ENVASES EN LA PERFUMERÍA: CUANDO LA FORMA IMPORTA CASI MÁS QUE EL CONTENIDO
Cuando uno compra un perfume, en el 99% de las veces, lo hace porque le gusta su olor. Ahora bien, hasta que el consumidor hace esa elección, primero tiene que decidir probar una fragancia. En ese momento, destacar en el lineal, junto a otras muchas marcas, puede volverse una misión casi imposible. A no ser, que tengas la mejor presentación de todas.
ARTE DENTRO DE ARTE
«El perfume es una obra de arte y el objeto que lo contiene ha de ser una obra maestra» ROBERT RICCI (hijo de la célebre diseñadora NINA RICCI)
Tanto es así, que en el norte de la región francesa de Alsacia, concretamente en Winger-sur-Moder, encontramos una joya escondida (y nunca mejor dicho). En este enclave está situado el Museo Lalique.
René Lalique fue un joyero francés nacido en 1860 que, tras consagrarse como joyero en la Exposición Universal de 1900 (París), decidió desarrollar otra de sus pasiones, el vidrio.
En 1907, conoció a François Coty, quien le propondría trabajar en los frascos de los perfumes, comenzando así la larga tradición de este arte.
Y, es que, si le echamos un vistazo a la historia de la perfumería, nunca ha faltado el esmero por crear el continente perfecto para un contenido excelente. No en vano, es el primer contacto del consumidor con la fragancia. Y esto es más importante, si cabe, hoy día, en un sector como la perfumería, donde el comprador, una vez conoce un producto, suele realizar una compra repetitiva y convertirse en un cliente leal.
Por ello, tanto el packaging como el envase (el frasco), cobra una especial relevancia en esta industria, independientemente de si se ha protegido o no, a través de figuras como la marca envase o el diseño industrial.
LA IMPORTANCIA TÉCNICA DEL ENVASE EN LA PERFUMERÍA
La conservación de las esencias depende de diversos factores, como la exposición a la luz, la temperatura, la oxigenación… Por ello, el frasco que contiene una fragancia, además de una función estética y comercial, tiene una función técnica.
Influye, sobre todo, el material del que está hecho este envase. Si bien el plástico es el material más utilizado para el envasado de todo tipo de productos (también en el sector de la belleza), vemos cómo no es casi utilizado en la perfumería. Esto es debido a que puede interferir con el perfume al degradarse y, además, no es la mejor opción para conservar el producto en las condiciones óptimas.
En cuanto a los materiales, el vidrio es el rey. Aunque ha habido casas de perfumería que se han atrevido con otros materiales, como luego veremos.
También pueden llegar a influir el tamaño (si la fragancia dura mucho puede empezar a degradarse) o, incluso, la decoración y el diseño (por ejemplo, la opacidad del frasco, que afecta a la exposición a la luz).
A continuación, nos vamos a fijar en los diseños de algunos de los frascos más emblemáticos de la historia de la perfumería.
CHANEL «Nº 5» (1921)
Coco Chanel fue un punto de inflexión en la historia de la moda. Rompedora en muchos aspectos, plasmó también este comportamiento en la elección del frasco para su fragancia más famosa. Si echamos un vistazo a los diseños de los perfumes femeninos de la época, encontraremos botellas recargadas, en cuanto a formas y colores.
Se le atribuye la frase «la simplicidad es la clave de la verdadera elegancia» y este fue el camino elegido. Una botella sobria, sin adornos, que dejaba ver el jugo dorado que contenía y coronada por un tapón en forma de diamante.
El francés Jean Helleau fue el artista encargado de diseñar esta obra maestra. Este pintor ya había trabajado con François Coty, diseñando envases de cosmética y el póster publicitario para las fragancias de este.
SCHIAPARELLI «SHOCKING» (1937)
La diseñadora italiana Elsa Schiaparelli fue un icono de la moda que alcanzó su esplendor en los años 30-40 del s. XX, tras abrir sus primeras tiendas en el París de Chanel y Lanvin.
Inspirada por el rosa de la vestimenta tradicional de las mujeres quechuas, junto con Jean Clément, desarrolló el llamado shocking pink. Este matiz del rosa se convertiría en el símbolo de los diseños de Schiaparelli en los años siguientes. En 1937, lanzó al mercado su perfume «Shocking».
