Enrique Ortega Burgos

AGATHA RUIZ DE LA PRADA: BIOGRAFÍA.

AGATHA RUIZ DE LA PRADA PORTADA

CONOCE LA BIOGRAFÍA E HISTORIA DE AGATHA RUIZ DE LA PRADA.

 

En esta entrada analizaremos la biografía de Agatha Ruiz de la Prada, probablemente el icono más representativo de la moda y el diseño que pasea la marca España por todas las latitudes, que ha sido protagonista indiscutible de una auténtica revolución que se ha anticipado a muchas recientes tendencias en el vestir y el diseño que hoy han incorporado a su manera otras marcas.

 

ÁGATHA RUIZ DE LA PRADA, DISEÑADORA DE MODA.

 

Ágatha Ruiz de la Prada y Sentmenat es una diseñadora de moda, empresaria y aristócrata española. Ostenta los títulos nobiliarios de XIII marquesa de Castelldosríus, ​grande de España y de XXIX baronesa de Santa Pau.

Fecha de nacimiento: 22 de julio de 1960, Madrid.

Hijos: Cósima Ramírez de la Prada, Tristán Ramírez.

Cónyuge:  Pedro J. Ramírez (1986–2016).

Hermanos: Ana Sandra Ruíz de la Prada y Sentmenat.

Padres: María Isabel de Sentmenat y Urruela y Juan Manuel Ruiz de la Prada Sanchiz.

Libros: Los colores de Ágatha, Ágatha’s Numbers, Objects.

 

SU BIOGRAFÍA A GRANDES RASGOS.

 

Agatha Ruiz de la Prada y Sentmenat nació en Madrid en el año 1960, en plena década dorada y de esplendor de la que fue la Cooperativa de la Alta Costura española.

Es hija de un reconocido arquitecto, Manuel Ruiz de la Prada, y una aristócrata catalana, María Isabel de Sentmenat y Urruela. Cursó sus estudios de diseño de moda en Barcelona, donde vivió durante mucho tiempo tras la separación de sus padres.

Juan Manuel Ruiz de la Prada y Sanchiz fue un referente de la arquitectura residencial madrileña. Titulado por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 1957, su obra es muy reconocida en la capital. Suyos son emblemáticos edificios de viviendas del Ensanche madrileño, como los de Velázquez 89, Zurbano 73 o General Martínez Campos 51. También dejó su huella en Barcelona, Tarragona, Jávea (Alicante) o Valencia, entre otros lugares.

Estudió durante un año en la Escuela de Artes y Técnicas de la Moda de Barcelona y fue con 20 años que empezó ya a trabajar de ayudante con el modisto Pepe Rubio (tras la negativa del diseñador Jesús del Pozo), y, al año siguiente, en 1981.

En plena movida madrileña, inauguró su estudio en la calle Marqués de Riscal donde expuso sus creaciones, mostrando su primera colección en Local (centro de diseño de Madrid), además de presentar otra colección en el Museo Español de Arte Contemporáneo, también en Madrid. Tal y como plantea la diseñadora en alguna de sus entrevistas, comenzar a trabajar –y ser reconocida– desde tan joven le ha brindado la fuerza e independencia que tan necesaria resulta en la realización de cualquier persona.

En el año 1986 empezó a diseñar complementos como zapatos y ese mismo año también participó en un desfile en Francia.

En 1992 cuando comenzó con este modelo de negocio basado en las licencias, lanzó su primer perfume de la mano de perfumerías Gal, empresa española fundada en 1898, la cual mantuvo su producción hasta 2004 pasando a ser propiedad del Grupo Puig. A nivel empresarial Agatha fue una de las pioneras al instaurar un modelo de negocio basado en licencias y colaboraciones.

Su primer perfume fue Corazón, con los perfumeros Gal, el cual obtuvo muchísimo éxito y en 1996 lanzó Corazón Verde. El año siguiente sacó a la venta mis cacaos de labios y estos se convirtieron en uno de los mejores embajadores que jamás hubiese podido imaginar. Empezaron a venderse por el mundo entero y aparecían en los sitios más inesperados. Para aquellos que vivieron aquel furor desde la perspectiva colegial se convirtieron en símbolos de estatus más poderosos que un Ferrari. Fue una cosa prodigiosa, el poderío asociado con aquellas pequeñas latas estampadas con un corazón, una flor o una estrella (inicialmente de sabor a papaya, fruta de la pasión o piña) tal y como ha expresado la propia Ágatha.

