BALENCIAGA POST-BALENCIAGA, NICOLAS GHESQUIÈRE, ALEXANDER WANG Y DEMNA GVASALIA
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BALENCIAGA POST-BALENCIAGA

POR ANNA ALEGRET

INSTRAGRAM Y TWITTER  @defashionlaw

 

En el capítulo anterior repasamos la vida y trayectoria de Cristóbal Balenciaga el cual construyó su propia firma en 1937 en París tras huir de su país de origen, España, debido al estallido de la guerra civil. En la capital francesa encontró su lugar y se convirtió en un modisto de referencia debido a su destreza con el uso de la aguja y a la creación de siluetas revolucionarias que cambiaron el rumbo de la historia de la moda.

 

En el año 1968 decidió retirarse porque no quiso adaptarse a la nueva realidad: el nacimiento del prêt-à-porter. En la década de los años sesenta la sociedad no se identificaba con los códigos que transmitía la Alta Costura así que otros modelos de negocio aparecieron para adaptarse a las nuevas necesidades.  Con esta nueva visión las prendas eran accesibles para cualquiera que acudiera a una tienda; este modelo pretendía producir diseños más económicos para incrementar tanto la oferta como la demanda democratizando así la moda y colocándola a las calles. El modisto pionero en abrir una tienda de prêt-à-porter fue Yves Saint Laurent en el 1966 con Rive Gauche y muchos otros después siguieron sus pasos porque veían que era la tendencia.

 

Aunque no todos los modistos hincaron la rodilla, Balenciaga se negó y por ello decidió retirarse cerrando una etapa llena de éxitos. En el 1987 Michel Goma recuperó la firma y lanzó una línea de prêt-à-porter aunque no obtuvo la repercusión esperada. En 1992 fue Josephus Melchior Thimister quién intentó relanzar la marca presentando una colección basada en dos colores: el negro y el azul tinta. Otra vez la respuesta del público no fue la deseada y estaba muy alejada a lo que supuso Balenciaga en su momento. Por aquel entonces la empresa vivía prácticamente gracias al legado que dejó Cristóbal (sobretodo en el marcado japonés) y a la venta de perfumes.

NICOLAS GHESQUIÈRE

En el año 1997 un joven Nicolas Ghesquière debutó al frente de la maison presentando su primera colección en la Ópera de París con el objetivo de devolverle el esplendor a la casa. “Balenciaga es una de las tres maisons de la Alta Costura que mejor han simbolizado la elegancia, sin renunciar al mismo tiempo a la modernidad” comentaba Ghesquière. Las primeras colecciones de Nicolas estaban enfocadas a reinterpretar el trabajo del modisto jugando con los volúmenes y dando mucha libertad al cuerpo de la mujer.

El año 1997 fue un poco locura para el mundo de la moda: falleció Gianni Versace, John Galliano entró en Christian Dior y Marc Jacobs en Louis Vuitton; al mismo tiempo, el grupo Jacques Bogart (el propietario de Balenciaga en aquella época) apostó por un creativo free-lance para que diseñara una línea de ropa que sirviera de herramienta promocional. Ese joven era Nicolas, un francés que se había formado durante dos años en el taller de Jean Paul Gaultier y que consiguió resucitar la firma y situarla de nuevo en lo más alto de la industria.

 

Apenas tres años después de su llegada, en el año 2000, era notorio el revuelo que había causado la llegada de Ghesquière ya que muchas empresas de la industria se interesaron en comprar Balenciaga. Finalmente fue el Grupo Gucci (Domenico de Sole y Tom Ford) quien adquirió el 91% de la compañía y el 9% restante del capital quedó en manos de Ghesquière; un año más tarde el Grupo Gucci fue adquirido por Kering (PPR), el actual propietario de la firma Balenciaga. Nicolas era el hombre del momento.