Para su frasco, Schiaparelli y la artista argentina Leonor Fini, se inspiraron en el cuerpo de la actriz norteamericana Mae West (icono transgresor de la época a quien Dalí, muy cercano a Schiaparelli, había retratado años antes).
Imágenes de: https://schiaparelliperfumes.blogspot.com/2013/06/shocking-by-schiaparelli-c1936.html
NINA RICCI «L’AIR DU TEMPS» (1948)
En una Europa y, en concreto, una Francia, devastadas tras la II Guerra Mundial, surgen aires de renacer.
Desde, Christian Dior y su «New Look», simbolizando el florecer de la mujer tras la Guerra; pasando por Chanel y sus diseños frescos e innovadores; hasta la perfumería.
La firma fundada por Maria Adélaïde Giuseppa Nielli, más conocida como Nina Ricci, fue impulsada por su hijo Robert Ricci desde 1929. Ese año, la modista francesa, de origen italiano, había decidido retirarse, pero su hijo la convenció de que era el momento de desarrollarse más aún.
Acabada la Guerra, dejaron aparcada la costura y se centraron en la perfumería. Así, en 1946 lanzaron «Coeur Joie» y, dos años después, «L’air du temps». El frasco de esta fragancia fue encargado a la casa Lalique y resultó en un éxito de ventas. Fue diseñado por el escultor español Joan Rebull y producido por Marc Lalique (de la segunda generación de esta familia).
La idea del diseño, es un frasco que representa un sol brillante, coronado por una paloma esculpida en el tapón, simbolizando la paz que iluminaba el continente europeo (1948). Posteriormente, Lalique rediseñó el frasco, creando así el famoso stopper, con dos palomas primero (1951) y una sola después (1970). En 1999, el frasco de esta fragancia ganó el premio «Perfume Bottle of the Century».
PACO RABANNE «CALANDRE» (1969)
Francisco Rabaneda Cuervo (Paco Rabanne) ha sido uno de los máximos exponentes de la moda española. Oriundo del País Vasco, se exilió con su familia en Francia durante la Guerra Civil española, donde estudió arquitectura. Su madre había sido la jefa de costura de Balenciaga y cuando Paco empezó en la moda, combinó su experiencia en materiales de construcción con la costura.
El resultado: diseños atrevidos con materiales nunca antes usados, como papel, cuero fluorescente o metal amartillado.
En 1969 pasa a incorporarse en el grupo Puig y lanza su perfume «Calandre». El encargado de diseñar el frasco de esta fragancia será Pierre Dinand, quien, tras haber trabajado en Asia, recaló en una empresa química. Esta iba a lanzar un nuevo producto, pero su packaging era terrible, cuenta Pierre. Este lo rediseñó por su cuenta y su jefe quedó tan encantado que lo ascendió, comenzando así su carrera en el diseño de packaging.
Según comentó el propio Pierre, lo que modisto español quería plasmar en «Calandre» eran esos momentos de pasión en los asientos traseros de un coche. Durante el briefing, surgió la idea de que, en un coche pequeño, eso podía llegar a ser incómodo. Pierre propuso imaginarse un coche grande, como un Rolls-Royce, lo que le pareció una genial idea al diseñador.
Se trata de un frasco de vidrio rodeado por una estructura plástica, recubierta con una fina capa de metal, inspirada en la calandra (rejilla del radiador) de un Rolls-Royce de la época, de donde el perfume toma su nombre.
El diseño de este perfume le valió el premio «Belleza-Industria» en 1969.
CLASSIQUE Y LE MALE, JEAN PAUL GAULTIER, 1993
El enfant terrible, obsesionado por el estampado de rayas marineras y los corpiños, decidió llevar su visión de la moda también a la perfumería. En 1993 lanza «Classique», con un frasco inspirado en el torso de una mujer que viste un corsé. Posteriormente, en 1995, sale al mercado «Le Male», fragancia masculina con idéntico diseño, pero con el famoso estampado de rayas marineras.