 

 

Rápidamente sus productos de perfumería se convirtieron en sus productos más intrépidos, se infiltraban en todo tipo de hogares y países sorprendentes con una facilidad admirable. Algo de magia hubo en el asunto. Tuvieron tanto éxito que en el 2004 el coloso perfumero Puig se hizo con los Gal, dispuestos a llevar a los perfumes más lejos. Ese año se lanzaron a producir y distribuir geles de baño agathizados llamados Colorterapia, con distintos aromas con efectos hipnóticos sobre el estado de animo.

Ágatha ha diseñado: medias, zapatos, sabanas, toallas, alfombras, muebles, abanicos, videoconsolas, joyas, cafeteras, lavadoras, tablas de surf, vajillas, azulejos, puertas blindadas, barbacoas, colchones, lámparas, libros infantiles, jabones, pañales, pinzas de depilar, pintura para las paredes, columpios, cunas, sartenes, raquetas de pádel, secadores de pelo, USBs, relojes, fregonas, escobas, cascos de moto, césped artificial, cuchillos, velas, barniz de uñas, perfumes, cosméticos, pañales, cuadernos, bolígrafos, mochilas, gafas de sol, gafas de vista, calcetines, pañuelos, chales, corbatas, uniformes médicos, ropa de esquí, ropa de perros, ropa de hombre, ropa de mujer, ropa de niños y de bebes… y muchos otros productos.

Aparte de los perfumes con el Grupo Puig, destaca su colaboración Pamesa, con los que empezó a trabajar en el año 1997. Fernando Roig ha sido uno de los grandes hombres de su carrera y los  azulejos y pavimentos con Pamesa aportan una buena fuente de ingresos año tras año.

En el año 1996 presentó su obra “Homenaje a Chillida” en el Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía de Madrid. En2008 presentó la obra “Homenaje a las Meninas de Velázquez” en Milán y un año más la obra “Homenaje al Surrealismo”.

Ágatha tuvo la suerte de conocer personalmente a Chillida. En esta colección se separó de sus icónicos colores en favor de nuevos materiales que imitaran el hierro y el acero característicos del escultor, manteniendo su estética personal. Ese mismo año, la colección de sus dibujos y bocetos fue expuesta en la Galería Levy de Madrid.

En los años siguientes, Agatha colaboró con artistas como Enrique Vega o Gloria García Lorca, además de presentar colecciones de sábanas o incluso vajilla. Ha tenido también presencia en museos como el Museo San Telmo de San Sebastián en homenaje a Cristóbal Balenciaga y en otros muchos como el Museo de Arte Moderno de París5. Es también a partir de estos momentos que comenzará a desfilar en las pasarelas de todo el mundo. Una larga lista de países ha contado con su presencia en desfiles como Vestidos inacabados (Berlín y Madrid –1989–), Gala de Diseñadores Hispanos (Washington DC, EE.UU. –1997–), Journée Internationale des Femmes. (Hôtel de Ville, París –2003–).

Mediante Real Decreto 238/2009, de 23 de febrero, se la concede la Medalla al Mérito en las Bellas Artes, en su categoría de oro.

En el año 2011 se constituyó la Fundación Agatha Ruiz de la Prada. Donde conserva una importante representación de la trayectoria de Agatha a través de sus más de 30 años en este mundo de creatividad y moda. Con el fin de difundir, conservar y catalogar su legado.

Sus diseños han sido llevados por artistas internacionales como la cantante Miley Cyrus en 2015 para los Video Music Awards y en 2017 para el programa “La Voz”. Esto, hizo que su nombre sonara aún más a nivel internacional.

Agatha Ruiz de la Prada ha obtenido el Premio Nacional de Diseño de Moda en 2017 y el Premio honorífico de la Industria de la Moda 2018, entre muchísimos otros.

 

 

AGATHA Y EL CORTE INGLÉS

 

La colaboración con El Corte Inglés ha tenido para la carrera de Agatha una importancia crucial que la ha permitido propulsarse hacia el éxito comercial.

En el año 1992 sacó mi primera colección con Tintoretto en El Corte Inglés y a partir de entonces Isidoro Álvarez, presidente del coloso comercial, la adoptó como protegida. En aquellas épocas,  El Corte Inglés lo era todo en España, era sinónimo del consumo de cualquier tipo y contar con su apoyo me abrió todas las puertas que me propuse cruzar. Al comienzo de esa colaboración y larga amistad, Isidoro la planteó la idea de que me pusiera a diseñar ropa infantil, cosa que no me hizo ninguna gracia, ya que ella quería ser una diseñadora ‘seria’ y solo quería diseñar ropa para mujeres. Gracias a ese consejo se la abrió un universo de posibilidades. Sus colecciones infantiles se empezaron a vender como churros y empezó el gran boom agathista.