En relación a la adquisición de Balenciaga, De Sole declaró “sabemos que hemos adquirido una de las más prestigiosas firmas del mundo de la moda y creemos que Nicolas lo está haciendo a la perfección y queremos que en un futuro continúe con nosotros. Su trabajo demuestra su gran talento, y su sentido comercial ha hecho de Balenciaga una de las firmas más valiosas en los últimos años”. También Tom Ford de pronunció al respecto: “Cristóbal Balenciaga es uno de los grandes maestros de la moda y su casa ha sido una de las más influyentes en el mundo de la moda. Bajo el diseño de Nicolas Ghuesquière la firma ha recuperado su fuerza y quiere seguir influyendo en la moda del siglo XXI”. Y es que Nicolas ha marcado tendencia y ha creado muchos hits, vamos a repasar algunos:

 

En la colección primavera verano 2006 recuperó los encajes, volantes, enaguas y colores pastel y la tendencia llegó a las calles. Según Nicolas, era una de las colecciones más sensuales que había hecho. Para la colección otoño invierno 2006/2007 recuperó el sombrero “Cocoon” que Cristóbal Balenciaga creó en 1968 y reinterpretó el espíritu del modisto con sus siluetas redondeadas. “Yo juego con los volúmenes pequeños y grandes como lo hacía el maestro, porque creo que dan una idea del confort” comentaba Ghesquière.

En la temporada primavera verano de 2007 sorprendió con los pantalones metálicos inspirados en películas como Tron o Terminator, todo pensado para una mujer andrógina y masculina. En la colección otoño invierno 2007/2008 introdujo a la pasarela un símbolo político como es el pañuelo palestino o kufiya y a partir de entonces muchas caras conocidas empezaron a llevar el famoso pañuelo; incluso las cadenas de moda rápida como Inditex vendían la versión más económica del mismo. En esa misma temporada también presentó los famosos zapatos Lego.

Una de las colecciones más destacadas de Nicolas en Balenciaga fue la de primavera verano 2008 con vestidos cortos y armados de silueta Cocoon y botas altas de gladiador que llamaron la atención a toda la industria y a todo el público. En esta colección conservó la silueta arquitectónica de base y de volumen generoso por la que apostó Balenciaga y también se inspiró en los estampados del maestro.

En la colección otoño invierno 2009 reinventó el pantalón harem, las faldas a-line y los baggy shorts; en la temporada otoño invierno 2010/2011 introdujo minifaldas tubo, cardigans con dibujos en forma de prisma y vestidos en color block inspirados en los cuadros y rayas de Mondrian. En la temporada primavera/verano 2011 Nicolas se inspiró en la estética punk y presentó una colección dónde la cazadora de cuero biker era la estrella. Para la primavera/verano 2012 reinterpretó el sombrero que el maestro Balenciaga diseñó en 1958 y en su colección otoño/invierno 2012 introdujo la sudadera con un toque futurista y oversize. Por último, en cuanto a accesorios, en 2001 creó el bolso Motorcycle Lariat que se convirtió en el it bag del momento, el bolso más deseado por todas.

“Mi relación con Cristóbal Balenciaga no tiene nada que ver con la renovación de un legado. Se trata de una combinación con sus creaciones en las que la prioridad radica en la exploración de su obra comentaba el diseñador. En sus primeras colecciones Nicolas se basaba en una revisión y actualización de los archivos aunque posteriormente le dio un giro y empezó a diseñar el futuro de la casa a través de sus propias ideas.  Las musas del Balenciaga de Ghesquière casaban con la nueva imagen avant-garde de la casa: mujeres andróginas y poco comerciales como Charlotte Gainsbourg, Jennifer Connelly o Kristen Stewart. Además el diseñador también renovó el concepto de todas las tiendas de la firma con la ayuda de la artista francesa Dominique Gonzalez-Foerster y ambos convirtieron el hecho de ir de compras en una experiencia estética.

