Enrique Ortega Burgos

Contratos de distribución comercial. Importancia.

Contratos de distribución comercial

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Los contratos de distribución comercial minorista (retail) y su valor económico.

Nadie duda que un contrato puede aportar a una empresa eficiencia económica y, naturalmente seguridad jurídica a las partes.

Son muchas las razones por las que un contrato puede aportar a una empresa esta eficiencia económica, pero quizá la principal y más relevante es que los contratos han de desincentivar los comportamientos oportunistas, el incumplimiento de alguna de las partes.

La generalidad de los contratos dentro de la distribución comercial son contratos de tracto sucesivo, que dan cobertura a los actos de comercio realizados entre las partes durante un periodo de tiempo que no suele ser corto. Esta voluntad de permanencia de los contratos hace aún más relevante la necesidad de prevenir y desincentivar el incumplimiento ya que dicho incumplimiento puede ser más probable a medida de aumenta la duración del contrato.

Es muy probable que el sentido económico que ese contrato tiene para el operador económico que lo ha suscrito está indiscutiblemente ligado a su duración. Y no hay otra forma para desincentivar el incumplimiento oportunista de alguna de las partes que la correcta regulación en el contrato tanto de incentivos positivos (los que buscan asegurar el interés mutuo) como negativos (los que penalicen el incumplimiento).

La correcta regulación de incentivos positivos y negativos no es sino la de aquellas consecuencias que tendrá para la parte incumplidora el incumplimiento. Consecuencias que, deducidas en su coste de los hipotéticos beneficios que el incumplimiento ofrecería a esa parte, deben reducir el beneficio del oportunismo hasta hacerlo económicamente inconveniente. Lo antes dicho parece, desde un punto de vista teórico, difícil de discutir. Otra cosa será llevarlo a la práctica, pero en esa labor, complicada y necesitada del talento y de la formación de los juristas que, bien como abogados internos bien como externos, trabajen en el mundo empresarial, estará una indiscutible palanca para la rentabilidad y la sostenibilidad de cualquier empresa.

No nos resulta raro  oír, desde parte del mundo empresarial, que la regulación (que, bien diseñada y ponderada en su coste/beneficio, no ha de ser sino otro medio para desincentivar los comportamientos oportunistas) y la presencia de abogados y contratos no favorece el negocio. Es todo lo contrario, un buen negocio, bien diseñado, bien desarrollado, puede fracasar porque los contratos en los que fije las relaciones con otros operadores necesarios para su negocio no desincentiven adecuadamente el comportamiento oportunista de estos.

No ver la imprescindible relevancia económica de los contratos dentro del sector de la distribución comercial es no entender que, por encima de leyes, pactos de caballeros y normas morales, el mejor remedio para el incumplimiento es que sea económicamente inconveniente para el pretendido incumplidor. Y el abogado que, con la imprescindible colaboración e información de los departamentos financieros y de negocio de la empresa para determinar con claridad qué aspectos son claves para la sostenibilidad de nuestro negocio y del de la otra parte, logre desincentivar dicho incumplimiento habrá aportado tanto a la cuenta de resultados de esa empresa como cualquiera de esos otros departamentos.

 

 

 

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