Enrique Ortega Burgos

Los neoconsumidores y la moda

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EL CONSUMIDOR DE MODA

 

Resulta imposible negar la evidencia de que estamos asistiendo a la incorporación de las nuevas tecnologías a nuestra más pura cotidianidad. De hecho, esta adaptación se debe en gran parte a que el consumidor está percibiendo el mundo desde una perspectiva diferente.

 

LA REALIDAD ESTÁ CAMBIANDO Y LOS CONSUMIDORES CON ELLA.

 

En los últimos años, el gran conocido como Fast Fashion se ha apoderado de las principales costumbres del consumidor de moda. De hecho, es innegable que las grandes superficies y marcas multinacionales continúan posicionándose como las preferidas a la hora de ir de compras, sin embargo, en el horizonte se vislumbran importantes cambios relacionados con las conductas de los consumidores.

En primer lugar, los consumidores son cada vez más conscientes de la contaminación que genera la industria textil. Razón por la cual se están convirtiendo en tendencia la realización de compras de forma más responsable y menos frecuente. Todo apunta a que se está apostando más por la calidad que por la cantidad. Los datos están ahí y son un reflejo de las posibles consecuencias que pueden acarrear los cambios en los consumidores para la industria de la moda. En 2019, la firma internacional de investigación de mercados y análisis de datos basada en Internet, YouGov, realizó un estudio en el que afirmaba que el 34% de los españoles había reducido el consumo de ropa con respecto a años anteriores; siendo lo más destacable que 30% aseguraba que es por querer consumir de una forma más responsable. Evidentemente, el Fast Fashion va a seguir estando presente, ya que es la forma más asequible de seguir las tendencias de moda a un precio más reducido, pero a su vez es posible que estemos en un momento en el que el Slow Fashion esté ganando terreno.

También cabe destacar que la crisis provocada por la Covid-19 ha cambiado radicalmente nuestra forma de consumir. Los planes, las festividades y las vacaciones siempre han sido un motivo más para invertir en ropa; y ahora todo está cambiando. Sin lugar a dudas, la situación que estamos atravesando en estos últimos meses ha sido un punto de inflexión. Por una parte, las compras online se han disparado y e l e – c o m m e r c e s e e s t á convirtiendo en uno de los principales canales de venta; en donde destaca, claramente, el omnicanal ya que, actualmente, no solo la tienda física es necesaria sino que el comercio online es ya un indispensable. A todo esto hay que añadir la apuesta por la moda made in Spain; producto de esta situación derivada de la pandemia. Es el momento de apoyar al pequeño comercio y de apostar por todas esas pequeñas marcas de nuestro país.

Mientras tanto en el terreno de las nuevas tendencias, la línea nos lleva directamente a la ropa sport y hacia prendas mucho más relajadas, cómodas y sencillas de llevar. Y, como era de esperar dada la situación provocada por la Covid-19, aumentó mucho la venta de este tipo de ropa de marcas como Adidas (71%) y Nike (64%). Incremento al que contribuyeron personajes conocidos e influencers como Karlie Kloss o Adriana Lima. Del mismo modo, también se ha observado un mayor interés por los pañuelos, tanto los de seda de Hermès (68%) como los Logomania de Louis Vuitton (23%) empleados sobre todo durante las primeras semanas como “alternativas elegantes a las mascarillas”, según un informe de Vestiaire Collective.

De hecho, como conclusión del informe, y de las experiencias acaecidas con anterioridad, desde Vestiaire Collective destacan tres aspectos que, a su juicio, serán los que marcarán las tendencias predominantes entre los consumidores de moda en este año cargado de incertidumbre: la moda vintage clásica y atemporal, la sostenibilidad y la necesidad de la búsqueda de mayores recursos.

 

COMPRADORES MÁS EXIGENTES

 

Desde hace algún tiempo, cada vez son más los consumidores de moda los que se sienten más cómodos con las interacciones digitales y las compras online. Las necesidades y los comportamientos de los compradores se están volviendo cada vez más sofisticados, perfeccionistas, exigentes y difíciles de predecir.

La conexión las veinticuatro horas es, quizás, la clave de todos estos cambios. Los consumidores están más informados y en permanente contacto con otros consumidores, lo que les permite conocer todo lo que necesitan acerca de las marcas. Estamos ante la creación progresiva de un consumidor totalmente nuevo que, al tener un acceso ilimitado , global , permanente e inmediato a la información, difícilmente va a ser leal a una misma marca, sino que se va a dedicar a comprar en distintos segmentos del mercado.

