Os hablamos sobre extranjerismos (especialmente anglicismos) en el sector de la moda.
Hoy en día, es inevitable hablar de moda sin utilizar términos como outfit, jeans, outlet, vintage o retail, entre otros. La moda cuenta con un lenguaje propio especializado, universal, con códigos específicos, sistemas de convenciones y un vocabulario cambiante, en el que la inclusión de extranjerismos es cada vez más frecuente.
Es uno de los sectores más sometidos en la actualidad al fenómeno de la globalización. El aumento de productos novedosos y técnicas innovadoras suscita el surgimiento de nuevos objetos, escenarios y nociones que deben conceptualizarse. Estas nuevas realidades se vuelven virales en un periodo muy breve de tiempo y, a corto plazo, pasan a conocerse en todo el mundo.
Se produce la necesidad de otorgar denominaciones novedosas a invenciones que aparecen o introducir ciertos matices a realidades ya existentes.
Por ello, deben adaptarse y acuñarse esos nuevos términos en todos los idiomas.
En algunas ocasiones, las tendencias avanzan más rápido que la evolución de la lengua y, por esa razón, carecen de duración suficiente para atribuirles un término en los distintos idiomas.
Asimismo, es preciso mencionar el rol tan importante que tienen tanto la difusión por parte de los medios de comunicación como el impacto de las redes sociales a la hora de crear contenido y difundir las novedades y las tendencias que van surgiendo.
Podemos afirmar que son las revistas de moda las que más incluyen terminología hasta el momento no empleada o tratan de inventar palabras de reciente creación. Esto se debe al lenguaje propio del marketing, cuya función principal se basa en una estrategia comunicativa dirigida a garantizar una imagen fresca, moderna y adaptada a los tiempos.
¿Qué suena mejor? ¿Una boutique o una “tienda de ropa”? ¿Catwalk o “pasarela”?
Es preciso señalar que España no ha sido uno de los países con más protagonismo en la industria de la moda a lo largo de la historia. Por esa razón, podemos afirmar que se configura como un país colonizado a través de influencias y aportaciones estéticas externas, procedentes del inglés, francés y, en menor medida, del italiano.
Por un lado, cabe destacar que, en ocasiones, incluimos los préstamos en su forma original, como podemos ver claramente en el caso del término shorts. Por otro lado, también es preciso resaltar la introducción de préstamos asimilados, que se adaptan plenamente a las reglas morfológicas, ortográficas y fonológicas de la lengua española, como suéter; que viene del inglés sweater.
Igualmente, hay que hacer una distinción entre los préstamos que se incorporan con el fin de designar nuevas realidades y aquellos que se insertan para hacer referencia a realidades preexistentes.
Anteriormente, el francés era el idioma más utilizando en este sector y ha dejado su legado en términos como prêt-à-porter, savoir-faire, cardigan, foulard, crochet, culotte o glamour. La Real Academia Española ya reconoce algunos de estos galicismos, como atelier, recogido en el Diccionario de la lengua española con la siguiente acepción: “taller o estudio de un pintor, de un escultor o de un modisto”.
Un Blazer no es lo mismo que una americana
Es interesante mencionar que el término “moda” proviene de la palabra francesa mode, que a su vez tiene su origen del latín modus, cuyo significado es manera. Desde siempre, Francia se ha configurado como la cuna de la moda, no podemos olvidar que este sector tuvo su origen en el año 1670 en París y que, hoy en día, sigue siendo una de las capitales de la moda por excelencia. La mayoría de las firmas de alta costura (o, ¿deberíamos decir Haute Couture?, como Hermès, Chanel, Louis Vuitton o Dior nacieron en este país.
Como se ha mencionado anteriormente, nuestra lengua también cuenta con préstamos tomados del italiano. Milán es sinónimo de moda y lujo.
En los años 80, se consolidó como un poderoso núcleo de la industria textil en Italia y, junto con Nueva York, París y Londres, ostenta el título de capital de la moda.
Uno de las aportaciones más significativas es stiletto, también conocido como “tacón de aguja”. O, Brocado, que tal y como se recoge en el glosario de moda elaborado por la Fundéu, tiene el siguiente significado: “tela de seda entretejida con oro o plata, de modo que el hilo metálico sobresale y forma dibujos en relieve en la cara superior y proviene de la palabra italiano broccata”.
No obstante, debemos afirmar que, a día de hoy, es el inglés el que ha tomado la delantera y, en la actualidad, es considerado el idioma más hablado a nivel mundial. Se ha convertido en la lengua predominante por excelencia, ya que se concibe como un punto de encuentro idiomático entre las distintas culturas que coexisten y se ha convertido en la vía principal para la mayoría de negocios internacionales.
¿POR QUÉ HACEMOS USO DE ANGLICISMOS?
Es imprescindible hacer una distinción entre los anglicismos innecesarios porque contamos con un término que recoge perfectamente el significado en nuestro idioma y los préstamos tomados del inglés de forma necesaria, aquellos para los que no existen o resulta más complicado adaptar una palabra en español.