A finales del año 2012 y tras quince años se anunció que Nicolas abandonaba la dirección creativa de la firma por descontento con la dirección. Pero su relación no terminaría ahí: Kering, los dueños de Balenciaga, demandaron a Ghesquière por incumplimiento contractual y le reclamaron unos 7 millones de euros en concepto de daños y perjuicios. El contrato suscrito entre ambas partes incluía cláusulas que no le permitían a Nicolas hacer declaraciones que pudieran dañar la imagen de la marca o al grupo propietario y la casa consideró que violó dichas cláusulas al dar varias entrevistas en las que criticaba la estrategia de su antiguo empleador.

 

El origen de la disputa fueron unas declaraciones que realizó a la revista System en abril de 2013 en dónde expresó que Todo se deshumanizó y se volvió más corporativo. Ya todo iba sobre hacer marca. No es que tenga nada en contra de eso; de hecho, de lo que más orgulloso estoy es de que se haya convertido en una entidad financiera grande y de que seguirá viva. Pero yo empecé a sentirme como exprimido, como si quisieran robar mi identidad al tratar de homogeneizar las cosas. Dejó de ser gratificante”. Y añadió que, “sobre todo en los dos o tres últimos años viví una frustración tras otra. Lo que más me molestaba era la falta de cultura de la gente que lleva el negocio. Me di cuenta de que no había ningún aprecio, interés o reconocimiento hacia todo mi trabajo de investigación; tan solo les preocupaba que el resultado fuera comercial (…). Hay gente con la que he trabajado que nunca ha entendido como funciona la moda. Dicen que aman la moda, pero jamás han entendido que esto no se trata de vender yogures o muebles, productos en el sentido más estricto de la palabra”.

 

Finalmente el caso se resolvió por mediación (resolución alternativa de conflictos) sin tener que llegar a juicio.

ALEXANDER WANG

En quince años Nicolas hizo de Balenciaga la firma más vanguardista de su tiempo. Su sustituto fue el norteamericano Alexander Wang que compaginó la dirección creativa de Balenciaga con la de su firma homónima. Cuando llegó tuvo dos meses para preparar su primera colección, la cual estuvo inspirada en los códigos clásicos de Balenciaga con una atinada visión comercial que obtuvo una notable acogida entre el público. En sus siguientes colecciones combinó su sello personal – un estilo deportivo y moderno – con la elegancia clásica de la firma, por ejemplo abrigos de silueta cocoon combinados con botas de trekking.

Creó el bolso Le Dix; tomando el nombre del perfume que la casa lanzó en 1947. Y hablando de perfumes, bajo la dirección creativa de Wang se lanzó B. de Balenciaga después de que Balenciaga y Florabotanica saliera bajo el mandado de Ghesquière. El frasco de B. de Balenciaga era sencillo y presentaba un efecto croquelado, un efecto que asociamos al Balenciaga de Wang. Entre sus musas encontramos a la modelo Anna Ewers, Lara Stone o Kate Moss; entre las habituales en sus desfiles el clan Kardashian o Lady Gaga y vistió de Balenciaga para la Gala del Met a Kristen Wiig, Gisele Bündchen, Lady Gaga y Carey Mulligan.

En el año 2015, aunque las cifras de negocio eran positivas, Kering decidió no renovar el contrato de Alexander Wang y aunque no se dieron motivos todo parecía indicar que la maison no estaba de acuerdo con la apretada agenda de Wang que también ejercía como director creativo de su firma a la que el diseñador no quería renunciar. Su última colección fue la de primavera/verano 2016 en donde presentó 36 looks en color blanco que reinterpretaban la tendencia lencera de los noventa en prendas y accesorios: zapatillas de encaje, riñoneras de satén y adornos rodeando sutilmente los escotes. Como comentó Vogue, se trataba de la estética sporty propia de Wang tocada por el romanticismo de Balenciaga.

DEMNA GVASALIA

Tras un breve período de tiempo Alexander dejó la casa Balenciaga y Demna Gvasalia – fundador de Vêtements – pasó a ocupar su cargo al frente de la maison. Me siento extremadamente orgulloso y emocionado por el hecho de que se me haya dado esta oportunidad de aportar mi visión a Balenciaga, una casa con una historia excepcional en lo que se refiere a empujar los límites de la modernidad en la moda», apuntaba el creador al respecto”, comentó Gvasalia a WWD.