 

ÁGATHA RUIZ DE LA PRADA Y PEDRO J. RAMÍREZ.

 

Uno de los romances más relevantes de las últimas décadas. Ágatha Ruiz de la Prada y Pedro J. Ramírez vivieron uno de los romances más sonados de los últimos tiempos.

Se conocieron en el año 1986 en un avión.

Pedro J. ya vivía separado de su primera mujer, de la que se divorció poco más tarde y con la que tuvo a su primera hija, María. Una historia de amor con Agatha que duró treinta años y de la que nacieron Tristán Jerónimo y Olivia Cósima, , están muy unidos a sus padres. Aunque sí que es cierto que ambos siempre han preferido mantenerse en un segundo plano, poco a poco podemos ir conociendo un poco más sobre sus vidas.

Ella es una de las diseñadoras más importantes de nuestro país, él uno de los periodistas más influyentes en España. Es por eso que, desde un primer momento, el matrimonio entre Ágatha Ruiz de la Prada y Pedro J. Ramírez estuvo siempre en el punto de mira. Fueron algunos escándalos en su relación lo que hicieron que sus nombres llenaran páginas y páginas de las revistas del corazón. También, sucedió lo mismo con su divorcio, que fue bastante comentado, sobre todo por la propia Ágatha, que no ha desaprovechado ningún plató de televisión para hablar de su exmarido. Ágatha y Pedro J. se enamoraron hace más de treinta años.

Ella había estudiado en la Escuela de Artes y Técnica de Moda de Barcelona y provenía de una familia catalana de alta cuna y se convirtió en una de las promotoras más importantes de la ‘Movida madrileña’. A pesar de que su relación con Pedro J Ramírez era de lo más estable, no pensaron en pasar por el altar hasta agosto de 2016. Pero, tres meses después, el recién estrenado matrimonio (octubre de 2016) decidió tomar caminos por separado.

 

AGATHA RUIZ DE LA PRADA Y LA MADRID FASHION WEEK. 

 

Ágatha define a sus diseños del siguiente modo: “Mi diseño es conceptual. Si eliminamos todo lo superfluo llegamos a la conclusión de que la moda ha de ser cómoda: cómoda para el cuerpo y para la mente, cómoda para quien la lleve y la mire, y cómoda de fabricar y destruir” (Agatha Ruiz de la Prada, 1998).

Dibujar un traje no es esconderlo debajo de una montaña de cremalleras, frunces, botones y aplicaciones de cuero, sino buscar ante todo su esencia como objeto. Si eliminamos todo lo superfluo queda la conclusión de que la moda ha de ser cómoda.

Tristán, consejero delegado de Ágatha Ruíz de la Prada, ha sido uno de los pocos afortunados que ha acudido a hacer el posado de la 72 edición de la Madrid Fashion Week, en la que la firma de su madre iba a ser una de las grandes protagonistas.

Si quieres conocer sobre Ágatha como diseñadora visita nuestra storie.

Además de explicar cómo han desarrollado la nueva colección de la popular marca en un año especialmente complicado por la pandemia, y los grandes cambios que se han introducido para los próximos desfiles, el joven también se pronunciaba entonces acerca de la nueva relación de su madre, que la encontraba en un brillante momento vital.

«Ella está muy contenta y la verdad es que este verano se le ha notado una energía muy alegre», reconocía Tristán Ramírez, quien que apuntaba que veía a su madre más feliz que en años anteriores. La otra hija de la diseñadora, Cósima Ramírez, también reconocía que notaba a su madre «entusiasmada» desde que Luis Gasset formaba parte de su vida.

 

ÁGATHA Y SU RELACIÓN CON SUS HIJOS. 

 

 

Ella es antes que empresaria una madre dedicada (lo ha hecho siempre) y preocupada por el bienestar de sus hijos. La hija pequeña de Pedro J. Ramírez y Ágatha se trasladó durante 2020 a Londres para continuar con su formación y estaba muy emocionada ante esta nueva aventura. «Mi hermana está ahora con muchísima ilusión. Dentro de una semana se muda a Londres y va a hacer un master de literatura, que la verdad es que es un lujo total», explicaba Tristán, aunque al igual que Ágatha, como madre, es seguro que iba a estar preocupada por estar separada por tantos kilómetros de su hija: «Mi madre está siempre ahí muy preocupada porque es una madre que le gusta tener todo muy controlado, pero mi hermana está muy ilusionada y se nota».

