de diferentes son las opiniones que acompañan a ambas gemas tanto por parte de los compradores como por parte de los fabricantes.

No son pocos los estudios, entre los cuales en una investigación independiente, realizada por la productora De Beers,  un altísimo porcentaje de consumidores manifestaba que “quieren lo real y no están preparados para conformarse con nada menos”. Y real significa que no proviene de un laboratorio.

Las grandes productoras como era de esperar, descartan cualquier sugerencia de que las gemas sintéticas estén al mismo nivel que las reales.  No encontrará diamantes sintéticos en las vitrinas de Tiffany & Co., pero sí en MiaDonna, Swarovski o Halzberg Diamonds.

No obstante, a pesar de la negativa de la industria de aceptar los diamantes sintéticos como una alternativa, su producción avanza a una velocidad imparable, y los consumidores rechazan catalogar los diamantes sintéticos como un sustituto de bajo grado de los reales.

Otras investigaciones sostienen todo lo contrario, que a los consumidores les importa mucho más el origen del diamante, los efectos relacionados con los problemas sociales y humanitarios, y que no provenga de explotación humana y trabajo forzado como suele ocurrir con la industria abundante y expansiva de los diamantes extraídos de muchos países de África, dónde es raro que se apliquen leyes laborales y estándares ambientales adecuados.

A esto, se suma el precio reducido de los diamantes sintéticos y la imagen y composición idéntica de la gema manufacturada con una natural, pudiendo usarla con la conciencia tranquila porque esa gema nunca estuvo en la categoría de los famosos “diamantes de sangre”.

 

LO SINTÉTICO NO ES NATURAL

Hay varias técnicas para crear diamantes cultivados en laboratorio – mediante deposición química de vapor (CVD), alta temperatura (HPHT) y alta presión – y tienen exactamente las mismas características físicas y composición química que los diamantes naturales.

Ambos diamantes están clasificados de la misma manera por el Instituto Gemológico de América (GIA) que proporciona al cliente toda la información necesaria para dejar claro que los diamantes aun facturados en el laboratorio, son 100% diamantes. Y aproximadamente un 40% mas baratos que los extraídos de la tierra.  Y cuando es imposible incluso distinguir la diferencia, es difícil justificar el pago de una cantidad monumental por lo real.

No obstante, para poder resaltar cual de los dos es real y cual producido en un laboratorio, en julio de 2019, se ha impuesto una nueva norma para el mercado de los diamantes manufacturados, por la Organización Internacional de Normalización. Obligatoriamente su descripción debe utilizar uno de los términos siguientes : “ sintético”, “creado en laboratorio” o “cultivado en laboratorio”, reservándose el termino “diamante” sólo para los naturales. Tampoco se pueden usar los términos “precioso”, “natural”, “real”, “genuino”,“cultivado” si se trata de una piedra sintética.

Según un informe de Citi Research de Citigroup, la industria de los diamantes manufacturados, podrían tener un impacto sin precedentes en la minería al ser identificados como una de las tecnologías disruptivas, siendo el aumento de producción una amenaza creciente y real en el sector.

 

DESAFÍOS A LOS QUE SE ENFRENTA EL MERCADO DE DIAMANTES

El pasado no es un predictor del futuro.

Mientras el mercado actual enfrenta desafío propios, no podemos olvidar que en el pasado, la industria se enfrentó al tipo de interrupciones que se enfrenta hoy.

No obstante, el pasado no es un predictor del futuro y aunque se prevé que 2020 será un año difícil para la industria, las ventas minoristas de diamantes disminuirán en aproximadamente 2% o más, influido sin lugar a duda por la grave situación causada por el COVID-19. China, el segundo mercado de joyas de diamante más grande del mundo, se enfrentará a un panorama más drástico aún, con disminuciones de más de un 5%.

 

 

Según un artículo publicado en la revista Forbes, en base al Global Diamond Report 2019 de Bain & Company, una firma global de consultoría con sede en Boston, EEUU, en asociación con El Centro Mundial de Diamantes de Amberes, que coordina oficialmente el sector de diamantes de Amberes, se hace publico que a lo largo de la cadena de suministro de diamantes extraídos, las ventas están cayendo y se estima que la venta tanto de diamantes pulidos como de diamantes en bruto, baje sustancialmente, un 10% y 25%, respectivamente.

Pero mientras las ventas de diamantes minerales disminuyen, el futuro de los diamantes manufacturados en laboratorio aumenta.

Si bien los diamantes extraídos tienen usos industriales como sierras y brocas, el futuro de la industria permanece fijo en el mercado de la joyería y representa aproximadamente un 15% de mercado minorista de diamantes.

Los diamantes manufacturados en laboratorios en joyas y las piedras preciosas son sin duda alguna la faceta más glamourosa de la industria de los diamantes manufacturados, pero sólo alcanzan aproximadamente un 10% del mercado.

Los cultivos de laboratorio, se usan en sectores que van mucho más allá de las joyas y los abrasivos, incluidos los usos médicos, científicos, industriales y computacionales y su futuro se ve prometedor.

Los diamantes de laboratorio se utilizan para fabricar productos básicos para la sociedad moderna, como lentes láser, dispositivos médicos ortopédicos, teléfonos móviles, dispositivos MAC o PC`s, pantallas de cristal y cables en las placas de circuito, o incluso en piezas recubiertas de diamantes de los aviones, turbinas y automóviles, al reducir la fricción de los mismos en un 25%, según declaración del fabricante de automóviles, Nissan.

Estos usos alternativos y variados son lo que realmente sostiene el mercado de los diamantes sintéticos y es por ello por lo que los diamantes cultivados son populares e imprescindibles actualmente. Son baratos de producir, baratos de comprar y su producción es infinita sin que se agoten los recursos.

Si bien los diamantes naturales son raros y obtienen su singularidad por haberse formado en miles y millones de años, su escasez va unida a unos precios bastante elevados. La alternativa clave para frenar la amenaza competitiva de los diamantes sintéticos es aumentar la percepción del consumidor del valor de los extraídos y disminuir el valor de los fabricados en laboratorios, cosa que a día de hoy parece bastante complicado.

Está empezando a parecer que el genio del hombre finalmente ha igualado el brillo de la naturaleza y cualquiera sea su preferencia personal cuando se trata de diamantes, los diamantes cultivados en laboratorio están aquí y están aquí para quedarse.

 

 

 

 

 

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