CONOCE LA RELACIÓN DE LA INDUSTRIA DEL CINE CINE CON LA MODA.
La relación entre la moda y el séptimo arte ha existido desde su nacimiento con los hermanos Lumière en el S.XIX. Las prendas que aparecen en la gran pantalla han influenciado la evolución de la moda y paralelamente, el desarrollo del vestuario ha sido fundamental a la hora de construir personajes sólidos. A lo largo del tiempo, ambas disciplinas han sido un fiel reflejo de los cambios sociales que se estaban produciendo.
El vestuario ha ayudado a contextualizar las historias, dándonos información sobre si una trama es real o ficticia, el momento histórico en el que está situado, el carácter de los personajes… El encargado de esta tarea es el diseñador de vestuario o figurinista, categoría reconocida por los premios Oscar desde el 1948. En esta primera ocasión, fue concedida a la película Juana de Arco en la categoría a color y en blanco y negro a Hamlet.
Asimismo, en no pocas ocasiones, las grandes Casas de moda se han implicado en el vestuario de películas que en muchas ocasiones han aprovechado la gran pantalla para llegar a una audiencia cada vez mayor. Las grandes estrellas del cine han podido gozar de igual forma del lujo y exclusividad que proporcionan las grandes firmas. A lo largo de este artículo, analizaremos los principales hitos de esta simbiosis cine-moda.
CHANEL RUMBO A HOLLYWOOD, UN BILLETE DE IDA Y DE VUELTA TAMBIÉN
Gabrielle Chanel siempre defendió la moda como un reflejo de la sociedad de cada momento. Su colaboración con el cine estuvo motivado por su interés en llevar sus creaciones a diferentes partes del globo, aumentando de esta forma la diversidad de su público.
“La moda no existe solamente en la ropa: está en el aire, la trae el viento, se la presiente, se la respira, está en el cielo y en las cales, nace de las ideas, de las costumbres, de las noticias” Gabrielle Chanel.
En 1930, el director Samuel Goldwyn uno de los mayores productores de cine, siendo uno de los fundadores de la Metro, decidió unir la industria cinematográfica con el mundo de la moda y la Alta Costura. Esta idea seguía el pensamiento ya defendido por el productor teatral estadounidense Flo Ziegfeld que consideraba que una de las mayores atracciones de la gran pantalla era el vestuario que portaban las estrellas.
Goldwyn confiaba en que tal unión podría ayudar a salir de la crisis que a principios de los años 30 con el crack del 29 amenazaba con frenar el ritmo frenético de la industria cinematográfica. Además, la aparición del cine sonoro conllevó el coste adicional de doblar las películas para su exportación al mercado europeo asumiendo el riesgo de no contar con el favor del público.
“Las mujeres iban al cine a ver cómo se vestían las mujeres “Samuel Goldwyn.
Goldwyn confió esta idea a Chanel que, tras un año de deliberación, decidió firmar finalmente un contrato por el valor de un millón de dólares. Tras lo cual, comenzó una gigantesca estrategia de publicidad vaticinando una nueva era de unión entre cine y moda, y el resurgir de una nueva moda estadounidense que rompería con el ya histórico adelanto que el mundo francés siempre había gozado en este sector.
El año 1931 fue testigo del desembarcó de Chanel en California donde los estudios Metro-Goldwyn-Mayer prepararon un inmenso taller donde trabajaría. Tuvo una pequeña incursión en la película Un loco de verano. Su participación en la cinta no fue aplaudida y ni siquiera fue mencionada en los créditos.
Posteriormente, se hizo cargo de los diseños que vestiría Gloria Swanson para Esta noche o nunca y, por último, para el film Tres rubias con Joan Blondell. Tras este breve paso por el mundo de la gran pantalla, Coco Chanel decidió poner fin a esta unión, hastiada por el ambiente y las exigencias del mundo hollywoodiense, manifestando su desagrado por la artificiosidad de las creaciones que en su momento portaban las estrellas.
Más adelante, volvería a colaborar con el mundo del espectáculo. Por ejemplo, en el año 1938 en pleno auge del cine francés, colaboró con Le Quai des brumes de Marcel Carné en la que se siguió un estilo muy minimalista propio de la diseñadora.
Un año más tarde, fue el director Jean Renoir el que precisó de sus creaciones para La Règle du jeu. En 1959, asimismo, la actriz Jeanne Moureau escogió algunos de los diseños de Chanel en su actuación en Les Liaisons dangereuseS. Más adelante, en 1961, para la realización de la película El año pasado en Merienbad se optó por piezas pertenecientes a la colección de la Casa de Alta Costura Chanel, caracterizándose por la elección de los petite robe noirs marca de la casa o sus trajes chaqueta estilo Jacquard con los que se pretendía crear una atmósfera onírica.
“Un vestuario ligado a la vida cotidiana pero capaz de evocar una elegancia atemporal” Coco Chanel
LAS GRANDES CASAS DE LA MODA DAN EL SALTO A LA GRAN PANTALLA.
El diseñador Paul Poiret participó en diferentes filmes creando el vestuario para Sara Bernhardt en La dama de las camelias (1912) y para Francesca Bertini en Odette (1916). Más adelante, entre los años 40 y 50, los actores y actrices adquieren un gran relieve alcanzando cada vez más importancia. Burberry fue el encargado también del diseño del vestuario de Casablanca convirtiendo en icónicas tanto las gabardinas de Bogart como la pamela de Bergman, así como el sombrero de fieltro de Humphrey conocido como fedora que ya había aparecido en numerosas ocasiones en otras películas de gánsteres y detectives privados.