A la izquierda, «Classique» (imagen de: http://cosmeticsmag.com/beauty-buzz/2016/1/jean-paul-gaultier-fragrances-move-to-puig). A la derecha, «Le Male» (imagen de: https://daman.co.id/scents-jean-paul-gaultier/)
¿Te suena este diseño? No hay constancia de ningún registro, al menos oficial, en el que el diseñador francés confirme haberse inspirado en el diseño de «Shocking» (1937) para su fragancia «Classique». Aunque saltan a la vista las similitudes.
A la izquierda «Classique» y a la derecha «Shocking» de Schiaparelli (1937).
Estas líneas se han perpetuado en la creación de fragancias de Jean Paul Gaultier hasta nuestros días. Y, para sorpresa del diseñador, él y Schiaparelli no son las únicas personas a las que se les ha ocurrido este diseño para una fragancia.
Kim Kardashian sacó a través de su marca KKW un perfume («Body») cuyo frasco recuerda mucho al de «Classique» y, por ende, al de «Shocking». De hecho, el frasco salió de un molde del propio cuerpo de la influencer que, reducido a escala, es el usado en la fragancia. Cuando surgieron los primeros rumores de plagio, ella confesó que le encantaba el diseño de la botella de Jean Paul Gaultier, pero que su inspiración había sido otra.
Tras una exhaustiva labor del equipo legal de la norteamericana, se retiraron las acusaciones de plagio antes de llegar a los tribunales.
HUMIECKI & GRAEF, PORCELAIN EDITION (2011)
Saliendo de la perfumería más comercial, es decir, en su mayoría, casas de moda que crean fragancias que podríamos catalogar como mass appealing, encontramos la perfumería nicho (niche).
Esta corriente busca configurar creaciones que sorprendan al consumidor, con composiciones poco vistas en el mercado, ingredientes de mayor calidad y, también, un aspecto visual rompedor.
Es el caso de la marca alemana Humiecki & Graef que, en otoño de 2011 lanzó una edición limitada de algunas de sus fragancias con un frasco de porcelana. El diseñador de la colección fue Wouter Dolk, un artista neerlandés famoso por sus murales pintados a mano, a menudo con motivos florales, como los que encontramos aquí.
Cada frasco de esta edición limitada ha sido construido a mano por la empresa alemana de porcelánicos Kämmer. Los estampados han sido incorporados con una técnica mixta de impresión y pintado a mano.
THE HOUSE OF OUD
Por último, vamos a hacer referencia a otra empresa de perfumería niche, llamada The House of Oud. Fue fundada por Andrea Casotti, un maestro perfumista italiano y Mohammed Abu Nashi, un productor de Oud de Jakarta, Indonesia.
Reseñar aquí, que el oud es una de las esencias más codiciadas para la fabricación de perfumes. Si una fragancia contiene oud real (y no acordes de oud), se convierte en un símbolo del lujo y altísima calidad.
Para saber más, no te pierdas las próximas entradas de este blog donde hablaremos de maestros perfumistas, esencias y creaciones de perfumería.
En The House of Oud han configurado dos colecciones, a cada cual más espectacular en cuanto a su presentación. Por un lado, la colección «Desert Day», inspirada en las sensaciones de pasar 24 h en el desierto. Por otro, «Klem Garden», una colección inspirada en el mundo árabe.
A MODO DE CIERRE
Después de haber visto auténticas joyas del diseño de envases de fragancias, es fácil observar cómo, en muchos casos, se ha hecho honor a las palabras de Robert Ricci, al que citábamos al principio.
No están todas las que son, ya que la perfumería es tan amplia como el propio mundo, pero todas las que aquí hemos citado han sido (y son) relevantes en esta industria.
Es cierto, que el furor por una presentación innovadora se dejó sentir más a principios y mitad del s. XX, por las casas de moda que desarrollaban sus perfumes. Algo que parece haberse ha ido perdiendo con el tiempo.
Sin embargo, la perfumería nicho ha recogido el guante de crear una experiencia única, no sólo con sus fragancias, sino también con el estilo y presentación de sus productos.
Este artículo se ha realizado por la redacción del equipo de EOB, si quieres contactar con nosotros mándanos un mail a info@enriqueortegaburgos.com