El desafío de descubrir cuales son los verdaderos deseos de los consumidores es la gran oportunidad de destacar. En otras palabras, las empresas tienen que convertir el reto de saber qué es lo que quiere el consumidor en una oportunidad de negocio. Pero ¿cómo? Valiéndose de las nuevas tecnologías. De la misma forma en la que los consumidores utilizan la tecnología para mejorar su experiencia de compra, las marcas deberán aprovechar esto para obtener más información y generar perspectivas definidas de sus consumidores. Ahora más que nunca tienen que saber qué quieren y cómo lo quieren para poder ofrecérselo y así no ir dando “palos de ciego”. Por lo tanto, en estos momentos, las marcas ganadoras serán aquellas que inviertan en la tecnología necesaria para llegar a estos fines.

Por otra parte, el consumidor más exigente junto con los intentos de las marcas de moda de crear demanda adicional, ha supuesto que la cadena de abastecimiento se vea obligada a aumentar la velocidad en la entrega del producto, debido a que las empresas tratan de incrementar las ventas respondiendo cada vez más rápido a la demanda de los consumidores.

Esta claro que las compras online están acelerando el metabolismo competitivo de la industria de la moda, hecho que se refleja en el carácter innovador de las herramientas digitales, las cuales tienen como principal objetivo aumentar las ventas. Además, todo esto ha provocado que las marcas hayan creado nuevos canales de distribución donde, por ejemplo, los clientes tengan acceso virtual a los desfiles de moda.

EL NUEVO CONSUMIDOR DE MODA

 

Impacientes, hiperconectados, exigentes e individualistas, así son los nuevos consumidores. Un pequeño error sin justificación o argumento puede acabar en una mala experiencia que termine con el negocio. Para los millenials, las experiencias en la Red tienen unas consecuencias negativas mucho más importantes que para otros grupos de edad. De ahí que sea necesario seducirlos integrándolos y haciéndoles formar parte del marketing de la propia marca. Ellos son los dueños y señores de la viralidad en Redes Sociales y, con ellos, las ventas de una marca de moda pueden incrementarse hasta límites insospechados.

 

 

De hecho, empresas jóvenes de moda los conocen bien y están en el camino de darles lo que piden, Por eso, este tipo de marcas se están haciendo un hueco cada vez más importante en el escenario del negocio de la moda española. Ya no importa lo pequeño o grande que sea el negocio, lo importante es saber qué impacto en las Redes Sociales pueden llegar a generar, es decir, cuántos seguidores tienen sus clientes y cuales son los mecanismos que se van a utilizar para seducirlos y que así suban una foto con una de sus prendas en Instagram.

Por otra parte, el nuevo consumidor de moda valora la transparencia, la verdad y la honestidad de las marcas, a la vez que es narcisista y está al tanto de lo que le cuesta adquirir lo que quiere. Sin embargo, también son leales, de manera que si logras convencerles habrás adquirido a un cliente, quizás, para siempre (el 60% de los millenials asegura que es leal a las marcas que compran).

Ahora bien, no podemos olvidarnos que este tipo de consumidores si por algo se caracterizan es porque viven pegados al móvil, de manera que, valoran mucho el tener una buena experiencia con la marca a través de su dispositivo. Esta generación es visual y rápida, por lo que, si quieres que compre tienes que darle el mensaje completo de forma clara, concisa y llamativa.

LA GENERACIÓN Z VIENE PISANDO FUERTE.

 

Los consumidores de la generación Z están ahí y las marcas de moda lo tienen que tener en mente.

Según los expertos son los primeros nativos auténticamente digitales, por lo que, su seducción es mucho más difícil. De hecho, no tardan más de cinco minutos en cambiar de contenido.

 

¿Cómo van a saber las marcas de moda lo que quieren si ni si quiera ellos lo saben?. Todo su contenido digital es volátil y puede cambiar en tan solo un “clic”.

 

La tecnología es su ecosistema natural. Si quieren aprender algo, están a apenas pocos tutoriales de YouTube de saber hacerlo o, por lo menos, de intentarlo. Han crecido con los móviles y las tablets y en un entorno donde se usa de forma masiva el WhatsApp. Si bien es cierto que comparten algunos rasgos característicos con los millnenials tales como el uso masificado de la tecnología y unos bajos niveles de fidelidad corporativa. Pero como nueva generación que son, los Z van un paso más allá: son creativos y emprendedores. Consumidores empoderados. Las redes son su medio, donde consumen productos y servicios a la vez que se nutren de información, opiniones y consejos, para así crear sus propias opiniones.

En definitiva, será importante estar al día de los cambios que se están produciendo no solo a nivel tecnológico sino también a nivel generacional. Las nuevas tecnologías son una cosa pero el ser humano no deja de ser influenciable y volátil y eso es algo que la industria de la moda tiene que saber predecir e interpretar.

 

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