DATOS DEL MERCADO DE MODA DE SEGUNDA MANO.
El mercado de moda de segunda mano como concepto.
El mercado de segunda mano se define como aquel sector de la economía que se encarga de comercializar productos que ya han sido comprados con anterioridad, por ello, dentro de este mercado, podemos englobar diferentes métodos por los cuales se distribuyen o consiguen estos bienes para su comercialización. Así dentro del mercado de segunda mano podríamos diferenciar las donaciones o thrifting, y la reventa.
El thrifting se compondría de los sectores más tradicionales y conocidos de segunda mano en los que las prendas se consiguen a través de donaciones de los particulares. Estas empresas dedicadas normalmente al comercio en tiendas físicas suelen vender productos de calidad inferior y el margen de beneficio que obtienen radica en que consiguen sus productos de forma gratuita, por lo que los precios de los mismos suelen ser bajos.
Por otro lado, dentro del mercado de segunda mano nos encontraríamos la reventa, en este caso, los productos de los particulares se venden a empresas que luego se dedican a comercializarlos, ya sea a través de sus locales o actuando como meras plataformas, en este caso el mercado de productos es de todo tipo, habiendo plataformas especializadas en la venta de bienes de segunda mano de lujo.
Las empresas que se dedican a este tipo de mercado pretenden comprar los productos al precio más ajustado posible, ya que su margen de beneficio radica en la diferencia entre el precio al que compran y en el que lo van a vender, por lo que los precios suelen ser más elevados que en la venta por donación.
El mercado internacional: EE.UU. como anticipador de tendencias.
Para dar cuenta del desarrollo y datos en el mercado de la moda de segunda mano, el ejemplo que da una visión más detallada y, sobre todo, que suele percibir antes que ningún otro mercado los cambios en las modas, es el mercado estadounidense. Por ello, daré cuenta de los datos que la industria norteamericana de moda de segunda mano ha ido reportando en los últimos años para así poder dar una visión global. Además, la falta de datos de la industria nacional, debido a su menor volumen de negocio dificulta la labor de búsqueda.
La empresa americana thredUp Inc. (conocida popularmente como ThredUp) comenzó su actividad en 2009, sin embargo, empezó a ganar popularidad desde el año 2013, llegándose a convertir en una de las plataformas de venta de segunda mano más importantes en el país.
A partir de este año desarrolla informes donde detalla sus cifras y las proyecciones que el mercado de la moda de segunda mano tiene. Al existir numerosos informes, es posible comparar las cifras que ellos daban en un comienzo con las que realmente se han dado cada año, pudiendo establecer patrones que han abocado a los clientes a consumir más, o menos, moda de segunda mano.
En el año 2013, la empresa comenzó vendiendo alrededor de 350.000 productos, el mercado se basaba en la venta de ropa de niños, pues son los que están sujetos mayores cambios físicos, haciendo que la ropa tenga una “fecha de caducidad” muy marcada.
Además, los clientes utilizaban esta plataforma de compra y venta de ropa con un claro objetivo monetario, pues querían sacar provecho a las adquisiciones hechas para sus hijos en vez de optar por la donación. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la magnitud de la industria no era pequeña, tan solo era pequeña la presencia de la industria online, por lo que debido a la dispersión del negocio no existen datos disponibles que reflejen este tamaño.
El crecimiento de el mercado irá aumentando exponencialmente año tras año, sobre todo durante el 2015-2016, cuando se comenzará a popularizar la venta de artículos de lujo de segunda mano, este hecho estará motivado no solo por actores que pretenden conseguir piezas a un precio reducido, sino también por coleccionistas que quieren adquirir piezas que actualmente no se producen.
Del año 2016 al 2017 se produce un incremento en el mercado de moda de segunda mano, pasando a facturar 14 billones de dólares a 18 billones en 2017, la moda se convierte así, dentro de la industria de productos utilizados, la que mayor cuota de mercado posee, un 49%. Este incremento por el thrift y la moda reutilizada se puede ver sostenido en una serie de diferentes factores.