Sin duda Cósima y Tristán, son el mayor orgullo de Ágatha Ruiz de la Prada. Los hijos de la diseñadora trabajan en la firma de moda y son embajadores de Citroën. Mientras algunos hijos de famosos traicionan a sus padres y les dan dolores de cabeza, otros los hacen enorgullecer.  Á

Agatha Ruiz de la Prada es una figura con muchísima trayectoria, con esfuerzo y trabajo logró convertirse en una diseñadora reconocida a nivel internacional. Además, todos sus diseños tienen un estilo propio: los colores son su marca personal. Los jóvenes admiran a sus progenitores, es por eso que siguieron sus pasos, trabajan en la firma de moda y también son embajadores de Citroën. De su padre, Pedro J. Ramírez, heredaron su lado intelectual.

Como Andy Warhol, de quien se considera fanática, Ágatha Ruiz de la Prada ha sabido forjar su personaje a partir de sus contradicciones (icono de la movida versus marquesa de Castelldosríus) y, a partir de su personaje, su marca. Con todas ellas -con Ágatha, con la marca y con las contradicciones – ha convivido desde su nacimiento de su hijo Tristán Ramírez, el gran desconocido de la familia. Pero Agatha deja muy claro que respecto a la educación sus hijos nunca supieron si eran ricos o pobres.

Las declaraciones de una mente genial del diseño y la moda cuando se entremezclan con las de sus hijos, por supuesto, en el caso de Agatha, terminan prevaleciendo Tristán y Cósima. Del mismo modo, cuando se quiere conocer un poco más quiénes son de verdad sus hijos, la personalidad de cada uno, en una entrevista o en una simple conversación, va surgiendo claramente el carácter, así como sueños de cada uno. Con Agatha, cuando se pone a hablar sobre su vida personal, puede referirse a fiestas de cumpleaños que dan más trabajo que un desfile, broncas adolescentes y complicidad, pero en definitiva es inevitable no poder dejar de pensar que ella es una diseñadora poco convencional.

Dijo una vez Ágatha Ruiz de la Prada que lo suyo había sido siempre «una lucha contra una depresión que, gracias a Dios, nunca había tenido».  Y esto se ha debido a que llenó todo de color para luchar contra la tristeza, y conocerla personalmente es comprobar que su universo creativo tiene más que ver con el personaje que con la persona. Se mueve por su estudio con la seguridad de un terrateniente y le cuesta dejar de trabajar incluso cuando hay un fotógrafo cerca que dispara su cámara para un reportaje. Del mismo modo que corrige una carta de recomendación, cambia de fecha unos billetes de AVE y pregunta constantemente por su hijo Tristán, que esa mañana estaba llegando tarde a una cita.

Agatha siempre supo que sus hijos heredarían “su imperio”, aunque aclara que, por ejemplo, Tristán hubiera querido ser cirujano del corazón, pero que, si hubiera tenido una vocación clarísima de músico, pintor, arquitecto, o cualquier otra, le habría apoyado. Lo que tiene claro es que, para trabajar en otro sitio, mejor que trabajen en la empresa que ella ha creado y sigan defendiendo y aportando valor a la marca. Que en definitiva también es de ellos. Agatha le gusta tanto a ella como a sus hijos cuando no están trabajando, sentarse a leer muy tranquilos en una esquina del salón “sin dar la lata”. Parece que es un relax casi imprescindible después de tanta tensión por el día a día.

Agatha describe lo que significa explicar a los hijos quiénes son sus padres. Es evidente que de padres famosos siempre hay consecuencias, para bien y para mal, en la educación de los hijos. Por ejemplo, en el caso de Tristán, darse cuenta que sus padres, además de personajes públicos eran famosos. Y esto le ocurrió cuando estaba en el colegio en París, que iba a una escuela pública, la François-Marie Arouet y un niño de su clase le preguntó ¿Tristán, tu est rich? (Tristán ¿tú eres rico?).