En 1950, Dior se ocupó de vestir a la glamurosa Marlene Dietrich en su actuación teatral para Pánico en escena de Alfred Hitchcock. La actriz siempre mantuvo una gran relación con el diseñador inglés, por lo que, le impuso como condición para aparecer en la película, que Christian Dior la vistiera. Además, de en esta ocasión, también se ocupó de su vestuario en Cisne negro, Milieu du Siecle , Palais Rose , Trompe-l’oeil y Momentos de peligro.
Balmain se encargó del vestuario de Brigitte Bardot en La pequeña B.B y Una parisina, sin embargo, su colaboración más destacada fue en 1956 con Y Dios creó a la mujer, en el que la actriz lució un bikini rosa de color vichy que tuvo una gran repercusión convirtiéndose en una de los grandes iconos sexuales de la época.
AUDREY HEPBURN, SERÁ GIVENCHY O NO SERÁ.
La melodía de Henry Mancini suena de fondo con su mítico Moonriver, Audrey Hepburn con croissant y café en mano camina por la Quinta Avenida neoyorkina para contemplar el escaparate de Tiffany’s. La actriz siempre mantuvo una estrecha relación con el diseñador Givenchy en el que confió en no pocas ocasiones. Su primer encuentro tuvo lugar a raíz de su participación en la película Sabrina (1954) que le requirió viajar a París para vestir de Alta Costura.
Ese año, su estilista Edith Head encargada del vestuario de la película no lo consideró a la hora de recoger el Oscar y la intérprete molesta con el comportamiento de la diseñadora, decidió que a partir de ese momento sería Givenchy el encargado de vestirla como respuesta a su desaire. Juntos hicieron grandes películas como Funny Face en el que destaca por su vestido rojo.
Para su más emblemática aparición en Desayuno con diamantes, volvió a confiar en su amigo y diseñador Hubert escogiendo el icónico vestido negro sencillo de satén que la consolidó como símbolo indiscutible de la elegancia. Como complementos, optó por un collar de perlas blancas junto un chal de seda y unas enormes gafas.
BALENCIAGA Y SUS NUMEROSAS APORTACIONES AL SÉPTIMO ARTE.
Balenciaga también se unió a esta larga lista en la película Prohibido enamorarse de 1961. El diseñador español vistió a grandes estrellas del cine como Eva Marie Saint en la película Con la muerte en los talones, a Ingrid Bergman en Anastasia o a Ava Gardner en El ángel del vestido rojo entre otras muchas colaboraciones con el séptimo arte, ya que, desde sus inicios, contó con la confianza de directores de la talla de Jean Cocteau y Robert Siodmak.
Asimismo, Alfred Hitchcock contó con la colaboración del diseñador en las cintas “Con la muerte en los talones” o en “El testamento de Orfeo”. Su extensa colaboración el cine le ayudó a sembrar su gran reconocimiento internacional y ha convertirse en una de las grandes cabezas de la Alta Costura española.
Como no podía ser de otra manera, su relación con el cine español fue muy estrecha como en Lola Montes de Antonio Román o vistiendo a Sara Montiel en la cinta Pecado de amor. Sin embargo, su mayor colaboración llegó de la mano de Isabel Garcés, amistad que lo lanzó al cine popular del Desarrollismo participando en películas como Las hijas de Helena o Prohibido enamorarse.
YVES SAINT LAURENT, SU ESTILO TRASGRESOR ENTRE LAS GRANDES ESTRELLAS.
El diseñador de la segunda mitad del S.XX Yves Saint Laurent es otro de los grandes ejemplos de la estrecha vinculación que mantienen la moda y el cine. Su andadura comenzó de la mano de Luis Buñuel quien confió el vestuario de su película Belle de jour (1967) convirtiéndose en emblemáticas algunas de las prendas como el chaquetón de color negro, el vestido color camel o el vestido con cuellos y puños de satén blanco.
A partir de ese momento, la actriz Catherine Dorléac se convirtió una de sus grandes musas, la misma fue una fiel seguidora de la moda que lanzó el diseñador incorporando a su estilo el traje masculino o los abrigos de doble botonadura y los zapatos al estilo Roger Vivier que escogidos por el diseñador para el filme.
A raíz de esta colaboración con la industria del cine, otros muchos directores confiaron en el diseñador como Alain Cavalier en La Chamade (1968) o François Truffaut en La sirène du Missisipi (1969) , trazando una extensa alianza con el diseño de vestuario que lo llevaron a vestir a algunas de las grandes estrellas del momento como Claudia Cardinale, Jean Seberg, Sophia Loren o Anny Duperey.
A lo largo de estas películas configura su estilo caracterizado por el uso del esmoquin en las mujeres o vestidos con formas de trapecio, intentando adaptarse a la psicología de cada personaje. En varias entrevistas, aseguró que para sus diseños estudiaba previamente la trama, el ambiente y la personalidad de cada uno de los papeles y a partir de esta previa documentación , dejaba volar su imaginación.
GUY LAROCHE.
En el año 1972, el diseñador Guy Laroche elevó a icónica el vestuario de Mireille Darc. Su actriz y amiga le pidió que diseñara un vestido que creara impacto a pesar de su breve actuación en “El gran rubio con un zapato negro”. Para la ocasión, creó un vestido negro de terciopelo con un enorme escote en la espalda y cuello alto. Este vestido a sido versionado en numerosas películas posteriores como en El hombre con un zapato rojo o Regreso del gran rubio.
Bibliografía
https://filasiete.com/articulos/vestuario-produccion/chanel-y-hollywood-el-amor-asimetrico/
https://filasiete.com/articulos/vestuario-produccion/sofia-coppola-la-moda/
https://elpais.com/elpais/2015/04/30/estilo/1430391002_273439.html
https://www.abc.es/estilo/moda/20130126/abci-gran-gatsby-prada-201301211143.html
Coco Chanel diseñó el vestuario de estas películas de Hollywood | Vogue
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