El aumento en el interés de la moda de lujo de segunda mano como previamente se mencionaba, se veía alimentado por una doble corriente: los coleccionistas que deseaban tener acceso a prendas antiguas y con un valor relacionado con su antigüedad, pero también por aquellas personas que querían acceder a productos de lujo a un precio más reducido.
Durante estos años se comienza a despertar en la sociedad americana, y en la mundial una de las modas más poderosas que ha estado acaparando todas las páginas de tendencias en los últimos años: el ecologismo.
Como ya ha sido citado anteriormente, la industria de la moda compone la segunda más contaminante del planeta, es por eso por lo que el ecologismo se abre paso como una moda, más bien obligada por los consumidores hacia las empresas, mediante la que estos reclaman una mayor conciencia medioambiental en la producción de las prendas.
Por último, otro elemento que poco a poco acompaña al auge de la segunda mano, es la necesidad de las nuevas generaciones de tener constantemente nuevos estímulos visuales, este deseo, creado por la velocidad en la que se desarrollan las actividades hoy en día, produce que los jóvenes valoren mucho el continuo flujo de nuevos productos (un 62% de los consumidores probaron la moda de segunda mano por este motivo).
esta nueva tendencia ha sido muy bien llevaba por las empresas de fast-fashion que consiguen inundar los mercados con productos nuevos semanalmente, sin embargo, las empresas de segunda mano también poseen la capacidad de hacer esto, pues reciben diariamente productos que en ocasiones son piezas únicas, por lo que poseen cierta ventaja competitiva frente a la moda rápida en cuanto a su “exclusividad” y que no conlleva un impacto medioambiental como estas empresas.
En el año 2018 la industria llega a los 20 billones de dólares, por lo que se produce un afianzamiento en el mercado, convirtiéndose en un actor a tener en cuenta dentro del mundo de la moda.
Comienzan así a aparecer más actores en el mercado americano, entre los que podemos destacar RealReal Inc. (popularmente conocida como TherealReal), especializada en el lujo y con una facturación de 173 millones de dólares o Poshmark Inc, basada en la compraventa entre particulares, con una facturación de 153 millones de dólares.
Las prendas de segunda mano pasan de simbolizar tan solo un 22% en el armario de las mujeres americanas en 2012 a un 24% en 2017, con una proyección de hasta el 40% para el año 2022. Este nuevo panorama en la moda transforma por completo el armario de las ciudadanas estadounidenses, mientras que en 2007 las grandes cadenas de supermercados y las marcas de moda de precio medio (como GAP) simbolizaban casi el 50 % del armario, en el 2017 su peso se reduce al 34%.
La irrupción de nuevos métodos de consumo, como son la compra online, la segunda mano, el alquiler de prendas y la expansión de las tiendas de oportunidades, que en el 2017 ya simbolizaban un 15% del armario, hace que la cuota de mercado que sostenían unos pocos actores se tenga que dividir. El fast fashion, si bien irrumpió en los armarios con un gran crecimiento gracias al “modelo Zara” verá su crecimiento estancado, debido sobre todo a las tendencias ecologistas del mercado.
En el año 2019 la industria llega a los 24 billones de dólares, con un 64% de las mujeres americanas dispuestas a adquirir segunda mano. Sin embargo, se produce durante este año la irrupción de un nuevo grupo de edad con las capacidades económicas para poder comenzar a comprar, la Generación Z.
Anteriormente los Milenials llevaban el peso de la industria, debido a que sus capacidades económicas estaban más afianzadas y sus ideales se asemejaban más a los de la industria, la Generación Z, en este año, comienza a poseer medios, lo que se traduce en consumo, con un aumento del 37%.