Desde que se incorporó como director creativo Demna ha causado sensación por su estilo minimalista y por el crecimiento en ventas que ha generado. Sus primeras colecciones rápidamente alcanzaron el éxito y afianzaron el estilo personal del diseñador; además, en el año 2017 se enfrentó a un complicado reto porque la firma celebraba el centenario de la creación de la firma además del 80 aniversario de la apertura de su emblemática tienda situada en la Avenida George V en París. En ese mismo año Gvasalia cambió el logo de la firma: muy minimalista, con tipografía Universe Bold Condensed y sobre un fondo blanco aunque también apareció sobre un fondo gris. “Está inspirado en la claridad de las señales que se usan para el transporte público” comentó el diseñador. El nuevo logo es puro estilo Gvasalia, una apuesta por adaptar Balenciaga a los nuevos tiempos y sobretodo al diálogo digital.

Gvasalia no cree en las tendencias, adora la “anti moda”, lo feo y los tejidos sintéticos. También adora las colaboraciones, por ejemplo, para la temporada otoño invierno 2018-2019 se alió con el Programa Mundial de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas, por ello se vio el logo de World Food Programme estampado en sudaderas, jerseys de punto, camisetas y bolsos. Ha demostrado que se inspira en la obra del maestro Balenciaga, especialmente recreando siluetas, estampados y volúmenes marca del diseñador pero su propuesta está lejos de la elegancia clásica del maestro.

 

Es el artífice de algunos de los objetos de deseo más vendidos de los últimos años: por ejemplo, las sneakers-calcetín o las ugly-shoes Triple S, ambos productos siguen siendo un top ventas y están casi siempre agotados. Ha apostado por los logos y por colocarlos prácticamente en todas las prendas a modo de identificación rápida de la marca – por ejemplo, sudaderas y jerséis en donde vemos el logo de Balenciaga en todas partes. Otra de sus piezas más polémicas fue el bolso que parecía la típica bolsa azul de plástico de Ikea pero vendida a un precio bastante más elevado – unos 1.700 €-.

Henri Pinault (presidente de Kering) comentó en el 2018 que después de Gucci, Bottega Veneta y Saint Laurent, la próxima marca que sobrepasaba la línea de los mil millones de euros en cifra de ventas era Balenciaga, mostrándose optimista con el potencial de la casa. Lo que está claro es que la firma encontró un nuevo soplo bajo la dirección creativa de Demna Gvasalia, él la ha modernizado y le ha dado el toque “cool” que le faltaba. Antes de su llegada la cifra de ventas estimada era de 400 millones de euros y en 2018 era la marca del grupo que crecía más rápido, sobrepasando incluso a Gucci. El crecimiento de la deseabilidad de la marca se traduce en un crecimiento record de la cifra de ventas, sobre todo en las categorías de prêt-à-porter y calzado. Esto confirma el talento de Gvasalia que ha sabido conquistar el corazón de las generaciones más jóvenes al mismo tiempo que hace explotar la popularidad de la firma, con él, la casa ha despegado y está en armonía con nuestro tiempo. Bajo la dirección de Gvasalia también se lanzó, en el 2016, la primera colección menswear de la firma. También en enero de este año, durante la Semana de la Alta Costura de París, la firma anunció que regresa a sus raíces y que volverá a presentar colección de Alta Costura. La Alta Costura forma parte de la fundación de esta casa por eso es mi deber creativo y visionario traerla de vuelta a Balenciaga comentaba al respecto.

Tras la marcha de Cristóbal Balenciaga su marca ha ido creciendo y adaptándose a los nuevos tiempos gracias al legado que han dejado Nicolas Ghesquière, Alexander Wang y Demna Gvasalia. Adaptarse o morir. Por suerte, Balenciaga ha optado por lo primero.

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