CHANEL Y SU RELACIÓN CON LOS NAZIS 1940-1945

CONOCE LA CONTROVERTIDA RELACIÓN CON LOS NAZIS DE GABRIELLE COCO CHANEL DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.

 

Coco Chanel es uno de los íconos de la moda más notables del siglo XX, redefinió fundamentalmente el estilo de la mujer en lo que conocemos hoy, librando los armarios de vestidos victorianos desaliñados e introduciendo piezas elegantes sin esfuerzo como el «pequeño vestido negro», el cual estuvo acompañado de muchas otras innovaciones, incluido el uso de jersey como material para la ropa de día y su desarrollo del perfume Chanel No. 5

Sin embargo, salió a la luz que Chanel también jugó un papel deleznable en uno de los capítulos más oscuros del siglo XX.

En su biografía de Chanel de 2011, Durmiendo con el enemigo, Hal Vaughn, corresponsal extranjero y veterano de la Segunda Guerra Mundial, usó documentos de inteligencia contemporáneos para trazar el camino que condujo a Chanel hacia su vida secreta como simpatizante e informante nazi durante la década de 1940.

Coco Chanel en la alta esfera de la sociedad

 

Y el nuevo nombre de Gabrielle, “Coco” para la celebridad, ciertamente encaja con su estilo de vida. Sorprendentemente hermosa, inteligente e ingeniosa, Chanel pasó sus 20, 30 y 40 años moviéndose de galán en galán, viviendo con hombres adinerados en altos círculos sociales que la introdujeron en los gustos y hábitos, así como en el «quién es quién» de la clase alta.

En 1923, Vera Bate, una miembro de la alta sociedad británica y amiga cercana de Coco, “presentó a Chanel en el deslumbrante conjunto social que giraba en torno a la realeza inglesa: [el duque de] Westminster; Eduardo, Príncipe de Gales; Winston Churchill…” Poco después de conocerse, Chanel y el Príncipe de Gales entablaron una relación de 10 años llena de pasión, celos y para Chanel, un nuevo mercado en Inglaterra para su creciente imperio de la moda.

Pero sería su presentación, y luego una estrecha amistad, con Winston Churchill, lo que con toda probabilidad salvó a Chanel de una condena por traición como conspirador nazi durante la guerra.

En 1933, un tipo alemán llamado Baron Hans Günther von Dincklage, actuando en nombre de Joseph Goebbels y llamado «hombre de confianza del canciller Hitler», se convirtió en espía de la embajada alemana en París, miembro de la Abwehr, la inteligencia militar de Alemania.

 

Dincklage se convirtió en amante de ¡adivina quién! – Coco Chanel. Vivieron juntos en el Hotel Ritz de París.

Como explica Biography.com, «Su romance permitió a Chanel mudarse a unas cómodas viviendas en el Hôtel Ritz de París, que luego se convirtió en una sede alemana, y la mantuvo firmemente arraigada en la alta sociedad, que también había sido infiltrada por oficiales alemanes».

 

En 1940, Pierre Wertheimer, ¿lo recuerdan? – huyó a Nueva York con su hermano, Paul. Dejemos que el New York Times tome las cosas a partir de ahí: “Creyendo que podía arrebatar el control de su empresa a los Wertheimer, Chanel intentó declarar abandonada la empresa. Pero los Wertheimers fueron más astutos: compraron casi el 50 por ciento de una empresa de hélices de aviones dirigida por un ingeniero francés (y ario) llamado Félix Amiot.

Cuando Chanel los traicionó, los Wertheimer entregaron Les Parfums Chanel a Amiot, un colaborador que vendía armas a los nazis. Funcionó: los alemanes dejaron en paz a Les Parfums Chanel. Cuando terminó la guerra, Amiot devolvió la compañía a los Wertheimer”.

 

En 1941, Chanel se convirtió en miembro de la inteligencia militar de Alemania. Tenía un nombre en clave, Westminster, y un código de identificación de la Abwehr, Agente F-7124.

 

Esto no fue simplemente un movimiento oportunista para tratar de arrebatarle su compañía a los Wertheimers; ella realmente odiaba a los judíos. “No fue una traición particular a sus valores, moral o ideales tampoco, que Chanel se encontrara viajando a Madrid y Berlín para involucrarse en maquinaciones de capa y espada con el ocupante de su país”, argumenta The New York Times.

 

Como escribe el periodista Hal Vaughn en Sleeping With the Enemy, Chanel «a menudo era dado a estallidos antisemitas». El editor en jefe francés de Marie Claire observó después de una conversación con Chanel: “El antisemitismo de Chanel no era solo verbal; era apasionado, degradado y, a menudo, vergonzoso”.

Coco Chanel al rescate de su sobrino.

 

Después de haber vivido en Londres con el Príncipe de Gales durante varios años, Chanel regresó a París a mediados de la década de 1930 para continuar con su negocio. Durante la primavera de 1940, después de que los alemanes tomaran la ciudad, Chanel huyó al sur a Corbère para quedarse con la familia de su sobrino André.

Al llegar, Chanel se enteró de que André, un soldado del ejército francés, había sido capturado y confinado en un campo de prisioneros de guerra en Alemania. Una vez que la familia se enteró de que André estaba vivo, Chanel rápidamente decidió regresar a París y usar sus conexiones para liberar a su sobrino.