Esto se debe a dos valores que esta nueva generación toma en cuenta: el ecologismo (74% prefieren comprar en marcas sostenibles) y la diferenciación (el 56% quieren que en sus tiendas haya un flujo continuo de productos). Junto con estas tendencias, se produce una nueva moda en el consumo que se basa en la intención de quedarse con los productos, es decir, las nuevas generaciones no compran con el objetivo de poseer toda su vida, sino que se ve como algo transitorio (40% de los consumidores tienen en cuenta el precio de reventa antes de comprar un producto).
El año 2020 trajo consigo importantes cambios en todos los ámbitos de la sociedad, la pandemia del Covid-19 y sus confinamientos han cambiado por completo los hábitos de consumo de la población internacional y uno de los sectores que más han visto incrementada su cuota de mercado es el de la venta online, como así calificó la consultora McKensey “Los datos recientes muestran que hemos avanzado cinco años en la adopción digital por parte de consumidores y empresas en cuestión de unas ocho semanas”.
Pese a que es uno de los sectores que más crecía año a año debido a que cada vez más gente confiaba en comprar desde casa, la pandemia y la imposibilidad de salir a los comercios ha empujado a ciertos sectores reticentes a comprar de manera online a hacerlo, y este impacto en la moda de segunda mano no iba a pasar desapercibido.
Con un crecimiento del 25% en el año 2020 (pero sin unas cifras claras del conjunto de mercado debido a las peculiaridades del año), se proyecta que en el año 2021 se incremente hasta un 69%, mientras que el sector de la venta de moda tradicional comience a decrecer.
El hecho de que la gente no pudiese salir les empujó a hacer limpiezas de armario, lo que ha supuesto un aumento inimaginable de la reventa frente al thrifting o las donaciones, proyectado a aumentar su cuota de mercado un 414% desde 2019 al 2024, frente al 34% de las donaciones y la perdida del 4% de la moda tradicional.
La pandemia ha afianzado e incrementado patrones de consumo que se empezaban a dar antes de la misma, como son la sostenibilidad y el ahorro, así como la digitalización.
La sociedad se ha concienciado de muchos de los problemas medioambientales durante este periodo, lo que ha a afectado positivamente a la moda de segunda mano, sin embargo, también afecta a la cantidad de productos que se consumen, por lo que se proyecta una reducción del consumo generalizado, agravado por las inseguridades económicas que se han sufrido durante este periodo.
El informe del año 2021, último hasta la fecha, refleja muchos de los cambios en la industria de la moda de segunda mano tras la pandemia. 33 millones de americanos compraron moda de segunda mano por primera vez durante este año, por lo que se puede declarar que el thrifting es una “moda de pandemia”.
Gracias a los números informes de esta empresa podemos ver como aquellas proyecciones que hacían en sus primeros años se han visto hechas realidad, e incluso incrementadas, y es que en el año 2017, el informe proyectaba que la industria de segunda mano rondaría los 33 billones de dólares para el año 2021, sin embargo esta cifra se sitúa en los 36 billones actualmente, y las nuevas proyecciones auguran aun un futuro más exitoso para la moda de segunda mano, proyectándose una cuota de mercado de 77 billones de dólares para el 2025.
Las nuevas generaciones son las que siguen empujando a estas nuevas formas de consumo a unos pasos agigantados, y se anticipa que la adquisición de moda de segunda mano continúe creciendo en los años venideros, superando al fast fashion en los años venideros.
El mercado nacional de ropa de segunda mano.
Como ya he señalado con anterioridad, he elegido indagar más en los datos de la moda de segunda mano desde una perspectiva más internacional, ya que los datos de estas compañías suelen reflejar bien las tendencias que en unos años llegarán a las industrias españolas. A su vez, la disponibilidad de datos de las compañías internacionales es mucho mayor, lo que facilita la recopilación de los mismos.