Entonces Agatha dice que el niño llegó a casa totalmente asustado contándole lo que le había dicho aquel niño porque no tenía ni idea de si era rico, de si era pobre o de qué era. Agatha y su familia por ese entonces convivían en un piso con dos perros, durmiendo los tres en un mismo cuarto. Era un buen momento para hacer esa pregunta sobre riqueza y pobreza. Cuando los niños eran pequeños se fueron a vivir a París y luego estuvieron en Inglaterra internos, entonces nunca tuvieron mucha impresión de celebridad. Agatha recuerda esa época en la que iban con guardaespaldas, en que todo era un poco exagerado. Pero que también que iban en metro y que hacían mucho gitaneo, porque se iban en coche a Paris con ocho perros. Era una mezcla tan grande que nunca supieron si ellos eran muy ricos o muy pobres, ni tampoco fueron conscientes de si eran o no famosos.

Agatha no cree que los haya educado de manera distinta al varón de la mujer, porque dice que los ha educado en igualdad, aunque señala una pequeña diferencia, por ejemplo, estar con Tristán le calma mucho, aunque hay excepciones, cuando tienen que coger un vuelo. Agatha y Cósima se ponen más nerviosas y cree que los varones aportan mucha tranquilidad. Agatha piensa que es cierto aquello que decía Freud haciendo analogía con Edipo y Electra: que el chico siempre tiende a estar más cerca de la madre y la chica del padre, porque es al menos en su vida personal un caso freudiano clarísimo. Sobre este particular, su hijo Tristán dice que la cuestión es que su madre y su hermana se parecen mucho, sus personalidades son muy similares, así que siempre hay mucha rivalidad.

Ella está feliz porque cree que es Navidad todo el rato y que le ha agradado el regreso de su hijo a España. Y le parce muy curioso cuál ha sido su proceso familiar, según a ella a la inversa, en el sentido que generalmente se da que las familias viven juntas en los primeros años y luego se separan, pero en la Agatha antes no vivían juntos y ahora sí lo hacen. Como le ocurre con casi todo, Ágatha Ruiz de la Prada tiene un punto de vista insólito y caleidoscópico sobre la maternidad. En él convergen desde la firme convicción de que «estar con papá y mamá todo el día no es lo mejor para los niños» hasta la seguridad de haber sido una madre «demasiado omnipresente, aunque muchos dijeran que no estaba nunca».

Agatha lo dice muy claramente: “ahora estoy poco liberal porque quiero un nieto”. Pero sobe la dicotomía entre madre exigente o liberal, ella que afirma que, aunque mucha gente decía que ella no estaba nunca, tanto sus hijos como ella misma encontraban que “estaba demasiado”. Y esto se debe a que se considera una madre omnipresente, aunque no lo haga a propósito.

La definición de madre que da su hijo Tristán es que la cree muy liberal en algunos aspectos y poco liberal en otros. Y como sucede en China que se celebra el ‘Día de los solteros’, en el que las plazas de Pekín y de toda China se llenan de madres colgando anuncios de sus hijos solteros, y negocian con otras madres diciendo “Mi hijo tiene estudios, mi hijo…”, Agatha al respecto dice que es lo que más le gustaría a ella de China, en clara referencia a un posible encuentro de pareja para su hijo.

Si bien Agatha admite que es muy duro trabajar teniendo hijos pequeños, la diseñadora nunca tuvo la sensación de no estar con ellos lo suficiente, de que la mejor tortilla francesa la hace siempre la madre, porque ella sabía perfectamente que no hacía la mejor tortilla francesa. Cree que el hecho de que solamente un niño o niña esté bien con sus padres, es algo que limita muchísimo, ya que. si se tiene a los niños todo el día en casa con su papá y su mamá, se les estás quitando muchas cosas. Y definitivamente creer que lo que hay que enseñarles es a ser libres.

Agatha tiene un fuerte carácter y es una persona de gran determinación. Además, en ella no existe la palabra envidia. Y esto lo dice en relación a una pregunta que se le hace con frecuencia a las personas de su relevancia, respecto al llamado choque generacional. En el caso concreto de Agatha, ella afirma que no tiene nada que envidiar a la época en la que han crecido sus hijos. Aunque sí cree que tienen demasiadas cosas, y eso no lo ve bien para una educación como a ella le hubiera gustado, porque representa una generación que cuando era pequeña no tenía nada y por eso tenía que usar la imaginación.

Ha dedicado su vida a una profesión que tiene mucho que ver con la imaginación, con el arte. Y esto sí que ha influido en sus hijos porque Agatha es de las personas que de manera simple y directa dice, qué sentido tiene pasearlos por la calle que hacerlo por el Reina Sofía. Estos niños iban con quince días o un mes a museos. Su hermano le decía que eso era una tontería ya que a un niño no hay que llevarlo a un museo hasta los 18 años. Pero a ella le daba igual y de alguna manera repetía la tradición, ya que su padre le llevaba a muchos museos y exposiciones, cosa que siempre le agradece.