Para 1941, ahora con 57 años, Chanel estaba, según Vaughn, “muy bien conectado con figuras políticas en Londres, Madrid y París”, y había comenzado una relación con el barón Hans Günther von Dincklage, un espía de la Gestapo y un importante activo de la Abwehr. la organización de inteligencia nazi.

Para Chanel, pasar tiempo con su nuevo amante a menudo significaba codearse con otros altos funcionarios, y la diseñadora rápidamente entró en un círculo social de poderosos nazis.

Más tarde ese año, Dincklage viajó a Berlín con su colega, el barón Louis de Vaufreland, para reunirse personalmente con Adolf Hitler. No mucho después, la Abwehr se enteró de la ansiedad de Chanel por la condición de su sobrino y estaban ansiosos por llegar a un acuerdo: la liberación de André a cambio de comunicarse con algunas de las poderosas conexiones aliadas de Chanel.

 

Con la ayuda de Dincklage, Chanel hizo un trato con la Abwehr: ella y Vaufreland viajarían juntos a Madrid, en la España neutral, donde Chanel luego “haría un viaje a Inglaterra, para poder dar a sus importantes amigos información económica y política”. Sin embargo, se desconoce qué ocurrió durante esa visita de 1941 a Madrid, ya que nunca se recuperó documentación de la misión de Chanel.

 

Pero Vaughn señala que cuando Chanel regresó a París en el invierno de 1941, se enteró de que los alemanes habían cumplido con su parte del trato y que André había regresado a casa sano y salvo.

Coco Chanel y su vinculación nazi.

 

 

Para el invierno de 1943, con las fuerzas aliadas ganando terreno contra Hitler, algunos parisinos comenzaron a tomar medidas y organizaron una resistencia violenta contra los ocupantes alemanes, además de castigar a conocidos colaboradores. Los líderes nazis contactaron a Dincklage y le dijeron que era hora de dejar atrás París y Chanel. No dispuesta a quedarse sola en París, Chanel decidió idear un nuevo plan con Dincklage, intentando aprovechar la conexión de Vera Bate con Winston Churchill.

 

Citando al historiador francés Henry Gidel, Vaugn escribe: Chanel pensó que podía negociar su amistad con Winston Churchill para persuadir a los nazis de que ella y Dincklage tenían los contactos para negociar un acuerdo de paz por separado con Gran Bretaña.

Bidel creía que el duque de Westminster, conocido por ser pro-alemán junto con muchos otros altos políticos británicos y miembros de la realeza, temía que la Unión Soviética se apoderara de toda Europa. El duque animó a Chanel a actuar como emisario entre Berlín y Londres.

Sin embargo, el plan salió terriblemente mal cuando la amiga de Chanel, Bate, al llegar a Madrid, confesó a las autoridades su parte como agente alemana en la última hora, nombrando a Chanel como informante en el proceso.

 

No mucho después de la liberación de París en agosto de 1944, Chanel fue arrestada por el gobierno francés. Sin embargo, incluso después de varias horas de interrogatorio, en ausencia de pruebas contundentes, los funcionarios la liberaron.

 

Algunos biógrafos creen que el lanzamiento de Chanel probablemente fue orquestado por Churchill, aunque según Vaughn, no hay pruebas claras de ello. “Una teoría dice que Chanel sabía que Churchill había violado su propia Ley de Comercio con el Enemigo… pagando en secreto a los alemanes para proteger la propiedad del duque de Windsor* en París”, escribe Vaughn. [*El duque de Windsor era el ex rey Eduardo VIII, que había sido uno de los amantes de Coco Chanel cuando aún era el Príncipe de Gales.]

El interrogatorio de Chanel nunca fue hecho público por el gobierno francés, en opinión de Vaughn, principalmente debido a la falta de apetito por reabrir un caso complicado e incierto:

 

“Para 1949, pocos funcionarios estaban interesados ​​en conectar los puntos que llevaron a la traición de Chanel a Francia. Los detalles de su colaboración con los nazis estuvieron ocultos durante años en archivos franceses, alemanes, italianos, soviéticos y estadounidenses”.

Muchas otras mujeres francesas fueron acusadas de “colaboración horizontal” con los soldados alemanes durante la ocupación y les raparon la cabeza en una campaña de castigo y humillación pública después de la guerra. Sin embargo, Chanel escapó de tales sanciones, gracias en parte a sus amistades con miembros de alto rango de las fuerzas aliadas y con el mismo Winston Churchill.

En todo caso, estaba mejor cuando terminó la Segunda Guerra Mundial que cuando comenzó. No fue hasta muchas décadas después que salió a la luz el alcance total de su colaboración con los nazis.

Después de la guerra, Chanel pasó los años que le quedaban de la misma manera que antes de conocer a Dincklage: viviendo lujosamente y vistiendo a los ricos y famosos. A mediados de la década de 1950, Chanel volvía a diseñar. Murió el 10 de enero de 1971 en el Ritz de París, donde había residido la mayor parte de su vida. Nunca fue cuestionada sobre su relación con Dincklage, ni su colaboración con la Abwehr alemana salió a la luz durante su vida.

 

 

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