La compañía española Micolet, al igual que la americana thredUp, ha realizado, en este caso tan solo en el año 2019 y 2020, lo que ellos denominan “Informe de moda circular”. Estos informes son de los pocos documentos que representan las magnitudes y recopilan los datos de la industria española, por lo que nos servirán como objeto de estudio.
El informe del 2019 pone como punto de partida unos datos bastante esperanzadores, y es que un 38% de las mujeres españolas han comprado segunda mano. Si miramos estos datos con una perspectiva de edad, las generaciones más jóvenes encabezan los porcentajes de consumo de moda de segunda mano: un 70% de la Generación Z compra ya segunda mano, un 36% de la Generación Y o Millenials, un 30% de la Generación X y un 46% de Baby Boomers. Estas buenas cifras se deben en la mayoría de las ocasiones a dos motivaciones: el ahorro y la sostenibilidad.
El ahorro ha sido, y será, siempre un factor clave de la decisión de compra, si bien la sostenibilidad se está abriendo camino, con un 15% de mujeres que lo tienen en cuenta a la hora de hacer sus compras. Al igual que hemos “explorado” el origen de las prendas del armario de las mujeres americanas, Micolet en su “Informe de circularidad” hace lo mismo para las mujeres españolas.
En el año 2019 este armario se componía de: 6% de marcas de lujo, 21% de marcas premium, 45% de marcas high street, 20% de marcas low cost, 5% de prendas de outlets y 2% de prendas de segunda mano.
En esta ocasión, si que podemos ver una disparidad con los datos anteriormente proporcionados de la industria americana, en concreto en la cuota de mercado de las empresas que denominamos fast fashion, que en este caso englobarían las que Micolet califica como high Street y low cost, mientras que en caso de EE. UU. se mantenía a unos niveles cercanos al 10% , en el caso de España llega a componer hasta un 65% del armario.
Ante estos datos, el informe expone “El éxito arrollador de las cadenas de fast fashion, especialmente las nacionales, parece haber dejado, hasta ahora, poco margen de crecimiento y desarrollo a otros modelos de negocio en España. Sin embargo, dichas cadenas se enfrentan a un reto crítico para su futuro, al enfrentarse al crecimiento de una conciencia medioambiental y social que rechaza los efectos de la industria actual del fast fashion.”
El año 2020 estuvo marcado por la pandemia y, al igual que en el caso americano, esta situación de confinamiento hizo que muchos hiciesen limpieza de armario.
Las limpiezas de armario son, como ya he mencionado, una fuente de bienes para las empresas de moda de segunda mano, sujetas a las donaciones o ventas de particulares. Pero esta tendencia de donación o venta nunca había sido una práctica generalizada dentro de la sociedad española. De las limpiezas de armario que se hicieron en el 2020 se estima que: un 30,1% se donaron y un 12% se regalaron.
Este aumento de donaciones y ventas supuso, para Micolet, pasar de unas 5.000 prendas recogidas pre-Covid a unas 10.000 post-Covid.
En cuanto al armario del que hablábamos cuando nos referíamos al informe del 2019, se producen unos ligeros cambios: las marcas de lujo pasan formar el 5% y las premium un 20% (anteriormente 6% y 21% respectivamente), factor que se puede deber a la reducción de los ingresos de las familias durante la pandemia; el fast fashion continúa su crecimiento, con un 48% de high street y un 19% de low cost, que suman un 67% de las prendas en nuestros armarios; por último, la moda de segunda mano pasa de un 2% a un 3% .
El mercado nacional de moda de segunda mano está en crecimiento y su evolución se espera que sea mucho mayor en los próximos años. Factores como la digitalización, la pandemia y el interés de los consumidores por la sostenibilidad suponen un valor añadido al éxito de este mercado.
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Graduado en Diseño y Gestión de Moda en la URJC y actual estudiante de Derecho en la UOC.
Experiencia como ayudante de diseño y de PR para Eduardo Navarrete.
Pasión por todo lo relativo al mundo de la moda y su mercado, con especial atención a su relación con el derecho.