El objetivo principal del uso de los préstamos está vinculado directamente a la intención comunicativa de resaltar y proyectar la información de manera que vaya al compás de la actualidad y que se adapte a una creciente globalización. De este modo, se introducen para llenar un vacío semántico o como alternativa a otras expresiones ya existentes.
¿Cuántas veces hemos leído en revistas de moda el término must o must-have cuando en español podemos sustituirlo fácilmente por “imprescindible”? Esta palabra se emplea en el sentido de poseer cierta prenda o accesorio para estar al día con las tendencias actuales.
De esta manera, a pesar de tener términos equivalentes en nuestra lengua, preferimos optar por el uso de palabras tomadas del inglés. Así, podemos ver como ejemplo el término trench, cuyo equivalente en español es “gabardina”. Igualmente, no es lo mismo ser cool que “tener estilo” o “ir a la moda”; y tampoco un tono nude que “color carne”. Además, parece que suena mucho mejor decir street style que “estilo de la calle”.
No obstante, a veces incluimos el uso de préstamos por el simple hecho de que no existe una palabra en la lengua de destino para hacer referencia a esa misma realidad, como ocurre, por ejemplo, con mom jeans o boyfriend jeans.
Es cierto que frecuentemente tenemos tendencia a utilizar anglicismos en base a la economía del lenguaje y de la comodidad; de esta manera, nos ahorramos el uso de caracteres o de palabras para designar una misma realidad. Este es el caso de shooting para hacer referencia a una sesión de fotos o, simplemente, Fashion week, ya que en español utilizamos cuatro palabras para hacer referencia a este término: “semana de la moda”. También podemos hacer referencia al término branding, cuyo equivalente es “imagen de marca”. Sin ir más allá, otro ejemplo caro es la denominación de “pantalones cortos”, que se recoge en un único sintagma nominal, integrado en nuestra lengua, a través del término shorts.
También se emplean anglicismos en las que existe más de un equivalente en español. Este es el caso de Personal shopper, que podemos utilizar “asesor de imagen” o “asesor de estilo”.
¿ESTAMOS ABUSANDO DEL USO DE EXTRANJERISMOS?
Hoy en día, existe cierta controversia respecto a esta cuestión porque se considera que se produce cierto abuso de extranjerismos. Es preciso puntualizar que muchos de ellos son innecesarios porque contamos con alternativas suficientes en español que se dejan de utilizar y, por ello, pasan al olvido. Es habitual entrar en la página web de una tienda de ropa y ver jumpsuit, en vez de “mono”.
Ante el aumento de la digitalización de este sector y del uso de las redes sociales, la Real Academia Española se ha visto en la posición de aprobar el uso de un mayor número de anglicismos en la lengua española, ya que su utilización es cada vez más recurrente en la práctica comunicativa.
“¡Un steamer es una plancha!” Ha pronunciado el modista, y también filólogo, Lorenzo Caprile, defensor de la lengua española y en contra del uso de extranjerismos en la moda.
Así, la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA), cuyo propósito es promover el buen uso del español en los medios de comunicación, ha elaborado una lista de extranjerismos que se emplean con frecuencia y sus respectivos equivalentes en español, entre los que podemos destacar los siguientes: casual (informal), oversize (holgado) o showroom (sala de exposición).
Esta cuestión es objeto de debate en la actualidad. Es conveniente plantearse si la cantidad de préstamos que introducimos en nuestra lengua es realmente necesaria y precisa. Quizá podríamos proponernos ser más cuidadosos y utilizarlos en su justa medida, únicamente en aquellos casos en los que su uso resulte imprescindible o cuya equivalencia en nuestra lengua dé lugar a ambigüedad. Además, esta discusión no sólo afecta a los expertos en moda, sino a cualquier persona que no está íntimamente ligada a este ámbito porque, en mayor o menor medida, influye en nuestra vida cotidiana y en nuestra posición de consumidor.
FUENTES:
-https://www.fundeu.es/wp-content/uploads/2015/03/glosarioModaFundeu.pdf
-https://www.fundeu.es/blog/caprile-contra-el-abuso-de-extranjerimos-un-steamer-es-una-plancha/
-https://www.lematraductores.com/blog/extranjerismos-mundo-moda/
-Gutiérrez Fernández, Carla y Pérez Fernández, Lucila M: El uso de los extranjerismos en el ámbito de la moda: un estudio trilingüe. Universidad Europea del Atlántico-Universidad de Málaga. http://www.linred.es/articulos_pdf/LR-articulo-30052020.pdf
FUENTES DE LA WEB:
-“La obsolescencia en el mundo de la moda” by Valeria Rosati:
https://enriqueortegaburgos.com/la-obsolescencia-en-el-mundo-de-la-moda/
-“El alquiler de ropa (Fashion rental). El modelo de Rent the Runaway” by Nuestra redacción:
https://enriqueortegaburgos.com/el-alquiler-de-ropa-fashion-rental-el-modelo-de-rent-the-runaway/
Este artículo se ha realizado por la redacción del equipo de EOB, si quieres contactar con nosotros mándanos un mail a info@enriqueortegaburgos.com