Ágatha es una madre que admite que su hijo Tristán le ha enseñado lo más valiosos que tiene, porque ella dice que lleva discutiendo con él desde que tiene tres años y siempre acaba dándole la razón. Con Tristán, siempre que discute, lo hace sabiendo que él está en lo cierto.

 

ÁGATHA RUIZ DE LA PRADA Y SU RELACIÓN CON LUIS GASSET. 

 

 

Luis Gasset, exdirector general de Bulgari, exvicepresidente de Qatar Airways y ahora director de la prestigiosa casa de subastas Ansorena.

La pareja se conoció a principios del mes de marzo, tan solo unos días antes de que se decretara el confinamiento. Los últimos años han sido una auténtica montaña rusa de emociones para Ágatha Ruiz de la Prada. Ágatha Ruiz de la Prada conoció a Luis Gasset, a través de unas buenas amigas, a principios del mes de marzo de 2020, tan solo unos días antes de que el confinamiento les impidiera seguir viéndose. No obstante, la diseñadora y el ejecutivo se propusieron recuperar el tiempo perdido y afianzar su romance y, surgieron una serie de planes en pareja que ocupaban sus agendas. Desde besos en la noche madrileña, hasta una escapada a Granada, cenas románticas y regalos misteriosos.

Tanto Tristán como Cósima estaban muy alegres porque notaban que su madre estaba muy feliz con su nueva pareja, Luis Gasset, a tal punto que sostenían que habían conseguido que él se vistiera con más color. Claro está que no podían imaginar que un año más tarde este amor se acabaría.

Tras meses de idas y venidas con Luis Miguel Rodríguez, la diseñadora confirmaba en febrero de 2020 que había roto definitivamente con el empresario explicando que, a pesar de que le adoraba, esperaba «no verlo en mucho, mucho tiempo».  Pero la emblemática diseñadora como siempre ha sido su estilo, se recuperó rápidamente y volvió la sonrisa a su cara al conocer a Luis Gasset, del que había reconocido estar muy enamorada, pero que finalmente le llevaría a una nueva ruptura en la primavera de 2021, lo que sorprendía porque la relación de la pareja iba viento en popa y Ágatha estaba muy ilusionada al lado del ejecutivo, tal como confirmó en más de una ocasión su propio hijo, Tristán Ramírez.

La creadora y el director de la casa de subastas ‘Ansorena’ se conocían a través de una amiga en común. Parece ser que la relación estaba marcada desde el inicio, ya que no fueron días fáciles, porque al poco de comenzar sus encuentros, Luis era ingresado en el hospital con una neumonía bilateral. Como hiciera con Luis Miguel Rodríguez, ella y su nuevo novio pasearon su amor y su felicidad, presumiendo de una gran complicidad. Culto, tranquilo, divertido y apasionado de los viajes, la ópera y el arte como ella, Gasset le venía como anillo al dedo para Agatha que tenía que venía de vivir dos traumáticas rupturas con el padre de sus hijos y con Luis Miguel Rodríguez ‘El Chatarrero’.

 

Cósima y Tristán, muy preocupados por Agatha Ruiz de la Prada.

Agatha Ruiz de la Prada era una presencia muy esperada en el plató de Sábado Deluxe tras su nuevo fracaso sentimental con Luis Gasset tras un año de relación. Desde que se separara de su marido Pedro J. Ramírez, parece que no ha encontrado la estabilidad como lo ha hecho éste con Cruz Sánchez. Hacía unas semanas Agatha y Luis habían tomado la decisión de romper su noviazgo en términos de absoluta cordialidad, pero todavía no han trascendido los motivos de esta inesperada ruptura. Para superar este trance tiene a sus hijos Cosima y Tristán muy pendiente de ella, aunque su hija está en Londres viviendo.

Como si Agatha lo presintiera sabía que algo estaba pasando y que las preguntas que estaban en el aire, que todo el mundo quería hacerle, eran ¿Por qué han roto? ¿Cómo se lleva con sus hijos? ¿Por qué no consigue superar sus rupturas con Pedro J. y con Luis Miguel Rodríguez?. Pero Agatha es única y sus ideas y respuestas también. Sus hijos no pueden estar más pendiente de ella mientras intentan salvar una empresa de la quiebra, víctima de la pandemia, mientras su madre cura sus heridas de amor.

 

 

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